viernes, 12 de agosto de 2005

Amores técnicos

¡Cuánto me reí con aquella carta de Baldomero Tapioca a su amada Graciana! Él, estudiante de medicina; ella, una chica muy pobre y sencilla. Y mencionar a Eduardo Wilde puede ser "llamativo" para los que sepan de historia (no es mi caso). Pero yo propongo una lectura inocente, sin pensar en lo que el autor pueda representar.
De "Prometeo y Cía.":
Baldomero estaba perdidamente enamorado de Graciana y de otras varias jóvenes; así se lo dijo un día, suprimiendo lo referente a las otras jóvenes, en lo cual obró con una prudencia sorprendente en su edad, pues sólo tenía veinte años.
La proporción de edades había sido ya dis­cutida. Arreglado este punto, no quedó pendien­te sino el de la correspondencia de sentimientos, destinados a ser resuelto en otra corresponden­cia, la epistolar.
Y aquí me es forzoso decir, sin ofensa para nadie, que en esta última Baldomero abusó de los términos técnicos y Graciana maltrató ho­rriblemente a la ortografía, pues jamás escri­bió "yo te amo" sin ponerle una h en alguna parte. Sólo dos ejemplares poseo en mi archivo, rico en autógrafos históricos, de las cartas cambia­das entre estos célibes, y voy a transcribirlas en beneficio de la humanidad literaria.
Baldomero a Graciana:
Ángel hipertrófico, es decir, magno: la arte­ria coronaria de mi corazón se cierra apenas mi retina percibe los músculos risorios de tu boca, y mi tórax se siente atacado de angina péctoris. ¡La circulación cardiaca se detiene, y turgencias espasmódicas forman protuberan­cias en mis órganos! Espérame a las siete post meridianum, en el anfiteatro de nuestros amo­res. Tuyo, como del hombre el pensamiento,
Firmado: Baldomero Tapioca
(...)

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