miércoles, 25 de junio de 2008

Fuego y leña

Estas mañanas frías hago como siempre las cinco cuadras. Pero hace un tiempo llevo para el viaje un pequeño libro con las lecturas del Evangelio del día. Abrirlo en el camino es como encender un fuego, como llevar un braserito en las manos para calentarse.
Si los días son sin muchas preocupaciones, uno va hilando las palabras de los distintas lecturas, las va meditando con más profundidad. Si, por el contrario, hay muchas preocupaciones, no se llega a tanto.
En el primer caso me gusta imaginar que es como si aquellas brasas hubieran logrado prender el fuego en mí. En el segundo caso es como que yo fuera leña húmeda, y el fuego no puede prender.
Y se me está ocurriendo una analogía hecha en base al fuego y la leña para aquella parábola del sembrador y la semilla que cae en distintos suelos. Veo fuegos que no prenden por leña muy verde, otros de leña húmeda que no terminan de prender echando humo, otros de leña chica que prenden pero se consumen rápido y veo fuegos de leña buena, bien encendidos y duraderos...

domingo, 22 de junio de 2008

Buen folklore


Suenen esas guitarras
que quiero alegrar mi corazón.
Traigo pa' convidarles
vinito que se hace en El Zanjón.
[*]
Nada de cantantes "melosones" ni guitarras eléctricas, como a mi gusto debe ser. Si quieren escuchar moderno y auténtico folklore van y se compran el último disco del Dúo Coplanacu (que yo ligué por el día del padre). Por cierto, entre clásicos y novedades metieron 14 impecables temas los muchachos. Y suenan muy bien con bandoneón.
Mi corazón
cajoneador,
latiendo emocionado,
vibraba a su compás.
[**]
Esas infaltables notas al pie: [*] De la Zamba Alegre; [**] Del Escondido de los bombos; la imagen me la traje de por ahí; por aquí un hallazgo.

miércoles, 18 de junio de 2008

Alter mundi - V. Bután


De nuestro principal colaborador en Asia nos llegó la siguiente carta.

Estimado Juan Ignacio:

_____Como puedo comprobar, está posteando de las cosas más variadas. ¿Qué le parece una entrada que trate sobre el Reino de Bután? Creo que bien podría encajar en la serie Alter mundi.

_____Bután es un reino perdido y encontrado en el medio del Himalaya. Es una de las 196 naciones que podrá encontrar en su Almanaque Mundial 2008. Y si no pertenece a la categoría de las monarquías absolutas, a la que Ud. se refirió en la última entrada de la serie, es porque en 1998 el rey Jigme Singye Wangchuck decidió dejar de nombrar a los integrantes del Consejo de Ministros y que se elijan en comicios abiertos.

_____Bután, país que los locales llaman Druk Yul (la tierra del dragón de truenos), es una nación muy estrechamente ligada por sus orígenes con el Tibet y donde el budismo llegó en el siglo VIII. Tuvo una fuerte unificación y forja de identidad nacional en el siglo XVII y a finales del siglo XIX supero otra etapa de divisiones internas a través del líder Ugyen Wangchuck, con colaboración inglesa. Finalmente la independencia fue conseguida en 1949.

_____El haber dicho que era un reino perdido y encontrado se refiere a que este país enclavado en las altas montañas tuvo con su tercer rey, Jigme Dorji Wangchuck, una política de gradual exposición al mundo exterior. Bután termina en 1964 su primera carretera pavimentada, los medios de comunicación internacionales entran al país por primera vez en 1974 (cuando se corona Jigme Singye, el rey que ascendió al trono a los 17 años), el teléfono llega en los años sesenta (aunque recién en 2006 se puede telefonear desde zonas rurales) y la televisión en 1999.

_____Claro, esto da para muchas reflexiones. ¿Han elegido lo mejor para adquirir de occidente? ¿Sabrán los butaneses manejar los adelantos tecnológicos, que están ahora conociendo, mejor que lo que lo ha hecho el resto del mundo?

_____En todo caso, Bután no debe perder esa característica que hace que muchos lo llamen uno de los paraísos del mundo (un Shangri-La o la mítica ciudad budista Shambhala): setenta por ciento de su superficie cubierta de bosques, cinco mil especies de plantas (de las cuales 300 son “medicinales”), ciento ochenta especies animales, una arquitectura única (como las de las fortalezas Dzong, una de las cuales se ve en la foto que le envío) y sobre todo, serenidad de vida.

_____Sé que lo tentaré de hacer un viaje a Bután si le digo que hay pocos turistas y la posibilidad de contacto con la gente local quizás le pueda pegar algo del estilo de vida. Eso sí, a pesar de todo no podrá ir en carpa, asegúrese de tener al menos cien dólares por día para gastar.

_____Sin otro particular y esperando no haberme extendido demasiado, lo saluda cordialmente,

_______________________________Un colaborador.

miércoles, 11 de junio de 2008

Para charlar con un amigo

Ayer una lectura (Mt 5, 13-16) de la que me hubiera gustado hablar con un viejo amigo que hace tiempo no veo. Jesús que dijo a sus discípulos: “Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?”.
¿Ves, N.? Eso que te preocupa tanto, que tanta rebelión te causa, eso de que todo lo bueno nos viene de Dios y lo malo es culpa nuestra (dicho mal y pronto), eso que te hiere el orgullo... bueno, acá tenés la contraparte. Debemos dar sabor al mundo. Y si no somos nosotros, ¿quién será? Acá tenés la importancia que querías, la que estabas buscando, para un testigo de Cristo.

jueves, 5 de junio de 2008

Italianos inteligentes

El siguiente es un diálogo de dos personajes del cuento “El paraíso de los ladrones”, el segundo del libro “La sabiduría del Padre Brown”, de Chesterton.

-Esto -respondió Ezza con gravedad- no es un disfraz de inglés, sino la ropa del italiano del futuro.
-En ese caso -remarcó Muscari-, confieso que prefiero al italiano del pasado.
-Ése es tu viejo error, Muscari -dijo el hombre de los bombachos, sacudiendo su cabeza-, y también el error de Italia. En el siglo XVI, nosotros, los toscanos, dictábamos la moda; teníamos el mejor acero, las mejores técnicas de esculpir, la química más avanzada. ¿Por qué no deberíamos tener ahora las mejores factorías, los motores más nuevos, las mejores finanzas y las ropas más modernas?
-Porque no merece la pena tener todo eso -respondió Muscari-. No puedes hacer de los italianos gente realmente progresista: son demasiado inteligentes. Hombres acostumbrados a descubrir el camino más corto para vivir bien, jamás irán por esos nuevos caminos tan elaborados.

Y que cada uno piense cuán acertado andaba Chesterton. Más allá de eso, la idea es genial. Yo confieso mi admiración por el pueblo que tenga esas características, sea cual sea.

lunes, 2 de junio de 2008

Status viatoris XXIX

(Colas de aquella serie).
El status viatoris acaba (si la gracia de Dios lo realiza, digo yo) en su opuesto que es el status comprehensoris, según enseñaba Pieper. Y hay una clara señal del paso de un estado a otro, que es la muerte.
También así en los viajes terrenales se presentan las señales que nos indican que hemos llegado: abrir una puerta, sentir que el avión toca tierra, ver el mojón del 404 de la ruta 2 (que es llegar a Mar del Plata) o cruzar el puente sobre el Ñirihuau (que es llegar a Bariloche).
Un viaje muy distintivo en este aspecto fue el de la conquista del Polo Sur. El primer expedicionario en llegar allí no podía encontrar nada que indicara que había llegado. No había allí una olla con monedas (como al pie de los arco iris de los cuentos), ni se veía la punta del eje sobre el cual rota la tierra; nada de eso.
El final del viaje era cuestión de caminar y detenerse, hacer observaciones y mediciones con instrumentos hasta que, en un determinado momento y en el medio de la nada congelada, esas mediciones informaban a los viajeros que habían llegado, que estaban parados sobre la meta.
¡Curiosa forma de llegar! El que lo hizo fue un noruego llamado Roald Amundsen y así lo relatan en una página de relatos de exploradores:

(…) El 8 de Diciembre, con 18 perros y tres trineos, los noruegos sobrepasan los 88º 23' que había alcanzado Shackleton en la expedición del Nimrod en 1909. Se encuentran a 95 millas del Polo Sur. Cuanto más cerca se encontraba Amundsen de su objetivo, aumentaba el temor de ser batido por Scott. A las 15:00 del viernes 14 de Diciembre de 1911, un grito simultáneo de "¡Alto!", surge de las gargantas de los cinco noruegos: los 90º de latitud Sur. El Polo Sur de la Tierra.

De ahí en adelante ya quedó una señal que indicaba la llegada. La primera fue una sencilla carpa de explorador con su bandera, hoy es la base norteamericana Amundsen-Scott que, aunque más grande y compleja, sigue siendo un punto en medio del interminable horizonte blanco.
Así como en este viaje, así en la vida. Aunque la muerte exista, sabemos que hay una meta más allá. Hace dos mil años un Hombre (y más que un hombre) hizo por nosotros las dos cosas, nos mostró la meta de nuestro camino y el mismísimo camino para llegar allí.