La que más sufre es la mujer.
Si es como dicen, que la mujer puede amar más, entonces también la mujer sufre más. Y si además es madre...
Dicen que el sufrimiento del otro no es el mejor consuelo para el de uno. Pero yo creo que en mayor o menor forma ayuda. No sentirse el único, no sentirse solo.
Hoy dijo otra vez Simeón a María: “y a ti misma una espada te atravesará el corazón”. (Lc. 2, 35)
Que las madres puedan unir sus sufrimientos a los que padeció Nuestra Madre del cielo. Así no estarán tan solas.
De hecho, las que más aman y más sufren son las más devotas de María. Lo que dices es cierto, creo que todos tenemos experiencia de ello.
ResponderBorrar"Las que más aman y más sufren son las más devotas de María".
ResponderBorrarInteresante teoría,
sí señor...
Hay un poema celebratorio de Francisco Fortuny, que leí y no he vuelto a ver jamás, que va repartiendo bendiciones por ahí. Cuando llega a su suegra le alaba que fue capaz "de parir la hermosura". He pensado en esos versos a menudo y ahora al leer tu entrada. Tu suegra además te regala otra hermosura, porque los sonetos de Shakespeare...
ResponderBorrarY encima mi esposa me hizo otro magnífico regalo. Una cosa trae la otra...
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