Si hay una procesión que me emociona es la de las ofrendas, y aquella iniciativa fue para aplaudir. El cura de la parroquia vecina anunció un día que habían organizado la procesión de las ofendas. Habían notado lo que es muy común hoy día en muchas misas: los que llevan las ofrendas se lanzan en un momento a caminar; en ese momento el guía dice unas palabras e indica el canto; cuando el canto comienza, los que nos representan ya han llegado al altar e incluso ya han entregado al sacerdote las ofrendas, quedando su procesión desapercibida para la mayoría de los fieles.
Así que ahora si vas a la misa vecina podrás observar como se anuncia la procesión y su canto, y luego todos marchan juntos hacia el altar. Mientras que los que se quedan en los bancos pueden así caminar junto con ellos.
Eso si, el guía debería decir palabras acordes y con sentido, una de las peores preguntas que te pueden hacer después de misa (sin olvidar ¿Que lecturas se leyeron?) es esta:
ResponderBorrar¿Que dijo el guía en el momento del ofertorio?.
:-)