viernes, 28 de marzo de 2014

Misma cuna


La imagen que acompaña esta entrada, tomada del Facebook de la cantante y compositora Sílvia Pérez Cruz, puede no ser la ilustración ideal, pero fue la primera que evoqué cuando leí las siguientes palabras de Josep Pla:
 
Con el bote, izado el trapo, navego por estas calas y pueblecitos incrustados en la grandiosidad geológica de la costa” (Otoño en Calella de Palafrugell).
 
Las casualidades no existen y al rato se resolvió el misterio, que es una cuestión de cuna. Pues doña Sílvia y don Josep resultaron ser ambos paisanos de Palafrugell (en Gerona, Cataluña). Y si bien no tengo el dato de qué pueblo es el que está allí retratado, la cosa no debe andar muy lejos, pues se adivina allí, en el mástil, falta de viento, una bandera que puede ser catalana o hasta gerundesa.

lunes, 24 de marzo de 2014

Ciudad de cristal

Si Peter Stillman trazaba letras con sus recorridos callejeros de Nueva York, y Daniel Quinn las “leía”, ¿por qué no podía estar haciéndolo el mismo Paul Auster, el verdadero, el creador de los personajes, a través de la persona de Quinn, para que lo leamos nosotros? Por eso agarré el capítulo 11 de la novela en cuestión, "Ciudad de cristal", y empecé a volcar el recorrido ahí mencionado sobre un mapa de Nueva York. Pero no, no encontré nada.
 
Quizás no lo hice bien. Quizás haya otro simbolismo. Algo con los nombres de las calles o de las zonas visitadas. ¿O ese recorrido tan extenso fue hecho solo para el placer del autor y algunos lectores, una especie de registro de una flannerie que podrían disfrutar exclusivamente los amantes de Nueva York?
 
Como sea, me fue mejor de lo que esperaba con este libro. Y hay que destacarlo, porque yo siempre me llevé mejor con los muertos que con los vivos. Los primeros llenan la mayor parte de la biblioteca de casa y mi última experiencia con un autor vivo resultó en que abandoné el libro antes de la mitad.
 
Pero este tiene sus cositas. Las disquisiciones sobre el concepto de destino (“Era algo parecido a la palabra ‘it’ en la frase ‘it is raining’…”), las ideas “locas” sobre el nuevo idioma y la salvación por el lenguaje, el juego de palabras con “Private eye” (“Eye” en cacofonía con “I”), algunas ideas algo rebuscadas sobre el Don Quijote, etc. Todo eso va condimentando los ingredientes típicos de un bestseller y hace que al final te quede la idea de que fue algo más, por poco que sea, que eso tan despreciable que llaman un “libro entretenido”.

viernes, 21 de marzo de 2014

Ofrenda floral a lo cursi

Arranca tarde marzo en “Aquí estamos…”. No se me fue el mes, pero se me fue le verano. (No me importa, porque hoy empieza el otoño y ya estoy tratando de ver si es verdad lo que dice el catalán Josep Pla, que el otoño es la estación de los buenos olores).

Ando con libros nuevos y eso siempre hace que el blog se despierte. En “Poemas y canciones”, de María Elena Walsh, están esas hermosas canciones que cantaba el Cuarteto Zupay en el disco “Dame la mano y vamos ya”. Y hay muchas otras más, que no sé cómo se cantan, pero tienen unas letras fantásticas (en más de un sentido). Como esta que les traigo aquí…

Ofrenda floral a lo cursi
(María Elena Walsh)

Delirante bazar de celuloide,
módico lujo de colectiveros,
risa planchada de Gardel eterno
con nomeolvides.

Trajes de noviecitas en vidrieras,
tribus de maniquíes con meñiques.
Patria y Hogar y Madre Hay Una Sola
Himno a Sarmiento.

Prosa poética con capelina,
boquita de rubí, dientes de nácar,
le falta hablar, es Venus con ruleros
Miss Universo

Fosforescencia erótica nocturna
chorreante de violines amor mío
bésame con un beso locamente
televisado.

Peñas, discurso, condecoraciones,
muy señor mío lea Radiolandia.
Galán fortuito en una encrucijada
llena de cejas.

Dile papito a tu adorado esposo
la casa es chica el corazón es grande
y militares sudamericanos
con mandolinas.

Flores de plástico, jardín de ensueño,
sea más bella, cómo hallar marido,
necrologías de los matutinos,
mucho Walt Disney.

Horóscopo feliz, fotonovela
que disimulas la verdad desnuda.
Quiero latir tu corazón con flechas
de no vidente.

Sin ti nos quedaríamos en cueros
como si el mundo fuera un consultorio,
inundación contemporánea siempre,
cursilería.

Quimera unánime que todavía
perfumas y humanizas y comprendes.
Oh barcarola en carnaval de antaño,
no te hagas humo.

Que resucite el príncipe Kalender
para inmortalizar en el teclado
tu reino de muñecas sentaditas
sobre la cama.