miércoles, 28 de diciembre de 2005

Dios es amor

Leer lento es leer lento. Si el Papa mete en un poema a Jacob, yo dejo el libro y me voy a la Biblia a leer acerca de Jacob, del que tan poco sé.

Y así encontré varias cosas. Pude entender el suceso al que el Papa se refiere en el poema (ver entrada anterior) y, entusiasmado, salté al capítulo 33 del Génesis, en donde descubrí otra cosa muy interesante.

No sé quién me enseño que la Iglesia debe "ser Jesús para los hombres". Y que los hombres verán a Jesús, y por eso a Dios, cuando sientan el amor de alguien. Sólo al ser amado alguien puede entender a Dios, verlo, creer en Él.

Pensé que era una imagen, una idea neotestamentaria, evangélica. Y lo es si hablamos de la Iglesia. Pero la idea de ver a Dios en el rostro del que nos trata bien, del que nos ama, es más antigua. Y si no vean el versículo 10 del capítulo 33 del Génesis:
No, por favor insistió Jacob; si me he ganado tu confianza, acepta este presente que te ofrezco. Ya que me has recibido tan bien, ¡ver tu rostro es como ver a Dios mismo!
¿Nada nuevo? Bueno, para mí sí.

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