(...) tomé como ejemplo la proposición (...) de que el matrimonio es bueno para el rebaño común, pero puede ser violado con ventaja por especiales “experimentadores” y pioneros. La debilidad de esta posición es que no toma en cuenta el problema de la enfermedad del orgullo. Resulta bastante fácil decir que las almas más débiles es mejor que estén protegidas pero que debemos dar libertad a George Sand o hacer una excepción con George Eliot.
El acertijo práctico es que es precisamente la clase más débil de novelista femenina la que piensa que es George Sand. Es precisamente la mujer más tonta la que está segura que es George Eliot. El alma pequeña es la que cree ser una excepción. El alma grande está simplemente orgullosa de ser la regla. Hacer propaganda para gente excepcional es coleccionar todos los malhumores, fantasías enfermizas y ambiciones fútiles de la tierra. El buen artista es el que puede ser entendido. Es un mal artista el que siempre es “incomprendido”. En pocas palabras, el gran hombre es un hombre. Siempre es alguien de décima categoría el que es el Superhombre.
jueves, 14 de septiembre de 2006
Gente excepcional
Entre otros “picoteos” y recomendaciones, volví un poquito a Chesterton. Y por caminos poco comunes. Se trata de aquel librito de reciente edición llamado “De todo un poco”, con artículos de “The Illustrated London News” traducidos al castellano (aviso público en el blog de Cruz y Fierro).
“Los lazos del amor”, 2 de julio de 1910.
Fantástico!
ResponderBorrarSiga pro favor, señor copista
Me gusta tu blog. Me gustaría enlazarte en El sentido de la vida, pero no sé quién eres. Puedes encontrar mi dirección en el blog. Saludos.
ResponderBorrarGracias por el interés.
ResponderBorrar¡Y qué pregunta me has hecho!
Soy el que fui hecho por El Que Es, redimido por su Hijo y asistido por su Espíritu Santo.
El resto (y no todo, pero bastante) te lo podré ir contando, ¿qué es lo que necesitas saber para enlazarme?
Saludos.