domingo, 24 de diciembre de 2023

Dios en el mundo

"Y aunque ningún hombre lo sabía, se acercaba la hora en que habían de finalizar y cumplirse todas las cosas; y aunque ningún hombre lo escuchó, se produjo un grito remoto en una lengua desconocida sobre la palpitante desolación de las montañas. Los pastores habían encontrado a su Pastor. Lo que encontraron era algo parecido a lo que buscaban. El populacho se había equivocado en muchas cosas, pero no se había equivocado al creer que las cosas santas podían tener una morada, y que la divinidad no necesitaba desdeñar los límites de tiempo y espacio".
(G. K. Chesterton, El hombre eterno, Segunda parte, I. El Dios de la cueva)

martes, 12 de diciembre de 2023

Buenos Aires, ciudad secreta (III)

Liniers no es un barrio que me atraiga especialmente. Quizás en esto influya que lo conozco poco. Porque en dos páginas del libro de Germinal Nogués me quedé chocho con cinco curiosidades suyas (de Liniers). Primero, una estatua de Colón (que los Kirchner no vieron, gracias a Dios). Plaza Larrazábal o Coronel Martín Irigoyen. Allí no solo está don Cristóbal bien asentado en un pedestal con relieves a sus costados, sino que a sus espaldas está también “El genio en actitud protectora”.


Buenos Aires tiene una copatrona, o una segunda patrona y es Nuestra Señora de las Nieves (proclamada en 1616 junto a San Martín de Tours). Y en Liniers tiene un templo. Y está el colegio.


No tengo claro si el nombre original era “Beromama Cacumaospo Bichucaco”, como dice don Germinal, o “Beromamacacumaospobichucacopripejopi”, como dice “la Wikipedia”. El caso es que es un club de rugby fundado hace mucho tiempo por amigos que le pusieron de nombre la sílaba inicial de sus propios nombres de pila. Después de varias idas y venidas, incluyendo una refundación, Beromama (como es el nombre simplificado adoptado al ingresar a la URBA) tiene hoy la cancha en González Catán. Para cuando se imprimió “Buenos Aires, ciudad secreta” (principios de este siglo) aún conservaban una Secretaría en Ibarrola 7212, Liniers. En el “streetview” no veo nada.


El “Pasaje Particular”, así su nombre, es un mundo aparte. Sería como el callejón olvidado de las películas norteamericanas, esos que son desiertos en medio de una ciudad bulliciosa. Ese en donde Doc Brown podría aterrizar el DeLorean en 2015. El bullicio es el de Rivadavia al 11100. Y el pasaje “de trocha angosta” es disfrutable en “streetview”. Vayan hasta el fondo y vean la macetita que puso el último vecino, transformando la vía pública en jardín.


La Iglesia de San Enrique es algo de lo más original. “Está conformado por cuatro secciones de cilindro que se superponen entre sí y convergen en un punto de donde emerge la cruz. Visto desde arriba da la sensación de ser una carpa, similar al santuario de Ceferino Namuncurá en Chimpay, Rio Negro”.

lunes, 20 de noviembre de 2023

Teilhard (5)

Teilhard de Chardin fue un místico y no haber sido tomado como tal es lo que indujo a tantos errores en su crítica. Eso y haber querido simplificar sus pensamientos, leyendo solo una parte de los mismos o pretendiendo que fueran el tipo de texto que no son. Porque lo que hay que hacer con Teilhard es tomarlo como pionero en un campo único, en dónde las palabras clásicas no bastan. Pero un pionero que estuvo siempre del lado de la Iglesia y habló como quien lo hace entre amigos, entre quienes espera que lo ayuden a ir al punto a través de las inexactitudes de la expresión. Porque no daba cátedra. Lo suyo era más parecido a compartir un camino espiritual.

Es eso lo que entiendo que dice Henri de Lubac, entre otras cosas, en “El pensamiento religioso de Teilhard de Chardin” del año 1962. Un estudio que me supera ampliamente pero que se ve de una solidez y una completitud únicas. Que deja como juego de niños las objeciones “simplificadas” que hayamos podido leer de Meinvielle o Castellani. Estas últimas sólo sirven como resumen para evitar confusiones (porque así como los críticos de Teilhard las tuvieron, nosotros también, no siendo teólogos, podemos tenerlas).

Lo interesante es que además de ser tan teológico, este libro permite ver también a la persona de Teilhard de Chardin detrás (no tanto como en sus cartas, mencionadas en “Teilhard (4)”, pero si todo lo que pareciera permitir un libro de este tipo). Y es didáctico. Dentro de lo pesado que puede resultar para un ignorante de ciertas materias, y aun sin comprender en profundidad todo, se pueden sacar conclusiones a la que adscribir (a veces "viéndola clara", a veces solo por un razonamiento lógico, si se me permite esta expresión que parece contradictoria).

Para cerrar nada mejor que esta plegaria de Teilhard de Chardin:
“[Dios mío] Haz que tras haber descubierto la alegría de utilizar todo crecimiento para hacerte o dejarte crecer en mí, acceda tranquilo a esta última fase de la comunión, en el curso de la que te poseeré, disminuyéndome en Ti.

(...) Haz, llegada mi hora, que te reconozca bajo las especies de cada fuerza, extraña o enemiga, que parezca querer destruirme o suplantarme. Cuando sobre mi cuerpo (y aún más sobre mi espíritu) empiece a señalarse el desgaste de la edad; cuando caiga sobre mí desde fuera, o nazca en mí por dentro, el mal que me empequeñece o nos lleva; en el momento doloroso en que me dé cuenta, repentinamente, de que estoy enfermo y me hago viejo; sobre todo en ese momento en que siento que escapo de mí mismo y soy pasivo en manos de las grandes fuerzas desconocidas que me han formado, Señor, en todas estas horas sombrías hazme comprender que eres Tú (y sea mi fe lo bastante grande) el que dolorosamente separa las fibras de mi ser para penetrar hasta la médula de mi sustancia y llevarme en Ti.

Sí, cuando más se incrusta el mal en el fondo de mi carne y es incurable, es más a Ti a quien cobijo, como un principio amante, activo, de depuración y de liberación. Cuanto más se abre ante mí el futuro como una grieta vertiginosa o un oscuro paso, más confianza puedo tener, si me aventuro sobre tu palabra, de perderme o abismarme en Ti, de ser, Jesús, asimilado por tu Cuerpo.

Energía de mi Señor, Fuerza irresistible y viviente, puesto que de nosotros dos Tú eres infinitamente el más fuerte, a Ti compete el don de quemarme en la unión que ha de fundimos juntos. Dame todavía algo más precioso que la gracia por la que todos los fieles te ruegan. No basta con que muera comulgando. Enséñame a comulgar muriendo”.

jueves, 9 de noviembre de 2023

Buenos aires, ciudad secreta (II)

Izando la bandera (Julio César Vergottini)

Seguimos con la serie. Se está armando un paseo. (“Qué bueno ser turista en Buenos Aires, mirar las cosas por primera vez”, cantaba Man Ray).

Vamos a Barracas. Empezamos en el viejo Puente Pueyrredón, donde está la torre en la que vivió muchos años el escultor Julio Cesar Vergottini. Leemos sobre la vida, no porque sea ejemplar, sino porque es pintoresca. Aprendemos de sus obras y vemos que tenemos la posibilidad de ver una en la Plaza Colombia.

Antes de ir a la plaza (ubicada en lo que llamaré “Barracas al este de la autopista” o “Barracas al este”) repasamos algunas historias sobre el primer puente precario que se hizo alguna vez sobre el Riachuelo, el tranvía que se cayó al río, etcétera. Yo se los leo del libro y de otras fuentes de Internet.

Y visitamos el pasaje Darquier. Porque tantas veces he pasado en el Roca por la misteriosa estación Yrigoyen (esa en la que los rápidos no paran) y nunca he tenido oportunidad de conocer su barrio, abajo de las vías elevadas.

Sigamos. Barracas al este de la autopista siempre fue para mí un barrio fantástico (en la expresión literal de la palabra, no el adjetivo degradado que se usa ahora). Es lo que me pasa con la parte sur de Buenos Aires, de Caseros al sur; alguna vez lo dije. Pero con un matiz especial en el caso Barracas al este. Ese matiz pueden dárselo dos cosas.

Una. Al vivir y viajar yo desde Caballito, ir a Barracas era ir al centro, pasar, y ver que había otro barrio importante más allá. Más allá “en una dirección nueva”. Tengamos en cuenta que para un porteño se llega al centro, se va hacia el centro, pero no se “pasa hacia otro lado”, tu vida es (o era) ida y vuelta de tu barrio al centro. (No es exactamente así porque conocemos gente de otros barrios, pero quizás haya algo de eso).

Dos. Dijimos “más allá” pero dijimos también “importante”. Barracas al este quizás no es tan elegante como los barrios del norte, pero sí tiene importancia. Es muy linda la zona sobre Montes de Oca en las cercanías de la plaza Colombia, justamente. Edificios nuevos y antiguos con estilo, casonas, la plaza muy cuidada. Por Montes de Oca pasa nada menos que el 60, ¡cómo por avenida Cabildo, che!

Quizás Barracas guarde misteriosamente el secreto de lo que fue una zona donde estaban, hasta la epidemia de la fiebre amarilla (1871), “las familias más prósperas y tradicionales, que habitaron lujosas mansiones y casas quintas”. Hay por ejemplo edificios como el Hospital de Niños Pedro de Elizalde (ex Casa Cuna) que datan de 1779 (Montes de Oca 40). (Seguimos acá el libro de don Germinal, inspirador de la serie).

Edificio del hospital

En la Plaza Colombia, Montes de Oca y cerrando la manzana de la plaza: Brandsen, Isabel La Católica y Pinzón, tenemos que ver entonces la escultura “Izando la bandera”, de Vergottini. Le tengo fe. Yo no soy muy esculturero pero me interesa. Dicen que Vergottini estudió con un discípulo de Rodín. La foto que ilustra la entrada me parece la mejor de las que se encuentran en Internet, pero ninguna es muy clara.

Después vamos a la Capilla de Santa Felicitas (trágica historia la de Felicitas Guerrero de Álzaga, que no es la santa, claro, pero es por ella que se eligió la advocación). Nos hacemos una escapada también hasta la iglesia de Santa Lucía y mientras evocamos la historia de la famosa pulpera (que tampoco es la santa, no, no). Volvemos luego a la plaza y nos comemos una pizza en la pizzería Los Campeones. Después de almorzar nos volvemos. Eso es todo. Tickets por Ticketek.

lunes, 6 de noviembre de 2023

Las canciones de Los Carpinteros, hoy

En una época me gustaban todas. Después preferí un sonido menos dulzón y letras menos cursi. Pero de grande descubrí que la Carpenter tenía una voz privilegiada y, además, cuando uno es grande puede valorar de otra manera ciertas cosas cursi, porque vivió las cosas que se cantan y sabe pasar por lo cursi sin vergüenza (sin dejar por eso de buscar nuevas y mejores expresiones).

Así que volví de a poco a escuchar a The Carpenters. La pregunta imposible con un conjunto como este es: ¿Cuál es tu canción favorita? Hay tantas buenas. Tantísimas. La pregunta debería ser "¿Cuál es tu favorita en este momento?"

La primera que se me hizo favorita hace un tiempo no es de autoría de ellos, ¡es su versión de un tema de los Beatles! Ya la tenía mi hermano en un disco, disco que justamente titularon como esa canción: "Ticket to ride". Cantada en otro tiempo, más lenta, permite reforzar el sentimiento de la canción.

Después, no hace mucho, me enganché con "Superstar". Me gustó la potencia del lamento que tiene con una letra tan simple que solo necesita repetir "baby oh baby". Y las letras u. Sí, la forma en que termina la Carpenter las u de "you" y "do". Es muy emocionante. Es quizás mi vocal favorita cantada por esta cantante.

Y eso de la u me sucedió el otro día otra vez, cuando escuché después de mucho tiempo "I won't last a day without you". Ese "you", que se dice cuatro veces en la canción, es demoledor del alma (especialmente en las dos primeras y en la última, la tercera queda un poco tapada por los instrumentos).

Otra de mis favoritas es "Goodbye to love" y es por la guitarra (que toca un tal Tony Peluso). El tema más rock de los Carpenters, con esos solos de guitarra distorsionada. Atípico total. Pero qué genial. Y en simultáneo con el “ah” o “aw” (depende de cómo quieras “llamar” a ese coro final) es una bomba. Con más de esos solos y con Karen Carpenter en la batería casi que podrían haber sido uno de los grupos de mi adolescencia (exagero un poco, quizás).

Por último destacar el piano, en introducción, pasajes y solo, en "This Masquerade", tema de León Russell. El tema en sí es aburrido. ¡Ah! Y mención especial para el tema "Rainy days and mondays", que es uno de los que más estilo tiene (sea lo que eso signifique). Estas serían las que son en estos últimos tiempos mis favoritas de los Carpenters.

Si esto hubiera sido una película ahora estarían los títulos y en esas imágenes que ponen a veces del backstage o escenas no elegidas aparecería yo en el auto cantando "Hurting each other".

miércoles, 1 de noviembre de 2023

Mi única entrada de política de esta época

En algunas localidades incluso el clero lo insultó desde el púlpito, pero fueron injustos los curas con él, pues no fue Noel uno de esos seminaristas como Stalin, que salen renegados de su apostasía y con ánimos de prenderle fuego a la civilización cristiana. No. Noel fue un hombre pacífico, pese a todas las evidencias en contra. Incluso yo diría que creyente, de los que rezan todas las noches antes de dormirse”.
(Andrés Trapiello sobre Eugenio Noel en el libro “Los caminos de vuelta”, una especie de recopilación de semblanzas literarias).

viernes, 27 de octubre de 2023

Buenos Aires, ciudad secreta (I)

¿Veían en la televisión “Buenos Aires, ciudad secreta” con Germinal Nogués?

Mi primo estaba regalando libros (por reestructuración de la biblioteca) y, entre otros, he elegido el libro homónimo de aquel programa. No homónimo por casualidad, sino que se me hace que es el mismísimo “libro del programa” (como quien dice “la película del libro”). Y casi que parece no el libro sino el libreto, porque la redacción es muy peculiar. Un libro que se les ocurrió hacer a los de Sudamericana allá recién iniciadito el siglo y donde este señor don Germinal recopiló todo tipo de información sobre la Ciudad de Buenos Aires.

De las 270 primeras páginas me llevo relativamente muy pocos datos interesantes. Me gustó una anécdota que involucró a Roberto Arlt y a Evita Perón, el simple dato de saber que el subte B pasa por debajo del Arroyo Maldonado y saber que existen los monumentos a Mendoza y a Garay y donde están, y poco más.

Entrando ya en la parte en que se habla barrio por barrio la cosa se pone más interesante. Callecitas ocultas, plazas con sus curiosidades, edificios peculiares, historias de personajes del barrio (todo lo que un nerd geográfico porteño necesita).

Dado lo propenso del libro, en las primeras páginas, a hablar de leyendas, hubiera esperado algo más de Parque Chas (que para la edición de este libro era parte del barrio de Agronomía). Pero es curioso el dato de que en la Iglesia de San Alfonso María de Ligorio (Barzana 1525) hay una imagen de Cristo crucificado que en vez de corona de espinas lleva una corona real.

La cosa no es tan rara, como quizá sepa pero no llega a explicar don Germinal. Seguro alguna vez todos vimos una. Es interesante escudriñar sobre sus orígenes en Wikipedia, que cita a su vez a la “Enciclopedia Moderna. Diccionario universal de literatura, ciencias, artes, agricultura, industria y comercio, publicada por Francisco de P. Mellado”, Madrid, 1852:
"El año 705 mandó el papa Juan VII ejecutar en la basílica de San Pedro un mosaico que representaba al Crucificado. El dibujo que se ha conservado, es muy curioso, porque demuestra que las tradiciones de gloria y de triunfo atribuidas a la cruz cedían lentamente y por grados al espíritu de realidad. En aquel mosaico tiene Jesús los ojos abiertos, la cabeza derecha y rodeada de la aureola crucífera. Tiene puesta la túnica y sus miembros están sujetos por cuatro clavos. Toda la figura es grave y severa; sin embargo, un verdugo atraviesa el costado de Jesús y otro le presenta la esponja empapada en hiel y vinagre. Al pie de la cruz están la Virgen y San Juan en aire de tranquilidad y recogimiento; en fin, el sol y la luna, suspendidos en los aires a cada lado del brazo superior de la cruz, asisten al martirio.

Hace todavía poco tiempo que se veía en las catacumbas de los santos Julio y Valentín en Roma una pintura de la crucifixión, la cual databa de fines del siglo VIII, cuando el papa Adriano I mandó restaurar las catacumbas. Es el segundo monumento de este género cuyo dibujo ha llegado hasta nosotros. En él está también el Cristo vestido con una larga túnica; tiene la cabeza derecha y los ojos abiertos y está sujeto por cuatro clavos, sosteniendo sus pies una especie de escabel. Al pie de la cruz está la Virgen mostrando con sus manos alzadas a su hijo y al otro lado San Juan en actitud recogida aunque menos heroica que la de la Virgen.

No solamente estos dos dibujos, sino todas las representaciones análogas de los siglos VIII, IX y X, y aun de principios del XI, tienen un carácter muy marcado de grandeza y de serenidad divina. No es ya la cruz tan brillante como los astros de la antigua antífona, sino Jesucristo vencedor del suplicio; el dolor no altera su divinidad, la cruz llega a ser para él un trono desde donde bendice al mundo con su mirada y sus manos extendidas. De aquí provino el uso de coronar su cabeza con la diadema, con la tiara o la aureola crucífera, como en el crucifijo llamado Santo Volto de Luca, y en los de Alepo, Siroli, cerca de Ancona, y baptisterio de Florencia y vestirlos con la túnica larga, según lo demuestran la figura llamada Sainte Saulve en Amiens, las figuras ya citadas de los primeros monumentos, del Santo Volto, etc. y los manuscritos bizantinos de aquella época, en que la túnica es de color de púrpura como la estola de los emperadores".

martes, 3 de octubre de 2023

Principiantes en la contemplación (“maripojas”, “maripétalos”)

Ayer me preguntaron qué eran los haikus y yo, que no sé nada, los remití a Enrique García-Máiquez, mi referente. Hay muchas entradas interesantes sobre haikus en su viejo "blogg" en formato blogspot que se llamaba "Rayos y Truenos".

Me detuve en uno porque tenía una imagen genial de las mariposas como hojas de una planta:
En 1907 Díez-Canedo fue uno de los pioneros del haiku hispánico, que tan hondo iba a arraigar aquí, y publicó esta traducción de Moritake:

¿Otra vez en el tallo se posa
la flor desprendida? ¡Virtud milagrosa!
Pero no es una flor. Es una mariposa.

En 1920, después de una reseña de José Moreno Villa en la que hablaba de la sobriedad del haiku, la escribe de nuevo:

¿Vuelven al tallo
las hojas desprendidas?
¡Son mariposas!
(...)
Cuál no sería mi sorpresa hoy cuando, leyendo un cuento de Jack London (sí, eso dije) me encuentro con esto:
En los claros, más allá de la sombra de la manzanita, se posaban los lirios mariposa cual otros tantos vuelos de mariposas enjoyadas, repentinamente detenidas y a punto de reiniciar su tembloroso vuelo” (*)
(Inicio de "El filón de oro")
No es por curarme el asombro, pero quizás sea una asociación muy antigua, y que no requiera más que ser un principiante en la contemplación eso de ver las hojas de las plantas o pétalos de las flores que se mueven al viento como mariposas. Y a la inversa también.

(*) Es notable que la traductora de este cuento (Jacinta Romano) se las haya ingeniado para usar dos veces la palabra mariposa sin que quede, al menos a mi sensibilidad, chocante. El original: “In the open spaces on the slope, beyond the farthest shadow-reach of the manzanita, poised the mariposa lilies, like so many flights of jewelled moths suddenly arrested and on the verge of trembling into flight again”.

sábado, 30 de septiembre de 2023

Teilhard (4)

Los remito a la entrada Teilhard (3) del año 2012. ¡Hace tanto de eso! En todo sentido.

Supongo que siempre me quedó una curiosidad latente por Teilhard. Porque en una mesa llena de usados revueltos no dudé en probar suerte con "Génesis de un pensamiento", que es una recopilación de cartas enviadas por un joven Teilhard desde el frente de batalla de la Primera Guerra Mundial a una prima suya llamada Marguerite Teilhard-Chambon (en literatura: Claude Aragonnès).

Leyendo las cartas se ve que Teilhard era un tipo de una fe muy intensa. Y unas ideas muy originales. La sensación que me queda es que, recaudos mediante, hay mucho por aprovechar de su pensamiento cristiano (quizás se haya aprovechado mucho más de lo que yo sé, claro, quizás haya sociedades, círculos que no conozco).

A partir de las ideas originales, que a veces pueden ser erradas, se pueden encontrar caminos verdaderos de encuentro entre ciencia y fe. De los pensadores censurados nos quedamos solo con las objeciones. Qué lindo es conocer algo más íntimo de ellos, porque nos da una mejor idea de una realidad más compleja.

Habría muchos pasajes para transcribir y muy interesantes. Y donde habla de aspectos concretos de sus ideas, confusiones con el panteísmo, etc., etc. Pero esta simple cartita podrá darles una idea de la persona Teilhard.
[Ligny-en-Barrois] 23 de diciembre de 1916

Querida Marguerite,

Espero que esta carta te encuentre en pie y capaz de ir sin fatiga a la Auvernia. En todo caso, pienso enviarte para Navidad mi recuerdo y que te llegará antes de tu partida. Ten la seguridad de que en estas fiestas pediré mucho al Señor de la Paz para que te la dé en abundancia, y te haga comprender que es la virtud santificante del peso de la vida cristiana soportada.

Has de saber que mi artículo no ha pasado a la revista. En el fondo, no me asombro de ello. Sin hablar de cosas que quizá sean objetivamente impugnables, el artículo estaba hecho en un tono que podría desconcertar a los juiciosos y plácidos lectores de la revista (esto es lo que principalmente han objetado los revisores). Te enseñaré la carta, muy amable y muy justa, que me ha escrito Léonce. ‘Su lectura -me dice-, es ‘exciting’ e interesante en alto grado. Es una obra llena de imágenes, que hace pensar, pero carece de todo reposo para nuestros lectores, gentes apacibles…’.

Con todo eso, no veo cómo mis ideas verán la luz de otra forma que en conversación o por manuscritos clandestinos. Nuestro Señor hará lo que crea conveniente. Estoy decidido a seguir adelante en el camino que me he trazado, por fidelidad ante mí mismo, para ser verdadero, como dice Tourville. En el peor de los casos, si paso sin ser escuchado, tengo confianza en que habré sido útil. Para que triunfen las ideas, es necesario que muchos de sus defensores mueran oscuramente. Su influencia anónima se dejará sentir. Y además, tengo fe absoluta en que Nuestro Señor hará útiles los sacrificios que yo podré hacer en la obediencia, y en el éxito espontáneo de lo que pueda haber de bueno en mis aspiraciones. Él las transportará al fondo de muchas almas que creerán tenerlas como propias; y que las harán dominar mejor que yo... En todo caso, ten la seguridad de que no estoy desconcertado en absoluto. Cuídate bien. 

Tuyo,

PIERRE

Esta puede no ser la última entrada del tema ya que, siguiendo un consejo que había quedado en un viejo comentario, adquirí el libro "El pensamiento religioso de Teilhard de Chardin" de Henri de Lubac. ¡Agárrense!

miércoles, 20 de septiembre de 2023

Rimas en inglés en las canciones

Adagio popular (quizás ignorantemente popular): “Cualquier cosa puede rimar en las canciones populares en inglés, solo depende de que lo pronuncies adecuadamente”.

They took all the trees
Put ’em in a tree museum
And they charged the people
A dollar and a half just to see ’em
(Joni Mitchell, Big Yellow Taxi)

You can smell the magnolias
But it's just like I told you
(Tedeschi Trucks Band, Made up mind)

“Up that tree there's sort of a squirrel thing
Sounds just like we did when we were quarrelling”
(Connie Converse, Talkin’ like you)

Claro que lo más correcto sería ponderar el ingenio de los compositores. Sin este ingenio no habría aquella facilidad.

Por si esta entrada quedó corta, y solo para aquellos que jamás hubieran imaginado algo así pero “clic-harían” sin dudarlo si se los anunciara (y me refiero a esto: un cover de Joni Mitchell cantado por la famosa-por-ser-bajista-pero-ojo-al-piojo-cómo-canta Tal Wilkenfeld); para ellos, digo, esta joya:

martes, 12 de septiembre de 2023

Canciones gramaticales

Son canciones que tienen errores gramaticales. ¿O son licencias poéticas? ¿O ninguna de esas cosas y soy yo que no las entiende bien?

Empecemos con un tanguito que se me pegó mucho hace un tiempo. "Mariposita", de Anselmo Aieta y Francisco García Jiménez. Lo cantaba Goyeneche pero yo lo conocí por Ariel Ardit.

Mariposita,
muchachita de mi barrio.
Te busco por el centro,
te busco y no te encuentro,
siguiendo este calvario
con la cruz del mismo error.
Te busco porque acaso
nos iríamos del brazo…

Es rara esa última frase. ¿Debería ser en modo subjuntivo? ¿Te busco porque acaso (quizás) nos fuéramos del brazo? ¿Te busco por si acaso nos fuéramos del brazo?

Vamos ahora con Fito Páez y una canción que tuvo su momento de fama. “Fue amor” se llama y arranca:

Yo podría haberlo hecho mejor
Vos podrías acercarte a mí
Yo intuía que esto, mi amor
Se rompía y esto es siempre así

Esto podría pasar desapercibido y no sería ningún error. Pero toda la canción está en pasado y entonces el segundo verso me molesta. Me gustaría que diga: “Yo podría haberlo hecho mejor / Vos podrías haberte acercado a mi”. Pero nada le impide al hombre que le pida acercarse una vez más, ahora que todo pasó, ¿no?

Algo mucho más nuevo, ya citado alguna vez en este blog. Silvana Estrada dice:

Pero si un día tú me encuentras
Y ahora piensas diferente
Te guardo un poquito de fe
Para abrir los ojos y verte

Esta es clara. “Pero si un día tú me encuentras / Y entonces piensas diferente”, debería decir.

Los cordobeses Eruca Sativa cantan en “Cuanto costará”:

"Al destino engañar, porque vale más
que existo en este momento.
Al tiempo engañar, porque vale más
que existo en este momento".

¿Qué opinan acá? ¿“Vale más que existo en este momento” o “Vale más que exista en este momento”?

Zitarrosa en la “Milonga de ojos dorados” dijo:

"Ella, como vos, tenía
los ojos color de oro;
mirándolos casi lloro,
vos bien sabés, aquel día:
Nunca pensé que existía
una mujer con los ojos así".

¿No debería decir: “Nunca pensé que existiera”? 

Fandermole dice en “Alunados” (“terrible” poema como todos los de Fandermole):

Pinta la noche y, con rigor de artista,
clava en lo negro su trama puntillista.
Para que los pobres, los desamparados,
tengan el cobijo del cielo estrellado.

Pero esos brillitos de distancia fría
les causa una profunda melancolía.
Y la noche, como quien da su fortuna,
de un hilo de luz hace crecer la luna

¿No debería ser “les causan”?

martes, 5 de septiembre de 2023

Los mapas de mis libros actuales


La zona me resulta conocida… Por supuesto, es la zona de los manhattoes, a donde fui con Melville hace un tiempo. Ahora de la mano de Washington Irving estuve remontando Hudson arriba, y les cuento que los parajes ya se me están haciendo entrañables. Es cierto que el paisaje debe estar algo distinto hoy a lo que habrá sido en la época de la colonia holandesa, pero debe haber algunos resabios. Quizás no esté el bosque encantado, pero deben estar ahí las montañas Kaatskill, por supuesto. Es probable que en algunos rincones aún se pueda sentir lo que sintió el autor, compartir las experiencias del historiador ficticio Diedrich Knickerbocker o revivir las aventuras de Rip van Winkle o Ichabold Crane.

Dice Wikipedia: "Knickerbocker viste un tipo específico de pantalones holgados conocidos como knickerbockers, que luego se abreviaron como knickers. La palabra knickerbocker también se usa para referirse a las personas que viven en Manhattan y fue adoptada en forma abreviada como Knicks por el equipo de baloncesto profesional de la NBA de la ciudad".

De Irving dice Wikipedia que es el primer escritor estadounidense que llegó a vivir solamente de sus escritos. Y en la contratapa de mi "Rip van Winkle" pocket (que me enorgullezco de haber rescatado de una mesa de usados, y que trae también "La leyenda del valle encantado") dicen que dijo Thackeray que Irving es el “el primer embajador que el nuevo mundo envió al mundo antiguo”.


Este mapa es de un frente de guerra, en la Primera Guerra Mundial, en la frontera franco-belga. Desde ese frente, un joven Pierre Teilhard de Chardin mandaba cartas a su prima Marguerite Teilhard-Chambon (en literatura: Claude Aragonnès). Allá por los sesenta se han recopilado dichas cartas y editado bajo el nombre de "Génesis de un pensamiento".

Un fragmento de una carta muy propio para el blog "Aquí estamos, pero de aquí no somos":
"He podido pensar, pues, con detenimiento sobre lo que me dices acerca de las dificultades que encuentras para «vivir en el mundo como si no estuvieses en él». He aquí lo que creo conveniente decirte. Ante todo, ten confianza en el lento trabajo de Dios. Naturalmente, todos nos sentimos impacientes por llegar rápidamente al término de todas las cosas. Quisiéramos saltarnos los intermediarios. Nos impacientamos de estar en camino hacia algo nuevo, desconocido... Esta es, sin embargo, la ley de todo progreso que necesita pasar por lo inestable y puede significar un período muy largo. Por esto estamos en suspenso desde hace un año en lo que a la civilización del mañana se refiere.-Lo mismo te ocurre a ti, yo creo. Poco a poco tus ideas van madurando; déjalas crecer, formarse, sin precipitación. No trates de «forzarlas» como si pudieses ser hoy tal como el tiempo (es decir, la gracia y las circunstancias actuando sobre tu buena voluntad) te harán (sic) mañana. Este espíritu nuevo, que se va perfilando en ti, poco a poco, sólo Dios podría decir lo que será mañana. Concede a Nuestro Señor el crédito de pensar que su mano te guía bien a través de la oscuridad y el «devenir», -y acepta, por amor a El, la necesidad de sentirte en suspenso y como inacabada.-En espera de que llegue al fin el día en que te sentirás marchar sobre lo estable, advierte que este «estable» puede estar muy bien constituido, para ti, por una forma de vida laica e «individualista». Es verdad que una cierta lógica y una cierta necesidad hacen que la mayoría de las almas convencidas de que Dios es lo único que merece la entrega se agrupen y se encuadren. Sin embargo, y por fortuna, esto no es la regla. Todas las formas de existencia pueden ser santas, y para cada uno la forma ideal es aquella por donde Nuestro Señor le conduce mediante el desarrollo natural de sus gustos y la presión de las circunstancias".

martes, 29 de agosto de 2023

"¿Qué vol?" (en el decimonono)

Cumple diecinueve años el blog y me alegro de estar leyendo más que en años pasados porque puedo, cada tanto, traerles alguna cosita para compartir.

Las lecturas se arman de planes, regalos, recomendaciones, visitas a librerías de usados, revisión de la propia biblioteca, etc. De está última práctica es normal que cada tanto agarre un volumencito de la colorida pero mal encuadernada Biblioteca Básica Salvat. Y de allí recuerdo haber disfrutado a Gabriel Miró, a Alphonse Daudet y otros.

Esta vez me leí un volumencito llamado "Tiempos y cosas" del famoso Azorín. De esa colección de pequeños artículos les dejo el siguiente fragmento, pues me pareció de lo más pintoresco:
"Comenzaba a anochecer. Hemos regresado al pueblo y hemos discurrido un momento por los terrenos en que se abren las cuevas habitadas por los labriegos pobres. La ingente meseta del Cid palidecía a lo lejos; a sus pies, el valle se iba sumiendo poco a poco en la sombra... Yo he visto que un viejecito caminaba delante de nosotros: era uno de estos viejecitos de Levante, secos, menudos, silenciosos. Estaba ciego y marchaba encorvado, con la mano izquierda apoyada en el hombro de un niño y la derecha en un cayado blanco. He hecho una seña al niño mientras me llevaba la mano al bolsillo. Entonces el muchacho se ha detenido.

-¿Qué es? -ha preguntado el viejecito.
-Un señoret -ha contestado el niño. Se ha hecho una breve pausa, y luego el viejo ha tornado a preguntar:
-¿Qué vol?

Ya veis: la pregunta es sencilla, natural, lógica; y, sin embargo, yo he experimentado una emoción extraña ante estas simples palabras: «¿Qué quiere?» ¿Podréis formaros una idea del momentáneo y diminuto conflicto desarrollado entre los dos espíritus, el mío y el de este viejo, encorvado y ciego? Yo marcho hacia él henchido de generosidad y de simpatía; acaso voy a procurarle una ligera satisfacción con mi insignificante rasgo de altruismo; tal vez espero que de sus labios salgan palabras de agradecimiento. Y este viejecito, sereno, recogido sobre sí mismo, fuerte en su pobreza y en su soledad, vuelve sus ojos muertos y pregunta: «¿Qué quiere?»

-Doctor - le he dicho al ilustre miembro del Real Colegio de Cirujanos de Londres-; doctor, hemos visto ya esta tarde, encarnada en un labriego, una partícula del alma española, grandiosa y feroz; he aquí ahora, simbolizada en este viejecito, otra partícula de esa misma alma, resignada e indiferente. «No sé cómo queremos vivir, pues es todo tan incierto», decía Santa Teresa; y añadía en otra parte estas desconsoladoras palabras: «A la verdad, no vemos sino hasta mala ventura en los que se van tras estas cosas visibles.» Es decir, debemos apartarnos, abstraernos, huir de todo lo que nos rodea, de todas estas cosas visibles; debemos encerrarnos en nosotros mismos, como en una torre inaccesible a los clamores y a las exigencias del mundo; debemos, en fin, cuando se nos excite a vivir con nuestros contemporáneos y a seguir la marcha incontrastable de la vida universal, preguntar como este viejecito, desde nuestra pobreza y nuestra soledad: «¿Qué quiere?» España, pobre, resignada, indiferente, ¿no ha pasado los últimos tres siglos, doctor, preguntando a Europa qué quiere?

-Well and good! - ha exclamado el insigne doctor, lleno de entusiasmo, y nos hemos dirigido en busca de nuestro yantar nocturno".
Así es como también el blogger, con diecinueve años cumplidos, mira y dice a esos que vienen a invitarlo a pasar a Facebook, Twitter o Instagram: “¿Qué quiere?”

sábado, 19 de agosto de 2023

Segundas partes...

"Pedro Páramo" es para mí la segunda parte de Juan Rulfo. "El llano en llamas" fue la primera y como, a pesar de ser terrible, me gustó, tiene su entrada aquí.

Pero "Pedro Páramo" no me gustó tanto. Los fantasmas mexicanos no me van. Eso del realismo mágico está lejos de ser de mis cosas favoritas.

El pasaje que sugue sí me gustó (duro, pero con su final "doncamilesco"):
"Hay aire y sol, hay nubes. Allá arriba un cielo azul detrás de él tal vez haya canciones; tal vez mejores voces . . . Hay esperanza, en suma. Hay esperanza para nosotros, contra nuestro pesar.

"Pero no para ti, Miguel Páramo, que has muerto sin perdón y no alcanzarás ninguna gracia."

El padre Rentería dio vuelta al cuerpo y entregó la misa al pasado. Se dio prisa por terminar pronto y salió sin dar la bendición final a aquella gente que llenaba la iglesia.

-¡Padre, queremos que nos lo bendiga!

-¡No! - dijo moviendo negativamente la cabeza. No lo haré. Fue un mal hombre y no entrará al Reino de los Cielos. Dios me tomará mal que interceda por él.

Lo decía, mientras trataba de retener sus manos para que no enseñaran su temblor. Pero fue.

Aquel cadáver pesaba mucho en el ánimo de todos. Estaba sobre una tarima, en medio de la iglesia, rodeado de cirios nuevos, de flores, de un padre que estaba detrás de él, solo, esperando que terminara la velación.

El padre Rentería pasó junto a Pedro Páramo procurando no rozarle los hombros. Levantó el hisopo con ademanes suaves y roció el agua bendita de arriba abajo, mientras salía de su boca un murmullo, que podía ser de oraciones. Después se arrodilló y todo el mundo se arrodilló con él:

-Ten piedad de tu siervo, Señor.

- Que descanse en paz, amén -contestaron las voces.

Y cuando empezaba a llenarse nuevamente de cólera, vio que todos abandonaban la iglesia llevándose el cadáver de Miguel Páramo.

Pedro Páramo se acercó, arrodillándose a su lado:

-Yo sé que usted lo odiaba, padre. Y con razón. El asesinato de su hermano, que según rumores fue cometido por mi hijo, el caso de su sobrina Ana, violada por él según el juicio de usted; las ofensas y falta de respeto que le tuvo en ocasiones, son motivos que cualquiera puede admitir. Pero olvídese ahora, padre. Considérelo y perdónelo como quizá Dios lo haya perdonado.

Puso sobre el reclinatorio un puño de monedas de oro y se levantó:

-Reciba eso como una limosna para su iglesia.

La iglesia estaba ya vacía. Dos hombres esperaban en la puerta a Pedro Páramo, quien se juntó con ellos, y juntos siguieron el féretro que aguardaba descansando sobre los hombros de cuatro caporales de la Media Luna. El padre Rentería recogió las monedas una por una y se acercó al altar.

-Son tuyas -dijo-. Él puede comprar la salvación. Tú sabes si éste es el precio. En cuanto a mí, Señor, me pongo ante tus plantas para pedirle lo justo o lo injusto, que todo nos es dado pedir . . . Por mí condénalo, Señor.

Y cerró el sagrario. Entró en la sacristía, se echó en un rincón, y allí lloró de pena y de tristeza hasta agotar sus lágrimas.

-Está bien, Señor, tu ganas -dijo después.

sábado, 12 de agosto de 2023

Dilemas de bibliófilos (¿o acaso "librómanos"?)

La librería es cara pero tiene algo en sus anaqueles que la hace satisfactoria. Tiene libros usados pero el alquiler que pagan los dueños debe ser caro y la zona permite que vendan los libros a un diez o veinte por ciento más. Su interior es relativamente agradable y siempre descubro alguna cosita en sus anaqueles. Aunque no compre, siempre leo nombres de autores que me gustan en los lomos y eso es agradable. Hay librerías mucho más grandes con lomos más coloridos pero que no me dicen nada. Será que me gustan los clásicos y acá están.

Los que atienden, sean o no los dueños, no son de lo más simpático. Es mucho más agradable, en ese aspecto, otra librería que está más allá (y también tiene libros muy interesantes, aunque no tantos antiguos, pero si lindos libros nuevos y caros). Pero esta "está más cerca" y eso le permite ganar por oportunidad. Además ver sus anaqueles es un poquitito más cómodo que en la de más allá. Lástima por la de allá, tiene su atractivo. Pero yo todavía tengo muchos clásicos por leer. Y esos se consiguen mejor en usado. Y comprar libros usados es mejor, es como llevar perritos de la perrera en vez de comprar nuevos de pedigrí. Y es más ecológico.

Hay algo melancólico, de todos modos, en comprar libros usados… ¿Quién los dejó? ¿Quién los abandonó? ¿Quién sabe qué abuelo de San Isidro tenía en sus estantes esa hermosa edición a dos tomos de Los Hermanos Karamazov, de hojas finas con borde verde, tapa dura y señalador de cintita incorporado? Quizás un día los sátrapas de sus hijos o nietos se deshicieron de la biblioteca solo para poder vender la casa, para que se demuela y se haga un edificio de departamentos…

Yo me hago del libro y creo hacer un bien al sacarlo del "refugio de perritos abandonados" pero no soy más que un eslabón más de esa triste cadena final. No sé si estoy a la altura de darle justamente un buen final a esa historia, no sé si solo me dejo llevar por un apetito desmedido de compra de libros. "No tanto en este caso, quizás", me consuelo, porque tengo una excusa. Es un regalo para ella. Ella quería una edición con letra más grande, ya que no podía con la pocket. Ella es fan del ruso. Y quería leer éste. Uno de los pocos que no había leído de cabo a rabo.

Ella me lo había regalado a mí. El pocket. Ese es otro problema. Ahora tenemos dos ejemplares y no podemos deshacernos de uno (regalárselo a quien no tenga, por ejemplo) porque ambos son regalos. A mi pocket además yo le había hecho una cajita de cartón para que no se vaya deformando en las estanterías…

(...)

J. J. D. es un señor con un currículum muy respetable en lo que a libros se refiere y siempre tuve mucho respeto por su opinión de que a los libros no hay que hacerle marcas o "escribirlos"; aunque sigo sin estar de acuerdo con él y los marco.

Yo, en cambio, no puedo soportar cuando le doblan la esquinita de una hoja a modo de señalador. ¡Qué cosa más desagradable! Cuando compro un usado y encuentro eso (por suerte nadie en casa tiene esa horrible costumbre) lo primero que hago es enderezar esa esquinita.

No sé qué opina el señor J. J. D. de esto y no entiendo cómo puede indignarse tanto de que alguien haga marquitas en un libro. Para entenderlo quizás deba imaginarme que siente algo parecido a lo que yo siento cuando veo las puntitas dobladas...

Aclaraciones posteriores: jamás podría yo marcar un libro con birome o hacer subrayados; lo que a mi gusto es tolerable son las marcas laterales y con lápiz negro tenue.

domingo, 6 de agosto de 2023

Mejor apáguelo

A la mundana frase que reza "mis derechos terminan donde empiezan los derechos de los demás" mi profesor de Antropología Filosófica la reformulaba así: "mis derechos terminan donde empiezan mis deberes". Con esto nos quería advertir sobre esa falsa "libertad" de poder hacernos mal a nosotros mismos.

En la parroquia se ha cambiado el aviso "apague su celular" por el nuevo "silencie su celular" y creo que ahí retrocedimos en aquel sentido. Somos más liberales en nuestras normas o recomendaciones. A diferencia del apagarlo, silenciar el celular solo evita molestar a los demás, pero no nos detiene de estar pendientes del aparato y así dispuestos para más interrupciones durante la celebración.

Recomendemos por el bien de cada fiel mismo, y no solo para que no moleste a los vecinos: "apague su celular".

sábado, 5 de agosto de 2023

Río Las Chacras

 

Después de haber leído Dersú Uzalá fue difícil no sentirse un explorador en Los Hornillos, Córdoba.

“Estudiamos” el Río Las Chacras, que me parece que a pesar de su nombre no es más que un arroyo. En dos caminatas por el lecho, una aguas abajo y otra aguas arriba, recorrimos todo el trayecto que va desde la altura del Mirador Bella Vista, al este, hasta la intersección del río con el último camino que baja desde el pueblo, al oeste. Registramos el recorrido en Wikiloc. En el mapa de esta entrada es la franja VIOLETA.

Hicimos el sendero peatonal “El Chingolo”, que acompaña al Río de las Chacras en la franja VERDE. Ese sendero es fácil y tiene la hermosa vista de las sierras que se ve siempre desde la ruta a la altura de Quebrada de los Pozos.

Me gusta unir estas cosas con recorridos de otros años y proyectos no cumplidos para completar una especie de “exploración” completa del Río de las Chacras.

En AMARILLO en el mapa se ve la parte final del río que acompañamos años pasados por los caminos más cercanos que hay para autos. El Río de las Chacras termina cuando desemboca al oeste en el Río Las Tapias. Esa desembocadura está ahí nomás del extremo del sendero El Jilguero, que también supimos hacer antaño.

En ROJO se ve un fragmento también muy accesible por sendero peatonal que no hicimos, desde la entrada de una reserva hasta la Piedra Encajada (el día anterior al último que teníamos habíamos hecho el Balcón Norte del Parque Condorito y estábamos fundidos).

Por último los tramos en punteadas. El PUNTEADO CELESTE era el proyecto de seguir por el lecho del río y llegar a conectar con el sendero El Chingolo. Pero hubieran sido necesarias, a nuestro ritmo, dos horas más de caminar agachándose y por las piedras.

Y el PUNTEADO VIOLETA hubiera conectado el viaje por el lecho con la reserva. Mismo problema que el del punteado anterior. Y la vegetación estaba muy enredada.

Queda sin colorear el tramo desde la Piedra Encajada hasta la naciente.

En la foto que sigue, los exploradores en la confluencia del Río de las Chacras con un afluente de nombre desconocido…



miércoles, 2 de agosto de 2023

Tortugas de ida y de vuelta


Soy hincha de Tortugas, en oposición a Leones. Ambos son aproximadamente la mitad del camino entre mi casa y Traslasierra. Pero Tortugas es un ACA con un espacio verde relajante, mientras que Leones es una mega estación de autopista. Y solo pago seis o siete minutos más por la tranquilidad de Tortugas. Porque hay que salir de la autopista, claro. Pero siete minutos no es nada en la dimensión de las vacaciones.

Si no hay emergencias, sabemos llegar de un tirón a Tortugas. Pero la segunda mitad no la hacemos de un tirón porque a rigor de verdad son unos kilómetros más que la mitad, todos ya estamos más cansados y Alta Gracia es una parada tentadora, una buena introducción al periplo de las altas cumbres.

Pero lo que logramos este año fue hacer, a la inversa, también la “mitad larga” de un tirón. Los Hornillos-Tortugas. 435 kilómetros sin parar. Ni por nafta, ni por baños, ni por nada. Es decir que Tortugas también fue escala de regreso, cosa nunca antes vista. Ella preparó unos sanguches e hicimos un poco de birdwatching (de ahí la cotorra que ilustra la entrada). Nunca mejor preparados para la segunda y final etapa, que fue non-stop hasta nuestra casa.

Algunos otros cambios del viaje en estos once años (en que fuimos cuatro veces a Traslasierra, tres en verano, una en invierno) son:

- Hay un nuevo tramo del Camino de las Altas Cumbres que arranca desde Falda del Cañete. Eso te permite evitar el camino que sale de Falda del Carmen por el observatorio. Aquel nuevo tramo tiene curvas más relajadas que este último.

- Desde Buenos Aires hacia Traslasierra, Google te tienta a evitar Alta Gracia y tomar circunvalación sur de Córdoba para luego bajar y tomar por Falda del Cañete. Pero no hay ganancia significativa de tiempo y la omisión de Alta Gracia le quita justamente mucha gracia al viaje.

- La costanera del arroyo Alta Gracia o Chicamtoltina está "producida". Tiene barandas de madera que ya no te dejan bajar con el auto hasta la ribera misma. Conservará mejor el césped, quizás, pero le saca espontaneidad.

martes, 4 de julio de 2023

Alternativa a "El pescador y el pez"

En Dersú Uzalá menciona Arséniev el cuento “El pescador y el pez” de Pushkin, que fui a leer. Y cuando lo leía imaginaba otro final (que requeriría algunas modificaciones en el desarrollo, claro, y tendría otro mensaje).

En el original, el pez es una especie de mago de la botella que cumple deseos. La esposa del pescador quiere (y pide a través de su marido) cada vez más cosas, bienes y posición social. El mar se encrespa cada vez más. En un momento ella pide el deseo que hace que “estalle la paciencia” del pez: quiere ser dueña del mar y del pez mismo. La avaricia rompe el saco, decían por ahí. El pez entonces le quita todo, devolviéndola a su pobreza original (no puedo evitar el imaginarme cinematográficamente ese remate, con la aparición del balde roto con el que empezó todo, ¡plop!, casi como si estuviera todavía terminando de tambalearse para quedar parado: tiqui-tiqui-tiqui-tic…).

En mi final alternativo el pez también la devuelve a la señora a la pobreza original, pero con una sutil diferencia que hace que él, al hacerlo, no quebrante su promesa (la de darle siempre lo que le pida)...

Modificación del desarrollo necesaria: Habría que mostrar que la vida humilde que tenía antes la esposa la hacía dueña de ir cuando quisiera al mar, quizás hablar también ella también con el pececillo, etcétera. En cambio con los lujos y posición social que había adquirido, la mujer había perdido eso (tenía compromisos, tenía que cuidar sus bienes, no podía disfrutar tranquilamente del mar cuando quería).

Entonces el pez efectivamente cumple el último deseo de la mujer, pero lo hace de una forma ingeniosa: quitándole todo. Al quitarle todo le devuelve la libertad para disponer del mar y hasta la posible compañía del pez cuando ella quisiera. La hace pobre, pero verdaderamente dueña de aquello que había perdido.

lunes, 26 de junio de 2023

Sixpence None the Richer

Hace unos años me grabé unas canciones del grupo norteamericano “Sixpence None the Richer” (debo haber llegado a ellos por algún cover, seguramente de Pomplamoose). Como me intrigaba el nombre, averigüé que se lo pusieron por un texto de Lewis, de “Mere Christianity” más precisamente. Supongo que sería esta parte:
Every faculty you have, your power of thinking or of moving your limbs from moment to moment, is given you by God. If you devoted every moment of your whole life exclusively to His service you could not give Him anything that was not in a sense His own already.
So that when we talk of a man doing anything for God or giving anything to God, I will tell you what it is really like.
It is like a small child going to its father and saying, 'Daddy, give me sixpence to buy you a birthday present'. Of course, the father does, and he is pleased with the child's present. It is all very nice and proper, but only an idiot would think that the father is sixpence to the good on the transaction”.
Entonces releí sus letras de otra manera. No puede uno dejar de imaginarse una metáfora religiosa en canciones como “Breathe your name” o Melody of you. Esta última es mi favorita. El autor es Matt Slocum. Dice:
You're a painting with symbols deep
A symphony, soft as it shifts [from] dark beneath
A poem that flows, caressing my skin
In all of these things you reside and
I want to flow from the pen, bow, and brush
Then paper, string, and canvas touch
With ink in the air to dust your light
From morning 'til the black of night

This is my call, I belong to You
This is my call to sing the melody of You
This is my call, I can do nothing else
I can do nothing else

You're the scent of an unfound bloom
A simple tune, I only write variations to
A drink that will knock me down to the floor
A key that will unlock the door
Where I hear a voice sing familiar themes
Then beckons me weave notes in between
A bow and a string, a tap and a glass
You pour me, 'til the day has passed
No tengo mayor conocimiento de otras canciones y no leí “Mere Christianity” así que no puedo profundizar en más relaciones o inspiraciones.

Grupo de música aparte, el texto de Lewis que cité me hace pensar una cosa. Me pregunto si Lewis no dirá algo, antes o después, sobre otra relación que se puede desprender del texto citado. Por ejemplo, los sixpence que el niño da al padre, por ser del padre y venir de él, reflejan también en cierto modo aquel agustiniano “Da lo que mandas, y manda lo que quieras”. Porque, ¿qué podemos darte si Tú no nos lo das antes? O si no nos das las fuerzas para hacerlo.

miércoles, 21 de junio de 2023

Breve sobre Moby Dick

Moby Dick es un tratado. Es casi como un libro de Julio Verne, donde gran parte de la obra trata de cuestiones científicas. Conocía a Melville por su “Bartleby”. Me gusta como escribe. Es notable cómo sabe tantas cosas históricas y las usa para hacer descripciones comparativas. En eso es más rico que Verne, me parece.

La historia en sí, si prescindimos de todas esas cosas, es muy simple. No está mal pero es tan corta la aparición de Moby Dick que casi pienso que el libro debería llamarse “El Capitán Ahab”. O “El Capitan Ahab y Moby Dick” al menos.

Decía Eugenio D´Ors en un texto que leímos al inicio de año (el apartado era sobre Campoamor): "Campoamor plugo a aquellos días que se gozaban de Julio Verne. Sucedió después una generación que aprendió a leer a Julio Verne, saltando las descripciones científicas, y a Campoamor, saltando la lección de filosofía moral. Como si prescindimos de estos elementos, poca cosa, realmente, puede quedarnos, pronto apareció otra generación, una promoción tercera, que dejó de leer al uno y al otro, en absoluto". Algo así parece que podría pasar con Moby Dick (si no pasó ya).

Sin recortes, mi edición de Moby Dick resultó ser desastrosa. Desastrosa en traducción y llena de errores de imprenta. Aún así fue una compañía agradable de tener entre manos.

Nantucket se me hizo una palabra familiar, un lugar de esos de los que pensás: “aunque nunca conozca España o Italia, me gustaría conocer este lugar”. Y la vida en el mar aumentó su aura misteriosa, su calidad para mí de mundo fantástico al que nunca accederé salvo que mi vida diera un vuelco rotundo.

martes, 9 de mayo de 2023

Del norte, lo sur

I'm missing that southern comfort
Deep water, I'm going under
Counting down, my days are numbered
Gimme, gimme that southern comfort
Left my soul in the Nickajack
God willing, I'll find my way back
Counting down, my days are numbered
Gimme, gimme that southern comfort…
(Larkin Poe)

Me gusta “lo sur” norteamericano. Mal reputado y derrotado en la historia con la excusa de la esclavitud, pero tan de su tierra, tan él. Las tierras que tienen folklore merecen la pena, son tierras bien vividas (anotá). Intentemos una recopilación muy personal.

Sin duda los relatos de Faulkner son “lo más”. La música de los Allman Brothers “lo otro más”. No soy fan pero es inevitable mencionar (y me leí los “Cuentos completos”) a Flannery O’Connor. Y toda la música que abreva en los Allman hasta la flamante Tedeschi Trucks Band. Y me hice amigo también de David Rawlings y Gillian Welch. La pena hecha canción es la música que más me llega; quién sabe qué penas propias arrullo con ella, como no sea sino la angustia de volver hacia donde vinimos.

jueves, 4 de mayo de 2023

Crucigramas

Si bien mi abuela hacía crucigramas (palabras cruzadas, las cruzadas), tengo un recuerdo de gran sabor ("Yo recuerdo una edad prometida del gozo; / ha dejado en mi lengua un entrañable / sabor de paraíso") de una época en que fuimos con mi amigo D. a Mar del Plata. Él me inició en las revisitas de juegos, donde no solo había crucigramas, sino todo tipo de acertijos. Hace unos días me surgió de golpe la necesidad de hacer alguno que otro y mi hija me prestó una revista que tenía desde hace unos veranos. Y ahí me enganché con un "autodefinido", que es como un crucigrama pero con las definiciones embutidas en los mismos cuadraditos (en los negros, los que no llevan letras). Y de golpe me vinieron ganas de hacer de esos. Terminé los de esa revista, compré una finita y ahora una gruesa como seis revistas juntas. Hasta ahora el asunto era lograr hacer alguno de punta a punta sin fallar y, obvio, sin consultar al diccionario (léase: buscar en Google). Pero en esta última revista la cosa se puso más difícil. Solo uno pude hacerlo de pe a pa. Y creo que es momento de, en vez de acertar, buscar. Exprimir un poco el balero pero al final, cuando ya se sabe imposible, buscar. Así durará más la actividad y tendré librito para años. Y no voy a decir: "y así se aprenden palabras" porque las palabras se aprenden usándolas y porque los crucigramas no tienen una finalidad útil, se hacen por el placer de hacerse. Las utilidades se las busca el que está intranquilo pensando que pierde el tiempo, el que debe justificarse, y así. Cuando los hacíamos con mí amigo D., él estudiaba para Analista de Sistemas y se decía que los crucigramas eran un pasatiempo muy común entre esa laya de gente (de la cual él después resultó no ser, aunque se haya recibido).

martes, 2 de mayo de 2023

La Antártida es el futuro

La Antártida es el futuro. Cuando la sociedad ya haya aprendido a cuidar el planeta, en una época postindustrial, dentro de miles y miles y miles de años, la Antártida ya estará bastante derretida y calentita y podremos ir a vivir ahí. Van a entrar todos. Además no todo el planeta se mudará. Hay zonas árticas que también serán habitables. Quizás por ese entonces ya haya alguien viviendo en la Luna o en Marte, algún muchacho llamado AJQ437, descendiente en línea recta de Elon Musk. Pero va a envidiar a los antárticos, ¡y cómo! Mirá, no sé si quizás no abandone su planeta para volver a la Tierra. (“Mars ain´t the kind of place to raise your kids, in fact is cold as hell…”). El mismo Capitán Beto, cansado de buscar el Cielo en este universo, va a volver a la Tierra. De pasada se lo va a traer al Major Tom, que seguía flotando por ahí. Y los esperará el Space Captain, ese que se enamoró una vez de la Tierra y nunca la dejó. Tendrán un ranchito sombreau ‘e higueras ahí al norte de la Tierra de la Reina Maud. La Antártida está en el freezer esperando el día justo. La Antártida es el futuro.

PS: Desde la Antártida saldrán las misiones a limpiar el planeta y toda la basura se cargará en enormes paquebotes espaciales con destino a planetas depósito. ¿Para qué vamos a trasladar humanos a otros planetas si es más fácil trasladar basura? Me parece que no la vieron esa en la NASA.

viernes, 14 de abril de 2023

"Eras lindo por lo feo"

(5/4, Miércoles Santo 2023)

Comer en esta esquina me trae lindos recuerdos de la juventud.
Fea y ruidosa esquina. Al darme cuenta de esto siento el alivio de saber que conservo el gusto por lo bello (se debe conservar el gusto por lo bello, como forma de no degradarse), pero también siento la satisfacción de saber que no todo lo bello es lo visible.

Quizás es lo que quiso decir Vacarezza (y cuánto mejor lo dice la poesía, el lenguaje "inexacto") cuando dijo de otro barrio:

"¡Villa Crespo!... Barrio reo,
el de las calles estrechas
y las casitas mal hechas
que eras lindo por lo feo"

(No creo que haya una especie de morbo o degradación del gusto allí, sino una influencia de otras cosas sobre la mera percepción de la apariencia exterior. La influencia de recuerdos, emociones, vida vivida en ese lugar. Mi abuela recitaba esto; ella era de allí; creo que sé lo que digo).

Y que sea "inexacto" el lenguaje que describe bien esto (¡y que describe bien toda la vida!), prueba que la exactitud está sobrevaluada. Que la realidad es mucho más compleja que como la describe un expresión científicamente perfecta, mucho más compleja también que como la describen los que se conforman con lo tangible (sin el alma, sin el espíritu), los que se conforman con no ser felices o no querer vivir para siempre o no querer amar para siempre.

El día se presta, como hace tiempo no lo hacía, para estar atento a estas cosas.
Dejo la esquina y una cuadra se pone linda también de aspecto.
Caminar por una linda vereda, un lindo día, está olvidado. Haría tan bien a las personas. (Y justificaría una vez más el hecho de que tenemos que seguir haciendo lindas veredas y lindas cosas). Pero tenemos tantas actividades estimulantes que está embotada nuestra percepción y nos olvidamos de las más sencillas. De esas que recetaban los doctores de antes. El aire de la montaña, unos días junto al mar…

sábado, 8 de abril de 2023

"El que se ha bañado..."

Cuando Pedro pide compartir la suerte de Jesús con ese rapto apasionado en que le pide que entonces no solo le lave los pies sino también las manos y la cabeza, Jesús dice:
"El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos" (Jn. 13, 10)
Cuando escuché la Palabra el jueves me dije que no puede ser que la frase de "el que está limpio solo tiene que lavarse los pies" sea solo una aclaración higiénica que use luego para metaforizar, trocando inmediatamente y casi burdamente el sentido de la palabra limpio en algo espiritual para referirse a Judas.

Por eso fue satisfactorio leer en el Jesús de Nazaret de Joseph Ratzinger Benedicto XVI que esas palabras de Jesús son algo enigmático.
“La respuesta de Jesús, una vez más, resulta enigmática: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio» (13,10). ¿Qué significa esto?

Las palabras de Jesús suponen obviamente que los discípulos, antes de ir a la cena, habían tomado un baño completo y que ahora, ya a la mesa, sólo hacía falta lavarles los pies. Está claro que Juan ve en estas palabras un sentido simbólico más profundo, que no es fácil de identificar. Tengamos presente ante todo que el lavatorio de los pies -como ya hemos visto- no es un sacramento particular, sino que significa la totalidad del servicio salvador de Jesús: el sacramentum de su amor, en el cual Él nos sumerge en la fe y que es el verdadero lavatorio de purificación para el hombre.

Pero el lavatorio de los pies adquiere en este contexto, más allá de su simbolismo esencial, también un significado más concreto que nos remite a la praxis de la vida de la Iglesia primitiva. ¿De qué se trata? El «baño completo» que se da por supuesto no puede ser otro que el Bautismo, con el cual el hombre queda inmerso en Cristo de una vez por todas y recibe su nueva identidad del ser en Cristo. Este proceso fundamental, mediante el cual no nos hacemos cristianos por nosotros mismos, sino que nos convertimos en cristianos gracias a la acción del Señor en su Iglesia, es irrepetible. No obstante, en la vida de los cristianos, para permanecer en una comunión de mesa con el Señor, este proceso necesita siempre un complemento: el lavatorio de los pies. ¿Qué significa esto? No hay una respuesta absolutamente segura. Pero me parece que la Primera Carta de Juan indica el buen camino y nos señala cuál es su significado. En ella se lee: «Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos lavará de nuestros delitos. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos mentiroso y no poseemos su palabra» (1,8ss). Puesto que también los bautizados siguen siendo pecadores, tienen necesidad de la confesión de los pecados, que «nos lava de todos nuestros delitos».

domingo, 19 de marzo de 2023

Estamos en cuaresma, pero la entrada es de Faulkner y Hemingway

(No lo iba a poner, pero la segunda lectura de hoy me dijo que quizás no era inoportuno: "Sepan discernir lo que agrada al Señor, y no participen de las obras estériles de las tinieblas; al contrario, pónganlas en evidencia". Ef. 5, 10-11).

Cuando no se meten con las relaciones con las mujeres, Faulkner y Hemingway hacen un lindo trabajo. Incluso Hemingway, cuando sus personajes reflexionan sobre lo desquiciado que están, parecen honestos. Pero las escenas desquiciadas son insufribles. (En ambos). Por eso me gusta "Los Invictos", del primero. O "El viejo y el mar", del segundo. Porque no describen tanta de esa porquería.

Tenía en mente que Hemingway era más moderno, por la libertad para decir más cosas transgresoras, pero veo que son casi exactamente contemporáneos. Quizás su desvergüenza le venga de su personalidad y de ser más cosmopolita, como me hizo ver este artículo.

Como persona creo que me caería mejor Faulkner. Aunque quizás solo lo diga porque me cae algo mal Hemingway, sin encontrar nada en particular en Faulkner. Lo que sí, prefiero el sur al norte. O un lugar al mundo.

miércoles, 8 de marzo de 2023

Un libro y un disco (como una muchacha y una guitarra)

Parece haber encarrilado el libro. De Hemingway. Y en música estoy estrenando unos in ear Sennheiser. Y los estoy estrenando a ellos con "Eat a peach", disco de 1972 de los Allman Brothers. Todo muy norteamericano. Muy sur (me gusta). Por eso quizás haya sido útil decir que los auriculares eran Sennheiser. Corta un poco.

El "Mountain Jam" lo acompañé con un poco de "Islas del Golfo". No me gusta hacer eso. A la música hay que prestarle atención. Pero a veces uno está muy ansioso (o como se llame) y no puede. Y la deja ahí a la música, de fondo, y se pone a leer. Entonces, muchas veces, la música se hace notar sola. Dice una palabra especial que se destaca del resto y hace que uno le preste atención. Y deja el libro y la escucha.

Pero no quise decir todo eso. Solo quería decir que es confortable tener un libro en curso. Y un disco también. Sí, señor. (Como Sandro tenía una muchacha y una guitarra, digamos).

Y el señalador, una tarjeta comercial de una casa de seguridad industrial, le queda al pelete. Al libro.

Sabía que me iban a gustar los Allman Brothers. Lo que pasa es que yo empecé por la Tedeschi Trucks Band. Pero alguna vez iba a ir hacia atrás. En general me cuesta escuchar a los viejos famosos. Prefiero nuevos originales. Pero lo viejo te hace entender todo.

(No sé si esto que dije recién es exactamente lo que siento. Me salió así. “Te hace entender”. ¿Qué quiere decir? ¿Le resta originalidad a lo nuevo porque ves que algo así ya existía antes o te hace ver una interesante evolución? No sé, se me fue la idea. Igual lo voy a dejar escrito. Por si acaso alguien lo entendiera a pesar de mí).

sábado, 25 de febrero de 2023

Encuentro con D'Ors

El tomito de "El valle de Josafat" es de 1921 (¡!) y lo rescate de una librería de usados (que son como los refugios de perros; de allí es de donde que habría que adoptarlos en vez de comprar de pedigrí).

Leer algo de Eugenio D'Ors mientras escucho a la hinchada de Tigre cantando en el estadio es una combinación parecida a aquella de leer a Henry James mientras hacía papas hervidas.

Es muy curioso que la primera sensación que tuve al leer a D'Ors haya sido similar a las que tuve leyendo a Chesterton. No es que me hayan resultado parecidos, ¡qué locura decir eso! La similitud está en mis sensaciones, ya lo dije. Es en ambos casos estar frente a algo que intuyo genial aunque no siempre logre comprenderlo plenamente. Y esto es curioso no solo por el hecho de que sean ellos tan diferentes sino más aún porque encontré en Internet un texto que indicaría que D'Ors denostaba terriblemente a Chesterton.

Pero voy viendo que D'Ors denostaba a varios personajes famosos y eso empobrece mucho mi opinión sobre él. A pesar de que diga genialmente las cosas. Chesterton me parece una persona infinitamente superior, si es que eso se puede decir. ¡Y creo que se hubiera enojado mucho al leer lo que dijo D'Ors sobre Dickens!

Hay quien dice "no me gusta lo que dice tal autor". Y si en el futuro ese autor resulta valorado, el que opinó primero no queda como un necio. En cambio cuando alguien trata de calamidad o enemigo al que después resulta aceptado, ese sí queda como un necio y pone a la luz sus limitaciones. Me río cuando D'Ors crítica a Soloviev, porque recuerdo que Juan Pablo II lo pone a Soloviev entre autores que han hecho un gran aporte a la causa de comunión entre la fe y la razón (aclarando que no por eso está de acuerdo con todo lo que dice; eso lo pueden leer en la "Fides et ratio").

Les dejo algunos fragmentos que marqué mientras leía:

Todas las más bellas cosas han sido hechas sobre la tierra en colaboración con alguna fuerza restrictiva. Las mejores geórgicas nacieron en una sociedad de exigente etiqueta; las mejores sátiras, bajo la tiranía; los mejores heroísmos, por obra de la pobreza. Así, las mejores conversaciones que atraviesan los siglos están tejidas en colaboración con la timidez
(En el texto sobre Joseph Addison, escritor y político británico del mil setecientos)

Creen las gentes vulgares que Mantegna es seco y frío, porque las gentes vulgares no saben que la razón es también una pasión”.
(Sobre el pintor Mantegna)

Cuando uno ha llevado a término una empresa como la del Parnaso o como la de la clasificación de las aves, el espíritu se siente orgulloso y melancólico para toda la vida
(Sobre el pintor Mantegna, relación con el naturalista Linneo)

"Campoamor plugo a aquellos días que se gozaban de Julio Verne. Sucedió después una generación que aprendió a leer a Julio Verne, saltando las descripciones científicas, y a Campoamor, saltando la lección de filosofía moral. Como si prescindimos de estos elementos, poca cosa, realmente, puede quedarnos, pronto apareció otra generación, una promoción tercera, que dejó de leer al uno y al otro, en absoluto" (En el texto sobre Campoamor)

"Felipe II era acreedor biológicamente a una cierta cantidad de gracia. La naturaleza -vengadora de la molestia de los límites morales- le desposeyó de aquel don y se lo regaló a don Juan de Austria. A menudo parece que si Felipe y Juan hubiesen repetido el pacto de Esaú y Jacob, si el primero hubiese cedido al segundo su derecho de legitimidad con todas las maravillas anejas, España y Europa, y las Indias y la Invencible, y el oro de América, a cambio de un plato con las sobras de aquella gracia, habría hecho un buen negocio".
(Sobre Juan de Austria)

Hay que espolear al verso para llegar a decir con él una cosa concreta; por el contrario, hay que refrenar la prosa cuando no se quiere decir con ella inmediatamente una cosa concreta
(En el texto sobre Cervantes)

No todo el mundo es capaz de comprender el heroísmo que existe en cargarse de razón”.
(En el texto sobre Guillermo Tell)