Tomaré el caso de una señora que no conozco para reflexionar un poco...
Pidió que no le prolongaran la vida con tratamientos cruentos
Un juez marplatense hizo lugar a la solicitud de una mujer que sufre una enfermedad progresiva e irreversible
MAR DEL PLATA (DyN).– El juez marplatense Pedro Hooft aceptó el pedido de una mujer que padece una enfermedad terminal progresiva para que, cuando su deterioro físico sea irreversible, no se le realicen prácticas médicas con el objetivo de mantenerla con vida.
El juez de transición en lo criminal dictó días atrás esta resolución, ante un amparo que presentó en su juzgado la mujer, que está afectada "de una enfermedad terminal e irreversible", dijo el magistrado.
Hooft, que mantuvo los datos filiatorios de la paciente en reserva, indicó que "la mujer adoptó tal decisión con total conciencia y en pleno estado de lucidez". La mujer dejó asentada su voluntad como "directiva anticipada como testamento vital ante escribanos por su propia voluntad".
El juez eplicó que la mujer recurrió a la justicia para que no se cuestionara su voluntad, al tiempo que aclaró que no se trata de eutanasia, ya que acepta la atención médica, pero rechaza las intervenciones cruentas e invasivas que la mantendrían lejos del afecto sus seres queridos.
"Cualquier paciente tiene derecho a decir qué tipo de intervención acepta o no, está contemplado en jurisprudencia legal y en bioética", remarcó.
Sobre la postura de ciertos sectores, que sostienen que se debe mantener a una persona viva a pesar de que haya perdido la conciencia, aclaró que "son posturas insostenibles porque no cumplen con el derecho a la autodeterminación".
Hooft sostuvo que los familiares apoyaron la decisión de que no fuera sometida a prácticas médicas complejas para mantenerla con vida a cualquier costo.
Poco se sabe del caso por esta nota, pero de lo que se sabe me gustaría destacar algo. Dice primero el artículo: "(el juez) aclaró que no se trata de eutanasia". Y ahí parece haber coincidencia con lo que nos dice la Evangelium Vitae, inciso 65, que diferencia eutanasia de "enseñamiento terapéutico".
Lástima que, ya dejando este caso, un párrafo final puede prestar a confusión:
Sobre la postura de ciertos sectores, que sostienen que se debe mantener a una persona viva a pesar de que haya perdido la conciencia, aclaró que "son posturas insostenibles porque no cumplen con el derecho a la autodeterminación".
Ahí surge el problema. Yo entiendo (por lo que enseña mi Iglesia) que "mantener a una persona viva a pesar de que haya perdido la conciencia" puede ser una obligación. Eso en los casos en que la persona se mantenga viva por sí misma o con medios no cruentos. Matarla o dejarla morir, por decisión del afectado o de otros, sería eutanasia. No sería eutanasia si si esa persona, para mantenerse "viva a pesar de que haya perdido la conciencia", necesita de tratamientos cruentos.
Pidió que no le prolongaran la vida con tratamientos cruentos
Un juez marplatense hizo lugar a la solicitud de una mujer que sufre una enfermedad progresiva e irreversible
MAR DEL PLATA (DyN).– El juez marplatense Pedro Hooft aceptó el pedido de una mujer que padece una enfermedad terminal progresiva para que, cuando su deterioro físico sea irreversible, no se le realicen prácticas médicas con el objetivo de mantenerla con vida.
El juez de transición en lo criminal dictó días atrás esta resolución, ante un amparo que presentó en su juzgado la mujer, que está afectada "de una enfermedad terminal e irreversible", dijo el magistrado.
Hooft, que mantuvo los datos filiatorios de la paciente en reserva, indicó que "la mujer adoptó tal decisión con total conciencia y en pleno estado de lucidez". La mujer dejó asentada su voluntad como "directiva anticipada como testamento vital ante escribanos por su propia voluntad".
El juez eplicó que la mujer recurrió a la justicia para que no se cuestionara su voluntad, al tiempo que aclaró que no se trata de eutanasia, ya que acepta la atención médica, pero rechaza las intervenciones cruentas e invasivas que la mantendrían lejos del afecto sus seres queridos.
"Cualquier paciente tiene derecho a decir qué tipo de intervención acepta o no, está contemplado en jurisprudencia legal y en bioética", remarcó.
Sobre la postura de ciertos sectores, que sostienen que se debe mantener a una persona viva a pesar de que haya perdido la conciencia, aclaró que "son posturas insostenibles porque no cumplen con el derecho a la autodeterminación".
Hooft sostuvo que los familiares apoyaron la decisión de que no fuera sometida a prácticas médicas complejas para mantenerla con vida a cualquier costo.
Poco se sabe del caso por esta nota, pero de lo que se sabe me gustaría destacar algo. Dice primero el artículo: "(el juez) aclaró que no se trata de eutanasia". Y ahí parece haber coincidencia con lo que nos dice la Evangelium Vitae, inciso 65, que diferencia eutanasia de "enseñamiento terapéutico".
Lástima que, ya dejando este caso, un párrafo final puede prestar a confusión:
Sobre la postura de ciertos sectores, que sostienen que se debe mantener a una persona viva a pesar de que haya perdido la conciencia, aclaró que "son posturas insostenibles porque no cumplen con el derecho a la autodeterminación".
Ahí surge el problema. Yo entiendo (por lo que enseña mi Iglesia) que "mantener a una persona viva a pesar de que haya perdido la conciencia" puede ser una obligación. Eso en los casos en que la persona se mantenga viva por sí misma o con medios no cruentos. Matarla o dejarla morir, por decisión del afectado o de otros, sería eutanasia. No sería eutanasia si si esa persona, para mantenerse "viva a pesar de que haya perdido la conciencia", necesita de tratamientos cruentos.
Pero eso no lo aclaran, y dejan abierta la puerta a casos de eutanasia. (Que aclare más alguien que sepa más). Son casos muy delicados. Incluso la misma determinación de cuando un medio es cruento o no, me imagino. Pero creo no errar en lo que a la concepción de nuestra doctrina de fe respecta (de acuerdo a lo que dice la Evangelium Vitae).
Sin duda que la última palabra del último fragmento citado del artículo da una gran pauta: el derecho a la autodeterminación (¿?). Este derecho, cuyas implicancias no conozco, puede ser opuesto a la concepción de que el hombre "no es dueño de la vida" y "tampoco lo es de la muerte" (Evangelium Vitae, 46).
Pienso con vos:Qué es la autodeterminación? En qué aspectos de nuestra vida lo tenemos realmente? En pocos, muy pocos.
ResponderBorrarSi, la autodeterminación a veces parece ser "poder hacer lo que la biología nos dicta", con lo cual más que autodeterminación es esclavitud.
ResponderBorrarEntiendo la autodeterminación como el derecho a pensar de forma libre, como marca el cuerpo y el cerebro. Si se pide la muerte, porque se está en una mala situación y se tienen las facultades mentales intactas, nadie somos para no concederla u ayudar a realizarla de forma clínica y reglada (eutanasia).
ResponderBorrarHay varios planos en los que hablar de esto (¡que escribí hace tanto!).
ResponderBorrarSi es el plano ético, creo que la cuestión de quitarle la vida a alguien porque lo pide está muy emparentada con la cuestión del suicidio. ¿Consideramos éticamente justo el suicidio?
La moral cristiana (perfectamente razonable y por eso suceptible de ser adopatada por cualquier persona, como vos o yo) dice que no. No podría aquí dar clases de moral cristiana, pero si lo quisiera poner en pocas palabras diría: "la vida no me la doy, entonces tampoco me la quito".
¿Se entiende? Está moral se basa en la creencia en que nosotros no somos los dueños últimos de nuestras vidas.
"Pero... si se basa en esa creencia, ¿cómo pretendes que sea la moral de otros que no tienen esa fe?" Pues bien, puede ser de cualquiera porque es muy razonable (no contradice a la razón). La existencia de Dios es perfectamente posible, eso no lo puede negar nadie, ni nadie puede comprobar la inexistencia de Dios (Dios como hipótesis). Esta moral es muy razonable: si hay un Dios y ese Dios nos creó, él es el que tiene la última palabra.
Estoy de acuerdo en respetar el deseo de esta señora. Se que muchas tendencias religiosas y morales consideran atroz no intervenir terapéuticamente a un enfermo terminal, pero si yo estuviera en esa situación haría lo mismo que esa señor. Por otro lado, mi padre murió de cáncer y se perfectamente lo que es tener un ser querido con una enfermedad terminal. Si él hubiera decidido no seguir con su tratamiento, lo hubiéramos respetado sin chistar.
ResponderBorrar