No se llama así, así la nombré recién, para usarla en el título de esta entrada. La teoría de Jesús Sanz Rioja me gustó (ver aquí). Pero más allá de su acierto o no en las causas, creo que la observación del problema es muy cierta. Creo que no me equivoco si digo que de un tiempo a esta parte acá en Argentina también se usan muchos sobrenombres de una sílaba (donde antes se usaban dos).
Después de haber leído a Jesús empecé a estar más atento. El primero que escuché fue algo poco común. Cin, por Cinthia. Me pareció feo, por lo difícil de pronunciar. Luego recordé Fran, que está muy de moda en estos días para los Franciscos. Recordé también Sil, para Silvia o Silvina (que también es raro, pero claro, decir Silvi es como que ya queda anticuado). Etcétera.
Luego me empecé a divertir. Qué poca cosa sería un Ve para Verónica. Qué feo sería un Ol para Olga. Qué imposible sería para Adriana, A. Algo rudo para llamar a Eugenia, Eu. Algo impreciso el Ma, ya que es para Maria, Mariana, Mariela, Marina... Muy negativo para Nora, ¿No?
Después de haber leído a Jesús empecé a estar más atento. El primero que escuché fue algo poco común. Cin, por Cinthia. Me pareció feo, por lo difícil de pronunciar. Luego recordé Fran, que está muy de moda en estos días para los Franciscos. Recordé también Sil, para Silvia o Silvina (que también es raro, pero claro, decir Silvi es como que ya queda anticuado). Etcétera.
Luego me empecé a divertir. Qué poca cosa sería un Ve para Verónica. Qué feo sería un Ol para Olga. Qué imposible sería para Adriana, A. Algo rudo para llamar a Eugenia, Eu. Algo impreciso el Ma, ya que es para Maria, Mariana, Mariela, Marina... Muy negativo para Nora, ¿No?
Totalmente de acuerdo, Ju.
ResponderBorrarHola, Ju Ig, ¿o es Juig?
ResponderBorrarMuy bueno el post al que te remitís, pero claro, si se abrevia no es por un problema de acentuación de palabras, sino por mera pereza española. Me hizo gracia que citara mi nombre, porque es así: algunos de mis muy cercanos me llaman "Fer", lo de las tres sílabas es agotador.
Sí, Amelia es Ame, Alberto es Al, Alfonso también es Al, y así en muchos casos. Pero también está el fenómeno (en Madrid) de la conversión de los nombres en ingleses, Pablo es Pol, María es Meri, Juan es Yon, Roberto es Rober, Elena es Jelen, ... Algo han contribuido a ello los emigrantes sudamericanos, igual que a enriquecer nuestro repertorio con nuevos nombres. Hasta que ellos llegaron ¿cuántos Yamil conocíamos en Madrid? ¿Y cuántos Yonatán? ¿Y cuántos Ronald?
Afectuosamente,
Fe.
Pues yo llevo casi cuatro décadas siendo Ele.
ResponderBorrarNo se como es allá, peor aquí hay apodos que son casi automáticos:
Jesús: Chucho o Chuchú. José:Pepe. Fernando: Nando o nano. Para Ignacio, Nacho. Toñi/ Toño para Antonia/o
Ahora miro, y son todos del siglo pasado. Tienen dos sílabas.
Juani, a ti prima le dicen Eu muchas veces, no es demasiado reciente en ese caso. Pero es cierto, hay apodos cada vez más breves (el tiempo es tirano...). Creo que para algunos nombres ya pasados de moda podría ser aún peor, como para Odile, Ubaldo u Obdulio.
ResponderBorrar¿Y con los nombres orientales cómo es? ¿Antes eran largos y terminaron siendo lo que son: Lee, Chiang, Song, Chun, Shun, Sen, Ai, Ang, Ling, Pu, Mai, Hou, Shin, Yui?
Yo a Inés le digo I a secas y Bárbara tiene un segundo nombre en internet, le pongo B.
ResponderBorrarEl día de mañana nos llamaremos cada uno por nuestra propia dirección ip.
¿Como te va 172.16.4.39?
¡Hola, Mae!
ResponderBorrarFernando, Ame para Amelia es ya largo. Pero Fer es un clásico, no es deformación moderna. Ahora bien, Fe es muy... teologal.
Definitivamente, Eca, te estás quedando en el pasado con esos ejemplos (por cierto, ecuchaste alguna vez el Majo, ¿no?)
¡Hola, Pecé! Me diste a pensar y creo que los japoneses para hacerlo más familiar es como que lo alargaran. Por ejemplo, si es mujer le agregan chan y si es varon san. Como Daniel San, de Karate Kid (grandes referencias que uno tiene). Pero los que citás (y a la flauta que te sabés unos cuántos), son más vale chinos, ¿no?
Javier (Xav, ahora que caigo), escalofriantes predicciones tipo Huxley u Orwell las tuyas.
Saluti.
Me quedé pensando si un consuelo para las Eugenia podría ser el tomar etimológicamente el nombre y así el significado de Eu, que lo tiene por si mismo.
ResponderBorrarYo trabajo en un colegio y veo dos deformaciones de este tipo que me parecen horribles: una es la que vos decís: he escuchado "So" por Sofía, "Bel" por Belén, "Gia" por Gianina, "Gi" por Gisela, et cétera.
ResponderBorrar(Ahora que lo escribo veo que esto cae mucho más en las mujeres que en los varones).
Otra es una "u" horrorosa que ponen al final: Belu, Andru, Maru (más común), Merchu, Inu, et cétera.
Igual, si a mí me dicen "San", me hacen un favor.
Saludos.
Pero a vos no te dicen San, sino quizás uno que es muy común también y monosílabo... pero no violaremos la confidencialidad.
ResponderBorrar¿Sabès que yo también pensé que pasa mas en mujeres? Es como que a veces, no siempre, decirlo queda medio "mariconazo", ¿no?
Ci vediamo Sangru.
Maru es distinto a los otros -u, porque abrevia no a María sino a María Eugenia... (al modo de Juani, que es distinto de los apodos en -i)
ResponderBorrar¡Muy divertida la entrada Jú I!
ResponderBorrar¡Saludos.
¿Maru exclusivo de María Eugenia? Eso no lo sabía...
ResponderBorrarGrandes saludes, Jo.
Ju ju
ResponderBorrarRe.
Na
Ja. Sin develar mi nombre, te digo que (Deo gratias!) no recuerdo que me lo hayan recortado. Más bien agregado, con un "is" al final o un "ito". Esta última forma es la que más cerca está de simpatizarme.
ResponderBorrarYo tengo la costumbre de tratar a las personas por el nombre por el que se han tomado tanto trabajo pensando y peleando sus padres.
Gra, Na.
ResponderBorrarTanto trabajo aunque a veces parezca tanta maldad, San.
Compensa abreviar al máximo y dejarlo con una sola sílaba y no dos, por ejemplo, para Penélope.
ResponderBorrarSin duda, Javier, como lo aclara JSR en su entrada, la original.
ResponderBorrar(A pesar de eso, ¡qué reducido que queda Pe para Penélope! Un nombre tan significante reducido a dos letras. ¿No sería menos drástico usar, aunque algo a mi pesar, un inglés como Penny? Claro, ahí ya se hace muy mundano, por lo de la moneda).
A mí me dicen pancho... :-/
ResponderBorrarBien, pronto serás Pan.
ResponderBorrarJuig:
ResponderBorrarEnhorabuena por el bestseller.
Fe.
jaja...
ResponderBorrarEstimado lector fiel Fernando:
Te lo dedico, como premio a tu paciencia por seguir esas áridas entradas anteriores.
También sufro esa aparente maldad. Me costó miles de cargadas en la escuela.
ResponderBorrarSupongo que a veces no será maldad. Hay ciertos nombres de historia en la familia que uno debe aprender a portar, p. ej. Forja el carácter, dicen.
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