jueves, 22 de enero de 2009

Escasez de tierras

Es muy probable que en el futuro se pregunten si esta no fue una época de escasez de tierras.
(Ya habrán Uds. notado que la gente más pobre, en vez de vivir precariamente en el campo, vive encerrada en pequeños cubos de hormigón en la ciudad; y no sólo los más pobres, muchas veces a medida que la clase económica asciende lo único que cambia es el tamaño del cubo).
Pero los que más se sorprenderían de esta época son nuestros abuelos si se enteraran, por ejemplo, que para poder jugar al fútbol entre amigos hoy el potrero lo alquilamos por hora.

sábado, 17 de enero de 2009

La Madre del Señor

Un libro que es a la vez un proyecto de libro. Una carta a un amigo en dónde se ponen los lineamientos para escribir un ensayo, una “vida de María”. Eso es “La Madre del Señor”, de Romano Guardini. Mi segunda lectura mariana programada. Muy interesante para tipos “racionales” como uno. Les dejo algo de allí:

Otra cosa hay, y es la doctrina de que la encarnación de Dios ha tenido lugar sin generación humana, y que además, María, después de concebir al Redentor, nunca ha tenido relación matrimonial. La comunidad del matrimonio alcanza al núcleo de la persona; pero a la Madre de ese Hijo el sentir cristiano le exige la dedicación exclusiva a Dios. También en la virginidad del parto del Redentor se expresa el hecho de que aquí, en medio de la historia, y aún más, en su «plenitud», se abre un puro comienzo a partir de Dios. De tales consideraciones, pero no de ideas dualistas sobre la impureza de lo corporal, surge la convicción de que la virginidad formó parte esencial de la existencia de María.

(Aunque no fue regalo, porque es parte de su biblioteca, este también fue aporte de mi esposa).

martes, 13 de enero de 2009

Signos de estos tiempos

“¡Menos mal!” es alivio y “¡Más bien!” es a veces una obviedad.
Hablando un poco en serio, un poco en broma: quizás este sea otro signo de nuestra humanidad sin Dios, donde el dolor y el sufrimiento son algo extraño, no natural y hasta creemos en una especie de “derecho a no tenerlos”.
(Sí, sí, es así. Habrán notado esos titulares del tipo: “Sorprendidos por la tragedia”. Y cómo frente a un desastre natural se busca siempre un responsable humano, aunque sea aquella persona u organismo que podría habernos advertido pero no lo hizo, de manera tal de no hablar de algo más profundo. O también habrán notado como a aquello que podría llamarse “derecho de atención sanitaria” lo llamamos hoy “derecho a la salud”).

lunes, 5 de enero de 2009

Imagen monfortiana

San Agustín llama a María Molde viviente de Dios, y, en efecto, lo es. (...)

De dos maneras puede un escultor realizar una estatua o retrato perfectos: primera, con fuerza, habilidad y buenos instrumentos puede labrar la figura en materia dura e informe; y segunda, puede vaciarla en un molde. Largo, difícil, expuesto a muchos tropiezos es el primer modo; un golpe mal dado, de cincel o de martillo, basta, a veces, para echarlo todo a perder. Pronto, fácil y suave es el segundo, casi sin trabajo y sin gastos, con tal que el molde sea perfecto y que represente al natural la figura; con tal que la materia de que nos servimos sea manejable y de ningún modo resista a la mano.

El gran molde de Dios, hecho por el Espíritu Santo, para formar al natural un Hombre-Dios, por la unión hipostática, y para formar un hombre-Dios por la gracia, es María. (...)

¡Oh, amigo querido, hay una gran diferencia entre un cristiano formado espiritualmente por medios ordinarios y que se apoya en su propia habilidad y otro, dócil y plenamente disponible que, consciente de su debilidad, confía plenamente en María para ser plasmado en Ella por el Espíritu Santo! (...)

Luis María Grignon de Monfort, "El secreto de María", Primera Parte, Cap. 2.
(En vísperas de la celebración de la Epifanía del Señor)