Hace unos días que siento que vengo obrando desde impulsos muy bien intencionados pero efímeros. Mis actos nacen de la reflexión (no siempre), pero deben nacer más de la oración.
"En recitando" el salmo en misa, nuestra expresión (la de lo comunidad) me dió sensación de pobreza, así que nuevamente me propuse leer más los salmos, "los himnos más bellos". Agarré mi "mini librito" de los salmos, me tiré en la horizontal, lo abrí y leí uno, el primero. Y me habló a mí. Directo. No suelo trancribir la palabra de Dios acá. Dejo la cita, eso sí. Si no tienen a mano el Salmo 1, leanlo aquí.
Y me quedé haciendo propósitos: en la ley del Señor me deleitaré, día y noche trataré de meditar en ella...
(Ejem, no sé si observan mi nuevo formato. Es sólo un toque, por eso de no querer ser igual a todos. Gracias mando al que lo hizo).
"En recitando" el salmo en misa, nuestra expresión (la de lo comunidad) me dió sensación de pobreza, así que nuevamente me propuse leer más los salmos, "los himnos más bellos". Agarré mi "mini librito" de los salmos, me tiré en la horizontal, lo abrí y leí uno, el primero. Y me habló a mí. Directo. No suelo trancribir la palabra de Dios acá. Dejo la cita, eso sí. Si no tienen a mano el Salmo 1, leanlo aquí.
Y me quedé haciendo propósitos: en la ley del Señor me deleitaré, día y noche trataré de meditar en ella...
(Ejem, no sé si observan mi nuevo formato. Es sólo un toque, por eso de no querer ser igual a todos. Gracias mando al que lo hizo).
Bien por el nuevo formato y por los objetivos espirituales.
ResponderBorrar¡Aguante los salmos!
Me gustó...
Es como el árbol
plantado a la orilla de un río
que, cuando llega su tiempo, da fruto
y sus hojas jamás se marchitan.
¡Todo cuanto hace prospera!