martes, 23 de noviembre de 2021

Decente

La "muchacha honesta" que menciona Roberto Arlt, sirviendo en un bar de los barrios pobres de Bilbao (Aguafuertes vascas) se me mezcla con los "ojos decentes" del muchacho al que le canta la mexicana Silvana Estrada en la canción "Te guardo".

No sé de dónde habrá sacado Arlt que era honesta la muchacha del bar. Será que quizás no era como aquellas que conversan de balcón a balcón, que sonríen si se les mira y responden a los piropos. "La única ilusión de estas mujeres jóvenes que tienen las yemas de los dedos picados por el constante uso de la aguja, es el amor. Se aferran a una relación accidental con una tenacidad que espanta; el beso en ellas es más pronto que la palabra". Eso me hace acordar a la otra canción (como debe haber tantas) llamada "Ojos verdes". Aunque esta es andaluza y no vasca.

Para mí es natural la relación de honestidad con decencia. Hoy muchos llaman honestidad justamente a la indecencia. O hipocresía a la decencia. Pero me alegra que la Real Academia me autorice a relacionar honestidad con decencia (ver segunda acepción de decencia). O que una cantante moderna use la palabra decente.

jueves, 4 de noviembre de 2021

Terminales de bondis

Uno de la "costera" entrando en terminal San Isidro (foto propia)

Una terminal de bondi es como un puerto. Un colectivo entrando en una terminal al final de su recorrido es una imagen como pocas. Tiene algo de esa otra imagen que los ruteros seguro conozcan: un camión deteniéndose en un parador de ruta y liberando el aire de sus frenos. Los camiones parecen exhalar el cansancio al llegar al parador. Los colectivos ingresando a la terminal son la imagen del abatimiento. Dejan la calle y doblan ingresando a un garaje, balanceándose en los amortiguadores. Es un ir cabizbajo, ya cerca del reposo y de aquella exhalación como la de los camiones.

Pero dijimos como un puerto. Poco podré explicar porqué. Rara vez he llegado a un puerto. La imagen se basa en un conocimiento intuitivo. Pero es fácil darse cuenta que no es una asociación rebuscada. Debe haber muchos puertos distintos así como hay muchas terminales. Están esos descampados inmensos dónde descansan todos unos al lado de otros (y cuando uno los descubre es una sensación como la de descubrir que Droopy no era uno solo sino millones). Están los galpones suburbanos y algunos muy inmersos ya en la bulliciosa ciudad, con sus edificios de oficinas administrativas adjuntas.

De estos últimos recuerdo algunos que siempre me gustaron. La terminal del 12 en Pacífico, esa especie de túnel entre Santa Fe y Luis María Campos. La de la "costera" en San Isidro (TALP, 338), con esa salida a dos calles, por la que alguna vez estuve tentado de colarme solo a modo de atajo. La de la 59 en Munro, a la que nunca entré pero que sería interesante conocer porque es donde descansan esos colectivos siempre tan brillantes como son los 59. La de la 60 en Constitución, donde no sé cómo llegué una vez, en una calle tan marginal que ahora Google me identifica como Pedro de Luján (pero al ver el Street View no la reconozco). También quisiera conocer la de la 168 en la Boca, sobre Ministro Brin. De chico estaba la terminal en Caballito de las líneas 136, 163 y 153. Creo que no está más. No la encuentro en el mapa. Pero en Internet todavía se anuncia que esos colectivos salen de Yerbal y Colpayo. De las terminales anteriores, aquellas dónde encontras a los millones de Droopy, tengo un recuerdo muy reciente de ver una. Recuerdo ver infinitos 21 cerca, si no me equivoco, de Puente de la Noria. ¡Y todas las que me estaré olvidando!

Y qué desvalidas son en cambio esas puntas de linea que no son la principal. Donde a veces solo hay una casillita y con suerte un bañito. La del 55 en Barrancas de Belgrano, la del 60 en Beccar frente al "campo" de AySA (que no es extremo pero si cabeza o cola de un ramal corto)... Estos ya no son puertos sino pequeños amarraderos y a veces cuando estás en algunas de esas postas pensas en que al menos le haces compañía al inspector o como se titule quien ahí trabaja. Pariente del boletero-paloma, sin duda.