miércoles, 11 de octubre de 2006

Misterio del voto de amor


Con esta genial foto del fotoblog "subtes", ilustraré este fragmento de Chesterton (“Los lazos del amor”, 2 de julio de 1910, Illustrated London News, traducción Carlos R. Domínguez):
No es que los jóvenes enamorados no quieran jurar sobre el Libro. Siempre lo hacen. No es que todo amor joven nace libre de las tradiciones sobre ataduras y promesas sobre lazos, firmas y sellos. Al contrario, los amantes se detienen con la más salvaje pedantería y precisión sobre estas cosas. Hacen las cosas más locas para hacer a su amor legal e irre­vocable. Se hacen uno a otro tatuajes con promesas. Gra­ban sus nombres y sus votos en rocas y robles. Entierran cosas ridiculas en lugares ridículos para que atestigüen so­bre ellos. Se unen el uno al otro con anillos. Inscriben sus nombres recíprocamente en Biblias. Si se ponen delirantes (lo que no es imposible), solamente están locos con la idea de unirse y nada más. Es absolutamente cierto que la tra­dición de sus padres y madres está a favor de la fidelidad. Pero es enfáticamente falso que los amantes simplemen­te la siguen. La inventan de nuevo. Es muy cierto que los amantes sienten que su amor es eterno e independiente de los juramentos. Pero es enfáticamente falso que no quieren hacer juramentos. Tienen una sed ardiente por ha­cer tantos juramentos como sea posible. Ahora bien, la paradoja es ésta, éste es todo el problema. No es cierto, como quisiera Miss Farr, que las personas jóvenes se sien­ten libres de los votos, teniendo confianza en la constancia, mientras que la gente mayor inventa los votos, habiendo perdido la confianza. Eso sería demasiado simple. Si fuera así, no habría ningún problema. El hecho sorprendente pero muy firme es que los jóvenes están especialmente en­tusiasmados con colocarse cepos y ataduras finales en el mismo momento en que piensan que son innecesarias. El momento en el que quieren el voto es exactamente el mo­mento en que no lo necesitan. Esto merece ser conside­rado.
Se sospecha que no es casualidad que la oportunidad de hacer esto surja justo hoy, en un trigésimo tercer aniversario de matrimonio: el de mis padres. ¡Felicitaciones!

5 comentarios:

  1. Felicidades a los valientes...
    Fantástica la foto ilustrativa

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  2. Impresionante, tienen mi edad en años de casados.

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  3. ¡Buenísimo!
    ¡Felicitaciónes a tus padres!

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  4. ¡Gracias y me alegro que les haya gustado!

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  5. De Rafael Alberti, según el libro "La otra Buenos Aires":

    Por las Barrancas de Belgrano
    los dos amantes, mano a mano.

    Juramentadas sombras ardientes,
    los dos amantes, por las pendientes.
    De Juramento, juramentados,
    los dos amantes enamorados.

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