lunes, 28 de abril de 2008

Santos modernos para tiempos modernos

Los tiempos modernos escapan a la ira de Dios sólo gracias a unos pocos justos. Son tiempos contradictorios:
Este siglo que va de tumbo en tumbo
ama y odia la guerra, odia y ama la paz.
De noche ofrece a Venus mil millones de sexos
y en el día consagra sus niños a Moloch. (*)
Estos tiempos se salvan gracias a figuras como la que recordamos hoy: Gianna Beretta Molla, una santa contemporánea (una entre muchas otras desconocidas, ya que si son pocos los justos, son menos aún los conocidos). Esta médica y madre italiana de 39 años que estaba embarazada y enferma, que sabía que si su hijo nacía ella podía morir, decidió seguir adelante y dio su vida por la del niño. Aquí nomás, en 1962, en Milán.
Que la entrega por nuestros hijos esté inspirada en el hermoso testimonio de esta moderna Juana, cuya historia pueden conocer en Saintgianna.org (en inglés) o en Corazones.org (en castellano).
(*) Ibáñez Langlois, Poemas dogmáticos, Temps modernes, 1970.

viernes, 25 de abril de 2008

Ahora sí entiendo

Siempre fui muy bruto para la política. Yo pensé que el nuevo requisito para ocupar un cargo en este gobierno era llamarse Fernández (como ya van cuatro...).
Pero no, hay que cimentar la unión con algo más duradero. De aclarar eso se encargó hoy el Aníbal de los Fernández cuando se refirió a la asunción de Carlos y dijo: “Piensa en los mismos términos que nosotros”. ¡Uh! Ahora sí. Exito asegurado.

martes, 22 de abril de 2008

Alter mundi - I. Un paseo por el ártico


Ayer F., que inventa nombres de animales, comunes y propios, bautizó a un pequeñito pez de juguete, y a toda su especie, como "peces Mimich". Yo le dije entonces que debían ser unos peces rusos, lo cual le pareció aceptable. Como dijo que los peces Mimich eran comidos por los osos polares, concluimos que ellos podrían tener hábitat en el mar ártico ruso, cerca del polo norte.

Motivado por esta historia y juego que hicimos, me fui después al Google Earth a pasear por la zona ártica. Así descubrí la Tierra de Francisco José, un archipiélago ruso que es una de las tierras más cercanas al Polo Norte (900 a 1110 km; 80º a 81,9ºN). Fueron bautizadas así por sus descubridores en honor al emperador de Austria Francisco José I, pero como la expedición no era oficial sino costeada por fondos privados, las tierras no pertenecieron nunca a Austria.

La historia de tierras polares y nombres siguió de lo más interesante. Al Google Earth lo acompañé con la ya inevitable Wikipedia. De enlace en enlace y haciendo girar al globo a piacere, viajé a la Isla de Ellesmere, el territorio canadiense más septentrional. Allí se encuentra Alert, el poblado más cercano al Polo Norte (840km). Un asentamiento de 5 habitantes permanentes (censo 2006), habitantes temporales militares, estación de clima, laboratorio de monitoreo de atomósfera y aeropuerto; días con luz solar durante las veinticuatro horas y frío polar: la temperatura promedio mensual supera los 0º sólo en julio y agosto.

Ya sin contar con presencia humana permanente, es América la que tiene la porción de tierra emergida más cercana al Polo Norte. Y es en Groenlandia, la gran isla bajo gobierno danés. Pero hay una curiosa historia de descubrimientos sucesivos. Hasta no hace mucho el punto más septentrional de tierra firme era considerado el Cabo Morris Jesup (83º37’39’’, 708 km del Polo Norte). Sin embargo, posteriores mediciones comprobaron que la que ostenta ese título es la Isla Kaffeklubben, ya conocida desde 1900. El curioso nombre de esta isla refiere al club de café del museo de mineralogía de Copenhague (una nota cálida para esa helada zona, ¿no?). En 1969 se comprobó que la isla Kaffeklubben está 850 m (¡!) más al norte que el cabo Morris Jesup.

Pasado el tiempo surgió una discusión, porque se avistaron bancos de arena más al norte. Pero un banco de arena no es tierra emergida. Al banco de arena más septentrional se le puso el nombre de Oodaaq, en honor al esquimal que acompañó al famoso explorador polar Robert Peary.

Ya estoy pecando de largo con esta entrada. Así que terminaré presentándoles al archipiélago Svalbard. Estas islas pertenecientes a Noruega son muy interesantes, entre otras cosas, porque en su ciudad capital, Longyearbyen, tiene sede el centro de estudios universitarios más septentrional del mundo (78ºN), el University Centre in Svalbard, para estudios científicos y técnicos árticos.

En el mismo archipiélago funciona (oficialmente desde febrero de 2008) la "Bóveda Global de Semillas de Svalbard" (el "Arca" de las semillas), proyecto financiado por Noruega en donde se aloja gratuitamente a millones de semillas en más de 1400 especies, enviadas desde distintos países del mundo para preservarlas de los riesgos de desaparición por catástrofes o cambio climático.

"Amigos, voy a dejarlos, ya está mi parte cumplida...", decía un cantor. Para ver paisajes y asombrarse con más datos de estos lugares árticos, pueden seguir los enlaces que sembré a lo largo del camino.

(Foto: Alert vía Weather underground)

miércoles, 16 de abril de 2008

Preguntas y respuestas (segunda edición)

Alguna (lejana) vez hicimos algo así. Preguntas y respuestas. En esta oportunidad, como un Tinelli cualquiera, repetimos la fórmula, aunque dándole al contenido un sesgo... digamos... geográfico.
1.- ¿Cuál es la última colonia británica en América continental?
2.- ¿A qué continente pertenece la Isla de Pascua?
3. ¿Qué país tiene más alta fecundidad (número de hijos por mujer), Argentina o Brasil (año 2006)?
Para ver las respuestas hay que hacer clic en la imagen que está a continuación. Y saber leer al revés. Las respuestas son según el Almanaque Mundial 2008.

domingo, 13 de abril de 2008

Lenguas africanas

A través del Almanaque Mundial 2008 (porque un libro sigue siendo todavía hoy, en tiempos de Internet, una excusa inigualable para leer en todo momento y lugar cosas como la historia reciente de Eritrea, la monarquía en Tuvalu o el fallecimiento de Ferenc Puskas), a través del Almanaque Mundial, decía (¿Todavía editan esto? ¿Quién lo puede comprar? Sólo un nostálgico; es hereditario, por cierto, mi padre se compró recientemente los originales de “El tesoro de la juventud”), a través de este libro que les cuento, y a ver si ahora lo digo, me enteré que en África el idioma más hablado (por cantidad de habitantes) es el árabe.

“¡Tanto lío para eso! ¡Y vaya novedad!”, dirán algunos en tono “sobrador”. Pero los más curiosos quizás se pregunten por el inglés, el francés, el portugués o, los que saben un poco más, por el swahili. Pues bien, acá un cuadrito en el que trascribo la información de número de habitantes por lengua, sobre un total de habitantes africanos estimados para 2010 en más de 1009 millones.


Y hay 51 idiomas más, así como 85 dialectos. Toda una Babel para el continente al que los científicos quieren declarar como tierra de Adán y Eva.

jueves, 10 de abril de 2008

Sólo a fuerza de amarte

Con algo de aquello del sentido religioso siempre dando vueltas, fue imposible pasar por alto este poema de Ibáñez Langois, “Te presienten cercano...”. ¡Qué pintura del drama de fe de un teólogo!
Te presienten cercano las estrellas,
de girar hacia ti, te han aprendido.
Y los vientos, qué tacto insobornable,
ya sabrán hacia dónde se desvelan.
Y la última piedra de este mundo,
de rodar a tus manos, te adivina.

Sólo yo giro errante, adusto mártir
de un amor desconocido.
Sólo yo te acompaño cada día
como un ciego a su noche, como un hombre
que se sienta a los bordes del abismo
donde cae su vida, caen años
ataviados de hueca oscuridad.

Sólo a fuerza de amarte tal vez sepa
cómo te llamas, tiniebla.
Y a costa de verter toda mi sangre
por tu nombre en los días, llegue a ver
por quién muero, oscuridad.
De "La casa del hombre"; José Miguel Ibáñez Langlois; 1962

lunes, 7 de abril de 2008

Why did you go and bring a Merc?

En “Las últimas órdenes”, los amigos y el hijo van llevando las cenizas del difunto para cumplir su último deseo: esparcirlas en el mar desde el muelle de un pueblo costero. El hijo, que tiene negocio de autos, había elegido para la travesía (y para sorpresa de los amigos del difunto) nada menos que un Mercedes Benz (“a Merc”) de su parque, porque pensaba que era apropiado para las circunstancias, para honrar a su padre. En medio de la travesía se da este diálogo:
- Do you think he was just trying it on? Just to see if we'd do it?
- So you think he knows. You think he can still see us, don't you?
- 'Course he can't see us. He can't see nothing.
- Mind you, Big Boy... If he can't see us, if he can't see nothing, why did you go and bring a Merc?


(- ¿Pensás que él sólo estaba viendo si se podía? ¿Sólo para ver si lo hacíamos?
- Entonces, vos pensás que él sabe. Vos pensás que él aún puede vernos, ¿no es cierto?
- Por supuesto que no puede vernos. Él no puede ver nada.
- Sin embargo fijate, muchachote... Si él no nos puede ver, ¿por qué te trajiste un Mercho?
)
Aunque la intención del guionista no sea dejar esto como final, sino que agrega la intervención de un tercero que aclara que “it’s the gesture” (“es el gesto”), y aunque la película no es la gran cosa, este solo pasaje justificó para mí el haberle dedicado al asunto la hora y tanto que tomó.
Si rendimos honores a los muertos es porque algo nos dice que la vida después de la muerte existe. Si el que antes era, ya no es más, ¿a quién homenajeamos?

domingo, 6 de abril de 2008

Dos versos...

No es por relacionar todo con el escritor preferido que uno tiene. Pero al leer unos versos de José Miguel Ibáñez Langlois evoqué otros de Leopoldo Marechal. La relación no es del todo caprichosa si tenemos en cuenta, al menos como base, que Ibáñez Langlois conocía al menos algo de la obra marechaliana (*).
Desde mi honda ignorancia, califico a esta similitud de los versos de “estilística”. Y es entonces que quizás alguien con un mínimo conocimiento me pueda decir que no existe tal coincidencia, que no es un recurso o estilo original el que asemeja a los versos, sino que es un lugar común en el que cientos de autores pueden caer sólo por hacer poesía (y que lo que yo dije sería tan absurdo como decir que dos escritores escribieron algo parecido porque ambos usaron metáforas, o porque ambos escribieron con las letras del alfabeto).
Tomado de “Desde el cauce terreno”, 1956, Ibáñez Langlois:

Se conversa de Dios tras estos cortinajes.
Las buenas personas se interesan por el caso de Dios.

Tomado de “Largo día de cólera”, en “Días como flechas”, 1926, Marechal:

En el uso del hombre se fatiga el silencio.
Las rutas envejecen con el paso del hombre.

(*) Según dice Graciela Maturo en el prólogo a “El banquete de Severo Arcángelo”, en el tomo IV de las obras completas de Marechal, Ignacio Valente (seudónimo para las obras de crítica de José Miguel Ibáñez Langlois) fue uno de los que han hablado de los distintos aspectos de esa novela marechaliana. Por cierto, Graciela Maturo en ese escrito confunde el nombre de pila del chileno, José Miguel, con José María.

jueves, 3 de abril de 2008

Historia de una lectura

El ejemplar lo recibí de regalo y tiene, entre tapas duras, cuatro novelas de Graham Greene. Además del sello de la librería en donde fue comprado, tenía otro de la sección de pediatría del Hospital Pirovano. Y escrito a mano, con lápiz negro, en una de las primeras hojas, la siguiente frase: “Las derrotas son pasajeras”. (Quizás un médico. Quizás el padre o la madre de algún paciente internado. Quizás un dueño aún anterior...)
Aunque tenía otros regalos previos pendientes, decidí leer una de las novelas y elegí la primera, llamada “The man within” y traducida como “Historia de una cobardía”, que parece ser también la primera escrita por el autor (“Apenas si hay tiempo para los clásicos”, me dije otra vez. Pero respecto a esta norma, que me guía en mis elecciones, suelo aflojarme a veces, porque lo creo conveniente. Y para hacer las excepciones tengo los regalos, como este).
Han leído sin duda alguna vez libros en que el lector anterior marcó pasajes. Este era uno de ellos; el dueño anterior marcaba con una cruz al margen. Han sin duda también alguna vez comparado lo que Uds. marcaban (si es que marcan) con lo que había marcado el lector anterior. Pues bien, en la elección de pasajes relevantes o preferidos yo estuve difiriendo del antiguo dueño del libro desde el inicio de la obra hasta que, en la página 133, coincidimos en esta cita:

Lo intentaré otra vez, lo intentaré otra vez -se prometió, acallando la burla que por sí mismo sentía-. No me importan (sic) cuantas veces vuelva a caer. Lo intentaré de nuevo siempre.

Al margen de la mala traducción o error gramatical, no parece novedosa o muy original la frase, pero en el contexto de la obra es fuerte porque es la respuesta a una situación anterior desesperanzada. Y así se refuerza el valor de una característica que es parte de la vida del cristiano y pecador.
Pero lo más interesante es que, después de investigar un rato, veo que este pasaje está muy a tono con la frase inicial escrita a mano sobre el libro. Porque la frase en cuestión, que parece ser de M. Kundera, se completa así: “Las derrotas son pasajeras, es la claudicación lo que las vuelve permanentes”.