Ya que Ecazes lo sugiere, sigo con Chesterton. Pero aunque el resto del artículo ya citado es interesante, vayamos a otro en el que G. K. hace una analogía entre el hundimiento del Titanic y la sociedad moderna (1912).
El artículo se llama “La analogía del gran naufragio” y aunque es muy corto, todavía no lo terminé. Empieza aclarando que “la tragedia del gran naufragio es demasiado aterradora para analogías de mera fantasía”. Pero la que él se propone contar no lo es. Y creo que esta es una de las frases más interesantes:
El artículo se llama “La analogía del gran naufragio” y aunque es muy corto, todavía no lo terminé. Empieza aclarando que “la tragedia del gran naufragio es demasiado aterradora para analogías de mera fantasía”. Pero la que él se propone contar no lo es. Y creo que esta es una de las frases más interesantes:
Muy fuera de la cuestión de si alguien es culpable, permanece el enorme hecho sobresaliente de que no hay ninguna clase de sana proporción entre la extensión de provisiones para el lujo y la levedad y la extensión de las provisiones para la necesidad y la desesperación. El esquema hizo demasiado para la prosperidad y demasiado poco para la angustia -exactamente como el estado moderno.
Agitadas así las aguas de mi pensamiento, salieron otras cosas a la superficie. Una es una expresión del autor Mora-Fandos:
Me asombra la tranquilidad de ánimo con que nuestro mundo confía en domar hasta el propio mal. Domar, no domesticar, porque eso supone hacer domésticos, de la domus propia, hacer de la familia, familiarizar con uno a alguien.
Y otra es una de las frases de la campaña de un político, que no hace mucho empapeló paredes. Con la intención de prometer acceso seguro a la asistencia sanitaria (imagino), el don, o sus asistentes, se despachaban con una frase que revelaba toda una idea de fondo (consciente o inconsciente). Con imagen de un bebé pequeño, decía en generosa imprenta algo como: “Por el derecho a crecer sanos”. (Como si no enfermarse nunca fuera un derecho del hombre).
Resumiendo, tres aspectos de un mismo problema: no tener en cuenta el mal, pensar que lo dominaremos mediante nuestras fuerzas y, más aún, pensar que tenemos el derecho a no sufrirlo.
(Líbranos del mal)
Muy buena entrada, certera.
ResponderBorrarFaltaría alguna mención al valor del mal.
ResponderBorrarAl poder redentor del sufrimiento...
Cada una de las frases y expresiones sólo expresan un aspecto de la cuestión.
ResponderBorrarDe acuerdo en que falta decir muchas cosas, pero que queden ya insinuadas en los comentarios...
Se me ocurre una importante para aclarar: estamos llamados a vencer al mal, y a vencerlo haciendo el bien.