domingo, 24 de mayo de 2009

Spe salvi

Finalmente leí la Spe Salvi. Estaba en el plan de lecturas. Como en el caso anterior, traigo sólo unas notas casi marginales al tema principal. (En este caso, en cambio, les puedo ofrecer el resumen de Fernando y notas de Hernán, Ángel, Javier y la Hermana Josefina, entre otros).
Dice Benedicto XVI en el punto 38:

La grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre. Esto es válido tanto para el individuo como para la sociedad. (…)

Se me ocurre que es un buen indicador para recomendar a los muchachos de la ONU-PNUD encargados de medir el “Índice de Desarrollo Humano”.
¿Y por casa como andamos? Descubro en un pasaje de la encíclica una especie de llamado de atención, que queda algo desapercibido si uno sigue línea de razonamiento o argumentación principal. Dice Benedicto XVI en el punto 25:

Por otra parte, debemos constatar también que el cristianismo moderno, ante los éxitos de la ciencia en la progresiva estructuración del mundo, se ha concentrado en gran parte sólo sobre el individuo y su salvación. Con esto ha reducido el horizonte de su esperanza y no ha reconocido tampoco suficientemente la grandeza de su cometido, si bien es importante lo que ha seguido haciendo para la formación del hombre y la atención de los débiles y de los que sufren.

Creo que aquí está implícita la llamada a la puesta en práctica de la Doctrina Social de la Iglesia. Y, al respecto, tenemos mucho camino por andar.

8 comentarios:

  1. Hola:

    Excelente escrito, felicitaciones. La invitación está extendida, espero que muchas personas adhieran al llamado. Es la idea.

    Saludos desde Chile. Bendiciones para ti y los tuyos.

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  2. Hola, Juan Ignacio. Gracias por el enlace.

    Están muy bien seleccionados los párrafos de la Spe salvi que citas: una de las grandes cosas de la Encíclica es dejar claro que la esperanza no sólo es una virtud abstracta, espiritual, sino que nos impulsa a trabajar, a trabajar por la Iglesia pero también por la sociedad. Así que planteas un tema bien interesante.

    Espero que vengan más comentarios sobre el texto, ¿no?

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  3. Gracias, Francisco Javier, compartimos esperanzas.

    Y gracias, Fernando, teniendo tantos comentarios y resumenes en la red me entreteneré con ellos...

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  4. Hola, Juan Ignacio.

    Reitero lo que te dije en mi comentario anterior: no queremos tus lectores que éste sea el comentario de la Spe salvi, sino el 1º de ellos, como si dijéramos "Spe salvi (I)". Y, claro, tampoco queremos comentarios sobre los cometarios, pues sin duda la lectura te habrá sugerido miles de ideas, que habrán de ir posándose.

    También insisto en la otra idea, sólo apuntada ayer: la Encíclica es una Encíclica útil, práctica, pues Benedicto explica que la esperanza no es sólo virtud interior. "Quien tiene esperanza cambia su vida", viene a decir al inicio, por lo que -en sentido contrario- si nuestra vida es como siempre, con sus depresiones, a lo mejor es que no tenemos REALMENTE esperanza. Traes dos textos relativos al compromiso social de los cristianos, eso es importante, sin esperanza no habrá compromiso duradero, explica Benedicto.

    Ah, y ¡¡gracias por el enlace al Compendio!!, en mi análfabetismo no lo conocía, ya ves qué burro.

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  5. Es muy importante la recuperación de la Esperanza como Virtud dependiente de la Fe para la Caridad. Creo que el aporte en ese sentido de la encíclica es verdaderamente notable. Se había extendido una idea de la Esperanza como cierto optimismo vacío (aislada o indiferente a la Fe) que engendraba la quietud. Son también hermosas y muy útiles las enseñanzas del entonces Ratzinger en "Mirar a Cristo" (ejercicios de Fe, Esperanza y Amor) en el mismo sentido.

    Respetos.

    Natalio

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  6. Gracias por la entrada, me dejo pensando, releere la enciclica antes de comentar. Un abrazo en Cristo,Teresa

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  7. Gracias, Teresa, me alegro.
    Saludos.

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