domingo, 31 de diciembre de 2006

Final

Podríamos vivirlo todo de corrido, desde el primer día hasta el último de nuestras vidas. Pero necesitamos de finales. Necesitamos celebrar el fin de año y hacer como que todo terminara. Alguien dijo que eso era porque esperamos un “final de finales”.
Por otro lado está el tema de los recomienzos. A algunos les gustan y a otros no. Pero ese es otro tema. ¡Hasta el año que viene!

sábado, 30 de diciembre de 2006

More than just a "traditore"

El editor de los Sonetos de Shakespeare recibidos como regalo habla en la contratapa del libro de la labor del traductor, y propone una defensa del mismo frente a la tradicional acusación de traición.

(...) la aporía milenaria que aqueja a los traductores: si es cierto que "traicionan" también es cierto que "traditan", es decir, "entregan". Al hacerlo abren, expanden, compelen a re-pensar y a re-sentir la experiencia poética.

Y si de traducir del inglés se trata, he aprendido que no es sólo mi torpeza la que me lleva a leer dos veces algunas de esas translations, como las de los magníficos artículos de Chesterton. En un libro que ya cité varias veces aquí, los editores dicen:

Toda selección de escritos de un autor es, en cierto modo, antojadiza. Si los escritos proceden de otra isla idiomática, la traducción arroja aún más (inevitables) arbitrariedades. Pues se parte del criterio personal y el oficio de quienes asumen la responsabilidad de la búsqueda, la selección, el transplante a otra lengua y, en fin, la decisión de editar, procurando el ingreso respetuoso al pensamiento, la intención y el arte del autor. Se trata más de amor y trabajo que de reglas y fórmulas.

viernes, 29 de diciembre de 2006

Sufrimiento de mujer

La que más sufre es la mujer.
Si es como dicen, que la mujer puede amar más, entonces también la mujer sufre más. Y si además es madre...
Dicen que el sufrimiento del otro no es el mejor consuelo para el de uno. Pero yo creo que en mayor o menor forma ayuda. No sentirse el único, no sentirse solo.
Hoy dijo otra vez Simeón a María: “y a ti misma una espada te atravesará el corazón”. (Lc. 2, 35)
Que las madres puedan unir sus sufrimientos a los que padeció Nuestra Madre del cielo. Así no estarán tan solas.

jueves, 28 de diciembre de 2006

Recibimos para dar

Shakespeare habla de la naturaleza, que a alguien dio el don de la belleza. Y como lo que se recibió debe entregarse, habla de la fecundidad. Por eso dice:

She carved thee for her seal, and meant thereby,
Thou shouldst print more, not let hat copy die.

Si tomamos la traducción de Miguel Ángel Montezanti podemos, por la suerte de las palabras, olvidar por un momento la referencia femenina a la naturaleza y pensar entonces en Dios y sus dones, especialmente en el amor:

Cual sello te acuñó, de tal manera
Que otro con él imprimas, no que muera.

(Gracias a mi suegra que, como no consiguió Enrique V -con aquél magnífico discurso que Ens nos trajo hace poco y que reviví viendo la versión fílmica- me regaló, entre otros, un libro bilingüe con los Sonetos Completos).

miércoles, 27 de diciembre de 2006

Best wishes

Un amigo me contó que, en estos días, a un compañero de trabajo le llegó una felicitación por correo electrónico y en la misma le deseaban Merry Christmas y una Safe Holiday Season. [*]

¿Safe Holiday Season...? ¿Será que están al tanto de los sucesos locales? ¿Será que saben que en la ruta 2, aunque sea ahora autopista con manos separadas, aún se producen accidentes? ¿Será que están muy atentos a la cuestión del número de heridos con "cuetes pirotécnicos"? O quizás sepan la verdad de la empresa en donde trabaja mi amigo. Es que allí, hasta el último día, nadie tiene las vacaciones aseguradas...

Como sea, de las felicitaciones que me mostró mi amigo me gusto más otra que, siempre dentro de la “politicorrección” moderna, me pareció más profunda y decía así:

We wish you nice Christmas and quiet contemplative holidays in the circle of the family. [**]

En la cual puede haber evidencias de no estar escrita por una persona cuyo inglés es native tongue, puede incluso desmerecerse por cambiar merry por nice, pero escapa a la frase hecha y tiene otra emoción.

Así que bien, adopto la frase y les deseo quiet contemplative holidays para todos aquellos que ya se las toman...

Notas:
[*] Algo como: Feliz Navidad y una temporada de vacaciones/días de fiesta segura.
[**] Algo como: Le deseamos una linda Navidad y unos tranquilos y contemplativos días de fiesta/vacaciones junto a su familia.
Actualización:
Al cierre de esta edición recibo la siguiente felicitación: “En esta oportunidad lo contactamos para desearle muy felices fiestas y que en el 2007 pueda realizar todo lo que se proponga”. A la cual, dados los tiempos que corren, quizás habría que agregar: “Siempre que lo que Ud. se proponga sea lo que Ud. realmente quiere”. Porque como decía san Pablo...

lunes, 25 de diciembre de 2006

Villancico

Quizás se lo podría dedicar a alguien cercano...

Solitario y silencioso
Volvía yo cierta vez
Por entre sombras amargas
Y bajo estrellas de hiel,
Cuando, al llegar a mi puerta,
Sobre el umbral encontré,
Desnudo y abandonado,
El cuerpo del niño aquel.
___Y conmigo está
___Desde aquella vez.

Con el mismo desamparo
Y la misma desnudez
De los astros que temblaban
En el firmamento fiel,
Aquel niño me miraba
Como dándome a entender
Que conocía mi nombre,
Mi soledad y mi sed.
___Y conmigo está
___Desde aquella vez.

Lo miré, lo vi pequeño,
Tuve piedad y lo alcé
Desde el mármol del umbral
Hasta el mármol de mi ser;
Y en el frío de mi vida
De pronto sentí nacer
Un fuego que convertía
Todo mi mal en su bien.
___Y conmigo está
___Desde aquella vez.

—¿Cómo te llamas?, le dije.
—¿Quién eres?, le pregunté.
—¿Qué quieres? ¿Por qué me miras?
—¿Dónde naciste y de quién?
Y en aquel hondo silencio
Que jamás olvidaré,
Campanas de Nochebuena
Me respondieron por El.
___Y conmigo está
___Desde aquella vez.

Francisco Luis Bernárdez, Villancico; de Canciones Cristianas.

jueves, 21 de diciembre de 2006

Sed de amor

A propósito de algunas entradas leídas "al margen de los días", interrumpí a Mallea y leí "Miguel Mañara" de O. Milosz y "Don Juan" de Leopoldo Marechal (y me compré a módico precio un ejemplar muy sencillo del Don Juan Tenorio de Zorrila).

Al leer acerca del Don Juan se me ocurrió pensar en un amigo. Recién caigo en qué bien le sienta este caracter, el de Don Juan. Pero empecé a pensar distinto en mi amigo. Si yo siempre pensaba qué era lo que él no estaba buscando (una novia estable, un matrimonio), ahora pensaré distinto: qué es lo que él está buscando. Quizás así entienda mejor porqué hace lo que hace. Y cómo podría él ordenar sus deseos. Aunque nunca le diga nada.

DON JUAN: (Se pasea intranquilo.) ¡Si al fin lograse reposar el ansia! ¡O si esta sed fuera como la de los ojos cuando se abrevan tranquilos en un paisaje! (Recita.) "No es bueno despertar una sed, y luego arrancarla del pozo recién cavado." ¡Tenía razón el Viejo: Hablaba de la sed ajena, y eso tan fácil! Pero, ¿quién despierta la mía, y la deja siempre con los labios resecos? ¡Felices los que reposan junto a su agua inagotable! Muerto de envidia y de rencor he mirado a los que se demoraban junto a su pozo, con la boca fresca y el corazón hecho un puro re­manso. Esa es la verdad, y lo sé. ¿Por quién me toman esos viejos locos de soledad, esas lenguas ponzoñosas y esos eter­nos ofendidos que arrojan su furor en un plato de la balanza y no saben lo que pesa en el otro? (...)

Don Juan, de Leopoldo Marechal. Acto primero, secuencia cuarta.

miércoles, 20 de diciembre de 2006

"Fiat" et ratio

Me han explicado ya algunas veces cómo la respuesta de Zacarías (Lc. 1, 5-25) no es igual que la de la Virgen María (Lc. 1, 26-38). El primero duda de las palabras del ángel, la segunda no, aunque pregunte cómo es eso posible.
En la traducción del Evangelio que me llega por “Evangelio del día” (días 19 y 20 de diciembre) hay una palabra clave que me ayuda a entenderlo un poco más. Zacarías dice: “¿Cómo puedo estar seguro de esto?”. Lo cual es claramente distinto a preguntarse cómo algo puede ser posible, que es lo que hace María.
¡Y qué bueno que Dios permita que preguntemos cómo es algo posible! Me animaría a decir, entre nos, que eso es una prueba de cómo la fe no debe excluir a la razón.
(Por supuesto, verifiquen esto con su teólogo amigo).

martes, 19 de diciembre de 2006

Adviento, segunda parte, preparando la Navidad

Dos años, dos relidades (del carro alado tiran un corcel blanco y otro negro...)
El año civil se agita, llega a su final con la lengua afuera, escupiendo saliva y hasta de mal humor. Especialmente en este mundanal mundo en donde trabajo. Y hasta los festejos civiles, supuesta ocasión de alegría, tienen sus exigencias: nos llevan a revolcarnos en las calles entre miles de compradores de regalos de último momento. Este año nos reclama con sus urgencias.
Pero otro año más imporante empezó hace poco. Y estamos en sus comienzos, el tiempo de Adviento. Desde el domingo pasado, en la “segunda parte” del mismo, en la que ya preparamos la Navidad. Nos preparamos para contemplar el nacimiento de Jesús, la entrada de Dios en la historia del hombre. Este año y este momento nos demandan atención por su realidad superior.

viernes, 15 de diciembre de 2006

Elogio de la confianza

Me sentiré mal si pienso bien de alguien
y luego soy defraudado.
Pero me sentiré peor si pienso mal
y él resulta ser honrado.

jueves, 14 de diciembre de 2006

"Conrazón"

Dice la razón: Busquemos
la verdad.
Y el corazón: Vanidad.
La verdad ya la tenemos.
La razón: ¡Ay, quién alcanza
la verdad!
El corazón: Vanidad.
La verdad es la esperanza.
Dice la razón: Tú mientes.
Y contesta el corazón:
Quien miente eres tú, razón,
que dices lo que no sientes.
La razón: Jamás podremos
entendernos, corazón.
El corazón: Lo veremos.

Tomado de un recorrido por los Campos de Castilla, CXXXVII, Parábolas, VII. Antonio Machado.

martes, 12 de diciembre de 2006

Las palabras del "marketing"

Detrás de las marcas y frases comerciales hay mucho dinero. Grandes “creativos” a sueldo. Cada palabra es pensada y calculada, estudiados sus efectos. Por supuesto que ese estudio y manejo de las palabras dista de ser, a mi gusto y entender, algo muy admirable. Está lejos de la poesía y también lejos de la riqueza de algunos lenguajes populares.
Aunque conozco algún ambiente de marketing, no conozco el de la industria automotriz. Así y todo, dudo que el nombre que lleva el nuevo Volkswagen, a pesar de ser este “un producto dirigido a un segmento del mercado de alto poder adquisitivo” (¡uf!), haya sido elegido para dar una “imagen de status” mediante la mención del dinero.
Casi podría asegurarles que no es por eso. Aunque el guapo de la esquina opine lo contrario. El me lo batió así: “Esta claro, por su nombre, que ese auto es para gente de mucho vento”.
[Clave: Vento.]

domingo, 10 de diciembre de 2006

Adviento, confesión

Preparen el camino, allanen los senderos. En tiempo de Adviento les dejo una confesión que es la del mismísimo Miguel de Mañara. Según la versión de Oscar Vladislas de Lubicz Milosz: Miguel de Mañana, misterio en seis cuadros.
Año 1656. Sevilla. Don Miguel que festeja sus aventuras; que conoce luego a la mujer que lo cambia, Jerónima; después Jerónima muere y llega el cuarto cuadro: Don Miguel, ya muerta su amada, pide asilo y protección al Abad del Convento de la Caridad. Se confiesa ante él y cierra el cuadro con esta magnífica declaración, sólo en escena:

Esta es la Luna, esta es la Tierra, yo soy el hombre debilísimo y su gran dolor. Y, sin embargo, a pesar de todas estas cosas existentes, no me atrevo a decir que Tú existes. ¿Quién soy yo para atreverme a decir que Tú eres? No estoy seguro, no tengo derecho a estar seguro más que de una sola cosa: de mi amor, de mi amor, de mi ciego amor por Ti. El sueño se ha desvanecido, la pasión ha huido, el recuerdo se ha borrado. El amor ha permanecido. Nada es sincero salvo mi amor por Ti; nada es real, salvo mi amor por Ti; nada es inmortal, salvo mi amor por Ti.
Porque yo no soy más que un muerto entre los muertos que ha amado, porque no soy más que un nombre que llena de arena la boca de los vivos. El amor ha permanecido. ¡Ah, la Belleza! ¡La triste, la pobre Belleza! Pero quiero alabar la Belleza porque de ella nace el Dolor, el deleite de los deleites. Tu gran amor me abrasa el corazón, tu gran amor es mi única certeza. ¡Oh, lágrimas! ¡Oh, hambre de eternidad! ¡Oh, alegría! ¡Ay de mí! ¡Ay de mí! ¡Ámame!

viernes, 8 de diciembre de 2006

Tota Pulchra

Electa ut sol
Pulcra ut luna
Porta Coeli
Cedrus exaltata
Piantatio rosae
Puteus aquarum viventium
Virga Jesé Floruit
Hortus conclusus
Sicut lilium inter spinas
Oliva speciosa
Turris David cum propunaculis
Speculum sine macula
Fons hortorum
Civitas Dei
Nota: Recopilación de referencias bíblicas que los teólogos relacionan con la Inmaculada. Tomadas de “Mensaje Simbólico del Arte Medieval”, de Santiago Sebastián. Ed. Encuentro, 1994. Traducciones y referencias: Escogida como el sol, Cant. 6, 9; Hermosa como la luna, idem; Puerta del cielo, Gn. 28, 17; Alta como cedro, Ecli. 24, 17; Planta de rosa, idem 24, 18; Pozo de agues vivas, Cant. 4, 1b; Floreció la vara de Jesé, Ez. 7, 10; Jardín cerrado, Cant. 4, 12; Como lirio entre espinas, Cant. 11, 2; Oliva vistosa, Ecli. 24, 19; Torre de David con baluartes, Cant. 4, 4; Espejo sin mancha, Sap. 7, 26; Fuente de los huertos, Cant. 4, 15; Ciudad de Dios, Sal. 86, 3.

miércoles, 6 de diciembre de 2006

¿O debería decir...?

Siguiendo la sugerencia de Sangre Azul rescato una página “en caché” de Google (antigua enseñanza de Hache) en la cual no identifico bien el autor pero se lee lo que sería la cita de Castellani (copio textual):

“ESJATOLÓGICO: ¿Por qué escatológico con “j”? Porque así debe ser. Hay dos palabras morfológicamente parecidas en español: Escatológico, que significa pornográfico -de scatos, griego que significa excremento- y Esjatológico, que significa noticia de lo último -de esjatón, lo último- las cuales son confundidas hoy día, por descuido o posdescuido o ignorancia o periodismo, incluso en los diccionarios (Espasa, Julio Casares); de modo que risueñamente el Apóstol San Juan resulta un escritor ¡pornográfico o excremental!Yo hago buen uso; si el buen uso se restaura, mejor, si no, paciencia. Poco cuidado con nuestra lengua se tiene hoy día”. ( Leonardo Castellani, “El Apokalysis de San Juan”, pág 313. Ed. Dictio. 1977.)

martes, 5 de diciembre de 2006

lunes, 4 de diciembre de 2006

Adviento, primera parte, carácter esjatológico

Se me fue el domingo sin una entrada acerca del adviento (aunque las estampillas del sábado me salvaron, porque dieron un tono navideño), pero tengo pensado vivirlo con todo. El trabajo está demandante pero no voy a dejar que me aturda. Oración y confesión. Para que ese día no nos caiga de improviso (cfr Lc 21, 34).
Nota al día 6 de diciembre: he cambiado la palabra del título de acuerdo a la sugerencia de Sangre Azul.

sábado, 2 de diciembre de 2006

Alegría postal


Costumbre acostumbrada la de las tarjetas empresariales de salutación. Ya próximas “las fiestas”, me llegó en estos días una distinta, una con un atractivo especial: la estampilla.
Se trataba de la reproducción de una pintura con el título: “Madona (sic) y paloma”, de Alfredo Guttero. Y parece ser que es parte de la nueva serie de estampillas de Navidad de 2006, que cuenta con dos estampillas. Una es la mencionada y la otra es una imagen, del mismo autor, que muestra a María y al Arcángel Gabriel al momento de la Anunciación.
Claro que, ya habiendo una con la Anunciación, me hubiera gustado que en la otra estuvieran la Madonna y el niño, como parece haber sido en 2005 (¡Qué imágenes! Una ilustra esta entrada). O que dijera Espíritu Santo en vez de paloma (y que estuviera por encima de la Virgen).
Pero bien, la sorpresa de enterarme que en las estampillas nacionales figuran (y han figurado recientemente) estos motivos me causa una alegría tan grande que supera cualquier crítica (yo que pensé que en estampillas andábamos como en tarjetas de salutación, o sea, empleando todo tipo de motivos-cliché: árboles, bolas, moños).

jueves, 30 de noviembre de 2006

Inquietudes

Las cosas del siglo (al decir de Santa Teresa) me pueden atrapar. Pero las que me pierden son las cuestiones eternas (al decir de Dostoievski). Si no me preocupo es porque con mi profesión, que es muy de este mundo, se hace el balance. Aunque, para qué negarlo, me gustaría darle más tiempo a los problemas eternos, esos misterios que sin desvelarse nos revelan tantas cosas...

miércoles, 29 de noviembre de 2006

Civilizaciones superiores

Que existen o existieron civilizaciones superiores a otras es algo cierto (negarlo no es “tolerancia”). Lo que sucede es que lo que hace a una civilización superior a otra no es el mayor progreso tecnológico o el mayor bienestar material, no necesariamente. Lo que hace a una civilización superior a otra es cuánto se acerca dicha civilización a la verdad. Con sus instituciones, con sus leyes, con su arte, con sus costumbres...
Nota al pie: ¡Vaya novedades que se leen en este blog!

martes, 28 de noviembre de 2006

A luchar se ha dicho

Me acaban de llamar por teléfono y me informan que mi hijo eligió, en la juguetería, unos luchadores (que no son figuras humanas sino una especie de muñecos que, según pude entender, él calificó de luchadores).
Si se tiene en cuenta que sus preferidos son los animales, o los juegos con animales, esto podría ser algo novedoso. Aunque no es novedoso que él pida a sus padres jugar a la lucha, o representarla con muñecos (a pesar de no haber visto nunca programas de lucha libre, por ejemplo).
Me gusta pensar que, aún pudiendo haber otras razones, el atractivo por las luchas le puede venir a él de un juego que hacíamos cuando era más chico, juego en el que saltábamos y dábamos vueltas en la cama.
Las primeras “luchas” (que así las llamábamos) se organizaban en ese peculiar ring, la cama de sus padres, y los combatientes eran: Hijo (el que no se quería poner alguna prenda de vestir) vs. Padre (el que quería ponérle la ropa a su hijo). El cuadrilátero era la instancia final, el campo de juego a donde se llegaba después de las técnicas de convencimiento y los insistentes “¡Vamos!”.
Él encaraba estos combates riendo, olvidándose de la discusión anterior, y cuando se encontraba vencido (y con el calzoncillo puesto, por ejemplo) la queja existía, pero ya era menor, y enseguida asumía su condición.
Lejos de hablar de violencia, yo veo a este juego de la lucha (al menos a este, que hay otros por TV que dejan bastante que desear) como un buen “entrenamiento”, sí señor. La de la lucha es una figura que tiene un significado importante. Los mismos animales, que él tanto sigue por TV, viven luchando. Y el hombre, Uds. lo sabrán, también.
Nota al pie: aunque sea interesante reflexionar, en otra entrada, cuánto en el hombre es lucha y cuánto dejarse ganar, dejarse atrapar.

Damián de Molokai

En las palabras que rescata Zenit (en ocasión de una conferencia organizada por el Vaticano sobre enfermedades infecciosas) veo que Benedicto XVI nombra, en su intervención, a Damián De Veuster.

Y surge la pregunta: ¿Quién es este hombre que Benedicto XVI compara con San Francisco de Asís o Teresa de Calcuta? Hoy en día la intriga se salva rápido, al menos muchas veces, buscando en Internet. Y esta vez el hallazgo fue sorprendente.

Damián De Veuster o Damián de Molokai, sacerdote de origen belga de la Congregación de los Sagrados Corazones, misionero en Hawai, siglo XIX, destacado por su asistencia a los leprosos de la zona y muerto de dicha enfermedad (o de amor a los leprosos, dependiendo de como Ud. lo quiera ver). Beatificado por Juan Pablo II en 1994.

Pueden leer la página de Churchforum o EWTN (mismo texto); los relatos son para conmoverse. De esas páginas, estas palabras:

Esta isla [Molokai] se convirtió en un infierno de dolor sin esperanza. Los pobres enfermos, perseguidos en cacerías humanas, eran olvidados allí y dejados sin auxilios ni ayudas. Para olvidar sus penas se dedicaban los hombres al alcoholismo y los vicios y las mujeres a toda clase de supersticiones.

Al saber estas noticias el Padre Damián le pidió al Sr. Obispo que le permitiera irse a vivir con los leprosos de Molokai. A Monseñor le parecía casi increíble esta petición, pero le concedió el permiso, y allá se fue.

En 1873 llego a la isla de los leprosos. Antes de partir había dicho: "Sé que voy a un perpetuo destierro, y que tarde o temprano me contagiaré de la lepra. Pero ningún sacrificio es demasiado grande si se hace por Cristo".

Es también muy interesante la página de un miembro chileno de la congregación, con más imágenes y recopilación de textos.

lunes, 27 de noviembre de 2006

De la belleza

Prefiero, antes que hacer zapping, vagar de libro en libro; tentarme con un nombre, una cubierta o un canto; leer salteado algunas páginas. Del viaje de hoy traigo para ustedes estas primeras palabras de un prólogo:

La belleza separada de la verdad y del bien nos vuelve locos: «Hölderlin, Nietzsche, Van Gogh, Antonin Artaud, se volvieron locos por haberse sumergido en un fuego del que ignoraban el nombre» [1]. La belleza, siendo uno de los Nombres divinos es un «fuego devorador» (Heb 12, 29) y, en la Creación, el «sello del Amado» (Cant 8, 6), el testimonio de Aquél que «se viste de belleza y majestad» y al que la luz envuelve «como un manto» (Sal 103, 1). [*]

Una idea y tres pasajes para reflexionar...
[1] Olivier Clément, Sobre el hombre, Encuentro, Madrid, 1983, p. 211.
[*] Fernando Colomer Ferrándiz, La mujer vestida de sol, Reflexiones sobre el cristianismo y el arte. Ediciones Encuentro, 1992.

domingo, 26 de noviembre de 2006

Del hombre libre

Sin ocasión, no hay ladrón. Eso es verdad, pero...

La ocasión no hace al ladrón,
sólo le permite acción.


No es robar el bien que verdaderamente ansiamos... no esperamos la ocasión para “ser libres” y deshacernos de “la ley que nos limita”. La ley ayuda a nuestra debilidad...

Quien está para ladrón,
aprovecha la ocasión.


Pero podemos ser de otra forma. Ser, verdaderamente...

Con gracia en el corazón,
dejo pasar la ocasión.

(En el día de Cristo Rey).

jueves, 23 de noviembre de 2006

Completos

En “La bahía de silencio” uno de los personajes se enamora. Y en eso suelta palabras como esta:

Es como si uno hubiera vivido mucho tiempo de perfil y encontrara de pronto que el volumen de uno estaba incompleto y que de repente lo ha completado y es más denso, más rico, más sensible.

Desde que me casé, cualquier fotografía en solitario es como de perfil. De frente, para salir entero, tengo que posar con mi mujer.

Se consolida una idea, señores. Estas palabras rozan con un misterio y sacan luminosas chispas...

miércoles, 22 de noviembre de 2006

En cama

Arranqué cada día con interesantes borradores, que iban creciendo en un marginal Word. Pero las muchas tareas urgentes se llevaron todo el aire y ahogaron a las que podrían haber sido blogueras entradas. Los borradores no llegaron a convencerme antes de tener que dejarlos para dedicarme a otras cosas.
Por otro lado, cuando uno no está seguro de lo que va a decir, es preferible seguir escuchando. Así que cuando la entrada se frustraba, dedicaba el minuto libre para leer a los blogueros amigos.
Y entre idas y vueltas, temas interesantes y enlaces de uno a otro, yo, que no podía meterme bien en cada tema ni comentar a su altura, me sentía como esos niños que deben permanecer en cama mientras sus amigos van a jugar a la calle. Peor aún, porque podía verlos jugar.
Y ahora adiós, los saludo desde la ventana.

viernes, 17 de noviembre de 2006

Salir de la rutina

Joven argentino, cuando llega el fin de semana abandone esa siempreigual “guía de boliches” que consulta en Internet. Y si quiere saber a dónde ir a bailar, preste atención:

En Loreto bailo zamba,
el escondido en Beltrán.
Pa´ bailar un buen remedio
hay [*] Suncho Corral.
(…)

Sepa también que:

No hay como ir a Salavina
pa´ bailar la chacarera.
(…)

Y que:

Si voy a Corrientes bailo el chamamé,
si voy a Entre Ríos carancho cupé.
(…)

[*] ¿O quizás: ¡Ay, Suncho Corral!?

jueves, 16 de noviembre de 2006

Jacarandaes (tercera edición)

Ayer y hoy los jacarandaes [*] nevaron abundantemente. Será como dice Eduardo, que les sienta bien el día gris; será el viento de tormenta. Son tres noviembres ya (uno, dos, este) floreciendo jacarandaes con "Aquí estamos".

Los jacarandaes son uno de los privilegios del barrio. De mi barrio, del pueblo de Eduardo y de varios otros lugares. Los hay inmensos allá en la mismísima Buenos Aires, en la Plaza San Martín. Yo solía tener una postal, de esas para turistas que venden en las cercanías de la plaza, en donde se veía uno enorme y florido.

Quien vive en el siglo XXI, y no es poeta, tiene dos suspiros. Por momentos (momentos justamente ambiciosos) está el suspiro que dice: “Si sólo supiera decir unas palabras del jacarandá...”. En cambio hay otros momentos (de lo más comunes en mi vida) en que las palabras son: “Si sólo hubiera traído la cámara de fotos...”. La foto es el recurso más utilizado por los discapacitados poéticos como el que aquí firma.

Lo menos que puedo hacer, para no caer en el conocido recurso, es dejarles la fotografía de una pintura. Y verán que es, como se dice por aquí, “una pintura” de jacarandá.


Autor de la pintura: Carlos Scaglione.
[*] "Jacarandaes" parece ser un plural más culto que "jacarandás".

miércoles, 15 de noviembre de 2006

Bloguerías campestres

(...)
Al final está un ranchito
que han levantao estas manos.
Esa es su casa, paisano,
y ahí puede pegar el grito.

Mi casa es la suya; si aún no lo ha hecho, por favor siéntese.

Allí le voy a mostrar
mi mancarrón, mi dos perros,
unas espuelas de fierro
y un montón de cosas más.

Le cuento que ahorré unos pesos y compré más libros para la "biblioteca blog". Aunque apenas si los pueda leer ya a tantos (menos aún comentarlos), los tengo ahí, a mano. Sírvase tomar el que le guste.

Si es entendido, verá
ponchos de fina trama...

domingo, 12 de noviembre de 2006

Unción de los enfermos

El nombre se cambió en el Concilio Vaticano II. Se llamaba "Extremaunción" y ahora se llama "Unción de los enfermos". Pero no fue "para sacarle ese nombre tan trágico", como dijo alguien hoy. (Al contrario, qué bien que nos vendrían algunos nombres que nos hagan notar lo trágico de la vida... Miserere Domine).
Aparenta ser más correcta esta explicación:

El concilio Vaticano II ha llamado a este sacramento "unción de los enfermos", recogiendo una denominación antigua, para disipar cualquier duda y orientar en su justo sentido la reflexión y la praxis del mismo. En SC 73 se establece que la unción de los enfermos "no es sólo el sacramento de quienes se encuentran en los últimos momentos de su vida; por tanto, el tiempo oportuno para recibirlo comienza cuando el cristiano va empieza a estar en peligro de muerte por enfermedad o por vejez" (Viático).

Hoy se administró el sacramento porque es el "Día Nacional del Enfermo", día de estrecha relación con la "Jornada Mundial de los Enfermos", según entiendo.

viernes, 10 de noviembre de 2006

Universalidad (3)

Henos aquí al final de un trío de entradas. Empezamos con una imagen, continuamos con algo personal y terminaremos con palabras autorizadas.

La “Congregacion para la Doctrina de la Fe” emitió en su oportunidad una Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre algunos aspectos de la Iglesia considerada como Comunión. Y en dicha carta, bajo el título “Unidad y diversidad en la comunión eclesial” (IV), se citan palabras de una audiencia general de Juan Pablo II del 27 de septiembre de 1989, que dicen así:

La universalidad de la Iglesia, de una parte, comporta la más sólida unidad y, de otra, una pluralidad y una diversificación, que no obstaculizan la unidad, sino que le confieren en cambio el carácter de 'comunión'.

jueves, 9 de noviembre de 2006

Universalidad (2)

Cuando uno entra en la iglesia, se sienta a la derecha o a la izquierda de la nave central. Así como existe esa diferencia, así como hay quienes se sientan de un lado o del otro, existen también entre los miembros de la Iglesia distintas formas de pensar (¡vaya novedades que se leen en este blog!).
Diferencias en todo aspecto, y referentes a muchas cuestiones, aunque siempre dentro de lo que la fe permite y la doctrina enseña (y una gama de diferencias no tan fácilmente reducibles a “derecha e izquierda”).
A un lado o al otro, aunque siempre dentro de la Iglesia. Y en el templo sucede también el milagro: los de un lado y los del otro se unen en una sola fila. Es el momento de la comunión.
Magnífica realidad de la Iglesia: todos distintos, todos unidos.

miércoles, 8 de noviembre de 2006

Universalidad (1)


¿Podría Ud. adivinar cuál de los dos cardenales [*] es el italiano y cuál el austríaco?
Sin duda. Y la foto es para gozarla. Magnífica realidad de la Iglesia: todos distintos, todos unidos.
[*] Nota: no se si al momento de la foto el italiano era cardenal, es Carlo Caffara. El austríaco es Cristoph Schönborn.

domingo, 5 de noviembre de 2006

Ficción con versos verídicos

Al pueblo llegó la televisión, con su galería de expresiones culturales extranjeras. Pero aún se conservaban en el lugar ciertas preferencias por las manifestaciones locales. Es así que el cura que cerraba la programación iniciaba sus palabras citando textos como este:

El sauce llorón con la noche se integra,
como un ermitaño intonso
que rezara un responso
sobre el agua negra.

O este:

En cada menudo pliegue
de la onda, el plenilunio se estaña,
al paso que va amortajando la campaña
su paralizante jalbegue.

O quizás este otro:

La luna desde el cenit los campos domina;
y el alma se dilata en su portento
con ritmo uniforme y vago,
como el agua concéntrica de un lago
en torno de un cisne lento.

Que son versos de Leopoldo Lugones juntos bajo el título “Luna Campestre”, parte del “Lunario sentimental”, de 1909.

sábado, 4 de noviembre de 2006

Nuestra bandera y Nuestra Madre

Que del cielo, o de la Casa Borbón; entre manuales de colegio primario y revisionistas históricos; yo mucho no sé de esas cosas. Pero lo que hoy supe (o rescate de un gran olvido) fue que los colores de la Orden de Carlos III fueron tomados de la Imaculada Concepción.

Y el autor del texto que me anoticia (a quien no conozco) agrega: "La orden toma sus colores de la Virgen, pero aquí no cabe aplicar el carácter transitivo; nosotros los llevamos simplemente porque era la de los borbones, no importa de donde los hayan tomado".

Pero a mí se me ocurre pensar que quizás sí importe. Y aunque el autor acierte con las intenciones de los que por ese entonces eligieron los colores, y diga que "no cabe aplicar el caracter transitivo", el suceso no es para ignorar.

Diría en cambio todo lo contrario, que puede ser el descubrimiento de un providencial signo, para saber dónde poner nuestro corazón y nuestras ansias por hacer un país mejor.

(Ha quedado con cierto fervor patriótico. Si no supiera que las flores no mienten, diría que estamos en mayo).

viernes, 3 de noviembre de 2006

Cumplir con mi hijo

Ese sketch de “El Chavo” era muy gracioso. Estaban el profesor Jirafales y doña Florinda en el patio, tomados de la mano y con mirada de enamorados. Y avanzada la charla el profesor dice: “Pero, ¡basta de hablar de mí! Hablemos de Usted. Qué quiere, qué es lo que piensa, qué es lo que siente Usted por mí”.
Hoy es el cumpleaños de Francisco. Y no quiero ser como el profesor Jirafales pero, para empezar a hablar de mi hijo, empezaré por mí. Porque muy cerca de este cumpleaños, en pasados días, estuve pensando en mi vida y refiriéndola en gran modo a la de él.
Si quisiera sintetizarlo en una frase podría decir que el esfuerzo por ser cada día más santo “no queda entre Dios y yo”. Sino que afecta a los demás, y a mi hijo en gran forma. Tanto el esfuerzo diario como ese paso clave que uno se anima a dar, tanto la actitud paciente como el gesto valeroso; ser lo que uno quiere ser, ser lo que uno puede ser… Nuevamente me sucede: es difícil encontrar las palabras.
Aunque él nunca me recrimine por cosas que hice o no hice; aunque nunca lo hiciere, cosa que es poco probable, lo cierto es que lo que yo haga con mi vida lo ayudará más o menos a que él haga lo que quiere y debe hacer con la suya. Mal que nos pese, tenemos una influencia muy grande en nuestros hijos.
Se que extenderme sería abusar de ustedes. Sería como eso de mostrar, a los que no fueron a la fiesta, el álbum entero de las fotografías. Pero padre orgulloso es difícil de callar. Así que diré unas cosas de él. Pero de él, ¡eh!
La verdad es que está hecho un campeón. Se lo ve un tipo muy bueno e inteligente. Siempre quiere ayudar al que está mal. Y si no puede o no se anima intervenir, lo dice: “Fulano está llorando… la mama lo ayuda”. Es un observador: desde nubes hasta restos de comida, en ellos descubre siluetas, más que nada de animales. Eso le trae problemas con amiguitos más “realistas” que le recriminan, por ejemplo, que eso que tiene en la mano es una hoja de árbol, no un elefante, por más que su forma sea parecida.
Es difícil cambiar su opinión (sin duda que, aunque las generaciones pasan, algo de sangre vasca tiene). En estos días de vísperas de su fiesta se armó una situación muy peculiar. Diálogo: “Francisco, ¡vas a cumplir tres años!”, le decimos. “No, uno”, dice. Y pone firme el dedo con la mano levantada. “No, tres”, le decimos. “No, uno”. “No, tres”. “No, uno”. “Uno, más uno, más uno”. “No, uno”... y así por un rato largo, con nosotros ensayando todo tipo de explicaciones. Quien viera la escena avanzada, con nuestros gestos y los dedos en el aire, pensaría que estamos hablando de Dios y la Santísima Trinidad.
Que sea entonces Dios, uno y trino, quien lo bendiga en este día.

martes, 31 de octubre de 2006

"Vocación definida"

—Te ocurre al revés de las gentes. En lugar de andar buscando siempre justificaciones a tus errores, te pasas la vida buscándoles el lado malo a tus impulsos. Y sin em­bargo, eso, lo que te trae, es una contradicción. Porque si encuentras admirable en tu padre su dedicación total al objeto de su vocación, ¿por qué no hallas buena la tuya? En vez de simplificar las cosas, las complicas.

—Yo no tengo vocación definida —dijo Anselmi. Su voz era un poco amarga, ronca y viril—. Yo lo que tengo son ansiedades vagas, así como el enfermo que está en la cama, a quien se le ocurre de pronto que tendría que le­vantarse para arreglar algunas cosas que están mal en el mobiliario del cuarto de al lado; pero el cuarto de al lado está lejos y hay que levantarse y moverse; así que al fin, el enfermo se queda en la cama y sigue con su deseo vago de orden.

—Entonces lo que falla no es la vocación sino el medio, pues el deseo de orden es una vocación bastante concreta.

—Sí, pero tampoco sé claramente lo que es ese orden.

—¿Quién lo sabe? De antemano, nadie. Ni los grandes políticos ni los grandes artistas han pensado su orden ple­namente antes de ponerse a realizarlo. El orden es una superestructura. Se articula a sí mismo a medida que lo alimenta su creciente adecuación a la realidad. Un orden pensado abstractamente en su totalidad es artificial e inservible.

“La bahía de silencio”, capítulo XI, Eduardo Mallea.

lunes, 30 de octubre de 2006

Por el botín

Cuando pensaba en mí como “un desertor entre las huestes…”, me preguntaba porqué lo sería, siendo que yo todas las mañanas me levanto y enfrento al día con valor. Y pensé que podía tratarse del botín. El botín que otros persiguen no es el que yo quiero (¡y no es menor la conquista que anhelo!).
La idea quedó en los borradores. Pero imagínense mi asombro cuando, por esas cosas de la vida, vuelvo a detenerme en la contratapa de “La bahía de silencio”, en donde los editores de la versión pocket de Sudamericana han decidido colocar estas palabras escogidas:

Los ganadores salen al alba pero los triunfadores vuelven de noche. Es decir, que los que cuentan sólo con el botín se pierden al fin en el empeño, y la hora final a quienes trae elegidos es a los triunfadores definitivos. Yo estoy al lado de los que esperan el triunfo final recogidos en la bahía, en la bahía de silencio.

Y fue tan grande mi sorpresa que pensé en contárselo a ustedes…

sábado, 28 de octubre de 2006

Un desertor entre las huestes...

Me levanto todas las mañanas a tiempo, sin falta. Me afeito y visto rigurosa corbata. Luego me verás cruzar la avenida a paso ligero. (En el viaje se formó una oración que, aunque nunca la escribí, diría algo como lo siguiente: “Padre, envíame tu Espíritu para que por su gracia pueda hacer de este un día agradable para ti”). Lucho, en el mismo lugar donde luchan otros tantos. Y una conquista espero. Con eso y todo...

___Desatado de guerras,
___oigo cantar mi viento.
Yo recogí mi corazón perdido
sobre la muchedumbre de las aguas.
Yo soy un desertor entre las huestes
___que asaltaron el día.


Bellos como las armas relucen mis amigos;
desde los pechos al talón se visten
con el metal de la violencia.
Ellos imponen su color al mundo,
le arrojan la pedrada del boyero
y atizan el ardor de sus caballos,
___para que no se duerma.

Como la espada cortan mis amigos:
___bajo su peso tiemblan
___las rodillas del día.

(...)

Algo hay en mí que pesa de maduro,
grita su madurez, pide su muerte:
se derrumba, total, como la sombra
___que nace del verdor.
Mi viento desaté sobre mi tierra,
___volvióse contra mí toda mi llama:
podado con mi hierro, nutrido de cenizas
creció mi corazón hasta su otoño.
___¡Ay, grosura de otoño
___quiere ser mi congoja,
y dispersión de mar enriquecido!

(...)

Una ciudad a mi costado nace:
su infancia es paralela de la mía y retoza
___más allá de mi muerte.

Herreros musicales inventan la ciudad,
afirman su riñon, calzan su pie:
¡baila desnuda al son de sus martillos
___la edad de los herreros!

Y el corazón de la ciudad se forja
con el puro metal de las mujeres,
y sobre los metales castigados
es bella y sin piedad esta mañana.

Pero los niños ríen de espaldas a la tierra
___o en la margen del gozo:
conspiran bajo el sol de los herreros
para que tenga un alma la ciudad.

(Los versos son de Leopoldo Marechal. Odas para el hombre y la mujer, VII. De la soledad).

viernes, 27 de octubre de 2006

Dos veces dos, los dos

El número cuatro es el segundo cuadrado perfecto. Es dos veces dos. Y ayer fue nuestro cuarto aniversario de casados. Dos veces dos, juntos los dos.

Las palabras íntimas, para la intimidad. Con el blog en un silencio cómplice. Pero les confesaré algo que siempre pensamos, y ayer comentamos nuevamente. Y es que nos parece que esto hubiera sido así desde siempre, los dos juntos, y a la vez que hubiera sido ayer que nos casamos.

Cuatro fueron los años, y cada año son cuatro: primavera, verano, otoño e invierno. Y nuevamente la primavera. Hasta que la muerte nos separe.

lunes, 23 de octubre de 2006

Palabras como prendas de vestir

Quizás el depósito de nuestro vocabulario funcione como nuestro placard. Así como de este tomamos siempre las mismas prendas, las primeras de la pila, evitando el trabajo de levantarlas para sacar otras distintas, así usamos siempre las mismas palabras y nos cuesta un esfuerzo notable encontrar otras equivalentes o incluso más adecuadas. (Más aún nos cuesta a los que tenemos un "armario" reducido, pero ese es otro tema).

domingo, 22 de octubre de 2006

La nave el domingo

Cuaderno de bitácora. Domingo 22 de octubre de 2006.

Como en un barco, la tripulación de esta casa tiene actividades planeadas y otras que se deciden sobre la marcha. Y contramarcha.

Ante la siguiente situación: niño bañándose y padres aún sin hacerlo, se decidió la formación “uno y uno” para participar de la misa dominical. Yo a la mañana, ella a la tarde (acá no es como en Capital, en donde tenés tres o cuatro horarios de misa por la mañana).

Ya puesta la proa en esa dirección, las cosas cambiaron. El niño salió del agua antes de lo planeado y hubo tiempo para recuperar la formación original: “todos a la mañana”.

Baños, afeites y a ganar la calle.

sábado, 21 de octubre de 2006

miércoles, 18 de octubre de 2006

Buen saber

Cuando leí esto, que Mallea hace decir a uno de sus personajes respecto de otro:

Y lejos de buscar en esos instrumentos de cultura vanas glorias eruditas, los había escogido como se debe; esto es, para hallar en ellos los pilares de su con­cepción universal de las cosas.

Me dije: "¿Dónde leí una ponderación similar hace mucho tiempo?" Y recordé que era un texto que escribió José Martí acerca del poeta norteamericano Longfellow. Que decía así:

Le sirvieron sus estudios como de crisol, que es de lo que han de servir, y no de grillos, como sirven a otros.

domingo, 15 de octubre de 2006

Reflejos familiares

A la noche fuimos a un casamiento.
Cuando uno se prepara para salir, se mira al espejo para terminar de ver los detalles. El hombre se ajusta la corbata. La mujer cuida la terminación del maquillaje.
Pero ustedes, ¿alguna vez se han mirado juntos al espejo? Luego de esos detalles que uno corrige, ¿se han visto en el espejo como quedan como matrimonio?
No me refiero a combinación de colores, ni a fabricar poses de cómo entrar o no entrar a la fiesta. Me refiero a que somos uno, y por eso, no sería nada malo mirarse juntos en el espejo.
Ayer, al partir para un casamiento, se me ocurrió hacerlo. Y pensé que podía tener alguna relación con aquello de la foto completa de Enrique.
Algo más. Después, y si Francisco hubiera ido (estuvo a punto), no hubiera estado nada mal mirarse otra vez todos juntos. Para familias numerosas hay que ver cómo se puede conseguir espejos talla especial. Y si no, la vidriera de un negocio cercano.

Anécdota miguelense

El sábado por la mañana participamos de la misa en la que una ahijada nuestra tomó la primera comunión. Fue en San Miguel.
Y nos tocó llevar a su casa al cura. Fue hasta Muñiz.
A él no le faltaba charla y entre las cosas que nos dijo, en el breve recorrido, hubo una muy curiosa. Al contarnos de todos los lugares de San Miguel en donde cumplió su misión apostólica, yo le llamé la atención de la cantidad de capillas que parecía haber en la zona. “¡Ah, sí!”, dijo. “En San Miguel hay muchísimas congregaciones”. Y empezó a enumerarlas (tantas que me gustaría poder repetirlas, pero la tarea me supera a estas horas).
Y de remate agregó la frase: “Por algo a San Miguel Monseñor Silva le decía el Pequeño Vaticano”.

miércoles, 11 de octubre de 2006

Misterio del voto de amor


Con esta genial foto del fotoblog "subtes", ilustraré este fragmento de Chesterton (“Los lazos del amor”, 2 de julio de 1910, Illustrated London News, traducción Carlos R. Domínguez):
No es que los jóvenes enamorados no quieran jurar sobre el Libro. Siempre lo hacen. No es que todo amor joven nace libre de las tradiciones sobre ataduras y promesas sobre lazos, firmas y sellos. Al contrario, los amantes se detienen con la más salvaje pedantería y precisión sobre estas cosas. Hacen las cosas más locas para hacer a su amor legal e irre­vocable. Se hacen uno a otro tatuajes con promesas. Gra­ban sus nombres y sus votos en rocas y robles. Entierran cosas ridiculas en lugares ridículos para que atestigüen so­bre ellos. Se unen el uno al otro con anillos. Inscriben sus nombres recíprocamente en Biblias. Si se ponen delirantes (lo que no es imposible), solamente están locos con la idea de unirse y nada más. Es absolutamente cierto que la tra­dición de sus padres y madres está a favor de la fidelidad. Pero es enfáticamente falso que los amantes simplemen­te la siguen. La inventan de nuevo. Es muy cierto que los amantes sienten que su amor es eterno e independiente de los juramentos. Pero es enfáticamente falso que no quieren hacer juramentos. Tienen una sed ardiente por ha­cer tantos juramentos como sea posible. Ahora bien, la paradoja es ésta, éste es todo el problema. No es cierto, como quisiera Miss Farr, que las personas jóvenes se sien­ten libres de los votos, teniendo confianza en la constancia, mientras que la gente mayor inventa los votos, habiendo perdido la confianza. Eso sería demasiado simple. Si fuera así, no habría ningún problema. El hecho sorprendente pero muy firme es que los jóvenes están especialmente en­tusiasmados con colocarse cepos y ataduras finales en el mismo momento en que piensan que son innecesarias. El momento en el que quieren el voto es exactamente el mo­mento en que no lo necesitan. Esto merece ser conside­rado.
Se sospecha que no es casualidad que la oportunidad de hacer esto surja justo hoy, en un trigésimo tercer aniversario de matrimonio: el de mis padres. ¡Felicitaciones!

martes, 10 de octubre de 2006

Subte (encontré una foto)

Como no soy poeta y nací en una época en donde abunda el uso y abuso de las imágenes (en detrimento de las palabras); y aunque tengo pretensiones de nadador contracorriente; para hablarles del subterráneo tomaré una foto. Esta foto, que descubrí hoy, podría decir qué es el subte... para mí.
Para ustedes:

Y luego el balbuceo: misterioso (en una acepción popular de la palabra); intrigante (no me gusta tanto como la versión popular de misterioso); mucho soñé de chico; estaciones inmensas y vacías; una película argentina llamada Moebius (trenes fantasma que vagaban sin fin por las vías subterráneas y estaciones imaginarias); gusto por los caminos y sus mapas; saber cómo ir de aquí a allá; trago saliva, sigo...

[Foto de fotolog.com/subtes]

lunes, 9 de octubre de 2006

Venimos de alguna otra parte

Al tiempo del "meta(psico)blog" (especie de metablogg), no viene nada mal volver a las fuentes, o sea, al nombre del blog y lo que lo inspiró.
Así que les contaré que fue una grata sorpresa encontrarme con esta genial frase, que copio tal cual estaba en el blog “Dignidad humana” y con la cual me hubiera gustado contar a los inicios del mío:

El falso optimismo, la moderna felicidad, nos cansa porque nos dice que somos adecuados a este mundo. La verdadera felicidad consiste en que no lo somos. Venimos de alguna otra parte. Nos hemos extraviado en el camino.

Chesterton, Enormes minucias.

sábado, 7 de octubre de 2006

Meta(psico)blog

Uno cree tener dominado al blog y un buen día se da cuenta de que también el blog lo tiene dominado a uno.

jueves, 5 de octubre de 2006

Para el hombre y no en su contra

¿Cómo explicar al hombre de hoy esos episodios de la vida de Jesús como el de la dispersión de los comerciantes en el Templo o aquel mandato que hace en el envío apostólico de los setenta y dos, que leemos hoy, ese de sacudirse hasta el polvo de los pies al irse de los lugares en los que no los reciban? Al hombre de hoy le suenan a veces duros, no acordes a una imagen (por cierto incompleta o falsa) que tenemos de Jesús (o de su bondad, o de su amor).
Pero los episodios están, y son Palabra viva.
Si hay algo del mundo de hoy, distinto al de hace dos mil años, que hace que al hombre se le dificulte comprender a Jesús, eso debe ser sorteado hábilmente y sin “aguar” el mensaje de Jesús. Una de las pistas acerca de cómo hacerlo, creo que se puede extraer de la prédica que hizo Raniero Cantalamessa un domingo de julio de este año acerca del episodio que leemos también hoy (en ese momento se leyó Marcos 6, 7-13, hoy se lee Lucas 10, 1-12).
Dijo el Predicador de la Casa Pontificia:

Hay que estar atentos para no interpretar mal la frase de Jesús sobre el marcharse sacudiéndose también el polvo de los pies cuando no son recibidos. Éste, en la intención de Cristo, debía ser un testimonio «para» ellos, no contra ellos. Debía servir para hacerles entender que los misioneros no habían ido por interés, para sacarles dinero u otras cosas; que, más aún, no querían llevarse ni siquiera su polvo. Habían acudido por su salvación y, rechazándoles, se privaban a sí mismos del mayor bien del mundo.

Más allá de la interesantísima explicación acerca del hecho de “no llevarse nada”, yo me detuve en esa frase clave: un testimonio “para”, no contra ellos. Es eso lo que hay que aclararle al hombre de hoy. Ese hombre cuya vida, en comparación con la del hombre de hace dos mil años, parece mucho menos “ruda” (para bien y para mal), podría no entender que ese gesto que pide Jesús a los apóstoles es algo “a favor de” sus semejantes y no un acto de falta de delicadeza con ellos.
Por último pensé que, en cualquier época y sociedad, es el humilde quien entiende mejor la Palabra, y no aquellos a los que el mundo tiene por sabios. Porque el humilde (y el de hoy también, aunque sea menos “rudo” que el de hace dos mil años) no duda de la bondad de Jesús, y sabe que Él todo lo hizo bien. Nosotros, en cambio, que gracias a Dios podemos acceder al estudio y reflexión de la palabra, pero no estamos bien preparados espiritualmente, nos olvidamos de lo primero de todo: Dios nos ama.

martes, 3 de octubre de 2006

Un soneto y un asteroide

Mallea me está dando trabajo incluyendo en su libro frases o versos en distintos idiomas. Tomo esta oportunidad con entusiasmo: no hay nada como leer un poco en otro idioma. De paso me entero de cosas de lo más curiosas, como verán.
En un momento el argentino rescata un soneto de Francesco Petrarca que dice así:

Piangete, donne, e con voi pianga Amore;
Piangete, amanti, per ciascun paese;
Poi chè murto colui che tutto intese
In farvi, mentre visse al mondo, onore.

Que un tal Henrique Garcés tradujo, allá por el año 1591, de la lengua toscana a la lengua castellana de esta manera (interesante observar las zetas):

Damas y Amor hazed llanto excesivo,
amantes hazed triste sentimiento,
que muerto es el que tuvo siempre intento
hazeros todo honor mientras fue vivo.

Según supe, estos versos son parte del soneto dedicado por Francesco Petrarca a su maestro Cino da Pistoia, poeta y jurista italiano (y amigo de Dante Alighieri), en ocasión de su muerte.
Quien diría que don Cino recibiría un segundo homenaje, cientos de años después, de parte del "Comité de nomenclatura de pequeños cuerpos" de la Unión Astronómica Internacional, que en su honor bautizó en julio de 2005 al asteroide 36446 con el nombre de Cinodapistoia.
Así que, poetas del amor, ubiquen en el cielo el brillo del Cinodapistoia, y a su luz escriban si buscan inspiración.

lunes, 2 de octubre de 2006

¿Un santo burrero?

Un santo que de joven había sido burrero [1], hablaba así al diablo, que en su madurez se le presentaba en forma de mujer ligera.

Para el récord de mi vida
sos una fácil carrera,
que yo me animo a ganarte
sin emoción ni final.
Te lo bato pa'que entiendas,
en esta jerga burrera,
que vos sos una potranca
para una penca cuadrera,
y yo, che vieja, ya he sido
relojeao pa'l Nacional.

Vos sabés que de purrete
tuve pinta de ligero;
era audaz, tenía clase,
era guapo y seguidor.
Por la sangre de mi viejo
salí bastante barrero,
y en esas biabas de barrio
figuré siempre primero
ganando muchos finales
a fuerza de corazón.

El cariño de una mina,
que me llevaba doblao
en malicia y experiencia,
me sacó de perdedor;
pero cuando estuve en peso
y a la monta acostumbrado,
¡que te bata la percanta
el juego que se le dio!

Ya después en la carpeta
empecé a probar fortuna,
y muchas veces la suerte
me fue amistosa y cordial.
Otras noches salí seco
a chamuyar con la luna
por las calles solitarias
del sensiblero arrabal.

Me hice de aguante en la timba
y corrido en la milonga,
desconfiao en la carpeta,
lo mismo que en el amor.
Yo he visto venirse al suelo
sin que nadie lo disponga
cien castillos de ilusiones
por una causa mistonga,
y he visto llorar a guapos
por mujeres como vos.

Ya ves que por ese lao
vas muerta con tu espamento;
yo no quiero amor de besos,
yo quiero amor de amistad.
Nada de palabras dulces,
nada de mimos y cuentos;
yo busco una compañera
pa' batirle lo que siento
y una mujer que aconseje
con criterio y con bondad.

Notas:
[s/n] Los versos en cuestión no son los de un santo que había sido burrero, sino los del tango “Canchero”, con letra de Celedonio Esteban Flores, música de Arturo Vicente De Bassi y voz de Carlos Gardel o Julio Sosa (a elección). Pero a mí me gusta más mirarlo de la otra manera; es que tengo cierta delicadeza y me disgusta un poco ese trato hacia una mujer, aunque sea de pobre vida. Sacando eso, las analogías burreras son magníficas, y podrán leer acerca de ellas en el enlace que figura bajo la palabra “Canchero”, con ayuda de un diccionario de lunfardo.
[1] Aficionado a las carreras de caballos y su ambiente.

domingo, 1 de octubre de 2006

Nuevo lápiz

Claro que más famoso es el lápiz de Unamuno, pero este regalo que me hizo mi esposa es muy original (cuerpo de tres caras de madera negra y exterior plateado) y es el que me acompañará por los próximos tiempos. Marcará libros y hará alguna que otra anotación en un cuaderno que descansa en la mesa de luz. De hecho ya ha escrito dos palabras, dos frases y cinco versos (todos ajenos, por supuesto).
[Logueados en bloglines habrán visto que edité y recorté esta entrada. Había una imagen de mi cuaderno en donde descubrí un error de ortografía. La frase bien escrita es "Qui vivra verra" (quien viva verá, si me permiten) y perdón por la ignorancia pero la encuentro en listados de frases en latín y en listado de frases en francés.]

sábado, 30 de septiembre de 2006

¿Quién soy?

(23:02)

Moi je n'étais rien
Et voilà qu'aujourd'hui
Je suis le gardien
Du sommeil de ses nuits
(…)

viernes, 29 de septiembre de 2006

¿Qué será?

Quizás sea el asiento; es muy cómodo. Quizás sea el viernes; es muy cerca del sábado. Quizás sea que la materia del trabajo a encarar es un poco “densa”. Quizás sea que caminé por un cementerio de máquinas y equipos, con sus lotes y calles internas, al modo de un cementerio humano, con sus casas en donde nadie vive. Y donde las calles son arboladas, abiertas al sol y da una fuerte impresión ver tanta vida al lado de tanta muerte. Más aún en primavera. La primavera que canta en el buche de los pájaros, arde en retoños vegetales y de muertes nada sabe.
Quizás sea todo eso.

jueves, 28 de septiembre de 2006

Mallea en dos fragmentos

El primero es parte de un artículo que se encuentra en Internet y está firmado por el Dr. Alberto Fernando Roldán (el autor es argentino, doctor en teología y ensayista).

Y de la estética y la ética, se llega –siguiendo el camino trazado por Kierkegaard– al ámbito metafísico y teológico. Toda la obra de Mallea está atravesada por la búsqueda de Dios y la exaltación de los valores religiosos tal como se expresan en el cristianismo: la fe, la esperanza y el amor (…). Hay un ansia irrefrenable en los personajes por encontrar a Dios o, quizás, buscar en Él una respuesta a tanta soledad y angustia existenciales.

El segundo fragmento, a continuación, pertenece a una “Carta a Eduardo Mallea” escrita por Leopoldo Marechal en 1938 en la revista “Sol y Luna”.

Desde luego, no me parece fácil hablar serenamente de tu Historia de una pasión argentina: es la historia de una pasión, referida con el lenguaje de la pasión, vale decir, es un idioma que solicita y consigue la “compasión” del lector más que su asentimiento especulativo. En ese terreno, el de la pasión compartida, estoy a tu lado, y lo estarán seguramente todos aquellos lectores (no sé si abundan) que sufren actualmente lo que podríamos llamar “la pena metafísica de ser argentinos”. (...)
Una pasión argentina. Ese vocablo “pasión” usa en tu obra su sentido literal de “padecimiento”. Padecer la Argentina de hoy, llevarla como una herida en el costado, tal es tu historia y quizás la de muchos argentinos.

Nota necesaria para lectores de más afición politica: algunos sabrán en qué forma Marechal vivió su pasión por la Argentina y tendrán su opinión acerca de él. Otro tanto pasará con Mallea. Pero este blog no suele hablar de política (porque, en general, la política se me escapa). Habla, en todo caso, de hombres. Y más allá de sus diferentes ideas políticas, estos hombres, y sus inquietudes en común, me atraen.

martes, 26 de septiembre de 2006

Ideas desde la bahía

Que la sociedad rechaza a los distintos, es sabido. Pero es interesante el concepto de Eduardo Mallea acerca de la “sinceridad con uno mismo”:

Figuraba por último entre nuestros vecino de cuarto un viejo médico bohemio de apellido Dervil, que había abandonado su profesión años atrás, en virtud de su decepción filosófica de la ciencia; vivía como un soñador, pobre como las ratas, pero rico de ideas, experiencias y cuentos, y a nosotros nos gustaba conversar con él. A los hombres como este, que no han llegado en la vida a otra conclusión que a ser sinceros consigo mismos, la sociedad los llama parásitos, o inmorales o locos. La sociedad está siempre dispuesta a clasificar rotundamente a los que arroja fuera de sí, tal vez porque a lo que resentidamente aspira es a encontrar al fin un nombre que cubra y justifique la informe masa de su gregaria ficción.

Así lo deja ver el autor en las primeras páginas de “La bahía de silencio”. Y no sé si más adelante lo desarrollará, pero como el libro me ha atrapado, creo que a su tiempo se los podré decir.

lunes, 25 de septiembre de 2006

Pegadi-sol

Cuando uno, por esas cosas de las radios-que-dan-temas-viejos, vuelve a escuchar las canciones de una juventud más temprana, los efectos son imprevisibles.
Aunque su cuarto de hora ya había pasado, yo me había copiado un disco “en vivo” de “Los Abuelos de la Nada”. Y en ese disco cantaban una simpática (y algo irreverente) canción llamada “Medita sol”.
Una radio ajena me cantó hace unos días sus peculiares estrofas, y hoy no me la puedo despegar. Será la primavera…
Sol de las branquias del pez
De mi noche capitán
Sol del rico, sol del pobre
Sin edad tu soledad
Sol que matas de verdad
Solfeando en la oscuridad
Sol que vuelcas tu cariño
Sobre el día

Cada estrella es otro sol
Cada hombre un soldador
Uniendo las partes rotas
Del gran espejo interior
Soldadito del amor
Del solar quiero ser sol
Y abrazarte como un
Sol que te fascina… ¡Buena moza!

domingo, 24 de septiembre de 2006

Status viatoris XXV

Volvemos a la serie pero lejos de la filosofía. Eso sí, siempre alertados por Pieper, para no perder noción del pleno significado del status viatoris. Aunque también siempre como quien intuye en el gusto por el viaje alguna relación, porqué no, con la condición de viator.
Una deuda pendiente era hablar de viajes en tren. Como dentro y fuera de la serie los he cansado con relatos sobre rieles bonaerenses, hablaremos ahora de otros grandes trenes.

Viajaría en tercera, en banco de madera... o sobre el mismo suelo, si se trata de hacer el recorrido del Transiberiano. [1]


Los abrumaré con datos, al estilo enciclopédico [2]:

El Ferrocarril Transiberiano (TS-R) une Moscú con la costa del Océano Pacífico. Con sus 9.440 km, es la línea ininterrumpida más larga del mundo. Los gobernantes de la Rusia zarista lo construyeron para reforzar el control sobre Siberia y poder estar conectados con la base naval de Vladivostok. La construcción comenzó en 1891 y en un plazo de 10 años fue posible viajar por tren al Océano Pacífico. Para 1912, los Wagons Lits prestaban un servicio de lujo en todo el trayecto del T-SR. Durante la era de la Unión Soviética se mantuvo un alto nivel de confort y la línea fue electrificada después de la Segunda Guerra Mundial.

Otros datos interesantes son los siguientes:

Hasta 1904, los trenes que recorrían el T-SR se cargaban en transbordadores y cruzaban el lago más profundo del mundo, el Baikal. Debido a que el lago se congela desde enero a mayo, algunas de estas barcas se construían con aptitudes de “rompehielos”.


Hasta 1914, los pasajeros del TS-R que partía de Moscú eran obligados a transbordar a trenes que eran de propiedad del ferrocarril oriental chino, para completar el viaje a Vladivostok. Pero los peligros de viajar a través de la provincia china de Manchuria, donde los trenes eran frecuentemente atacados por bandidos, hicieron que los rusos construyeran una extensión oriental del T-SR que estuviera en territorio ruso. [En el mapa de más arriba aparece la ruta modificada, que en la actualidad permanece sin cambios].

Y ya los dejo. Con un clic para aquellos que gustan de estos temas.

Notas:

[1] Y no lo haría por alejarme, como el poeta.
[2] “El libro del tren”, título en español para un libro ilustrado de Peter Herring.

miércoles, 20 de septiembre de 2006

La fe de los maestros

Tomada del libro del que hablo en la entrada anterior, he aquí una frase de un discurso de Juan Pablo II a sacerdotes el 1º de marzo de 1984. Me pareció que se podía aplicar a cualquier tema de enseñanza y que es sin duda una cuestión relacionada con la fe de los que enseñan.

Todo lo que enseña la Iglesia sobre la procreación responsable no es más que aquel proyecto originario que el Creador imprimió en la humanidad del hombre y de la mujer que se casan; y que el Redentor vino a restablecer. (...) Estad seguros: cuando vuestra enseñanza es fiel al Magisterio de la Iglesia no enseñáis algo que el hombre y la mujer no puedan entender. También el hombre y la mujer de hoy. Esta enseñanza, efectivamente, que hacéis resonar en sus oídos está ya inscrita en su corazón.

martes, 19 de septiembre de 2006

Acto de amor

Entre las recomendaciones a las que me apliqué está un librito que habla de paternidad responsable. Cosas en que me quedé pensando al terminarlo, son las siguientes.

Uno, en la importante tarea de cuestionarse siempre los motivos por los que uno decide evitar la procreación (¿son serios motivos?). Otro, de recurrente aparición desde aquella vez en que escribí algo por estos lares: ¡Qué difícil para el hombre moderno, acostumbrado a manejar y dominar tantas cosas, pensar que debe respetar la naturaleza del acto sexual sin separar unión de procreación! Un hombre que interviene en todo con el fin de mejorarlo (con resultados buenos o malos, muchas veces estos últimos tenidos por buenos), siente como un acto primitivo (en el mal sentido) eso de respetar las cosas como son, como Dios las hizo.

Pero he descubierto, en días previos, algo magnífico (de todos modos no se fíen de mí, que suelo divagar un poco). Lo diré así: la entrega total en el acto sexual es algo necesario, a la manera de una buena liturgia para el culto divino. Para cumplir con dicha “liturgia” basta que sigamos las instrucciones divinas. Y ellas están inscritas en la naturaleza: completar el acto de unión sexual sin truncarlo. Eso quiere decir entregarse todo. Sin nada en el medio.

Varón: casi me animo a decirte que, en la búsqueda prioritaria del bienestar del cónyuge, los esfuerzos por pensar en los modos físicos y psíquicos de su satisfacción de nada sirven si no te decides a entregarlo todo. A ella, darle todo. Y verás qué bien te sientes y cómo es eso más pleno que cualquier otra cosa.

(Por cierto, el regular los nacimientos, por motivos serios, mediante los métodos naturales, no atenta contra esta magnífica donación personal que se hace al completar el acto. Además, la satisfacción de los esposos es una de las garantías más grandes de verdad. Pero si quieren palabras autorizadas, vayan a las fuentes).

lunes, 18 de septiembre de 2006

Invirtiendo en la biblioteca familiar

Los Pensées no podían faltar en la biblioteca. Los incorporamos con una edición 1977 de Losada, con prólogo de François Mauriac y “traducción del texto del autor con las adiciones de Port-Royal convenientemente distinguidas por E. D’Ors”. Irrisorios cuatro pesos.
Una voluminosa edición tapa dura de Espasa Calpe, de 2001, de las Poesías Completas de Antonio Machado, segunda incorporación por nueve pesos.
Entre míseros libros usados encontré la Palabra de Dios, el Nuevo Testamento en una edición que no conocía, y hasta dedicada por un padre a su hijo. Pensé en rescatarla de esos piojosos cajones, pero después decidimos no hacerlo, y me quedé con el consolador pensamiento de que podría estar ahí para alguien más.
De esos mismos cajones llevé un libro sólo porque salía dos pesos y eso me parecía poco para una historia de Georges Bernanos (al que conozco sólo de oído y citas de blog): “Nueva historia de Mouchette”, editada en 1986 por una casa española llamada Caralt.
El Niño Dios, relato de Marechal para niños, con las ilustraciones de Silvia Martín, se ve que viene cotizando en baja porque le observé una marca por quince y una etiqueta por trece, llevándolo nosotros a sólo ocho pesos.
Al final, y viendo que era la librería que más baratos los tenía (seis pesos), llevamos dos de la colección “Biblioteca de Premios Nobel”, de tapa dura, de la española Altaya: “Thérèse Desqueyroux” de F. Mauriac y “Un día en la vida de Iván Denisóvich” de Alexandr Solzhenitsin.
¿Leerlos todos? No sé. Quizás algún día. Estas son inversiones para la biblioteca familiar, alguien las aprovechará.

sábado, 16 de septiembre de 2006

Líbranos del mal

Ya que Ecazes lo sugiere, sigo con Chesterton. Pero aunque el resto del artículo ya citado es interesante, vayamos a otro en el que G. K. hace una analogía entre el hundimiento del Titanic y la sociedad moderna (1912).

El artículo se llama “La analogía del gran naufragio” y aunque es muy corto, todavía no lo terminé. Empieza aclarando que “la tragedia del gran naufragio es demasiado aterradora para analogías de mera fantasía”. Pero la que él se propone contar no lo es. Y creo que esta es una de las frases más interesantes:

Muy fuera de la cuestión de si alguien es culpable, permanece el enorme hecho sobresaliente de que no hay ninguna clase de sana proporción entre la extensión de provisiones para el lujo y la levedad y la extensión de las provisiones para la necesidad y la desesperación. El esquema hizo demasiado para la prosperidad y demasiado poco para la angustia -exactamente como el estado moderno.

Agitadas así las aguas de mi pensamiento, salieron otras cosas a la superficie. Una es una expresión del autor Mora-Fandos:

Me asombra la tranquilidad de ánimo con que nuestro mundo confía en domar hasta el propio mal. Domar, no domesticar, porque eso supone hacer domésticos, de la domus propia, hacer de la familia, familiarizar con uno a alguien.

Y otra es una de las frases de la campaña de un político, que no hace mucho empapeló paredes. Con la intención de prometer acceso seguro a la asistencia sanitaria (imagino), el don, o sus asistentes, se despachaban con una frase que revelaba toda una idea de fondo (consciente o inconsciente). Con imagen de un bebé pequeño, decía en generosa imprenta algo como: “Por el derecho a crecer sanos”. (Como si no enfermarse nunca fuera un derecho del hombre).
Resumiendo, tres aspectos de un mismo problema: no tener en cuenta el mal, pensar que lo dominaremos mediante nuestras fuerzas y, más aún, pensar que tenemos el derecho a no sufrirlo.
(Líbranos del mal)

jueves, 14 de septiembre de 2006

Gente excepcional

Entre otros “picoteos” y recomendaciones, volví un poquito a Chesterton. Y por caminos poco comunes. Se trata de aquel librito de reciente edición llamado “De todo un poco”, con artículos de “The Illustrated London News” traducidos al castellano (aviso público en el blog de Cruz y Fierro).

(...) tomé como ejemplo la proposición (...) de que el matrimonio es bueno para el rebaño común, pero puede ser violado con ventaja por especiales “experimentadores” y pioneros. La debilidad de esta posición es que no toma en cuenta el problema de la enfermedad del orgullo. Resulta bastante fácil decir que las almas más débiles es mejor que estén protegidas pero que debemos dar libertad a George Sand o hacer una excepción con George Eliot.
El acertijo práctico es que es precisamente la clase más débil de novelista femenina la que piensa que es George Sand. Es precisamente la mujer más tonta la que está segura que es George Eliot. El alma pequeña es la que cree ser una excepción. El alma grande está simplemente orgullosa de ser la regla. Hacer propaganda para gente excepcional es coleccionar todos los malhumores, fantasías enfermizas y ambiciones fútiles de la tierra. El buen artista es el que puede ser entendido. Es un mal artista el que siempre es “incomprendido”. En pocas palabras, el gran hombre es un hombre. Siempre es alguien de décima categoría el que es el Superhombre.

“Los lazos del amor”, 2 de julio de 1910.

miércoles, 13 de septiembre de 2006

Peligroso embrujo de esta tierra

Oh melancolía, amante dichosa,
siempre me arrebata tu placer
[1]

El “embrujo de mi tierra”, dice el folklorista Peteco Carabajal al contarnos de Santiago del Estero. Y son las "virtudes" de su tierra lo que canta en tono alegre.

En cambio Buenos Aires parece tener otro embrujo, al que la misma palabra embrujo le queda mejor. Y quizás al respecto haya dicho algo Borges, o quizás algún famoso compositor de tangos. Pero yo no lo sé, o no lo recuerdo.

Otro fue quien lo dijo así:

(…) la tristeza miente formas de Dios
en la Ciudad y el Río de mi patria
[2]

Y creo que pintó de forma inigualable un “peligroso” embrujo de este sur del mundo, que atrapa a muchos de sus habitantes: la melancolía.

[1] Silvio Rodríguez, “Oh, melancolía”.
[2] Leopoldo Marechal en “Niña de encabritado corazón”, de las “Odas para el hombre y la mujer”, 1929. La interpretación de los versos citados es totalmente personal y puede ser, cómo no, cuestionada.

lunes, 11 de septiembre de 2006

Mientras miro las nuevas olas

(Entre nos).
La de mi barrio ha de ser una comunidad muy sometida a la tentación y acechada por el mal, quizás en forma extraordinaria; si no, no me explico porqué en la versión cantada del Padrenuestro que se hace en la misa repetimos como en un bis las dos últimas intenciones:

No nos dejes caer la tentación
Y libranos del mal

Por otro lado, en lo que a gestos se refiere, la moda de tomarse de las manos durante el rezo de la oración que Jesús nos enseñó parece irse quedando en el pasado. Ahora la costumbre es imitar el gesto del sacerdote. Abrir los brazos y elevarlos extendidos parcialente.
De la confusión (o de la insatisfacción) surgen a su vez los gestos híbridos. A veces se ve una fila en la que la gente está con los brazos en alto y tomada, ahí arriba, de las manos. Me pongo a imaginar cómo se llegó a eso: un señor, acostumbrado a tomarse de la mano, extiende su mano; el vecino, que ya las había elevado, no le quiere despreciar el gesto, y abre la mano; el primero, para llegar a la mano abierta, eleva el brazo; y así terminan.
Como podrán adivinar, en los momentos en que hago una observación como esta, mi oración se va a la miércoles y si sigo recitando (o cantando) el Padrenuestro es porque lo sé de memoria, que si no...
Mi culpa, sí, mi culpa. No vengo acá a hacer la crítica. Vaya mi admiración por quien todos los días se levanta y acude a cumplir su tarea de músico, lector o abnegado orante y, por su ignorancia o gran piedad, omite estas cosas.
(Aunque eso no quiere decir que no deba haber alguien que se fije en estas cosas).
(Entre nos).

sábado, 9 de septiembre de 2006

Servir es reinar

El colegio lleva el lema: "Servir es reinar". Y rastreé esa frase, de tono evangélico, a través del Catecismo (786) hasta la Constitución Dogmática Lumen Gentium (36). Vayan en orden cronológico ahora:

Cristo, hecho obediente hasta la muerte y, en razón de ello, exaltado por el Padre (cf. Flp 2,8-9), entró en la gloria de su reino; a El están sometidas todas las cosas hasta que El se someta a sí mismo y todo lo creado al Padre, para que Dios sea todo en todas las cosas (cf. 1 Cor 15,27-28). Tal potestad la comunicó a sus discípulos para que quedasen constituidos en una libertad regia, y con la abnegación y la vida santa vencieran en sí mismos el reino del pecado (cf. Rom 6,12), e incluso sirviendo a Cristo también en los demás, condujeran en humildad y paciencia a sus hermanos hasta aquel Rey, a quien servir es reinar. (...)

El Pueblo de Dios participa, por último, en la función regia de Cristo". Cristo ejerce su realeza atrayendo a sí a todos los hombres por su muerte y su resurrección (cf. Jn 12, 32). Cristo, Rey y Señor del universo, se hizo el servidor de todos, no habiendo "venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos" (Mt 20, 28). Para el cristiano, "servir es reinar" (LG 36), particularmente "en los pobres y en los que sufren" donde descubre "la imagen de su Fundador pobre y sufriente" (LG 8). El pueblo de Dios realiza su "dignidad regia" viviendo conforme a esta vocación de servir con Cristo. (...)

Ahora que lo pienso, aquello de “el mundo es de quien lo ama” tendría mucho que ver con esto. Y así encuentro una raíz evangélica a esa frase que el cardenal vietnamita había leído en un almanaque. Y pienso además en la relación entre amor a los hombres, a Jesucristo y a Dios.

jueves, 7 de septiembre de 2006

Café con leche (y con paréntesis)

El café con leche que me acabo de armar tiene un leve gusto a dulce de leche (¿es necesario que ponga coma cortando esa frase que acabo de escribir?).
¿Será que se quemó la leche y había algo de azúcar? Yo no le puse; yo no le pongo.
El abuso de paréntesis es muy común en algunos blogueros (ya lo dijo Hernán hace mucho tiempo, si no me equivoco). Me tuve que esforzar para sacar uno que había puesto en el segundo párrafo. Y en siete líneas ya hay dos.
Otro sorbo. Persiste el gusto a dulce de leche. No me disgusta. No recuerdo que antes me haya pasado. Concluyo que el tomarse un café con leche no es siempre la misma experiencia.

miércoles, 6 de septiembre de 2006

Con el tiempo...

Los temas van y vuelven. La última vez que “hablé” con mis amigos acerca del tiempo, uno de ellos rescató una definición dada antaño por un profesor, la cual tiene su redondez y da que pensar. Dice así:

El tiempo es la medida del cambio.

Por mi lado, les mandé varias citas del libro “El corazón del mundo”, de Von Balthasar, que hacía poco había leído (o estaba aún leyendo); una de esas citas quedó también aquí, en este blog, allá por marzo de 2005:

Mientras en el exterior vamos colocando las cosas de modo que sus envoltorios se toquen y nos blindamos contra las inexorables exigencias de la vida, la fuente sigue manando en lo más íntimo del individuo y quebranta los muros y va minando nuestra más dura fortaleza. Nadie resiste hasta el final el incesante empuje de este oleaje: nos va reblandeciendo día tras día, va carcomiendo guijarro tras guijarro de la orilla ya desgastada: al final nos derrumbamos. Con el tiempo, hasta el más estúpido comprende el tiempo. El tiempo va cavando para sí mismo un lecho en él y con su redondo vientre lo va limando como el torrente que se precipita lamiendo un glaciar. [*]

Esa cita iba acompañada de algunas reflexiones personales, algo peculiares.

Vivimos muriéndonos. Muriéndonos vivimos. Lo nuestro es morir. Me gusta decir que es nuestra "vocación". Quizás el tiempo sea eso. Esa imposibilidad de morirnos. "El tiempo es la imposibilidad de morirnos", anotá, me gusta. No poder morir, eso es el tiempo.

Hoy, incentivado por el amigo R. Castillo y su comentario en la entrada anterior, se me ocurrió pensar otra cosa. Se me ocurrió decir:

El tiempo es la oportunidad que tenemos para “arrepentirnos y volver”.

Y no la entiendan como una idea triste acerca del tiempo y de la vida. Al contrario, entiéndase como algo gozoso. Recordemos que el Padre, en ocasión del regreso, organiza una fiesta.

[*] Capítulo “El reino”, parte I.