sábado, 21 de enero de 2006

Ejercicios en la vida diaria

A mi también me ha dado buen resultado hablar en voz alta con Jesús. (...) Hablar a Jesús con la propia voz y escucharme con la mía me conmueve tanto que se me saltan las lágrimas; (...) Me veo así frente a Él con mi realidad, con todo lo que normalmente escondo bajo la fachada de mis actos piadosos, con mis anhelos más profundos, pero también con todo lo que me hace cerrarme a Dios, con lo que me hace eludir mi verdad y no me permite alcanzar lo que realmente quiero.
Así dice Anselm Grün en la introducción al libro "Buscar a Jesús en lo cotidiano; ejercicios en la vida diaria". Es un "regalo de reyes" y veré de utilizarlo. O sea, hacer estos ejercicios. ¿Por qué no algo más clásico, los Ejercicios de San Ignacio, por ejemplo? Pues porque así se dio. Hay que creer en lo providencial de algunos regalos, de cosas que nos llegan sin planear. No he hecho nunca ejercicios y los pocos retiros a los que he asistido eran de "iniciación". No pierdo nada siguiendo este libro. Ya les contaré, si mereciera la pena.

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