Ya se fue mayo, mes de María. Y da la sensación de que el año pasa muy rápido.
Pienso que tenemos esa sensación (de que el año pasa rápido) porque vamos corriendo de una cosa a otra. Cada hora con la mente en la hora que sigue. Cada día con la mente en el día que sigue. Sin casi contemplar, ni lo que hacemos, ni lo que nos rodea.
Para arrancar junio, entonces, y que no se nos pase el año sin darnos cuenta, les dejo este cuento muy breve de Alexander Solyenitzin (que más que cuento es una reflexión):
Reflejos en el agua
En la superficie de un torrente rápido sería imposible distinguir los reflejos de los objetos lejanos, ni tampoco el de los cercanos; no siendo turbio y estando libre de espuma, es tal el continuo fluir del oleaje, tal el cambio incesante del agua, que los reflejos resultan inciertos, poco claros e indescifrables.
Solamente cuando el torrente, después de haber atravesado ríos y más ríos, llega hasta la tranquila y ancha desembocadura, o bien hasta la silenciosa ensenada, o hasta un lago donde no tiemblan las olas, sólo entonces veremos en la superficie, lisa como un espejo, cada hojita del árbol costero, cada pluma de la nube fina y la densa profundidad azul del cielo.
Así yo, como también tú, si hasta ahora no supimos reflejar la verdad diáfana e inmortal, ¿no será porque seguimos moviéndonos constantemente? ¿De qué vivimos todavía?...
Me recuerda aquello del torrente de Heráclito que estudiábamos en filosofía griega, Juan Ignacio. Entonces, en el texto que copiás, ¿el agua es una metáfora de la vejez, cuando todo se calma y uno ve claro todo?
ResponderBorrarPero lo cierto es que uno sólo ve limpio, con detalle, el momento presente, tanto el pasado como el futuro son aguas turbulentas, difíciles de reconocer. Por ello hay que darse prisa en observar la vida, que pasa rápido.
(Y qué curioso lo del mes de mayo, mes de María: pensé que en Argentina y Chile era en octubre, junto al mes del Rosario, pues es entonces cuando hay flores allí, como pasa ahora en Europa. ¡Cuánto aprende uno en los blogs!)
J.I, muy buena reflexiión sobre el timpo que fluye y la agitación en que vivimos.
ResponderBorrarFernando: En Chile el mes de María es en noviembre, desde el 8 hasta la fiesta de la Inmaculada el 8 de diciembre. Lo celebramos por lo alto y la cantidad de personas que se acercan a plazas e iglesias a rezar unas oraciones tradicionales es inmensa. La Señora tiene una convocatoria increíble.
ResponderBorrarEn Argentina, no sé como lo harán para honrarla especialmente.
Tengo entendido que el de mayo es "oficial", entenidendo vaya a saber qué por oficial, de la Iglesia.
ResponderBorrarAhora no puedo buscar los enlaces, a la noche lo busco.
Aqui dice...
ResponderBorrarY en esta catedral del conurbano bonaerense, por ejemplo...
Juan Ignacio, los dos enlaces me parecen muy eurocéntricos: acá sí que relacionamos mayo con las flores, con ir de romería pues ya hace bueno, con la luz del día que recuerda a la luz de Dios. Pero en Argentina y en Chile es al revés, ¿no?, es el inicio del invierno. Por ello pensé que cada país lo celebraba al inicio de su primavera.
ResponderBorrarGracias por el trabajo de búsqueda.
quien sabe las palabras graves del texto con y sin tilde
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