Al Lago Argentino llegó “el hombre blanco” por el Atlántico. Remontando el Río Santa Cruz lo intentaron Fitz Roy y Darwin en 1834, pero no llegaron. Años más tarde, en 1867, instalado Piedrabuena en la desembocadura del Santa Cruz, lo hicieron el inglés Gardiner y otros tres marineros ingleses (por tierra) y creyeron que habían llegado al Lago Viedma. En 1873 llegó otra expedición, esta vez por el río, al mando del Capitán Feilberg. Descubrió las fuentes del Río Santa Cruz pero también creyó haber llegado al Lago Viedma. En 1876/77 llega por fin el Perito Moreno por el río y se queda a estudiar bien la zona (con los beneficios que esto trajo luego para defender la soberanía nacional allí). En 1971 llegaron mis padres y unos amigos en un Citroen 2 CV, un Fiat 600 y un Fiat 1500. Fueron acompañando el río por la ruta provincial 9, que sale de la 3 cerca de Comandante Luis Piedrabuena. Y resulta que ahora, más de cincuenta años después, eso no se puede hacer porque el camino está muy deteriorado. Dice La Nación que lo hicieron "percha" para hacer la represa Kirchner, aún no terminada.
Así que tuvimos que bajar (ya lo sabíamos) hasta el paraje Aike Guer, donde está la Virgen de Guer Aike, a la que se suele peregrinar los 8 de diciembre desde Río Gallegos. Este lugar se transformó en nuestro récord septentrional por vía terrestre, rompiendo nuestra marca anterior por unos aproximadamente siete grados de latitud. (Mientras, en el libro que me acompañaba, James Clark Ross batía un récord de latitud austral con el barco HMS Erebus. Una empresa un tanto más compleja).
Quisimos entrar en Río Gallegos pero unos controles policiales, cuya razón nunca supimos, habían generado una larga y lenta cola, de la cual desistimos, dimos media vuelta y empezamos el rumbo noroeste, pasando por el paraje La Esperanza, luego un frustrado ingreso a laguna Los Escarchados (donde se halló por primera vez al macá tobiano) y finalmente la visión del Lago Argentino desde la Cuesta de Míguez.