jueves, 28 de septiembre de 2006

Mallea en dos fragmentos

El primero es parte de un artículo que se encuentra en Internet y está firmado por el Dr. Alberto Fernando Roldán (el autor es argentino, doctor en teología y ensayista).

Y de la estética y la ética, se llega –siguiendo el camino trazado por Kierkegaard– al ámbito metafísico y teológico. Toda la obra de Mallea está atravesada por la búsqueda de Dios y la exaltación de los valores religiosos tal como se expresan en el cristianismo: la fe, la esperanza y el amor (…). Hay un ansia irrefrenable en los personajes por encontrar a Dios o, quizás, buscar en Él una respuesta a tanta soledad y angustia existenciales.

El segundo fragmento, a continuación, pertenece a una “Carta a Eduardo Mallea” escrita por Leopoldo Marechal en 1938 en la revista “Sol y Luna”.

Desde luego, no me parece fácil hablar serenamente de tu Historia de una pasión argentina: es la historia de una pasión, referida con el lenguaje de la pasión, vale decir, es un idioma que solicita y consigue la “compasión” del lector más que su asentimiento especulativo. En ese terreno, el de la pasión compartida, estoy a tu lado, y lo estarán seguramente todos aquellos lectores (no sé si abundan) que sufren actualmente lo que podríamos llamar “la pena metafísica de ser argentinos”. (...)
Una pasión argentina. Ese vocablo “pasión” usa en tu obra su sentido literal de “padecimiento”. Padecer la Argentina de hoy, llevarla como una herida en el costado, tal es tu historia y quizás la de muchos argentinos.

Nota necesaria para lectores de más afición politica: algunos sabrán en qué forma Marechal vivió su pasión por la Argentina y tendrán su opinión acerca de él. Otro tanto pasará con Mallea. Pero este blog no suele hablar de política (porque, en general, la política se me escapa). Habla, en todo caso, de hombres. Y más allá de sus diferentes ideas políticas, estos hombres, y sus inquietudes en común, me atraen.

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