miércoles, 9 de mayo de 2007

Florentino y el diablo (I)

Todo empezó allá por junio de 2005. Yo escribía algunas cosas como:

Parece que hubo quien derrotó al diablo en lides* artísticas. Lo que Santos Vega no pudo con guitarra sí lo hizo, con acordeón, allá por Colombia, el vallenato Francisco el Hombre.

Ecazes se acordaba de eso y, mucho tiempo después, tuvo oportunidad de hacerme conocer la leyenda de Florentino, héroe venezolano de virtudes parejas a las de aquel colombiano (y esta vez con guitarra, aunque de cuatro cuerdas).
Pero se los contaré en dos veces.
Empezaré "ambientando" con la introducción del ensayo “Los Florentinos”, de Víctor Mazzei González, que Ecazes tuvo la amabilidad de regalarme.

Las vaquerías, que se realizaban y se realizan todavía en algunos lugares del llano, por lo común, a la entrada y a la salida de las aguas, son el trabajo conjunto de las reses de los diferentes dueños, porque ellas pastan juntas, indiferenciadas, en la sabana, que está sin cercas y que suele estar también en comunidad.
Los peones de cada dueño acostumbran concurrir al trabajo de la vaquería; van a parar el rodeo, separar las reses de cada hierro y conducir los rebaños a los corrales respectivos. El trabajo de vaquería puede durar una semana, o puede durar más o menos tiempo, según sea la cantidad de reses que se ha de trabajar.
Los peones durante el trabajo realizaban y realizan en la noche, sus torneos de canto y es allí donde ha comenzado y comienza la fama de los mejores. Entre los mejores cantadores solía y aún suele haber uno que es el de la gran fama: éstos son los Florentinos.

1 comentario:

  1. Las guitarras de cuatro cuerdas se llaman (oh sorpresa!) "Cuatros", y tienen un buen sonido, en manos diestras.
    Es el caso de nuestro cantador:
    "Florentino esta silbando
    sones de añeja bravura
    y su diestra hecha a volar
    ansias que pisa la zurda..."
    Lindo ¿no?

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