miércoles, 2 de noviembre de 2005

Nella terra dei viventi

No recuerdo haber oído a nadie rezar el Salmo 27 como, en aquella grabación del disco "Abba Pater", a Juan Pablo II. Hace un tiempo lo recordaba; mi hermano me lo había hecho escuchar. Aún resuenan sus palabras: Il Signore è mia luce e mia salvezza, di chi avrò timore?

Hoy se lee ese Salmo, y me detuve en otros versículos (4, 13 y 14) que copio de la versión en castellano de “Evangelio del día”:
4 Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la Casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y contemplar su Templo.

13 Yo creo que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes.
14 Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor.
Aunque no sé si hay un idioma con tanta polenta como el italiano para rezar un salmo como éste.
Nella terra dei viventi.
(En el día de los fieles difuntos; lo cual podría disparar una próxima entrada, si quedara presentable, acerca de la terra dei viventi).

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