Las mejores cosas llegan casi siempre cuando menos las esperamos. Mi cuñado que nos presenta al genio oculto de Fandermole. Un día que prendés la tele y conocés a los Coplanacu. EGM que otro día (sin quererlo ni saberlo) me dispara con Mes Aïeux… En el trabajo últimamente compartí algo de música. Me habían hecho conocer al santiagueño Horacio Banegas; muy bueno. Y al gringo Jack Johnson; bien. Pero debo a M. el inmenso privilegio de haber conocido al músico uruguayo Gustavo Ripa y su proyecto “Calma”.
“Calma” es una sola guitarra pero multitud de sentimientos. Y a mi entender es tan calmo como intenso (te puede poner la piel de gallina si te agarra descuidado). Y el sr. Ripa se cargó encima de artillería pesada: nombres que yo conocía (desde Roos hasta Drexler, pasando por Maslíah) y nombres cuya genialidad aún se me ocultaba, como Mateo, Buscaglia, Moreira, Viglietti, Cabrera, Ubal, Lazaroff, Lena, Ingold.
No puedo todavía elegir el tema que más me gustó, ¡son todos temazos! Hay que ser muy cuidadoso al elegir. Cada una de las composiciones tiene, aunque no se canta en este disco, una letra. Pero en el disco de Ripa hay que elegir sin saber la letra. “Príncipe azul” es un genial comienzo para el disco. Te compra de entrada. Pero si encima de escuchar la melodía, lees en Internet la letra de “País de las maravillas”, y sos un soñador, la elegís. Hay melodías que emocionan rápido y están las otras para las que hay que saber detenerse (y cómo lo vale) a escuchar.
La presentación del disco es muy buena. La casita en los médanos (¡quiero una!) sí que da calma. Y a cada canción, en el interior del disco Ripa le pone un comentario como: “esta canción la aprendí en…” o “esta me evoca a…”. Eso le da un toque de intimidad al disco y es una idea genial.
Gustavo Ripa es además “investigador de los aspectos terapéuticos, expresivos y transformadores del sonido y la música”. Y tiene un muy interesante currículum en la materia. “Calma”, en particular, es un proyecto que incluye un CD, un libro y un espectáculo.
Empiezo a cerrar con sus palabras: “¡Gracias por la música de la vida! Ojalá estas versiones ayuden a la introspección, contemplación, tranquilidad, sosiego, paz… y a la calma, para un mundo cada vez más necesitado de ella”.
Y pongo el broche con una canción. (No quiero violar derechos de autor, pero alguien ya colgó algo de Gustavo Ripa en Goear y enlazaré una de las que están allí). ¡Que la disfruten!
(País de las maravillas, Gonzalo Moreira y Horacio Buscaglia, por Gustavo Ripa)
Gracias por la participación musical, un abrazo.
ResponderBorrarMoro.
¡Qué bonito!
ResponderBorrar¿Cómo fue lo de Enrique García Maíquez y Mes aieux? Parece una historia sugerente.
¡Hola, Moro, tanto tiempo!
ResponderBorrarFernando, una vez EGM puso un video de la canción más famosa de Mes Aïeux porque le gustó la frase "Heureusement que dans vie certaines choses refusent de changer". Si querés verlo: clic.
Precioso¡
ResponderBorrarLeí el post, Juan Ignacio. Era muy buenos, igual que tus comentarios. Me alegro de que el Gran Enrique García Maíquez supiera apreciarlos en su justo valor.
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