lunes, 20 de septiembre de 2010

Unas fotos bárbaras

Con la visita del Papa a Inglaterra tuve la oportunidad de volver a ver el espectáculo de la gente esperándolo y saludándolo a su paso. Hace mucho que no veía esa escena (esta vez la vi gracias a la transmisión en vivo enlazada por "En Compostela").

Y note una cosa, que ya había notado en otros eventos públicos. En las manos que se alzan hay cada vez más cámaras de fotos. En el caso de la visita papal, seguía habiendo algo de banderas y banderines, pero en las primeras filas era todo cámaras de fotos (solas, en teléfonos, etc.)

Da para un breve pensamiento. Cuando uno ve tantas manos levantadas que en vez de vivar, capturan, en vez de saludar, toman, se pregunta si el hecho no ha cambiado algo en su esencia.

Si lo pienso un poco me respondo que no. Siempre la gente quiso acercarse a la persona admirada para tocarla o que ella lo toque. Ahora con las cámaras tan a mano tenemos oportunidad de capturar al menos la imagen, y llevarla con nosotros.

Quizás el problema sea otro. Nos pasa en este tipo de eventos pero también en los viajes, o en los actos escolares. Ya casi ni miramos, los paisajes, o los niños, o lo que sea. Los vemos prácticamente la totalidad del tiempo a través de la pantallita de la cámara digital. Y es como que nos olvidamos de disfrutar el momento, para poder tener buenas fotos y recordarlo después.

- ¿Estuvo lindo?
- No sé, pero saqué unas fotos bárbaras.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Por Júpiter. Gracias a Dios

“Yahoo!” enlazaba a la noticia con la siguiente presentación: “De las que nos has salvado, Júpiter”. Y yo me dije: “¡Zás, de vuelta al paganismo de hace siglos!”

Pero no, se trataba de una nota que hablaba de cómo Júpiter hacía de escudo de la Tierra. Por su gran masa, el planeta más grande del Sistema Solar atrae asteroides que impactan en él y no llegan aquí.

Claro que estos descubrimientos o bien nos conducen aún más a la alabanza a Dios, por su sabiduría y cuidado providencial, o bien nos mueven a agradecer a Júpiter, como harían los antiguos romanos. O como simpáticamente titulaba “Yahoo!”

Lo que no sería más que otro buen ejemplo para aquello que decía Chesterton en El hombre eterno, cuando hablaba de un solo Dios subyacente en los politeísmos y paganismos:

(…) Y el nombre de Júpiter es casi una traducción pagana de las palabras: “Padre nuestro que estás en el cielo”.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Domador de caballos, ¿como aquél de Ilión?

Uno de los poemas que más me gustan de Marechal es “A un domador de caballos”. Por mi ignorancia de los clásicos griegos no advertí en este domador podía tener inspiración en el troyano Héctor. Porque conocí por Chesterton (y la nota al pie de mi libro de Ediciones Cristiandad de El hombre eterno) los versos finales de la Ilíada, esos que dicen:

Así hicieron las honras de Héctor, domador de caballos.

Y el poema marechaliano, que habla del domador del sur, de las pampas argentinas, y que tiene además un sentido trascendente, ha de tener alguna relación más estrecha de la que imagino con aquel personaje de la Ilíada, porque termina:

Domador de caballos,
no es otra su alabanza.

Siendo conocida la estrecha relación de Marechal con los clásicos griegos.
Apuntes:
- Algunas cositas parecen como contrapuestas. Héctor parece ser el vencido pero ensalzado. El domador de Marechal, en cambio, es “vencedor y sin gloria”.
- Aunque unos versos antes es “oscuro y humillado / pero visible todavía el oro / de una nobleza original que dura / sobre tu frente”.
- También quisiera ver si esos otros versos del poema que tanto me gustan (hombre dado al silencio / como a un vino precioso) son también características del troyano Héctor.
En fin, tengo mucho trabajo pendiente (empezando por leer la Ilíada). Y no sé si alguna vez lo completaré.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Proyecto paralelo y el pueblo fantasma

Mal que mal, subsiste. Así que aprovecho para presentarlo algo más formalmente (aunque no espero que sea algo muy popular). Se trata de un experimento paralelo que se llama Mes Mes Aïeux (Mis Mes Aïeux). Y allá está explicado. No mucho, pero lo suficiente.

La última canción que incluí puede llegar a gustarles. Es una canción muy sencilla pero la idea me parece genial. Ville fantôme, pueblo fantasma. Un pueblo donde el cura pierde la fe, la iglesia está vacía, la bella joven no cree en el amor, el alcalde es corrupto, se olvida a los sabios y a los niños se los adormece, es un verdadero pueblo fantasma.

Cabe aclarar que el grupo, en mi opinión, que ya es prácticamente la opinión de un fan, dista de ser católico, como ya he explicado oportunamente. Son nacionalistas quebequenses.
(En el día de la Natividad de la Santísima Virgen María).

domingo, 5 de septiembre de 2010

Costumbre

Entre dos libros hay un espacio de tiempo vacío.

Es extraño ese intervalo.

No puedo entender la vida cotidiana sin “el libro que estoy leyendo es…”