(...) Accidentada la parte de la salud familiar pero, ¡qué mejor que llegue la Pascua entonces! Para recordarnos cuál es la alegría verdadera, mayor a todas estas pequeñas penas…
domingo, 31 de marzo de 2024
viernes, 29 de marzo de 2024
Presumiendo de mis lecturas y contento con mi hallazgo
Hoy, Viernes Santo, me van a disculpar que toque temas tan triviales, que ya tenía escritos hace días.
Finalmente pude leer "Grandes Esperanzas" y fue muy agradable, como lo es siempre Dickens. Aunque en este caso no ha logrado ser entrañable para mí como la lectura, el mundo y los personajes de David Copperfield. También leí una novela de Robert Benson. “Señor del mundo”, con traducción de Castellani. Y “Taipi” de Herman Melville.
De fondo y de compañía están los Ensayos de Montaigne (uno cada muy tanto), “Misteriosa Buenos Aires”, de Mujica Láinez (¡escribía bien, eh!; nunca lo había leído). “La otra Buenos Aires”, de Delfin Leocadio Garasa (recién empiezo). Y esta cosilla especial que me encontré en un anaquel bajo:
Siempre quise leer algo de Hilaire Belloc y que no sea de cuestiones políticas de las que no entendería. Y si lo puedo leer en inglés, ¡qué mejor!
Se ve que lo usaban en el colegio Northlands y tiene notas de lápiz de algún dueño que tuvo. (Ver libros con etiquetas de librerías o bibliotecas o signos de uso de dueños anteriores, de ahora en adelante me hará acordar siempre del cuento “Memorias de Pablo y Virginia” de Mujica Láinez; por lo pronto ya me hacía acordar a Seiji Amasawa).
¡Ah, y trae una semblanza del autor hecha por Ronald Knox! ‘Toy chocho.
Este señalador no cumple ninguna regla de las que mandan cómo debe ser un señalador (por lo pronto es imposible abrir rápido en la página que señala) pero tiene un encanto que le viene de otro lado y aún no se cuál es.
Como cuando dicen que de acuerdo a las leyes de la física las abejas no podrían volar, pero sabemos que ellas vuelan y por lo tanto las leyes son las equivocadas, así también nosotros los estudiosos de los señaladores estamos prevenidos para estos resultados inesperados.
domingo, 17 de marzo de 2024
Cosas para hacer mientras uno lee un libro de cuentos
Cuando los cuentos son buenos no se puede seguir con otro sin asimilar un poco el anterior. A veces hay que hacer pausas.
He aquí una lista de cosas para hacer en esas pausas:
- Rellenar el vaso;
- Ir a buscar varios señaladores (recordar aquí que los señaladores intermedios deben ser de papel muy fino para no estorbar en la natural curvatura de las hojas señaladas, que quedarán por izquierda o por derecha de nuestra lectura; suelo leer en forma ordenada pero no es imposible que uno adelante algún cuento por alguna recomendación o quiera dejar uno anterior marcado para una revisita);
- Ir al índice y marcar los cuentos que más te gustaron;
- Leer un poco de otro libro, quizás de otro estilo, por ejemplo continuar con un ensayo o darle un nuevo toque al libro que quedó ahí en la pila y nunca terminaste pero tampoco te decidiste a enterrar en la biblioteca (a la inversa, este nuestro libro de cuentos puede ser el que nos esté sirviendo en las pausas de, por ejemplo, una larga novela de la que tenemos que descansar);
- Hacer autodefinidos;
- Buscar la versión PDF del cuento para enviar a alguien a quien pensaste que le podía gustar;
- Alguna tarea física;
- Escribir este tipo de cosas.
sábado, 9 de marzo de 2024
There and back again (V)
Habría muchas cosas más para contar sobre el lugar pero es hora de contar sobre el regreso.
El viento arreciaba con todo en la Bahía Inútil y los pingüinos Rey estaban casi todos juntos y quietos protegiéndose. En verano vienen aquí, pues son principalmente antárticos.
La suerte es de Chile. Sin embargo el Parque Nacional Pingüino Rey, pequeño pero muy organizado, está muy cerca de la ruta que usamos los argentinos para ir y volver de la isla. Eso sí, solo con reservas. Y verificar medios de pago.
Si no estuvieron nunca en Punta Tombo, la sorpresa de poder caminar entre los pingüinos de Magallanes la pueden tener en el Parque Nacional Monte León. El acceso está dos horas al norte de Río Gallegos.
Las vistas de la costa atlántica son hermosas en este Parque Nacional. Se pueden quedar todo el día. A media hora está Puerto Santa Cruz para pernoctar.
Nos reservamos un día completo en Puerto Deseado pero no pudimos hacer la excursión a la Isla Pingüino, donde hubiéramos visto al pingüino de penacho amarillo. En su defecto pudimos conocer la exhuberante fauna de la ría Deseado.
Volvimos por Madryn, donde nos dimos unas últimas vistas del mar atlántico. Y por Coronel Pringles, de dónde es la foto de abajo.