sábado, 26 de junio de 2021

"Fictitis" a prueba con Stevenson

Decidí mezclar un poquito a James (Cuentos Completos, tomo 1, Páginas de Espuma) con algo de Stevenson (Cuentos Completos, Penguin Clásicos).

Y va bien. No le tenía demasiada fe a Stevenson (y por lo visto una vez pensé que lo que leí quizás fuera lo último). Con los chicos, “La isla del tesoro” no fue precisamente la lectura del año; eso pasa con las obras muy famosas y muy queridas, hay demasiada expectativa. Leí también un pequeño tomito de “Cuentos de los mares del sur” y el famoso ese de la botella que da fortuna pero hay que vender a otro a un precio cada vez menor. Tampoco me pareció una cosa extraordinaria. Porque nunca me gustaron ese tipo de cuentos. Hay que reconocer que en otra época habrán sido la gran novedad.

Pero ahora que me enganché con "Más mil y una noches", que tampoco me parece gran cosa, estoy entretenido. Siento cierto interés por las historias. Con decir que arranqué un cuento a las once y pico de la noche y lo terminé sin sentir sueño. Cosa rara en mí.

Pero uno debe tener cierto complejo con la ficción. Acedia a la ficción y fictitis les ha dicho ARP. Porque, aún cuando la estoy disfrutando, ya temo perder el gusto.

Lo gracioso fue cuando dije: “dejo un rato James, voy a Stevenson” y entonces veo que el introductor del libro de Stevenson, un tal Barry Menikoff, ¡es experto en James y Stevenson! No sé qué relación, qué línea de conexión obvia puede abrir entre ambos autores, pero yo no tenía sus libros por eso, solo los había tomado al azar de las estanterías hace mucho, cuando hice valer una giftcard.

martes, 22 de junio de 2021

Como mariposas

Los “Cuentos completos” de Wilde pasaron como si nada. Ni entrada tuvieron, pobres. Los únicos que me gustaron fueron “El fantasma de Canterville, “El joven rey” y “El pescador y su alma”. Hoy me dice G. que le están haciendo leer “El crimen de lord Arthur Savile”. Ni me lo acordaba. Lo busqué y me di cuenta que le había hecho una marca en esta imagen:
Cuando despertó lord Arthur estaba ya muy avanzada la mañana, y el sol de mediodía se filtraba a través de las cortinas de seda marfileña de su dormitorio. Se levantó y fue a mirar por el ventanal. Una vaga neblina de calor flotaba sobre la gran ciudad, y los tejados de las casas parecían de plata oxidada. Por el césped tembloroso de la plaza de abajo se perseguían unos niños como mariposas blancas, y las calles estaban llenas de gente que se dirigía a Hyde Park...”.
No sé si la ven como yo. Como cuando desde una ventana relativamente alta se ve la calle y sus movimientos pero sin que lleguen los ruidos, desde el silencio del interior (“sin sonido”, como diría un chico ahora influenciado por la vida tecnológica). Vistas así, las personas son como más leves. Como hormigas si marchan ordenados. Cómo mariposas los juegos de niños.

domingo, 13 de junio de 2021

Pila de libros


¿Cómo envejecerán los libros modernos? ¿Esos Penguin clásicos de bolsillo envejecerán cómo lo hicieron los de la Grandes Novelistas de Emecé? ¿Se podrán manejar con facilidad o se desarmaran? ¿Sus hojas tendrán un agradable olor? ¿Su tipografía resultará antigua pero de algún inexplicable modo entrañable y con ese atractivo de la vejez bien puesta?

Pienso eso entre la pila de libros que tengo al lado. Son varios. La vuelta al trabajo está dejando menos tiempo o fuerzas para estos anticuados (pero qué bien escritos) primeros cuentos de Henry James...
"El salón está lleno de libros, ordenados sin ninguna lógica, tampoco azarosamente, más bien en una especie de genial incongruencia, la cual sugiere que, tarde o temprano, cada libro abandonará su sitio y tendrá nuevas compañías. El señor Sloane hace buen uso de los libros. Sus dos pasiones, según Theodore, son leer y conversar; pero para conversar precisa un libro en la mano".
(Un hombre ligero, Henry James)

sábado, 5 de junio de 2021

Semana de "stop"

(30/5)

Esta semana pasada no trabajé, salvo algunas pocas disposiciones telefónicas, así que pude iniciar las podas.

Adelanté la de la parra, que solía ser en junio o julio, respaldándome en la teoría de los meses sin erre, que me indicó ella. Así le abrimos camino al sol, que baja poco al fondo en esta época, para que seque la ropa.

Perfilé un poco el laurel con idénticos objetivos y empecé a recortar con tijera de mano la mandarina, que tuvo tantas este año que no pudimos aún descargarla por completo. Luego algunas otras ramas de vecinos invasores y algunas de mis invasoras.

No voy a tener tanto tiempo este año como tuve el año pasado pero ya dimos un importante paso.

Los libros venían tan bien este año que me animé con unos volúmenes gruesos. De esos que repiqueteas en la tapa y suena grave. En la semana di un tirón y terminé “Resurrección” de Tolstoi y empecé a dar cuenta del primer tomo de “Cuentos Completos” de Henry James (estaba empezado este libro; retomé desde la 329, ¡y tiene 979!). Veremos qué pasa ahora que invertiré más tiempo en el trabajo.

En música he descubierto que les estuve trayendo todas cosas rápidas, muy pim pam pum. Si tienen oportunidad de detenerse en una música más tranquila o más instrospectiva, prueben este trabajo de Quique Sinesi y Marcelo Moguilevsy:

Sólo el río / Sinesi - Moguilevsky 

Escuchen esta entrevista a Carlos Moscardini, que les dará un montón de cosas interesantes y pistas a seguir.

Entrevista a Carlos Moscardini / Folklore en casa 

Y por último cierren con la Argerich y el simpático Gábor Takács-Nagy de la Liszt Ferenc Academy of Music: