Ayer, mientras ella terminaba de concertar la primera reunión con la maestra, yo salí al pasillo, me apoyé en la reja de una ventana abierta y miré hacia el patio. Me acordé del patio de mi Colegio Marianista e imaginé lo que va a vivir Francisco. (Este es el momento clave de la entrada en la que el autor, rendido ante la incapacidad para hacer un buen relato, espera que los lectores sean capaces de recordar el patio del propio colegio y así entenderlo; al autor).
Las palabras de la hermana encargada de la pastoral, sólo unos minutos antes (y ahora que lo pienso), me agarraron con la guardia baja. Esa charla, esas palabras, son las que no encontrás en otros lados, en colegios que no son religiosos. Espero que “eso” impregne, de algún modo, toda la educación que reciba Francisco. Eso es lo primero, antes que la organización de las planillas, las recomendaciones acerca de los cuadernos de comunicación, la información sobre servilletas, vasos, mudas de ropa y pises encima.
La directora se centra en esto último. Y está bien. Ella debe sacar las cosas adelante. Parece eficiente. Ella hará de Marta, la otra de María.
(En el día Viernes después de Ceniza).
...rendido ante la incapacidad para hacer un buen relato...
ResponderBorrar¿Donde está tu incapacidad para hacer un buen relato?, detrás de tus palabras se entiende todo, no hace falta decir nada mas. ¿Y a la hermana encargada de la pastoral?, la estoy viendo como si la tuviera delante. Me ha parecido un muy elocuente post de un padre cristiano preocupado por su hijo.
¡Muchas gracias por tu aliento!
ResponderBorrarYa seguramente con lo que le enseñas, Francisco será un buen cristiano, como tu. Bendiciones.
ResponderBorrarHasta "un buen cristiano", de acuerdo.
ResponderBorrarSaludos, Cristian.
Un gran saludo a Francisco!, que le vaya muy pero muy bien. Si, seguro que con el ejemplo del padre será muy bueno, esto es algo que siempre me he preguntado cómo hacer para que el chamo salga bueno?. un abrazo
ResponderBorrar