lunes, 1 de enero de 2007

El hombre común

Otro magnífico regalo, obra de mi esposa, ha sido “El hombre común”, la colección de artículos y ensayos de Chesterton editada en Argentina por Lohlé-Lumen. Ya en el segundo párrafo me doy cuenta de que este libro me gustará:

La tesis es ésta: que la emancipación moderna en realidad ha sido una nueva persecución del Hombre Común. Si ha emancipado a alguien, de manera especial y por estrechos caminos, ha sido al Hombre Excepcional. Ha brindado una especie de libertad excéntrica a ciertos hobbies de los hombres de fortuna o, en ocasiones, a algunas de las locuras más humanas de la gente culta. Lo único que ha prohibido es el sentido común, como lo hubiera entendido la gente común. De esta manera, si comenzamos por los siglos XVII y XVIII, descubrimos que el hombre en realidad ha obtenido mayor libertad para fundar una secta. Pero el Hombre Común de ninguna manera quiere fundar una secta. Es mucho más probable que quiera, por ejemplo, fundar una familia. Y es exactamente allí donde es muy posible que los emancipadores modernos comiencen a frustrarlo: en nombre del progreso, en nombre del Infanticidio.

Y esto me hace pensar que si hay tantos devotos de la vida moderna y fanáticos admiradores de lo que se conoce como progreso es porque estamos cada vez más llenos de “hombres excepcionales”, o de hombres que creen ser excepcionales. Como aquellos de quienes el mismo Chesterton nos hablaba aquí hace unos meses.
(En el día primero del año 2007, día de Santa María, Madre de Dios)

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