Él no se veía a sí mismo como un típico porteño. Hasta que alguien le dijo que quizás sea muy típico de los porteños pensar que ellos no son el típico porteño.
Es curioso: tu post es amable, ingenioso, quizá requeriría una respuesa amable e ingeniosa, pero me ha recordado el sentimiento triste que uno tiene a veces, cuando está deprimido:
"Él no se veía a sí mismo como un típico hombre, con los defectos de los demás, con las miserias de los demás: se veía distinto. Hasta que se dio cuenta de que quizás sea muy típico de los hombres pensar que ellos no son el típico hombre, y que en realidad todos somos semejantes, demasiado semejantes".Perdón por la nota sombría, pero es lo que se me ha ocurrido.
(Creo que, si no lo has hecho, deberías leer el último post de Natalio: intuyo que tendrías algo interesante que decir)
Fernando, creo que diste en el clavo. Creo incluso que es más exacta la situación del hombre que planteás que la del porteño que pensé. Muy bueno. (Pasaré nuevamente por lo de Natalio).
Hummm... Mejor el tono alegre de tu post que el triste de mi comentario, creo.
En todo caso, no estaría de más que hicieras, algún día, un esbozo de qué es ser porteño y sentirse porteño.
En Madrid, hasta finales del XIX, había una forma específica de ser, "lo castizo", que quedó bien reflejado en los entremeses (teatro) y en las zarzuelas (música), una forma de ser alegre, ingeniosa, chula, retadora. Eso se perdió poco a poco por la cantidad de gente que vino a vivir de toda España (por ejemplo, sólo uno de mis cuatro abuelos nació en Madrid), y ahora el carácter de Madrid no es nada singular.
Ya sabés, queda pendiente un ensayo sobre lo porteño.
En flor de brete me pusiste. No sé si pueda hacer esa descripción...
Por falta de habilidad observadora, por falta de habilidad relatadora, por la inmensidad del tema (un porteño es Maradona, pero es también es Borges...).
Juan Ignacio, he entrado un par de veces a este blog y tiene muchas cosas interesantes.
Este post, tan breve, me gustó mucho. Así. Porque sugiere, insinúa, no explicita... Creo que permite el matiz sombrío de Fernando, sin afirmarlo ni negarlo. Deja mucho al lector... Me encantó!
Pues sí, María Jesús, un porteño es eso, alguien de la Ciudad de la Santísima Trinidad y "Puerto" de los Buenos Aires. Aunque no diría no "simplemente eso" sino quizás "complicadamente eso".
Me alegro Ruth y vení cuando quieras. A propósito: veré cómo es eso de los papeles...
Es curioso: tu post es amable, ingenioso, quizá requeriría una respuesa amable e ingeniosa, pero me ha recordado el sentimiento triste que uno tiene a veces, cuando está deprimido:
ResponderBorrar"Él no se veía a sí mismo como un típico hombre, con los defectos de los demás, con las miserias de los demás: se veía distinto. Hasta que se dio cuenta de que quizás sea muy típico de los hombres pensar que ellos no son el típico hombre, y que en realidad todos somos semejantes, demasiado semejantes".Perdón por la nota sombría, pero es lo que se me ha ocurrido.
(Creo que, si no lo has hecho, deberías leer el último post de Natalio: intuyo que tendrías algo interesante que decir)
Fernando, creo que diste en el clavo. Creo incluso que es más exacta la situación del hombre que planteás que la del porteño que pensé. Muy bueno.
ResponderBorrar(Pasaré nuevamente por lo de Natalio).
Hummm... Mejor el tono alegre de tu post que el triste de mi comentario, creo.
ResponderBorrarEn todo caso, no estaría de más que hicieras, algún día, un esbozo de qué es ser porteño y sentirse porteño.
En Madrid, hasta finales del XIX, había una forma específica de ser, "lo castizo", que quedó bien reflejado en los entremeses (teatro) y en las zarzuelas (música), una forma de ser alegre, ingeniosa, chula, retadora. Eso se perdió poco a poco por la cantidad de gente que vino a vivir de toda España (por ejemplo, sólo uno de mis cuatro abuelos nació en Madrid), y ahora el carácter de Madrid no es nada singular.
Ya sabés, queda pendiente un ensayo sobre lo porteño.
En flor de brete me pusiste. No sé si pueda hacer esa descripción...
ResponderBorrarPor falta de habilidad observadora, por falta de habilidad relatadora, por la inmensidad del tema (un porteño es Maradona, pero es también es Borges...).
¿Como es un porteño?Yo creia que era alguien de Buenos Aires, simplemente.
ResponderBorrarJuan Ignacio, he entrado un par de veces a este blog y tiene muchas cosas interesantes.
ResponderBorrarEste post, tan breve, me gustó mucho. Así. Porque sugiere, insinúa, no explicita... Creo que permite el matiz sombrío de Fernando, sin afirmarlo ni negarlo. Deja mucho al lector... Me encantó!
Pues sí, María Jesús, un porteño es eso, alguien de la Ciudad de la Santísima Trinidad y "Puerto" de los Buenos Aires. Aunque no diría no "simplemente eso" sino quizás "complicadamente eso".
ResponderBorrarMe alegro Ruth y vení cuando quieras. A propósito: veré cómo es eso de los papeles...