Los martes suelo volver tarde. Y pronunciando en voz alta palabras o frases en francés (un poco para vencer al frío, otro poco como contracara de la timidez en el aula). Pero hoy no había tenido comunicación en todo el día con mi familia, y no sabía del éxito de las nuevas actividades o las peculiaridades de las rutinarias. Sólo de esa manera se explica que la costumbre se haya alterado y, en vez de la langue française, haya encarado con toda vehemencia “Torna a Surriento”, de las canciones la più nostalgica.
(Ma nun me lassà
Nun darme stu turmiento!
Torna a Surriento,
Famme campà!)
Nun darme stu turmiento!
Torna a Surriento,
Famme campà!)
Es la primera vez que entro a este blog
ResponderBorrarEstoy seguro de que no será la última
Un saludo
Las puertas están abiertas. Reconozco en su firma a un frecuente comentador del blog de Enrique García-Máiquez y del de Néstor Aparicio. Iré también a conocer su blog.
ResponderBorrarSaludos.