La otra mejilla: terrible.
Lo edulcoramos cada vez que lo comentamos. Que hay que hacer esto, que hay que hacer lo otro…
Pero lo que dice es claro.
Es el ideal, aunque hoy no podamos (por nosotros mismos).
Seamos sinceros: hoy no podemos.
Pero no nos engañemos: no es otra cosa.
Para aliviarme pienso en Jesús frente al guardia de Anás. Cuando recibe la bofetada. Y su “¿por qué me pegas?” (cf. Jn. 18, 23).
Así es, Juan Ignacio: para nosotros, en que el concepto del honor sigue muy vivo (afortunadamente), este mandato es simplemente imposible, salvo que nos ayude la Gracia.
ResponderBorrarEn la India o en China quizá sea distinto.
Buen punto.
ResponderBorrarMe da una pauta para trabajar: tratar de diferenciarlo del honor.
Estoy con Fernando y contigo. Una anécdota: San Josemaría Escriva, en los años 40, fue atacado duramente desde muchos frentes, y -penosamente- por parte de algunos eclesiásticos, que lo ponían de hereje para arriba. Al final, casi desesperado, se puso ante el Sagrario y le dijo a Jesús: "Si Tú no quieres mi honra, ¿yo para qué la quiero?. Y desde entonces -continuaba- todo me importa un pito".
ResponderBorrarEs extraño, Juan Ignacio, pero la idea me vino de un texto de Leonardo Castellani que leí en un blog, no recuerdo en cuál. El escritor argentino decía que no creía que el Siglo de Oro español (Lope de Vega, Quevedo, ...) fuera el momento más alto de la espiritualidad católica española, pues había una serie de características contrarias al Evangelio. Junto a la hipocresía o la devoción excesiva al Rey citaba, precisamente, un concepto exagerado de honor, que llevaba a justificar el asesinato y la violencia.
ResponderBorrarUy, uy, uy, lamento no poder estar al tanto. Me gusta Castellani, pero no leí sobre ese tema.
ResponderBorrarEs complicado, pero yo no creo que se refiera a aceptar la injusticia sino a que a pesar de ella no nos venguemos.....digo....jeje
ResponderBorrarOtra cosa en el mismo o similar sentido es lo de si te roban la saco dale los pantalones (en ropas modernas). No creo que esté apañando una injusticia y un pecado... Mhhhh me has hecho pensar.
Marcaré la casilla para ver que opinan Uds. que son más "clevers"
Gracias, Mora Fandos, tu comentario había quedado en spam en mi mail y no lo había podido autorizar.
ResponderBorrarmuy bueno,
ResponderBorrarCreo que es importante aprender a distinguir cuando nuestra reacción lleva venganza, justicia o caridad
Como nos comentaba hace poco un sacerdote, hay una señal muy clara: siempre siempre siempre, desear el bien del otro incluso del enemigo. Que no es no desearle mal, sino querer su bien