Hay una canción, un soul blues dice la enciclopedia, que se llama "I pity the fool". Su autor no es tan conocido como su primer intérprete, que aún así no es tan conocido como su talento mereciera (he’s underrated, dicen ahora). Se llamaba Bobby Bland y la verdad es que tanto él como los músicos hacían en esta canción una interpretación genial. En el tema el protagonista se compadece de los tontos que se entregarán enamorados a una fulana (su ex, por lo visto) y a quienes ella (sin duda) engañará también:
“I pity the fool | That falls in love with you | And expects you to be true”.
Recordé casi inmediatamente esta canción, que yo conocía por la Tedeschi Trucks Band, cuando escuché una canción mucho más nueva, que hizo la portuguesa Luisa Sobral. Y es que ella dice en la canción:
"Don't pity me | love was made for fools".
Parece justamente lo opuesto. En esta canción, llamada “Déjà vu”, la protagonista se vuelve a meter en un amor en que ya falló y que sabe que va a terminar mal, pero que parece no poder evitar, o no importarle. Y le dice a él (o a quien escuche) justamente eso: "Don't pity me | love was made for fools".
Y yo la agarré por el lado heroico. Porque si bien hay una necedad en quien insiste con algo que se ve que no funcionará, ¡qué difícil puede ser darse cuenta! El amor es así, es algo que pareciera a veces cosa de gente poco sensata. Es una entrega en el que a uno lo pueden herir, una confianza que puede ser traicionada. Y hay cierto orgullo en el tono de la canción. No me tengas lástima. Soy un tonto, pero es por amor.
Hasta aquí el tema principal de la entrada. A continuación algunas curiosidades.
Si uno va al mundo Google y pregunta por "I pity the fool", todo es Mr. T y su catch phrase de Rocky III: "No, I don't hate Balboa, but I pity the fool". En un video el actor explica que acuñó esa frase basado en la Biblia. Porque en muchos pasajes bíblicos hay personas que piden piedad y en muchos otros hay quienes dicen que hicieron cosas tontas. Entonces él los juntó, dice, y registró la frase. Pero la canción “I pity the fool” es más antigua que la película, y me sorprende que nadie destaque eso. Yo, por lo pronto, ya lo hice.
Y ya cerrando, quizás convenga hablar algo sobre el título de la canción de Luisa Sobral, “Déjà vu”. Es que el otro día el candidato Fernández asoció la crisis actual a la crisis del 2001 mediante un efecto déjà vu. Y creo que le pifió. Porque un déjà vu sería como “el recuerdo de algo que no pasó”, esa sensación que “yo estoy lo viví antes”, pero en realidad nunca pasó. Y como en 2001 hubo una crisis según él similar, lo que sucede ahora es que se reviven o recuerdan esos momentos, existentes sí en el pasado.
Y Luisa Sobral, ¿lo usa bien? Ella, que se entrega de nuevo al mismo amor que le falló, dice que ve en él una mirada de déjà vu. Pero, de nuevo, si eso ya pasó, la experiencia de él solo sería literalmente algo déjà vu (en francés: algo ya visto), pero no el tipo de paramnesia del reconocimiento llamada déjà vu y que, como dijimos, podría ser explicado como “el recuerdo de algo que no pasó”.
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