jueves, 23 de noviembre de 2006

Completos

En “La bahía de silencio” uno de los personajes se enamora. Y en eso suelta palabras como esta:

Es como si uno hubiera vivido mucho tiempo de perfil y encontrara de pronto que el volumen de uno estaba incompleto y que de repente lo ha completado y es más denso, más rico, más sensible.

Desde que me casé, cualquier fotografía en solitario es como de perfil. De frente, para salir entero, tengo que posar con mi mujer.

Se consolida una idea, señores. Estas palabras rozan con un misterio y sacan luminosas chispas...

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