América, paralelo 42 de latitud sur. La naturaleza no reconoce fronteras políticas, pero el hombre es el que manda, así que si de un lado es Chile y del otro Argentina diremos, como dicen los libros, que del lado argentino hay una intrusión de la selva valdiviana chilena.
Según nos contó una señora, allí el ciprés y el radal van juntos. El radal le fertiliza el suelo al ciprés con sus hojas ya que, a diferencia del pino, que desprende la pinocha, el ciprés no lo hace. En la primera foto (de autoría propia) se ve una hoja de radal. Y arriba, sin hojas, unas ramitas de ciprés. Y es que, a pesar de la ayuda, los cipreses se secan por lo que llaman “el mal del ciprés”. Ahí tienen un ejemplo en la segunda foto (también mía). Paradito, pero seco. (Como es más alto que el Piltriquitrón, se le enganchó una nube).
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