Claro que más famoso es el lápiz de Unamuno, pero este regalo que me hizo mi esposa es muy original (cuerpo de tres caras de madera negra y exterior plateado) y es el que me acompañará por los próximos tiempos. Marcará libros y hará alguna que otra anotación en un cuaderno que descansa en la mesa de luz. De hecho ya ha escrito dos palabras, dos frases y cinco versos (todos ajenos, por supuesto).
[Logueados en bloglines habrán visto que edité y recorté esta entrada. Había una imagen de mi cuaderno en donde descubrí un error de ortografía. La frase bien escrita es "Qui vivra verra" (quien viva verá, si me permiten) y perdón por la ignorancia pero la encuentro en listados de frases en latín y en listado de frases en francés.]
Yo reconozco entre mis múltiples afectos desordenados el que le tengo a los artículos de librería. Pocas cosas tan lindas como un cuaderno nuevo o una birome lista para usar, llena de tinta. Son el preludio de la creación, y un estímulo a lanzarse en ese mar desconocido...
ResponderBorrarBueno, no lo veo tan desordenado a ese afecto... tu sabrás...
ResponderBorrarMe sumo a los consumidores de articulos de libreria, creo que no hay como un buen trazo o una buena primera página de cuaderno rayado.
ResponderBorrarPor si no lo aclaré... ¡yo también me sumo!
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