miércoles, 31 de octubre de 2007

Teología en medio político

Al revés de los políticos, en los últimos días estuve alejado de los medios (en este caso, Internet) y el mismo domingo pasado, día de elecciones (y por lo tanto de veda) estuve viajando de aquí para allá como político en campaña.
En las elecciones fui de los perdedores, aunque la nueva presidente me diga que todos ganaremos. Saben lo que falta, dicen. Y saben cómo hacerlo, agregan. Cómo hacer que falte, diría yo.
Para no dejarme llevar por palabras livianas, que mañana se llevará el viento, me adentro en la lectura de la Palabra que nunca pasará, gracias a una lenta recorrida por el Jesús de Nazaret de Benedicto XVI.
El capítulo del bautismo es magnífico. Mientras el Santo Padre explica el sentido del bautismo de Jesús, me pone a leer Romanos 6, donde san Pablo desarrolla una teología del bautismo; o a observar un libro de iconos bizantinos, gracias a la curiosidad que me despierta con la explicación de la estrecha relación que hay en la Iglesia oriental entre Epifanía y Pascua (y como se refleja eso en la iconografía).
Como voy lento también he sido capaz de descubrir una errata en la edición de Planeta. En la página 40 dice: “Éste es mi Hijo amado (Mc 3,17)”. Pero debería decir “Mt 3,17” (esto queda confirmado en la pág. 45 cuando Benedicto XVI aclara el relato de la voz del cielo según los tres evangelios).
Y así, mientras todo lo inunda esto que ahora empieza (nuevo presidente, nuevos discursos, acciones de gracias, pedidos y promesas), yo hago un viaje dos mil años atrás, para vivir la más real de las actualidades.

3 comentarios:

  1. Seguro será de mejor provecho.

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  2. Encuentro bien deficiente la traducción, qué quieres que te diga. Quizás fue apresurada, para evitar el pirateo ('bendito pirateo', si indica éxito literario), supongo, pero también hay momentos en que si uno no conoce de qué se habla, confunde. No tengo la mano un ejemplo, pero me parece que en tres partes me ha pasado.

    Saludos.

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