sábado, 30 de septiembre de 2006
viernes, 29 de septiembre de 2006
¿Qué será?
jueves, 28 de septiembre de 2006
Mallea en dos fragmentos
Y de la estética y la ética, se llega –siguiendo el camino trazado por Kierkegaard– al ámbito metafísico y teológico. Toda la obra de Mallea está atravesada por la búsqueda de Dios y la exaltación de los valores religiosos tal como se expresan en el cristianismo: la fe, la esperanza y el amor (…). Hay un ansia irrefrenable en los personajes por encontrar a Dios o, quizás, buscar en Él una respuesta a tanta soledad y angustia existenciales.
Desde luego, no me parece fácil hablar serenamente de tu Historia de una pasión argentina: es la historia de una pasión, referida con el lenguaje de la pasión, vale decir, es un idioma que solicita y consigue la “compasión” del lector más que su asentimiento especulativo. En ese terreno, el de la pasión compartida, estoy a tu lado, y lo estarán seguramente todos aquellos lectores (no sé si abundan) que sufren actualmente lo que podríamos llamar “la pena metafísica de ser argentinos”. (...)
Una pasión argentina. Ese vocablo “pasión” usa en tu obra su sentido literal de “padecimiento”. Padecer la Argentina de hoy, llevarla como una herida en el costado, tal es tu historia y quizás la de muchos argentinos.
martes, 26 de septiembre de 2006
Ideas desde la bahía
Figuraba por último entre nuestros vecino de cuarto un viejo médico bohemio de apellido Dervil, que había abandonado su profesión años atrás, en virtud de su decepción filosófica de la ciencia; vivía como un soñador, pobre como las ratas, pero rico de ideas, experiencias y cuentos, y a nosotros nos gustaba conversar con él. A los hombres como este, que no han llegado en la vida a otra conclusión que a ser sinceros consigo mismos, la sociedad los llama parásitos, o inmorales o locos. La sociedad está siempre dispuesta a clasificar rotundamente a los que arroja fuera de sí, tal vez porque a lo que resentidamente aspira es a encontrar al fin un nombre que cubra y justifique la informe masa de su gregaria ficción.
lunes, 25 de septiembre de 2006
Pegadi-sol
Sol de las branquias del pez
De mi noche capitán
Sol del rico, sol del pobre
Sin edad tu soledad
Sol que matas de verdad
Solfeando en la oscuridad
Sol que vuelcas tu cariño
Sobre el día
Cada estrella es otro sol
Cada hombre un soldador
Uniendo las partes rotas
Del gran espejo interior
Soldadito del amor
Del solar quiero ser sol
Y abrazarte como un
Sol que te fascina… ¡Buena moza!
domingo, 24 de septiembre de 2006
Status viatoris XXV
Viajaría en tercera, en banco de madera... o sobre el mismo suelo, si se trata de hacer el recorrido del Transiberiano. [1]
Los abrumaré con datos, al estilo enciclopédico [2]:
El Ferrocarril Transiberiano (TS-R) une Moscú con la costa del Océano Pacífico. Con sus 9.440 km, es la línea ininterrumpida más larga del mundo. Los gobernantes de la Rusia zarista lo construyeron para reforzar el control sobre Siberia y poder estar conectados con la base naval de Vladivostok. La construcción comenzó en 1891 y en un plazo de 10 años fue posible viajar por tren al Océano Pacífico. Para 1912, los Wagons Lits prestaban un servicio de lujo en todo el trayecto del T-SR. Durante la era de la Unión Soviética se mantuvo un alto nivel de confort y la línea fue electrificada después de la Segunda Guerra Mundial.
Otros datos interesantes son los siguientes:
Hasta 1904, los trenes que recorrían el T-SR se cargaban en transbordadores y cruzaban el lago más profundo del mundo, el Baikal. Debido a que el lago se congela desde enero a mayo, algunas de estas barcas se construían con aptitudes de “rompehielos”.
Hasta 1914, los pasajeros del TS-R que partía de Moscú eran obligados a transbordar a trenes que eran de propiedad del ferrocarril oriental chino, para completar el viaje a Vladivostok. Pero los peligros de viajar a través de la provincia china de Manchuria, donde los trenes eran frecuentemente atacados por bandidos, hicieron que los rusos construyeran una extensión oriental del T-SR que estuviera en territorio ruso. [En el mapa de más arriba aparece la ruta modificada, que en la actualidad permanece sin cambios].
Y ya los dejo. Con un clic para aquellos que gustan de estos temas.
Notas:
[1] Y no lo haría por alejarme, como el poeta.
[2] “El libro del tren”, título en español para un libro ilustrado de Peter Herring.
miércoles, 20 de septiembre de 2006
La fe de los maestros
Todo lo que enseña la Iglesia sobre la procreación responsable no es más que aquel proyecto originario que el Creador imprimió en la humanidad del hombre y de la mujer que se casan; y que el Redentor vino a restablecer. (...) Estad seguros: cuando vuestra enseñanza es fiel al Magisterio de la Iglesia no enseñáis algo que el hombre y la mujer no puedan entender. También el hombre y la mujer de hoy. Esta enseñanza, efectivamente, que hacéis resonar en sus oídos está ya inscrita en su corazón.
martes, 19 de septiembre de 2006
Acto de amor
Uno, en la importante tarea de cuestionarse siempre los motivos por los que uno decide evitar la procreación (¿son serios motivos?). Otro, de recurrente aparición desde aquella vez en que escribí algo por estos lares: ¡Qué difícil para el hombre moderno, acostumbrado a manejar y dominar tantas cosas, pensar que debe respetar la naturaleza del acto sexual sin separar unión de procreación! Un hombre que interviene en todo con el fin de mejorarlo (con resultados buenos o malos, muchas veces estos últimos tenidos por buenos), siente como un acto primitivo (en el mal sentido) eso de respetar las cosas como son, como Dios las hizo.
Pero he descubierto, en días previos, algo magnífico (de todos modos no se fíen de mí, que suelo divagar un poco). Lo diré así: la entrega total en el acto sexual es algo necesario, a la manera de una buena liturgia para el culto divino. Para cumplir con dicha “liturgia” basta que sigamos las instrucciones divinas. Y ellas están inscritas en la naturaleza: completar el acto de unión sexual sin truncarlo. Eso quiere decir entregarse todo. Sin nada en el medio.
Varón: casi me animo a decirte que, en la búsqueda prioritaria del bienestar del cónyuge, los esfuerzos por pensar en los modos físicos y psíquicos de su satisfacción de nada sirven si no te decides a entregarlo todo. A ella, darle todo. Y verás qué bien te sientes y cómo es eso más pleno que cualquier otra cosa.
(Por cierto, el regular los nacimientos, por motivos serios, mediante los métodos naturales, no atenta contra esta magnífica donación personal que se hace al completar el acto. Además, la satisfacción de los esposos es una de las garantías más grandes de verdad. Pero si quieren palabras autorizadas, vayan a las fuentes).
lunes, 18 de septiembre de 2006
Invirtiendo en la biblioteca familiar
sábado, 16 de septiembre de 2006
Líbranos del mal
El artículo se llama “La analogía del gran naufragio” y aunque es muy corto, todavía no lo terminé. Empieza aclarando que “la tragedia del gran naufragio es demasiado aterradora para analogías de mera fantasía”. Pero la que él se propone contar no lo es. Y creo que esta es una de las frases más interesantes:
Muy fuera de la cuestión de si alguien es culpable, permanece el enorme hecho sobresaliente de que no hay ninguna clase de sana proporción entre la extensión de provisiones para el lujo y la levedad y la extensión de las provisiones para la necesidad y la desesperación. El esquema hizo demasiado para la prosperidad y demasiado poco para la angustia -exactamente como el estado moderno.
Me asombra la tranquilidad de ánimo con que nuestro mundo confía en domar hasta el propio mal. Domar, no domesticar, porque eso supone hacer domésticos, de la domus propia, hacer de la familia, familiarizar con uno a alguien.
jueves, 14 de septiembre de 2006
Gente excepcional
(...) tomé como ejemplo la proposición (...) de que el matrimonio es bueno para el rebaño común, pero puede ser violado con ventaja por especiales “experimentadores” y pioneros. La debilidad de esta posición es que no toma en cuenta el problema de la enfermedad del orgullo. Resulta bastante fácil decir que las almas más débiles es mejor que estén protegidas pero que debemos dar libertad a George Sand o hacer una excepción con George Eliot.
El acertijo práctico es que es precisamente la clase más débil de novelista femenina la que piensa que es George Sand. Es precisamente la mujer más tonta la que está segura que es George Eliot. El alma pequeña es la que cree ser una excepción. El alma grande está simplemente orgullosa de ser la regla. Hacer propaganda para gente excepcional es coleccionar todos los malhumores, fantasías enfermizas y ambiciones fútiles de la tierra. El buen artista es el que puede ser entendido. Es un mal artista el que siempre es “incomprendido”. En pocas palabras, el gran hombre es un hombre. Siempre es alguien de décima categoría el que es el Superhombre.
miércoles, 13 de septiembre de 2006
Peligroso embrujo de esta tierra
siempre me arrebata tu placer [1]
El “embrujo de mi tierra”, dice el folklorista Peteco Carabajal al contarnos de Santiago del Estero. Y son las "virtudes" de su tierra lo que canta en tono alegre.
En cambio Buenos Aires parece tener otro embrujo, al que la misma palabra embrujo le queda mejor. Y quizás al respecto haya dicho algo Borges, o quizás algún famoso compositor de tangos. Pero yo no lo sé, o no lo recuerdo.
Otro fue quien lo dijo así:
(…) la tristeza miente formas de Dios
en la Ciudad y el Río de mi patria [2]
Y creo que pintó de forma inigualable un “peligroso” embrujo de este sur del mundo, que atrapa a muchos de sus habitantes: la melancolía.
[1] Silvio Rodríguez, “Oh, melancolía”.
[2] Leopoldo Marechal en “Niña de encabritado corazón”, de las “Odas para el hombre y la mujer”, 1929. La interpretación de los versos citados es totalmente personal y puede ser, cómo no, cuestionada.
lunes, 11 de septiembre de 2006
Mientras miro las nuevas olas
sábado, 9 de septiembre de 2006
Servir es reinar
Cristo, hecho obediente hasta la muerte y, en razón de ello, exaltado por el Padre (cf. Flp 2,8-9), entró en la gloria de su reino; a El están sometidas todas las cosas hasta que El se someta a sí mismo y todo lo creado al Padre, para que Dios sea todo en todas las cosas (cf. 1 Cor 15,27-28). Tal potestad la comunicó a sus discípulos para que quedasen constituidos en una libertad regia, y con la abnegación y la vida santa vencieran en sí mismos el reino del pecado (cf. Rom 6,12), e incluso sirviendo a Cristo también en los demás, condujeran en humildad y paciencia a sus hermanos hasta aquel Rey, a quien servir es reinar. (...)
El Pueblo de Dios participa, por último, en la función regia de Cristo". Cristo ejerce su realeza atrayendo a sí a todos los hombres por su muerte y su resurrección (cf. Jn 12, 32). Cristo, Rey y Señor del universo, se hizo el servidor de todos, no habiendo "venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos" (Mt 20, 28). Para el cristiano, "servir es reinar" (LG 36), particularmente "en los pobres y en los que sufren" donde descubre "la imagen de su Fundador pobre y sufriente" (LG 8). El pueblo de Dios realiza su "dignidad regia" viviendo conforme a esta vocación de servir con Cristo. (...)
jueves, 7 de septiembre de 2006
Café con leche (y con paréntesis)
miércoles, 6 de septiembre de 2006
Con el tiempo...
El tiempo es la medida del cambio.
Mientras en el exterior vamos colocando las cosas de modo que sus envoltorios se toquen y nos blindamos contra las inexorables exigencias de la vida, la fuente sigue manando en lo más íntimo del individuo y quebranta los muros y va minando nuestra más dura fortaleza. Nadie resiste hasta el final el incesante empuje de este oleaje: nos va reblandeciendo día tras día, va carcomiendo guijarro tras guijarro de la orilla ya desgastada: al final nos derrumbamos. Con el tiempo, hasta el más estúpido comprende el tiempo. El tiempo va cavando para sí mismo un lecho en él y con su redondo vientre lo va limando como el torrente que se precipita lamiendo un glaciar. [*]
Vivimos muriéndonos. Muriéndonos vivimos. Lo nuestro es morir. Me gusta decir que es nuestra "vocación". Quizás el tiempo sea eso. Esa imposibilidad de morirnos. "El tiempo es la imposibilidad de morirnos", anotá, me gusta. No poder morir, eso es el tiempo.
El tiempo es la oportunidad que tenemos para “arrepentirnos y volver”.
[*] Capítulo “El reino”, parte I.
martes, 5 de septiembre de 2006
Correspondencias atómicas
lunes, 4 de septiembre de 2006
Algo más que sólo tiene Sevilla
domingo, 3 de septiembre de 2006
Siempre adelante
viernes, 1 de septiembre de 2006
La metáfora que no fue
“Estos son recuerdos de las últimas vacaciones. Recuerdos que surgen hoy después de mucho tiempo, al modo en que la Sierra de la Ventana se levanta, a la distancia, como una estribación de la Cordillera de los Andes”.
Si bien se consideraba tradicionalmente que este sistema orográfico [Ventania] había sido exhumado por acción de los movimientos ándicos, estudios más recientes (Zárate et al., 1995) indicarían que las Sierras ya existían como una geoforma en el Cretácico, algo que ya había sido propuesto, al menos para su sector oriental y sur, por Burmistrov (1971). [*]
[*] Informe: "Geología de la Ventania", disponible en Internet.