viernes, 17 de diciembre de 2004

¿Es usted de acá?

- Buen día, disculpe –escucho.
- Buen día –digo al darme vuelta y veo a un señor muy particular.
- ¿Usted es de acá?
- Sí, por supuesto –le dije.
- Entonces quizás pueda ayudarme...
- Cómo no –dije yo, y ya me aprestaba a dar una indicación de cómo llegar a algún lado.
- ¿Sabe Ud. cuál es el árbol más alto de este barrio?
- ¿Qué cosa?
- ¿Si sabe cuál es el árbol más alto de la zona?
- No, la verdad que no.
- Bueno, no se preocupe. Y dígame, quizás usted sepa, ¿por qué le han puesto este nombre a esta calle?
- Eh...
- Nombre raro, ¡eh!
- La verdad que ni idea, señor. Lamento no poder...
- No se preocupe, no se preocupe. Ya lo averiguaremos. Muchas gracias igualmente, ¡hasta luego!
- Hasta... luego.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy curioso,tiene que llegar un extraño,para darnos cuenta de lo poquito que conocemos a veces todo lo que nos rodea,lo que si me fascina son las preguntas del estraño,podria haber sido menos complicado ;)
http://blogs.ya.com/vidafrenetica

Juan Ignacio dijo...

De aquí, de aquí...
(Lo pensé también, ja).