miércoles, 28 de febrero de 2007

Creados para alabar (III) o "Estilo de vida"

¿Qué relación une a las dos últimas entradas? Que con ellas intenté ilustrar la idea que tomé de F. Weismann y su libro “La oración en san Agustín”:

La afirmación sobre la alabanza de Dios como fin de la existencia humana es un tema recurrente en la literatura patrística y que, por otra parte, tiene bases bíblicas. El tema tendrá ecos en la espiritualidad medieval, especialmente en la franciscana.

Y ahora de postre, para esta tercera entrada, encontré (lo llaman casualidad) un artículo de Jutta Burggraf que está muy emparentado con estas cuestiones. Entre otras cosas explica cuál es el sentido de la alabanza a Dios, siendo que Él no pareciera “necesitarla”. Habla también de cómo o porqué alabar a Dios en medio de las dificultades y dolores de la vida. Al respecto, termina con una frase muy linda que quiero dejarles en negrita:

(...) la alabanza no se funda en una actitud ingenua. No nos lleva a cerrar los ojos ante enfermedades, injusticias, conflictos y guerras. Tampoco nos hace comprender todo lo que pasa en nuestra vida. (...) El mal tiene su origen en nosotros, no en el Creador, y (...) –a pesar de ello- no hay ninguna situación, por adversa y penosa que sea, que no esté envuelta por el amor de Dios.

(...) Es Él [Jesús] quien guía la historia y la vida de cada hombre hacia un bien que muchas veces nos trasciende. Quien está convencido de esa verdad, ya no quiere vivir con la queja a flor de labio, ni con la amargura en el corazón, como si Dios no supiera llevar bien los asuntos de su vida. Descubre el gozo de vivir como hijo en la casa de su Padre, y adquiere fuerzas para colaborar en la superación de los problemas que se le presenten (Cfr. Ex 15, 1-21). En otras palabras, la alabanza es el estilo de vida de los que creen.

Nota: en este punto, a alguno de Uds. quizás se le haya ocurrido otra relación con san Francisco, especialmente con el espíritu del texto aquel de la “verdadera y perfecta alegría”.

martes, 27 de febrero de 2007

Creados para alabar (II) (700)

-Quiero trabajar con mis manos -declaró entonces Francisco-; quiero también que todos mis hermanos trabajen. No por el ambicioso deseo de ganar dinero, sino por el buen ejemplo y para huir del ocio. Nada más lamentable que una comunidad en donde no se trabaja; pero el trabajo no es todo, hermano León, no lo resuelve todo, puede ser incluso un obstáculo temible a la verdadera libertad del hombre; es así cada vez que el hombre se deja acaparar de su obra hasta el punto de olvidarse de adorar al Dios viviente y verdadero; por eso nos es preciso velar celosamente para no dejar apagar en nosotros el espíritu de oración. Eso es más importante que todo.

(El fragmento fue tomado de un libro del franciscano Eloi Leclerc llamado "Sabiduría de un Pobre". Si alguien lo sabe, y es tan amable, dígame porqué dice en el volumen de Ediciones Marova: Con censura eclesiástica. 13-VIII-64.)
(¡Ah! El número del título anuncia la septingentésima entrada. Es una vieja costumbre personal cada cien entradas...)

lunes, 26 de febrero de 2007

Creados para alabar (I)

Pones en Dios tu esperanza, pero mientras tanto, ¿qué harás? ¿De qué te ocuparás, sino de alabar a Aquel que amas y de hacer que otros lo amen contigo?
(San Agustín, Comentario al Salmo 72, 34).

viernes, 23 de febrero de 2007

Primer hijo al jardín de infantes

Ayer, mientras ella terminaba de concertar la primera reunión con la maestra, yo salí al pasillo, me apoyé en la reja de una ventana abierta y miré hacia el patio. Me acordé del patio de mi Colegio Marianista e imaginé lo que va a vivir Francisco. (Este es el momento clave de la entrada en la que el autor, rendido ante la incapacidad para hacer un buen relato, espera que los lectores sean capaces de recordar el patio del propio colegio y así entenderlo; al autor).
Las palabras de la hermana encargada de la pastoral, sólo unos minutos antes (y ahora que lo pienso), me agarraron con la guardia baja. Esa charla, esas palabras, son las que no encontrás en otros lados, en colegios que no son religiosos. Espero que “eso” impregne, de algún modo, toda la educación que reciba Francisco. Eso es lo primero, antes que la organización de las planillas, las recomendaciones acerca de los cuadernos de comunicación, la información sobre servilletas, vasos, mudas de ropa y pises encima.
La directora se centra en esto último. Y está bien. Ella debe sacar las cosas adelante. Parece eficiente. Ella hará de Marta, la otra de María.
(En el día Viernes después de Ceniza).

miércoles, 21 de febrero de 2007

Comienza la Cuaresma 2007

(...) Y no sé cómo suceda pero es cierto que, mientras tales actitudes del cuerpo no pueden asumirse si no son pre­cedidas de un movimiento del espíritu, cuando son repetidas exterior y visiblemente, aumenta y crece más la tendencia invisible interior que las produce; también así sucede con el afecto del corazón que fue necesario para cumplirlas, y después que son hechas, aumenta (...) (El cuidado de los muertos 5)

Tomado del libro "La oración en san Agustín", de Francisco Weismann, Ed. Lumen.

martes, 20 de febrero de 2007

Otro vuelo en dirigible

A estos muchachos ingleses tan rockeros, de vidas tan turbulentas, les puede pasar lo que a cualquiera: que en tren de decir algo, usen determinadas palabras y estén diciendo más de lo que piensan. Como, por ejemplo, en los siguientes versos de la misma canción citada ayer:

Kind of makes me feel sometimes,
Didn't have to grow
We are eagles of one nest,
The nest is in our soul
[*]

Uno, que no va para teólogo, juega más impunemente con estas cosas...
[*] A veces me hace sentir como que / No tendríamos que haber crecido / Somos águilas de un solo nido / El nido está en nuestras almas.

lunes, 19 de febrero de 2007

¿Zeppelin manriqueño?

Then as it was, then again it will be
An' though the course may change sometimes
Rivers always reach the sea
(...) [*]

[*] Como fue, así nuevamente será / Y aunque el curso puede a veces cambiar / Los ríos siempre llegan al mar.

domingo, 18 de febrero de 2007

Inmersos en el mundo

(Domingo. Once de la noche).
Mañana nadie hablará de lo importante...
Lo primero será otra cosa: En el diario estarán en letra bien grande los “principales títulos”, por la radio nos dirán “las claves de la semana”, en la televisión los “alertas meteorológicos” y en el trabajo surgirán a montones las urgencias y se discutirán las prioridades.
(Nadie se preguntará cómo andamos, qué espíritu nos anima…)
Sólo algunos "tipos raros" estarán tratando de vivir la enseñanza de amar a los enemigos.

viernes, 16 de febrero de 2007

Dándole forma


Al que tenga cierto afecto por los planos de Buenos Aires, como le sucede al que aquí suscribe, quizás le interesen los siguientes datos curiosos que fui recolectando en el mundo literario.
Dice Pedro Luis Barcia al prologar el tomo V de las Obras Completas de Leopoldo Marechal, y en particular al prologar una obra menor incluida en el libro:

“El beatle final” es un relato de ciencia ficción, situado en el siglo XXIII en Megápolis, ciudad cuyo perímetro, el Gran Octógono, evoca el de nuestra Capital Federal, el mismo en el que Eduardo Mallea creía ver el perfil de la cabeza de un niño.

Si concedemos ciertas libertades de simplificación (cosa más difícil cuanto mayor formación matemática tengamos), podemos llegar a armar el octógono marechaliano con los cuatro lados rectos de la General Paz (indiscutibles) y otro par de pares formados al dividir en dos cada uno de los ríos limítrofes (cuestión discutible, pero digamos que podemos tener un Riachuelo rectificado hasta Puente Uriburu y uno sin rectificar desde allí hasta el Río de Plata; a su vez a este último lo podemos dividir en aquel tramo que enfrenta al puerto viejo -por aquel entonces no debería existir la “reserva ecológica”- y el tramo del puerto nuevo hacia el norte). Más difícil es ver la cabeza de un niño, eso lo confieso.
Pero hay un dato que Barcia no dio. Y es que Mallea también asemejó el contorno de la Ciudad de Buenos Aires a una figura geométrica. Dice en “La bahía de silencio”, capítulo LII:

Limitado por el río en tres de sus lados y por los tres partidos en los otros cuatro -bajo el celeste patrocinio de tres santos: Justo, Martín, Isidro [*]-, el enorme heptágono de la metrópoli (...)

Este fragmento da cierta validez a aquella suposición que hicimos para identificar los lados del octógono marechaliano, pero presenta una diferencia importante respecto a aquel, ya que con los dos ríos Mallea sólo hace tres lados.
Este análisis no resiste más post y es probable que los lectores tampoco resistan más este análisis. Baste decir, para cerrar, que si es por elegir entre los dos, prefiero el octógono marechaliano al heptágono malleano. En último caso buscaría un acercamiento de posiciones mediante un hexágono de cuatro lados rectos y dos curvos.
Y c´est fini.
[*] Supongo que las divisiones administrativas del Gran Buenos Aires no son las mismas ahora que en esa época (1940).

miércoles, 14 de febrero de 2007

Tennyson (para ella)

Este lunes he vuelto al trabajo. A mí me cuesta arrancar. Y a mi Mariana le sucede a veces como a la Mariana de Lord Tennyson:

She only said, "My life is dreary,
He cometh not," she said;
(…)
[1]

Lo cual digo no para ponderarme ni aumentar mi autoestima (tampoco significa que ella no tenga vida propia) sino sólo para citar al victoriano don Tennyson, a quien acabo de conocer.
Y lo conocí con los siguientes versos, que algunos citan para dar esperanza. (Aunque podamos hacer muchos reparos si queremos hablar de teología y esperanza cristiana, es probable que estos versos le vengan bien precisamente a mi Mariana, por otras razones que no son la de mi ausencia).

Oh yet we trust that somehow good
Will be the final goal of ill,
To pangs of nature, sins of will,
Defects of doubt, and taints of blood;
That nothing walks with aimless feet;
That not one life shall be destroy’d,
Or cast as rubbish to the void,
When God hath made the pile complete;
(…)
[2]

Notas y traducciones caseras literales:
[1] Del poema “Mariana”. Ella sólo dijo: “Mi vida es aburrida, / él no viene”, ella dijo.
[2] Del poema “In Memoriam”. Oh aún así nosotros confiamos que de alguna manera bueno-el bien / será el objetivo final de la enfermedad, / de las punzadas de la naturaleza, de los pecados de voluntad, / defectos de la duda, corrupción de la sangre; / Que nada camina con pies sin meta; / Que la vida de nadie será destruida, / o lanzada como desperdicio al vacío, / cuando Dios haya completado su “pila”. (Interesante esto de la pila, God´s pile, ¿algo como “los que junta Dios” para el Reino, para la salvación, para Él…? Sólo encuentro referencias en páginas religiosas no católicas).

domingo, 11 de febrero de 2007

Aprovechar el teléfono celular

A veces la misa dominical llega como una piedra en medio del río torrentoso de nuestras vidas. Una piedra no alcanza para frenar el torrente y el río pasa como puede, por arriba, por los costados. El río torrentoso sólo se detiene en un remanso, pero rara vez llegamos a la misa como a un remanso.
De las cosas que nos ayudan a hacer de nosotros ríos tormentosos y nos dificultan encontrar la calma, una de ellas es estar permanentemente “divertidos”, conectados hacia fuera pero no desde adentro, evadidos (con mayor o menor razón, con mayor o menor culpabilidad); cosas del progreso: televisión, Internet, teléfonos celulares. Estos últimos nos siguen hasta la misma misa. Pero no vengo acá a quejarme sino a comentarles a Uds. algo que acabo de descubrir.
El hombre tiene la capacidad de utilizar el progreso para sacar de él un bien, con la gracia de Dios. Y en este caso, el mismo teléfono celular que puede acelerar nuestro torrente y hacernos pasar por la misa como si ella sólo fuera un obstáculo, puede también darnos una ayuda importante a la hora de detenernos y entrar en el clima de la celebración eucarística.
No, no se trata de obtener vía conexión a Internet las lecturas que se leerán, o un recordatorio acerca del santo del día. Se trata, al contrario, de armarse la costumbre de extraer el teléfono de dónde se encuentre (cintura, bolso, etc.), presionar con sentimiento la tecla de apagado, escuchar como da su último “bip” y volver a guardarlo, solemnemente (se podría agregar, si pensamos que no llega a ser una ostentación, sino sólo el sano orgullo del que cumple un deber, una mirada en torno, con el pecho hinchado de ese orgullo). Y hacer de ese acto una costumbre, una obligación, algo de todos los domingos (y los otros días en que vayamos a misa).
Hay quien puede llegar cinco minutos antes a la misa, hay quien tiene esa u otras maneras de irse poniendo en “clima de oración”, como dicen. Pero el que no lo puede hacer, el que no tiene a su alcance ese u otros gestos, puede hacer el del “apagado del teléfono celular”. Es sólo un pequeño gesto exterior, pero puede ayudar mucho al reposo del interior, del alma, a una mejor preparación en vistas la celebración por comenzar.

viernes, 9 de febrero de 2007

Dos imágenes de la Virgen María


No es común ver que la imagen principal de un templo, detrás del altar, sea una Virgen recostada. Este caso que vemos (aunque no muy nítidamente) en la foto, corresponde a Nuestra Señora del Tránsito, de la iglesia homónima del pueblo bonaerense de Saldungaray. Es una imagen traída de Francia y donada por el mismo fundador del pueblo, Pedro Saldungaray (ver detalle).


Otra imagen de la Virgen María que conocí este verano fue la Virgen de Martín de Newenhoven (o Martin Nieuwenhoven). La escuché nombrar en un libro de Mallea y busqué su imagen en Internet (quién sabe, en cierta forma es un prodigio escuchar hablar de algo y al instante poder conocer más acerca de ello; pero también hubiera sido apasionante revolver bibliotecas, hacer viajes y hablar con personas desconocidas para conocer lo que ahora está a un “clic” de distancia).

jueves, 8 de febrero de 2007

Política, religión y...

A veces, cuando no se quieren discusiones muy acaloradas, se pide (o se acuerda) no hablar de política ni de religión. Con el tiempo he aprendido que habría que agregar un nuevo tema a esos “chispeantes”. El trío sería: política, religión y educación de los hijos.
He visto cómo, aún dentro de grupos de afinidad importante, hay formas muy distintas de pensar y obrar y cómo las discusiones pueden ser realmente fuertes. Será por lo importante del tema, será por las seguridades que se enfrentan, será por tantas cosas (después de todo, yo creo que es precisamente por esas cuestiones por las que vale la pena discutir de religión, de política -de la verdadera- y de la educación de los hijos).
Y cómo será de importante el tema de la educación de los hijos que es precisamente la forma en cómo nos han educado y en cómo queremos educar a nuestros hijos lo que determina, en forma asombrosamente grande, nuestra forma de pensar en política y en religión.
Aventuro, para cerrar, una hipótesis que dice que la mayoría de los desencuentros o malentendidos en las discusiones de política o de religión se podrían salvar si las partes hablaran primero de la forma en que piensan la educación (actual o futura) de sus hijos, o entendieran como fue la propia. Claro que entonces habría que ver si alguna vez llegan a hablar de aquellos otros temas.

martes, 6 de febrero de 2007

De regreso el cuerpo...

Si por mi fuera, me pasaría las vacaciones manejando, viajando con el auto por las rutas y pueblos argentinos. En esta oportunidad conocimos las tierras bonaerenses que recibieron hace años a españoles e italianos (por supuesto) y también a grupos menos conocidos como los alemanes del Volga o los franceses de Aveyron. Con base en Sierra de la Ventana visitamos Tornquist, Pigüé, Coronel Suárez y los bellos paisajes de las sierras australes de esta provincia. También supimos quedarnos quietos y descansar en una casa muy sencilla y tranquila de la zona. Y luego volvimos (Pringles, Olavarría, Azul, Las Flores, Monte, Cañuelas, Buenos Aires), con ganas de ser inmigrantes en la propia tierra y quedarnos allá.