Te buscaba (o miento, no te buscaba; pero yo no sabía), buscando un "reposo" del alma imposible, buscando un silencio inalcanzable. En cambió serás Tú quien se meterá en medio de mi ruido y poco a poco irás haciendo silencio.
Debo buscar silencio, debo "frenar", sí; eso no queda abolido. Pero de nada sirve que lo vea todo como mi plan, que lo intente todo como si estuviera en mis manos. Debo pedirte a vos que me hagas hacer silencio. En medio del ruido y tan pronto pueda decir alguna palabra, decirte: "ven a mí, dame silencio y dejame escucharte".
He pasado por aquí tantas veces y desde tantos blogs que te dejo este comentario como testimonio de mi admiración.
ResponderBorrar¡Muy bueno!
ResponderBorrarYo siento lo mismo.
Más que proponernos nosotros, pedirle a Él que nos lo alcance.
Él es Dios, y puede... yo soy pequeña y pobre. ¡Y sé en quién confiarme! (Esto quiere decir, más o menos, "amén")