sábado, 31 de diciembre de 2005
Fin de año
viernes, 30 de diciembre de 2005
Repasando y mirando hacia adelante
Mucho influye la edad. Este año cambié de década y eso hace que uno ya mire de otra forma hacia atrás, como quien le queda menos por delante (aunque mis mayores se rían de mí, al verme tan joven). Ya se empieza a ver que “el tiempo pasa” (y mis padres son grandes, y están mayores).
Escribía pensamientos y cuando me encomendé a Dios, las palabras cobraron otro significado. No pudieron reflejar lo que vi, lo que entendí un poco más aunque siempre entre sombras. Quedaron algo desprolijas, algo así:
(…) Señor Dios, en vos confío. Muéstrame el camino.
Se me representa un camino "simple". Hecho del amor duro y de firme arraigo del cada día, del cada hora, del cada instante. Un camino que las "ansias de grandeza" no quieren aceptar así nomás, pero que se puede ver de a poco cuán magnífico es.
Temor de quedarse... Pero Dios me lo dirá. Dios me dirá si me estoy quedando. [Esto quiere decir: Dios me dirá si no me estoy engañando y renunciando a intentar aquellas grandes cosas]
Esto es distinto de los mundanos “darse cuenta de que no se puede cambiar al mundo”. El trabajo que acepto es cruz (y no es yugo). Es un día a día exigente, pero que si se cumple va permitiendo que la felicidad se asiente como en capas, lentamente forme un suelo firme en el que podemos asentarnos felices… (Ya me pisé, repetí. ¡Qué toscas son la palabras! Bien me lo decía Wojtyla estos días).
jueves, 29 de diciembre de 2005
Memotécnica
Está ese código postal que nunca te acordás. Quién sabe porqué. Bien, es cuestión de cambiarlo de escala. Pensalo como un año, un año histórico del milenio pasado, del cuál tenés estudios o recuerdos. Recordarás el año porque tiene una significación para vos o para la historia que conocés. O por otra razón. Y si no funciona, probá en la escala de "numeración o altura de calles". O mirá el número como la conjunción de horas y minutos. A la inversa también, si no podés recordar un año, quizás sí lo recordés viéndolo como código postal. Y hay otras escalas. Para números de tres cifras podés pensar en numeración de calles, números de colectivo, características telefónicas...
miércoles, 28 de diciembre de 2005
Dios es amor
Y así encontré varias cosas. Pude entender el suceso al que el Papa se refiere en el poema (ver entrada anterior) y, entusiasmado, salté al capítulo 33 del Génesis, en donde descubrí otra cosa muy interesante.
No sé quién me enseño que la Iglesia debe "ser Jesús para los hombres". Y que los hombres verán a Jesús, y por eso a Dios, cuando sientan el amor de alguien. Sólo al ser amado alguien puede entender a Dios, verlo, creer en Él.
Pensé que era una imagen, una idea neotestamentaria, evangélica. Y lo es si hablamos de la Iglesia. Pero la idea de ver a Dios en el rostro del que nos trata bien, del que nos ama, es más antigua. Y si no vean el versículo 10 del capítulo 33 del Génesis:
No, por favor insistió Jacob; si me he ganado tu confianza, acepta este presente que te ofrezco. Ya que me has recibido tan bien, ¡ver tu rostro es como ver a Dios mismo!
martes, 27 de diciembre de 2005
El pensamiento es un espacio extraño
El poema se llama: “El pensamiento es un espacio extraño” y su parte final es como una dedicatoria, llamada “IV - A los compañeros de camino”.
Que es un hermosa forma de hablar de algo tan profundo como difícil de poner en palabras.1.
Para encontrar el lugar en que luchaba Jacob,[*]
no vayas a Arabia, no busques el torrente,
cerca de ti puedes descubrir el rastro.
Abandónate: que el espacio del pensamiento
se ilumine ante la claridad de las cosas
que él une cada vez mejor
en formas cada vez más simples.
La imagen entonces no se disipará... tendrá peso.2.
Prepárate para esta carga,
a volverte tú mismo todo su peso.
A ello te ayudarán silencio y soledad.
Soledad sólo posible al hombre
ya que ni la muerte puede arrancar a nadie de ella,
pues nada es de ahí arrancado por la muerte.3.
Si entonces nuestros días se llenan de actos simples,
si su gesto ineluctable esconde el fondo del acto en sí,
sabemos sin embargo que un día, ese gesto se escapará,
y sólo el ser quedará de nuestros actos.
* si no me equivoco esto tiene que ver con lo que se relata en el Capítulo 32 del Génesis, versículos 22 a 32.
lunes, 26 de diciembre de 2005
San Esteban hoy
Hoy, en el segundo día de la octava, en la alegría de Navidad, se inserta el testimonio del Protomártir San Esteban.
Y por esto nuestro recuerdo y nuestro corazón se dirigen hoy a todos los que hacen actual con el sufrimiento, con la lapidación, con la persecución, el testimonio dado por Cristo. Recuerden siempre que están en el corazón mismo del misterio de Navidad, como San Esteban Protomártir, a quien la Iglesia venera durante la octava de Navidad, a través de los siglos. Recuerden, pues, todos los que sufren o padecen persecución, que se encuentran en el corazón de la Iglesia, y las palabras que hoy pronuncio son testimonio de ello.
Que Jesús Niño, por intercesión de la Virgen, nos dé, como a su primer mártir, fuerza sobrehumana para seguirlo por el camino de la Cruz, que es la ley de toda vida, que es la ley de todo amor verdadero, que es - más aún en estos tiempos - la ley de la verdadera amistad con Cristo. Él dará fuerza a sus pobres hermanos los hombres, cuyos días desgraciados hacen tocar con la mano que no estamos hechos de barro.
A nosotros, que debemos sufrir y no queremos; que lloramos y vertemos nuestras lágrimas con amargura impotente; que somos despojados y martirizados, y nos rebelamos con instinto de fieras heridas contra los rudos desgarros; nosotros que debemos morir y huimos de la muerte con espanto y horror. Que nos conceda sufrir en paz, llorar en paz, sentirnos martirizados en paz, morir en paz.En su visión del Apocalipsis san Juan vio delante del trono de Cristo, el Cordero, una inmensa multitud de personas vestidas de blanco, con una palma entre las manos. Preguntó quiénes eran: «Estos son los que vienen de la gran tribulación, han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero [en la cruz y en el dolor]. Por eso están ante el trono de Dios dándole culto día y noche en su templo. Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol, ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos» (cf. Ap 7,14-17). Et absperget Deus omnem lacrimam ex oculis eorum. ¡Qué misterio tan maravilloso! Hermanos, en nuestro dolor, recordemos la visión de san Juan, y confortémonos con el dulcísimo pensamiento de que «Dios enjugará todas las lágrimas de nuestros ojos».
domingo, 25 de diciembre de 2005
¡Feliz Navidad!
Il est né le divin enfant
Jouez hautbois, résonnez musettes
Il est né le divin enfant
Chantons tous son avènement
Hoy nació Nuestro Salvador
Suenen las palmas y los panderos
Hoy nació Nuestro Salvador
Rebocemos de gozo en Dios
sábado, 24 de diciembre de 2005
Se acerca la Nochebuena
Dal bel seno d’una stella
Spunta a noi l’eterno sole
viernes, 23 de diciembre de 2005
Diálogos con música popular
Que se dio cuenta
Que el tiempo es muy poco (1)
- Y mañana qué te dirán
De tu enfermedad
Quién sabe que te resistes
A la vulgaridad (2)
Se puede leer en clave mundana, y ver al autor de la primera “fumándose un porrito” en un parque. Y hasta le podría calzar bien la respuesta del segundo. Se podría leer en otra clave, la clave de los santos que fueron locos en este mundo. Y también la respuesta les sentaría bien.
(1) “Loco”, de Andrés Calamaro (1997).
(2) “El loco y las golondrinas”, de León Gieco (1976).
jueves, 22 de diciembre de 2005
No él
Los sonoros aplausos divirtieron al mismo Papa. La mayoría de los presentes no sabía, sin embargo, que en realidad no se trataba de un gorro navideño, sino de un «camauro», una prenda de terciopelo rojo púrpura, ribeteado de armiño, que antes utilizaban los papas para defenderse del frío. (Zenit 21.12.05)
(Claro, yo soy así. Salvando las distancias, aunque me interesa hacer el paralelismo, lo mismo me pasa con las enseñanzas de la Iglesia. Estoy seguro que son buenas. Y entonces cuando no las entiendo de buenas a primeras, las investigo y las pienso, confiado de partir de buena base. Y siempre tengo éxito, lo cual alimenta mi fe en que son buenas enseñanzas).
Pero volviendo al gorro llamado “camauro”, y en lenguaje adolescente: no, sería imposible, se me caería un ídolo, pero en picada, si ese gorro llegaba a ser un gorro de Papa Noel.
Y a los que se han burlado de mi posible y pequeñísima duda, les contaré mi experiencia. Resulta que hace no mucho, Juan Pablo II puso un árbol de Navidad en la Plaza San Pedro. Sí señor (ver en Zenit 19.12.04). Y le dio (o rescató) un simbolismo especial. Para mí, el arbol era un símbolo comercial y pagano (por más que había oído algo acerca de su origen). Nunca había pensado que el Papa lo pondría. Y sin embargo… (Sí, ya sé, no es lo mismo colocar un objeto simbólico que usarlo).
Y arriba, más chico:Benedicto XVI, como Papá Noel.
Llamó a recuperar las tradiciones navideñas.
miércoles, 21 de diciembre de 2005
Desde la azotea
Nunca como aquel piso veinticuatro. Vacío. En alquiler. Pero de libre acceso. Ventanas de esquina a esquina. Como una terraza techada. Toda la ciudad debajo, los autos como de colección, las personas como “pleimobils”.
Claro que la experiencia de hoy no era plena; había que disimular un poco con el grupo de visitantes. "¿Vió ese desagüe, arquitecto? Qué cosa, ¿no?" Luego uno podía, con alguna excusa, ir a "observar algo más allá".
martes, 20 de diciembre de 2005
"Bear with me"
Hace poco se incorporó a la videoteca “El Libro de la Selva”, éxito ya en Sunchales. Y si hay una parte que a mí me gusta es la de la canción “The bare necessities”, algo como: "las necesidades básicas", entonada por un oso (bear) llamado Baloo. Juego de palabras.
Mis antepasados “inmigrantes”, con su gran dedicación al trabajo, nunca lo podrían entender. Pero tengo otros antepasados y quizás algo de “gaucho” hay en mí. Algo de ese gaucho que sabe pararse y contemplar. Y no perderse en el trabajo excesivo para obtener cosas superfluas o un excesivo “bienestar”.
Y algo del cristiano que confía en la Providencia. Que trabaja, pero antes que nada busca el Reino de Dios y sabe que lo demás, añadido será.
Ya alguien, con buen tino, se debe haber horrorizado ante este cambalache de turbio color que hice. Y lo entiendo. Pero es difícil de explicar. Ténganme paciencia, y el tiempo devolverá el tema en otra entrada. Y si no…
lunes, 19 de diciembre de 2005
María y Zacarías
preguntó igual que Zacarías.
¿Cómo es que él recibió una cosa
y ella, en cambio, la dichosa
oportunidad de decir el fiat?”
Justo en ese momento, "Evangelio del día" ponía lo que dice San Agustín al respecto:
Las palabras que María y Zacarías dirigen al ángel son, no obstante, muy parecidas. Cuando el ángel le anuncia el nacimiento de Juan, el sacerdote responde: “¿Cómo sabré que sucederá así? Porque yo soy viejo y mi mujer avanzada en años.” (Lc 1,18) Al anuncio del ángel, María responde: “¿Cómo será esto, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?” (Lc 1,34) Sí, son casi las mismas palabras... Sin embargo, el primero es corregido, a la segunda se le explica. A Zacarías se le dice: “Porque no has creído en mis palabras...”, a María: “he aquí la respuesta que tú pides.” Aún así, son casi las mismas palabras de una parte y de la otra... Pero el que escuchaba las palabras veía también los corazones. Nada le queda escondido. El lenguaje de cada uno velaba lo que pensaba, pero si este pensamiento estaba escondido para los hombres, no lo era para el ángel, o más bien, no lo era para quien hablaba a través de la mediación del ángel. (Sermón 293, 1-2)
Si se me ponen así, les diré lo que dijo el cura el domingo (no que me parezca ejemplar, sino casi diría que todo lo contrario, pero no soy yo el que debe decirlo).
El cura del domingo, que hablaba de María y su “hágase en mí según tu Palabra”, se demoraba en teologías. Decía algo como: “no sabemos si María dijo eso, o si recordó decir eso, o si dijo Lucas que dijo eso…” Yo creí que entendía hacia dónde iba. Pero la verdad es que terminó mal. “No importa las palabras que usó”, dijo, “lo importante es que se cumplió”. Yo más bien diría: “lo importante es que aceptó”. Si no nos olvidamos de la parte de María, si no la aceptación de María es un detalle literario y olvidable. Y no es así, según me enseñaron.
Pero si lo traje al cura fue para responder al que criticaba el argumento de San Agustín. Y digo:
Si las palabras de María
(y por lo tanto también las de Zacarías)
no eran sino que “serían”,
pero son tan importantes;
ved igual en esta interesante
y agustiniana variante.
O sea. No sé si es como Agustín dice. (Atenti, que quizás haya muchísimas razones teológicas que funden la afirmación de San Agustín, pero pónganse en la situación de un ignorante como yo). Pero no puedo negar que su idea es razonable.
domingo, 18 de diciembre de 2005
Adviento (cuarta semana)
Felices los que anuncian con su vida
la venida
del Reino del Señor
sábado, 17 de diciembre de 2005
Domingo y fiesta
De todos modos no seamos desagradecidos. Serán dos francos clave: a continuación de las fiestas. Y eso sirve para amortiguar el golpe, para desentristecer los domingos (este año Navidad y Año Nuevo caen en domingo).
Domingos con doble “carga emocional”. Una, la de ser domingo en sí, de la que ya hablamos. Otra, la de ser día de fiesta y, por lo tanto, ya haber pasado la víspera y su júbilo.
Para aclarar esto último, rescatemos las palabras de Pablo Inaudi a Lisandro Farías en “El banquete de Severo Arcángelo” de Marechal:
-Y no es todo -insistió Inaudi-. Hay en usted un "júbilo de víspera" que se manifestó desde su infancia.
-No entiendo -le dije.
-Desde su infancia, ¿no ha gozado usted más la víspera de una fiesta que la fiesta en su realización?
-¿Cómo lo sabe? -le respondí en mi asombro.
-La fiesta en sí lo entristecía como una decepción irremediable.
-¿Y qué significado tiene?
-Que usted, por intuición, ha venido soñando con una “fiesta inmensa”
(...) Adviento me huele, me sabe, a castañas, a humo de leña, a nieve, hormigas en el estómago, alegría, sorpresa, pereza de un año que se acaba. Lo mejor de las fiestas son las vísperas. Ven niño Jesús, ven.
viernes, 16 de diciembre de 2005
De cómo escribía Karol Wojtyla
Aunque la estructura de sus poemas es compleja, el tono de Juan Pablo II es premeditadamente objetivo. El resultado de ello es un lenguaje claro, cristalino: (“Qué admirable es tu silencio / en todo desde que se manifiesta / el mundo creado... / que junto con la bahía del bosque / por cada cuesta va bajando...”). En el estilo poético de Karol Wojtyla, en el que confluyen las voces eslava y romana, se sienten los ecos del teatro rapsódico, y el puro lirismo está salpicado de recursos tanto dramáticos como narrativos. (Los nombres a quienes se confió el cuidado de la herencia de las llaves / se encuentran aquí, se dejan envolver por la visión que dejó Miguel Ángel. / Así fue en agosto y, luego, en octubre del memorable año de los dos conclaves, / y así será de nuevo, cuando se presente la necesidad, / después de mi muerte.”).
jueves, 15 de diciembre de 2005
Hagamos como los dioses
La miseria y los defectos humanos siempre estuvieron, desde que el mundo es mundo. Y él no cree que haya que luchar contra eso. Sino que hay que "aceptarlo". Claro, yo también lo "acepto" (admito que existe). Su aceptación, en cambio, es más resignación. De ahí que sus métodos prácticos estén más relacionados con mecanismos para que el acto desordenado moleste lo menos posible. Conocemos varios de esos métodos. Son del tipo de: aborto legal para que no siendo ilegal no sean tan "desastroso" (y hasta la idea es discutible); libre venta de drogas o libre prostitución, para que así disminuyan (todo muy discutible, pero todo muy visto desde el lado de la efectividad, medido en estadísticas; y suponiendo que fueran verídicas).
Es común que esta gente critique a los que se encargan de destacar cuestiones morales. Como la Iglesia o simplemente a la gente religiosa. Pide a ellos que si critican, den mejores soluciones (este pensar es muy común entre algunos cristianos también, por supuesto, así leído es un principio válido en muchos casos).
Llegado un punto de la conversación, yo debería haber dado el salto, decir un poco lo que acabo de decir, decirle que estaba yo pensando en otro plano que el de él. Sino la discusión no iba a tener salida. Como de hecho sucedió. La verdad es que no había tiempo suficiente. Haber llegado a lo que llegamos, en este ambiente y en medio de gente que sólo habla de cosas que “no molestan al espíritu”, es para darse por satisfecho.
Hay que notar que los pastores (como los de nuestra Iglesia) son gente que se preocupa por trabajar y enseñar en cuestiones morales (no en nombre propio, por supuesto). Es importantísimo no descuidar esas cuestiones. Tenerlas bien afirmadas antes de actuar. Los pastores son los que nos recuerdan esas cosas. No es competencia de ellos, sino más de los laicos, generar soluciones prácticas acordes a una buena moral.
A mi interlocutor que propone soluciones prácticas, debería algún día proponerle el salto. Proponerle hablar de las leyes adecuadas al bien o leyes para respaldar libertinajes.
Claro, es un tema complicado. ¿Hasta qué punto la gente puede aceptar leyes que se ajusten al bien? Las ve muy moralistas a veces. Y cierto que hay mucha diferencia entre drogadicción y fumarse unos cigarrillos por día. Puede aceptar que el bien sea no drogarse, no prostituirse ni usar el cuerpo ajeno como objeto, etcétera. Pero ve tan fuerte esa “realidad de existencia” de esos males, que no le parece “apropiado” querer luchar contra eso. Quizás porque no cree que sea bueno meterse con la vida del otro. Quizás porque le parezca inútil. Hay varias razones.
Hay que zanjar esa diferencia de pensamiento que nos separa. Ponerla sobre el tapete a menos. Aunque parezca en vano por ser muy teórica. ¡Es el fundamento de todo! ¡Vean qué importante es esa teoría (a la cual ellos nombran con un dejo despectivo a veces: “teorías”, “filosofías”).
“Primum uiuere, deiende philosophari”, le decía el discípulo Tseyü a su maestro Chuang (Primer apólogo chino). Hasta que comprendió, a fuerza de experiencia y “patadas en el traste”, que en verdad es más sano “primum philosophari”. Aunque este mundo “practificante de todo” diga lo contrario. Porque es cierto que si no como, no vivo ni pienso. Pero es cierto que si no pienso, actúo en vano. (Para comer tengo un instinto, para actuar bien no, necesito pensar... y algo más).
Me entero que hoy muere Julián Marías. Oportunidad para recordarlo y presentar un fragmento muy interesante acerca de la teoría y la práctica (de su libro “La felicidad humana”). Para valorizar un poco la importancia de la teoría, amigos pragmáticos.
Al final de la Etica, en los capítulos 6-8 del libro X, entra Aristóteles en últimas cuentas con el difícil problema de la felicidad. Es el fin de las cosas humanas. No es un hábito ni una disposición, sino una actividad. Aristóteles usa tres conceptos que conviene distinguir: poíesis es producción, fabricación, actividad que termina en una obra o producto, sea una mesa, un par de zapatos o un poema; praxis es una actividad cuyo fin no es algo distinto de ella, sino ella misma, no una obra o érgon, sino la enérgeia, como sucede al que toca la flauta o al gobernante; finalmente hay una tercera forma de actividad, una variedad de la praxis, que llama theoría, visión o lo visto, por ejemplo, una procesión. En nuestras lenguas se suele contraponer la teoría a la práctica —los pedantes que no saben griego prefieren decir praxis—, pero en Aristóteles no se contraponen: la praxis más práctica de todas es la theoría. Y la razón es, una vez más, la suficiencia: el gobernante necesita una ciudad que gobernar, y si no dispone de ella no puede ejercer su actividad; para tocar la flauta hace falta una flauta. (...) La theoría, en cambio, se basta a sí misma; el hombre cuya praxis es la theoría no necesita nada fuera de sí, es una actividad «divina», es la que tienen los dioses —Dios es noéseos néesis, pensamiento del pensamiento—, y en el hombre la que más se parece a ello.
miércoles, 14 de diciembre de 2005
Adentro y afuera (y algo de Karol Wojtyla)
Encontré un papelito de hace unos meses que comprueba que ando siempre pensando en esto. Estaba escrito todo en mayúscula y decía:
Hacer
Solo
Estar
Requiere esfuerzo
No lanzarse
A las cosas
Cuando se escuchan en torno diversas lenguas, una sola —la propia— tiene resonancia para nosotros.
Ella se clava en el pensamiento de las generaciones, se derrama alrededor de nuestra tierra, se convierte en el techo de la casa en donde estamos reunidos.
Fuera de esta casa, resuena raramente (en los grupos de hombres que hablan a nuestro alrededor, islas en el océano de la palabra universal, no encuentro ya mi propia ola).
Los activos de mi tierra no han aumentado; si el lenguaje ha manado más allá, es para perderse en canales que se secan.
La lengua de mis padres, aquella de naciones que no lo han acogido: que han dicho "demasiado difícil", "superfluo".
En las grandes asambleas de los pueblos, hablamos otra lengua que la nuestra. Nuestro propio lenguaje nos encierra entre nosotros: nos reúne, pero no nos abre el mundo.
martes, 13 de diciembre de 2005
José de Arimatea (y Nicodemo)
Estaba prohibido enterrar el cuerpo de los que habían muerto en la cruz. El cuerpo quedaba colgando durante mucho tiempo para burla y deshonra. Los animales salvajes y los perros saltaban y lo desgarraban, las aves de rapiña lo picoteaban de arriba. El resto se pudría y caí a al suelo. Luego colgaban los huesos pelados. Los cuerpos de los muertos en la cruz se dejaban para atemorizar a la gente. Los judíos no enterraban los cuerpos de los crucificados para no ultrajar la tierra. Cicerón dijo que no hay palabras para describir la crucifixión.
La Palabra en "e-mail" (un aspecto)
Mostraron la hilacha
domingo, 11 de diciembre de 2005
Adviento (tercera semana)
Queridos amigos:Hace mucho tiempo que quería escribirles sobre la vida eterna, la vida que nos espera después de ésta. Desde que era chico, la idea de la eternidad, de llegar a la presencia de Dios, fue para mí muy fuerte. Creo que sin una conciencia clara de esa dimensión, nuestra vida cristiana queda recortada, parcializada.Es posible que antes del Concilio Vaticano II, se haya insistido en una visión de la eternidad que dejaba un poco de lado la construcción de la vida y de la sociedad en esta tierra. Pero también creo que en la actualidad podemos estar corriendo el riesgo contrario: tener una valoración tan fuerte en las cuestiones de esta vida, que olvidemos nuestra dimensión de eternidad.El adviento es un tiempo propicio para trabajar en la virtud de la esperanza y para prepararnos para las diversas "venidas" del Señor: su llegada cotidiana a nuestras vidas a través de lo acontecimientos diarios y de los que viven a nuestro lado, la venida de la próxima Navidad, nuestro encuentro con Él al final de nuestra peregrinación por este mundo y su venida definitiva al final de la historia.
sábado, 10 de diciembre de 2005
Otro "testarudo"
Tobit se encargaba de enterrar a sus compatriotas, cuando veía que sus cadáveres eran arrojados por encima de las murallas de Nínive (Tob 1, 17). Cuando un rey se enteró de su accionar lo buscó para matarlo. El escapó y perdió sus bienes. Pero pudo salvarse porque ese rey fue asesinado. Una vez reestablecido, bajo el reinado de otro rey, él volvió a las mismas costumbres, a lo cual los vecinos se burlaban de él diciendo: "¡Todavía no ha escarmentado!" (Tob 2, 1-7).
Recordé inmediatamente a Antígona. Y pensé muchas cosas. La característica del castigo de no permitir enterrar a los muertos. Se ve que era algo usado. Dijo el cura el castigo era para humillar al muerto y a su familia. Lejos estoy de saber el orígen de esta práctica (según la Biblia "El Libro del Pueblo de Dios", el libro de Tobías fue escrito hacia el año 200 a. C.; según vimos, "Antígona" fue escrito en siglo V a. C.). Crucé unas palabras con el cura a la salida, pero no obtuve mayores informaciones.
Primero pensé que el tipo de castigo podría provenir de un pueblo que no tuviera un culto a los muertos (¿se dice así?). No comprendiendo la gravedad del hecho, los Asirios aplicarían estas condenas a otros pueblos (Judíos) que sí tenían un cuidado especial por los muertos. Pero está a un tris de ser un error garrafal, ya que los asirios, al parecer, creían en "algo como" la vida después de la muerte.
viernes, 9 de diciembre de 2005
Antígona: justicia y compasión (400)
Así que ahí está Antígona, pero esta vez de apellido Vélez, a cargo de Marechal, dialogando con su hermana (émulo de Ismene) y aclarando algunas cosas:
Carmen: Dicen que traicionó a su casa.
Antígona: ¡No lo sé ni me importa! Que lo digan los hombres, y estará bien dicho. Yo sólo sé que Ignacio Vélez ha muerto. ¡Y ante la muerte habla Dios, o nadie!
Se me ocurre pensar que la mujer tiene más facilidad que el hombre para estas cosas de la compasión. El hombre se aferra más a la justicia, que no sabe dejar de lado cuando es hora de ver otras cosas. Hay grados, por supuesto. Y excepciones. Pero fíjense que Antígona fue mujer. Y Antígona Vélez hace la referencia a los hombres como los que hablan de justicia.
jueves, 8 de diciembre de 2005
Llena eres de gracia
miércoles, 7 de diciembre de 2005
Antígona y cristianismo
Es esa anticipación de valores humanísticos, de temas de nuestra civilización, lo que da a la Antígona de Sófocles su perennidad y su atractivo. No hay que recurrir al planteamiento un tanto extremoso de Papini, que cree que, así como el pueblo judío fue elegido por la Providencia, mediante "la promesa" bíblica trasmitida por los "profetas" y las "figuras" de la Redención, así el mundo grecorromano elegido providencialmente para encarnar la síntesis cristiana, fue objeto de otra "promesa" o anticipación a cargo de las sibilas, la égloga IV de Virgilio, la moral de Sócrates y la metafísica de Platón. Es esta atmósfera "precristiana" la que ha dado permanencia, través de los siglos, a esta tragedia y a la proclamación jusnaturalista que nos trasmite sin desmayo: la certeza, cantada en el famoso "estásino segundo" de Edipo rey, de que el mundo está presidido por "altísimas leyes, engendradas en las etéreas regiones de los cielos", porque en ellas "habita un dios que no envejece".
martes, 6 de diciembre de 2005
Antígona hoy
Se discute de temas relacionados con la homosexualidad, con la anticoncepción, con el aborto, se discuten muchas cosas. Pero lo que pasa es que hay una discrepancia previa a salvar. Si no se salva esa discrepancia, no hay camino posible de entendimiento.
La discrepancia se da entre los que piensan que la ley o normas o disposiciones me deben permitir "hacer lo que quiera" ("libertad para elegir", engañoso concepto) y los que piensan que la ley me debe llevar a hacer lo mejor (y para eso la ley debe estar acorde a lo bueno, a lo verdadero, a lo bello, a las leyes naturales). Sólo una ley como esta última me permite cumplir con una obligación y ser a la vez libre.
Claro, hay algo aún anterior. Hay quienes renuncian a la posibilidad de descubrir qué es lo mejor (lo bueno, lo verdadero, lo bello). Y entonces ni siquiera aceptarían que hay que salvar esta discrepancia.
La principal consecuencia es que se hace ley lo que dice la mayoría, sea ello bueno o malo, transformándose eso en la mencionada tiranía de la democracia, tiranía de las mayorías. Si tomáramos consciencia de la gravedad de esto, veríamos qué importante que es volver a buscar lo bueno, lo verdadero y lo bello, qué importante es la ley natural.
lunes, 5 de diciembre de 2005
Antígona
CREONTE: Y, así y todo, ¿te atreviste a pasar por encima de la ley?
ANTÍGONA: No era Zeus quien me la había decretado, ni Dike, compañera de los dioses subterráneos, perfiló nunca entre los hombres leyes de este tipo. Y no creía yo que tus decretos tuvieran tanta fuerza como para permitir que sólo un hombre pueda saltar por encima de las leyes no escritas, inmutables, de los dioses: su vigencia no es de hoy ni de ayer, sino de siempre, y nadie sabe cuándo fue que aparecieron. No iba yo a atraerme el castigo de los dioses por temor a lo que pudiera pensar alguien: ya veía, ya, mi muerte –¿cómo no?—, aunque tú no hubieses decretado nada; y, si muero antes de tiempo, yo digo que es ganancia: quien, como yo, entre tantos males vive, ¿no sale acaso ganando con su muerte? Y así, no es, no desgracia, para mí, tener este destino; y en cambio, si el cadáver de un hijo de mi madre estuviera insepulto y yo lo aguantara, entonces, eso sí me sería doloroso; lo otro, en cambio, no me es doloroso: puede que a ti te parezca que obré como una loca, pero, poco más o menos, es a un loco a quien doy cuenta de mi locura.
domingo, 4 de diciembre de 2005
Adviento (semana segunda)
La palabra latina «adventus», se refiere a la venida de Cristo y pone en primer plano el movimiento de Dios hacia la humanidad, al que cada uno está llamado a responder con apertura, espera, búsqueda, y adhesión. Y así como Dios es soberanamente libre a la hora de revelarse y entregarse, pues sólo le mueve el amor, así también la persona humana es libre al dar el su asenso*, aunque sea algo debido: Dios espera una respuesta de amor.
viernes, 2 de diciembre de 2005
Verdaderas causas
Pues más acertado y profundo (y sencillo) sería decir que te robaron porque alguien cometió un robo y tomó tus cosas. Sí, ya sé, si vos no hubieras dejado la puerta abierta…
Pero digo esto porque me parece que vamos camino a pensar que la única o principal causa de que se expanda el SIDA es porque no se usan preservativos.
Sí, sí, la reja o la alarma quizás hay que ponerla, pero cuánto más efectivo sería que la gente no se metiera a robar. Y esto no es imponer moral cristiana, aunque la moral cristiana concuerde.
Dicen que buscamos una “nueva generación de no fumadores”, o “gente cuidadosa que use el cinturón de seguridad”; estamos supuestamente tan preocupados por “la educación de nuestro pueblo” y no somos capaces de ayudarlo respecto a otro tipo de cosas. En esas otras cosas, decimos, cada uno es “libre de elegir” (¡uf!, que engañoso concepto es ese).
Pensar que la única o principal causa de la expansión del SIDA es que la gente no usa preservativo es como pensar que los embarazos indeseados se multiplican también por ello, por no usar preservativo.
Así como pensar que para evitar el aborto hay que evitar los embarazos no deseados. Que suena "lógico". Pero para evitar el aborto hay otra solución también, y es no abortar. Y para evitar embarazos no deseados otra solución es desearlos. Y si no es prudente que haya concepción y nos disgusta tanto abortar (bueno, buen síntoma), no andemos jugando como niños con fuego.
Lo que pasa es que sólo queremos el color y el calor del fuego, pero no sabemos que también quema. Y menos aún pensamos que es bueno que queme.
Pero me fui un poco… dejemos acá.
jueves, 1 de diciembre de 2005
Salamina
Los otros continentes, África, Asia, Oceanía, están separados entre sí por mares. Europa y Asia, que son geográficamente una unidad continental euroasiática, están separados entre sí por la batalla de Salamina.
(...) batalla central también de la historia clásica, de la que dijo Eça de Queirós que "nos salvó a todos nosotros, hombres de raza aria, de ser orientales y tal vez persas".