El ladrón honrado de Dostoyevski es un cuento muy simple que agradará a quienes gusten de las cosas simples pero sobre todo a quienes gusten de los momentos decisivos de la vida, a quienes puedan emocionarse por un pequeño gran gesto. Todo conduce al final. (¿Me salió como si fuera un crítico de revista dominical?)
Pero aparte del meollo del asunto, en toda la trama se desarrolla una actitud humana de la que por momentos pensé: "¿Realmente los rusos son o eran así? Aunque en seguida me di cuenta que había sentido lo mismo hace poco mientras leía otra historia. Y me sorprendió al recordar que esa historia era "Bartleby, el escribiente", de Herman Melville. Y entonces me pregunté: ¿La gente antes era así?
En ambas historias hay uno que debe "soportar" a otro en cuanto a darle alojamiento, comida o trabajo y ser siempre traicionado, o al menos perjudicado. Y se manifiesta vivamente al lector el perjuicio; al benefactor se le ve muy mal, lo echaría a patadas al socorrido, pero por algún tipo de misericordia se conmueve y lo soporta, lo perdona, y sigue adelante. Uno con la corrección americana, otro con el estoicismo del ruso; eso se repite varias veces y llega a ser irritante para el lector.
¿Realmente la gente era así en las ciudades (o donde sea)? ¿Pasa esto hoy en día? Tengo la sensación de que estas cosas hoy no podrían pasar, que nadie toleraría tanto. Que solo se puede llegar a ver esto en hogares de caridad, con gente dedicada al servicio social. ¿Será así o seré yo, que no estoy a la altura de esa caridad?
Una peculiaridad que descubrí al cerrar estas líneas es que en ambas historias el benefactor, protagonista y relator en primera persona, es anónimo (y los libros llevan su título por los socorridos).
¿Pasa esto hoy en día? -> No leí los cuentos, pero sí, en los pueblos del interior pasan cosas por el estilo.
ResponderBorrar¡Fa!
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