domingo, 22 de octubre de 2006

La nave el domingo

Cuaderno de bitácora. Domingo 22 de octubre de 2006.

Como en un barco, la tripulación de esta casa tiene actividades planeadas y otras que se deciden sobre la marcha. Y contramarcha.

Ante la siguiente situación: niño bañándose y padres aún sin hacerlo, se decidió la formación “uno y uno” para participar de la misa dominical. Yo a la mañana, ella a la tarde (acá no es como en Capital, en donde tenés tres o cuatro horarios de misa por la mañana).

Ya puesta la proa en esa dirección, las cosas cambiaron. El niño salió del agua antes de lo planeado y hubo tiempo para recuperar la formación original: “todos a la mañana”.

Baños, afeites y a ganar la calle.

5 comentarios:

  1. Oye, muy bueno tu blog, nunca había entrado. Grata sorpresa me he llevado. Bendiciones.

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  2. ¡Yo sí he entrado en el tuyo!
    El bloglines me avisa cuando actualizas, voy y leo.
    Gracias por comentar.
    Saludos.

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  3. oye Juan Ignacio, ¿el niño sale del agua cuando le place? Pensé que era un niño pequeño al que estaban educando... allá tú...

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  4. ¡Ja!

    Por lo general el baño tiene una duración determinada promedio (sin estadísticas por ahora) y en la decisión de llevarlo a bañar se preveía que ya iba a ser difícil terminar antes de misa. Pero era imperioso un baño y se vería sobre la marcha cómo lo manejaríamos.

    En el caso particular mencionado, si mal no recuerdo, se han dado circunstancias especiales o fuera de la media: aseo rápido sin vueltas y pocas ganas de juegos adicionales. Lo cual hizo que la tripulación apostara a sí llegar a misa, y actuara en consecuencia.

    Así se entiende más, quizás.

    Saludos.

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  5. ¿Por que me late que Anónimo no tiene hijos?
    Los míos ya son bien grandes, y todavía este proceso(en sus tres fases: que entren al baño, que se bañen y que salgan del baño) es la mitad de la salida

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