martes, 15 de diciembre de 2015

Meu meniño

Un nuevo éxito para nuestro exclusivo catálogo de canciones de cuna.

Si no me equivoco (lo escuché por allí, con mi torpísimo oído catalán) la cosa es así: La abuela paterna de Sílvia Pérez Cruz les cantaba a sus hijos (padre y tíos de Sílvia) una canción popular de su zona, Galicia. Esa canción se la cantaban luego ellos, los hijos, de grandes, a su madre. Entonces, cuando el padre de Sílvia muere, un hermano escribe unas palabras en donde dice que, uno ya en el cielo con ella, y los otros desde este mundo, le siguen cantando juntos a la madre.

Sílvia le puso música a esas palabras del tío, y las unió con el canto popular. Resultó así esta cosa, que cantada es muy hermosa:

(Botón derecho sobre este CLIC, e izquierdo sobre “abrir en otra ventana”. Para que al fondo vaya sonando, y abajo lean la nana).

Meu meniño

Pero, o mellor, atópase coa mai nun ceo que il nunca imaxinou e quétanse as cariñas das súas almas de nenos, mentres il, o seu meniño, cántalle a canción que lle cantabamos sempre os tres irmaus. Hoxe pensa que lla cantará il soliño, pero non sabe que nos, a modiño, farémoslle, desde eiquí, un dúo de cegos.

"Miña nai, miña naiciña,
como a miña nai, ninguna,
que me quentaba a car(i)ña
co caorciño da sua.
Co caorciño da sua
o corpiño me quentaba,
e deitábame no berce
e a biquiños me arrulaba"

(Traducción imperfecta:

Mi niño

Pero, lo mejor, se encuentra con la ¿madre? en un cielo que nunca imaginó y ¿se miran? las caritas de sus almas de niños, mientras él, su niño, le canta la canción que le cantábamos siempre los tres hermanos. Hoy piensa que se la cantará solo, pero no sabe que nosotros, ¿de cierto modo?, le haremos, desde aquí, un dúo de ciegos.

"Mi madre, mi madrecita,
como mi madre, ninguna,
que me calentaba la ¿carita?
con el calorcito de la suya.
Con el calorcito de la suya
el cuerpito me calentaba
y me acostaba en la cuna
y a besitos me arrullaba”.)

Y por si se lo preguntaron, les cuento que las voces que hacen a coro la canción popular son las de los mismos tíos de Sílvia.

domingo, 6 de diciembre de 2015

Tristeza y un disco

Todas las cosas se entrelazan. El disco “11 de noviembre” vuelve en el momento justo para triunfar. Como los temas de Sílvia Pérez Cruz son en su mayoría de penas, y esta época familiar es de penas, encajan justo. Las penas bien cantadas no nos ahogan en la pena. (Ya hablamos alguna vez de los beneficios de las canciones tristes).

Nunca había podido apreciar este disco (que en realidad no tenía sino copiado de Internet), ahogado su propio tiempo entre los geniales videos de las presentaciones en vivo de Sílvia y el nuevo “granada”. Pero ahora mi hermano me trajo el original, y ese librito lleno de las letras, de ilustraciones, de presentaciones y agradecimientos, hizo que el disco se transforme en uno de los mejores del año y de la discoteca.

Fue justamente la muerte del padre lo que hizo que esta cantautora se lance a este nuevo disco, todo lleno de sus propias letras y en varios idiomas. Y en esta época en que el nacionalismo catalán agita la tranquilidad española, qué bueno escuchar que una catalana cante tantos idiomas ibéricos. Como dice el presentador del disco: “Hay quien considera que la Pérez Cruz maneja demasiados palos (copla, fado, bolero, jazz, flamenco…). Pero considera mal, ya que todos son necesariamente sinceros y pertenecen a su sangre. Salvador Espriú -poeta al que la mujer que nos ocupa ha cantado estremecedoramente- aplaudiría, entusiasta y discreto, la convivencia del catalán, castellano, gallego y portugués en una sola voz ibérica y plural”.

Elegir alguna canción para dejar acá no es fácil. Una de mis favoritas en catalán es “Pare meu”, que es la musicalización de Sílvia de un poema de María Cabrera. Otra es “Folegandros”, de su autoría: “Pregunta-li, canta-li, digue-li que no / que no sóc marinera i no bufa el vent”. Recientemente disfruto mucho de “Meu meniño”, esa especie de canción de cuna en gallego, a la que se le suma un fragmento tradicional hecho a coro muy lindo (me recuerda la voz de esos vascos antiguos que escuchaba mi papá). El portugués nunca fue de mi preferencia pero qué lindos esos versos de “Não sei”: “A saudade o que é? / É um coração todo feito de papel”. Y en español ya traje alguna vez la “Memoria de pez”. Pero el éxito en castellano es sin duda la hermosísima “Iglesias”: “Alergias de abril. / Besos de perfil. / Peregrino hacia el fin”.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Tristeza y Adviento

Tendrá que pasar el tiempo para que sanen las heridas de algunas tristezas. Para que en los corazones pueda hacerse lugar el sentimiento de gratitud por las personas que estuvieron con nosotros.

Quizás se pueda esperar algo de eso del Adviento. Porque preparándonos para la Navidad nos acercamos al misterio de la salvación. La Navidad es el comienzo de la historia de la salvación, es decir, el comienzo del fin de la muerte.

Así lo canta el "El cant dels ocells" (El canto de los pájaros), canción popular navideña catalana. Aprovechemos para escuchar esta versión de Sílvia Pérez Cruz y Raül Fernández Miró, en donde se hacen las siguientes estrofas:

(clic)
En veure despuntar el major lluminar en la nit més ditxosa,
els ocellets cantant a festejar-lo van amb sa veu melindrosa.
Al ver despuntar el mayor resplandor en la noche más dichosa
los pajaritos van a cantarle con su melosa voz.

L'àliga imperial pels aires va voltant, cantant amb melodia,
dient: 'Jesús és nat per treure'ns de pecat i dar-nos l'Alegria'.
El águila imperial va por los aires, cantando con melodía,
diciendo: Jesús ha nacido para librarnos del pecado y darnos la Alegría.

Cantava el passerell: 'Oh, que formós i que bell és l'Infant de Maria!'.
I lo alegre tord: 'Vençuda n'és la mort, ja neix la Vida mia'.
Cantaba el pardillo: ¡Oh, qué hermoso y qué bello es el Hijo de María!
Y el tordo alegre: Vencida ha sido la muerte, ya nace mi Vida.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Pensé que...

Verdadero progreso
El hombre estará mejor cuando el tercer mundo sea el primero…
El primero del que nos ocupemos.
(Siempre tendremos un tercer mundo con nosotros).

Cambios
Con el tiempo, con mucho tiempo, empezaron a aparecer poemas o canciones que no están del todo claros pero me gustan. Eso nunca, nunca me había pasado.

Respondiendo al amigo con intereses políticos
Yo no dejo que otros elijan por mí. Les pido que lo hagan.

Hablando con el amigo ateo
Sos una partícula infinitamente pequeña y marginal de un mundo inmensamente grande. Pero podés conocer intelectualmente ese mundo. En todo caso, como mínimo, sos un prodigio de la naturaleza.

Hambre de lectura
Leer descansado es como comer con hambre: se disfruta más. La diferencia está en el opuesto: no es bueno comer sin hambre, pero nada me impide tratar de leer unas páginas cuando estoy cansado.

jueves, 22 de octubre de 2015

Mens sana in corpore sano

La poesía es el campo de la intensidad y de lo esencial. Necesariamente conlleva una enseñanza de vida: educa el corazón y la mirada. Luego están los amigos que te regala, los momentos únicos, las memorias intensas…
(Enrique García-Máiquez)

El trabajo intelectual tiene este defecto: puede ser muy duro, pero como no hace sudar, no elimina nunca del cuerpo los tóxicos sobrantes. Las tristes alucinaciones mentales gastan las fibras, pero no os incitan a reponer vitalidad; un esfuerzo físico rejuvenece, un esfuerzo mental envejece. Os entran unas ganas irresistibles de sudar, de tirar de una cuerda, de sacar unos palangres, de remar. Por la tarde tenéis sueño; el cerebro rechaza cualquier obsesión, os entra el desfallecimiento delicioso de la felicidad. No se puede pedir una evasión más útil que la que produce un barco”.
(Josep Pla; dicen que de “Agua de mar”, yo lo leí en un volumen llamado “Historias del Ampurdán”)

viernes, 16 de octubre de 2015

Levantando la cabeza

“¿Nunca os ha sucedido, leyendo un libro, que os habéis ido parando continuamente a lo largo de la lectura, y no por desinterés, sino al contrario, a causa de una gran afluencia de ideas, de excitaciones, de asociaciones? En una palabra, ¿no os ha pasado eso de leer levantando la cabeza?”
[clic]

“––¿Ves? Ya te vas curando; ya empiezas a devorarte. Lo prueba esa pregunta. ¡Ser o no ser!..., que dijo Hamlet, uno de los que inventaron a Shakespeare.
––Pues a mí, Víctor, eso de ser o no ser me ha parecido siempre una solemne vaciedad.
––Las frases, cuanto más profundas, son más vacías. No hay profundidad mayor que la de un pozo sin fondo. ¿Qué te parece lo más verdadero de todo?
––Pues... pues... lo de Descartes: «Pienso, luego soy.»
––No, sino esto: A = A.
––Pero ¡eso no es nada!
––Y por lo mismo es lo más verdadero, porque no es nada”.

“Por si fuera poco, como usted no ha podido dejar de darse cuenta, no tengo ilusiones, y ¿qué haría el Senado de mí, de un legislador inexperto que carece de la facultad de engañarse a sí mismo, este requisito esencial en quien quiere guiar a los demás?”

“Agitóse el ágora como las grandes olas que en el mar Icario levantan el Euro y el Noto cayendo impetuosos de las nubes amontonadas por el padre Zeus. Como el Céfiro mueve con violento soplo un crecido trigal y se cierne sobre las espigas, de igual manera se movió toda el ágora”.

domingo, 4 de octubre de 2015

Silbando

Tu es venu en sifflant

- S'il vous plaît, ‘silbon’ la chanson.
- Oui, très bon, monsieur.
(Les Luthiers, Les nuits de Paris)

El silbido es alegría y tristeza y quién sabe cuántas cosas más. De veras que en el tango y en el folklore debe haber mil silbidos más que los que voy a dejar acá. Yo puse solo los de mi recuerdo. Y algunas otras cositas que descubrí hace poco.

1. Changuito lustrador (Leo Dan/M. Ferreyra) | Los Chalchaleros
2. Zambita pa’ don Rosendo (Julio Díaz Bazán) | Jorge Cafrune
3. Silbando (Piana-C. Castillo/González Castillo) | Edmundo Rivero
4. Chamarrita de los pájaros (Marateo/Cuestas) | Los Hermanos Cuestas
5. Angel in the snow (Whiskey Shivers) | Whiskey Shivers
6. Milonga del bicho feo (Edgardo Cardozo) | Puente Celeste
7. Winds of change (Klaus Meine) | Skorpions
8. Friday I’m in love (The Cure) | Jorge Drexler
9. Marbles (Swear and Shake) | Swear and shake
10. Juan del Gualeyán (Mondragón/Aráoz) | Los Hermanos Cuestas
11. Zamba del Chalchalero (Jaime Dávalos/Los Chalchaleros) | Los Chalchaleros
12. Me and Julio down by the schoolyard (Paul Simon) | Paul Simon

(*) Raphaël Haroche

sábado, 5 de septiembre de 2015

Te’i de llevar

En la zamba “Agitando pañuelos” los hermanos Ábalos decían: “Yo me iré, tu vendrás; / yo te llevaré, mi rancho se alegrara”. Linda pa’ un casamiento. Pero si la cosa con el don o la doña no pudo ser, lo mejor que puede pasar es “llevarse al otro” al modo en que lo hacen los noveles Wagner-Taján en este aire de chaya llamado precisamente “Te’i de llevar”.

 

Te’i de llevar (*)
(Octavio Taján)

Hei de llevarte conmigo
Por los andares del tiempo.
Luna que acuna mis sueños,
Alma que calma el desvelo.
Hei de llevarte conmigo
Pa’ que acompañes mi vuelo.

Hei de llevarte conmigo
Pa’ hacerle bulla al lamento.
Como una ausencia furtiva,
Como una brisa en el viento.
Hei de llevarte conmigo
Pa’ sublevarme al destierro.

Te’i de llevar en mí,
Brasa que abrasa este invierno.
Te’i de llevar en mí
Como el refugio más tierno.
Te’i de llevar en mí
Pa’ cobijar los recuerdos.

Hei de llevarte conmigo
Pa’ que fecundes mi aliento.
Como una ofrenda que anida
Bajo el rumor del silencio.

Hei de llevarte conmigo
Como un tesoro del cielo.
Te’i de llevar en mí,
Brasa que abrasa este invierno.
Te’i de llevar en mí
Como el refugio más tierno.
Te’i de llevar en mí
Pa’ que acompañes mi vuelo.

(*) La letra la transcribí yo ya que no la encontré en internet; puede haber errores (y en Internet también). En el video se pueden escuchar todos los temas del disco “Piedra lunar”, magnífico.

lunes, 31 de agosto de 2015

viernes, 21 de agosto de 2015

Desprolijas notas sobre una lectura clásica

“Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles…”
A los cuarenta me metí con esto. Quizás sea una buena edad. Justamente.
Quizás no pase de las primeras páginas.
Pero ya leí dos capítulos.
Y conté, grupo a grupo, las cóncavas naves de los aqueos; me da 1.186.
Y me gusta Palas Atenea, frenando la violencia Aquiles, arengando a Ulises.
Y las metáforas que comparan a la multitud agitada, sea en el ágora o en la preparación de la batalla, con campos de trigales al viento, con mares.
Aqueos, dánaos, argivos… Chequeo en Wikipedia: son los mismos. Lo sospeché desde un principio.

(Entiendo que los hombres actúan inspirados por los dioses. Puedo entender que Agamenón decida poner a prueba a los aqueos tentándolos a irse de regreso. Lo que no puedo entender es por qué para tentarlos dice que Zeus le dijo de volverse. Si lo pone en boca de Zeus, ¿no sería adecuado obedecerlo? ¿No los debería haber tentado con algo humano, diciendo que tal dios ya no los escucha o algo así?)

sábado, 15 de agosto de 2015

Metáforas

Al ver esos camiones de distribuidores de bebidas con sus estelas de colgantes “film stretchs” recuerdo la impactante historia que me contaban mis padres cuando era chico sobre Isadora Duncan y su larga chalina que, enrollándose en las ruedas del auto, la ahorcó. Este tipo de asociaciones son de las cosas que más disfruto en la vida.

*

Metáforas. Ahí está el gusto de la mente y el desarrollo de la inteligencia. Poder encontrar una analogía entre dos cosas de lo más diversas. Las buenas metáforas son parte de las buenas descripciones y ahí se obtiene el gusto en la literatura, superando el aburrimiento de la mera ficción.

(Hoy, Asunción de la Virgen María)

martes, 21 de julio de 2015

In medias res

Me dijo ella que hay cuentos que comienzan “in medias res”. Y entonces me di cuenta que hay también canciones que empiezan “in medias res”. Quizás no sea un “in medias res” musical, pero tienen una letra que empieza así, empezada.

He aquí a continuación una caprichosa selección de innumerables… tres canciones. Tres canciones que yo digo que empiezan “in medias res”. Como éstas, seguro conocen ustedes otras.

Creada por Ramón Ayala, es desde hace 11 años la canción oficial de la Ciudad de Posadas. Yo siempre pensé que más que “Posadeña linda” debería llamarse algo como “Río mío” u otra cosa referente al río, ¿o no es más importante el río que la muchacha en la canción? Digo que esta canción empieza “in medias res” porque empieza: “Y me fui por la bajada vieja…”. Es decir, empieza con un “y”, como que hubiera algo antes que no se contó, ¿no les parece? La genial versión que les dejo es de Mariana Baraj, intérprete que a su vez tiene dos versiones grabadas. Esta es la que tiene una larga y linda introducción con instrumento de viento y está en el disco “Lumbre”.

“Then, as it was, then again it will be…”, canta Robert Plant con los muchachos de Led Zeppelin. Ese “then”, puesto al inicio, es como si hablara de una conclusión sobre algo anterior. Pero eso anterior no existe. Por eso (digo yo) empieza “in medias res”.

Más sutil en este caso de Edgardo Cardozo. Como empieza: “Ya que no sé qué decirte, casi mejor que vaya…”, es como si hubiera habido un silencio anterior, ¿no? Siempre hay un silencio antes de empezar una historia, pero en este caso hablamos de un silencio que fue parte de la historia, que ya está empezada.

domingo, 19 de julio de 2015

No hay otra

Al final, lo único que nos puede consolar es buscar hacia arriba. Buscar esas palabras únicas que hablan de Dios. Y la fe nos dirá que son Palabra de Dios. Lo único que podemos hacer, que tenga sentido, es hacer esas cosas que parecen sin sentido para el mundo. Lo único que nos queda es disponernos para que Dios nos regale la fe. No queda otra cosa para hacer, si queremos ser felices.

martes, 14 de julio de 2015

El camino de las llamas

A mí se me hace que la historia (de amores, mentiras, intrigas, muertes) no es más que una más. Lo que me gustaron fueron las descripciones campestres de Hugo Wast. A continuación quizás no estén las mejores, pero sí las que yo marqué.
El conjunto de la grácil persona era misterioso y triste. Esos indios descendientes de los bravos y bellos araucanos que vencieron a los españoles en el antiguo reino de Chile, tienen todos una fisonomía sellada por la melancolía de una raza que ha reinado, ha decaído y se extingue irremediablemente.
Se limitó a pedirle una baraja y dos copas de caña calchaquí, cierto licor que traían en vasijas de barro desde muchas leguas al norte, y que ponía llamas en cada gota de la sangre.
¡Vaya, pues! ¡Qué fiesta para el paisanaje de la región! Hasta de Mendoza vendrían a bailar y chupar. Y, por cierto, mientras durase el jolgorio habría tregua entre la policía y los bienaventurados perseguidos por ella, pues era vieja costumbre allí, que nunca un comisario aprovechase un baile para capturar a un bandido. Habría sido condenarse él mismo a muerte, porque todos los invitados hubieran hecho causa común y libertado al preso a tiros y puñaladas.
Pizarra notó que Tancredo y Aguilar se quedaban mirando a aquel oficial que no tardó en desaparecer en las vueltas del camino, y que los dos se sonrieron. Pizarra se les acercó y les dijo:
- ¿Les ha caído en gracia el mozo?
- Que lo parta un rayo -respondió Tancredo-. No me ha dado ni un medio por lo que le he servido.
La cocina era un cuarto de piedra, espacioso, como para que veinte hombres se acomodaran alrededor del fuego que ardía en el suelo mismo. Tancredo removió los tizones, sopló hasta que se levantó una alegre llama, puso agua a calentar y limpió y llenó el mate, con yerba nueva para tomar unos cuantos cimarrones antes que nadie.
Indio de edad mediana, bajo y fornido. En el atezado rostro, sin asomo de barba, hondas arrugas denunciaban su edad. Pero cuando hablaba, el brillo salvaje de sus ojos y la blancura de sus dientes le rejuvenecían.
Doña Margarita no faltaba nunca a esa hora, detrás del mostrador, porque era el momento en que su cajón se llenaba de plata boliviana, aquella plata que solo tenía dos tercios de metal puro, y que por eso desalojó las buenas piezas acuñadas en Córdoba y La Rioja, y fue durante muchos años la única moneda de la Confederación Argentina.
Cuando una porción del costillar de un buey que se asaba sobre una tosca parrilla estaba a punto, la cortaban y comían con esa rara pulcritud de los gauchos, que aunque tironeen la carne con los dedos y la corten a flor de los labios, no se precipitan ni se ensucian, y mascan pausadamente, como hombres sin prisa.
El capataz habló así y el rostro de Quilpara se nubló como el cielo cuando el viento sopla de la cordillera.
- Pues cuento el caso y es verdad -referió Canuto, palmeando al loco sobre las espaldas para desenojarlo- (…)
[En un asentamiento casi aldea fronterizo de montaña]
La guerra no se presentaba a sus imaginaciones como un espectro flaco y sangriento, más bien una buena vaca lechera, de la que se abastecerían abundantemente, si sabían acercarse a sus ubres y esquivar sus cuernos y sus coces.
Así pensaban los viejos. Para los jóvenes la guerra era la esperanza de ver tierras nuevas, de recibir un caballo y una silla y un fusil y de ser pagados por el gobierno, y de participar en maravillosas aventuras, batiéndose por la patria, sin temor de que la policía les averiguara cuantos centímetros de hierro o cuantas onzas de plomo le habían metido en el cuerpo al adversario.
Y para las muchachas, aquello significaba la ilusión de muchos bailes, de alguna serenata en las noches tranquilas, y del novio soñado, que podía ser algún soldado y hasta algún oficial.
-¿Cómo está la luna para capar yeguarizos?
(…) Ninguno se apresuró a contestar. Los paisanos son hombres de pocas palabras y menos consejos. Sin embargo, todos sabían que el tiempo era oportuno para castrar y no muy frío.
Si el camino de su pensamiento en las tenebrosas veladas fuera una cinta, podría envolver diez veces el mundo; más tal vez: podría llegar hasta las estrellas. ¡Tanto cavilaba!
- ¡Va a haber hierra! ¿Qué tal sos para el lazo, Tancredo?
- Soy mejor para el cuchillo -respondió taloneando su mula despeada, que a duras penas se aproximaba a la del capataz.
- ¡Cierto! -confirmó Aguilar. Tancredo maneja bien el fierro cuando le ponen un asado por delante.
- Eso pensé decir -agregó humildemente el loco.
[Aprontándose para la capada]
- (…) Voy a quitarle a este viejo engreído las facultades extraordinarias.
[Después de la capada]
- Aura márquenlo y cerdéenlo. Aura estás como el tirano Rozas (sic), después de la batalla de Caseros, con rabia, pero sin facultades.
¡Cuánto no habría dado Soler para saber enlazar siquiera de las patas, aunque hacía más de veinte años que se ensayaba en sus gallinas y en los perros dormidos al sol! Pero el lazo es un don misterioso, que conceden las hadas del campo a los criollitos en la cuna.
Cuando la joven araucana volvió en sí, halló a la patroncita junto a su catre y le sonrió sin rencor. A la orilla de ese oscuro abismo de la muerte, en los corazones nobles, se borran las pequeñas pasiones de la vida como los dibujos de un niño en la arena del mar.
-¿Qué puede interesarle a un hombre que recién me conoce, saber quién haya sido mi novio antes de Aguilar?
Comprendió Moscoso que más valía seguir la corriente del misterioso río de aquella vida, que intentar remontarla, y echó a buena parte la réplica.
- ¡Así es, mi capitana! Perdone mi necia curiosidad. Y ya que no es posible saberlo todo, me contentaré con que me diga quién va a ser su novio… después de Aguilar.
- Eso no lo sabe sino Dios, porque solamente Él adivina lo que no existe

jueves, 25 de junio de 2015

Y ella no sabe

La novedad la trajo Mariana de su taller. Se lo puede escuchar aquí. El disco se llama “Y ella no sabe”. Es de Ximena Villaro, quien puso música e interpreta, junto con otros músicos, los siguientes poemas:

Al final, de Hugo Mujica
Dicotomía incruenta, de Oliverio Girondo
En la noche un ruido de agua, de Juan L. Ortiz
Nana para Julia, de Juan A. Goytisolo (Canción de cuna para Julia)
Letra, de Juan L. Ortiz
La guitarra, de Federico García Lorca (Poema de la siguiriya gitana)
Un día estabas cantando, ¿de Juan A. Goytisolo?
Señor, de Juan L. Ortiz
Topatumba, de Oliverio Girondo

domingo, 14 de junio de 2015

¡Uf! El llano en llamas

Pos no sé pa’ qué me metí a leer este libro. Está muy bien escrito, eso sí. Y me imagino que si se quiere conocer lo primitivo y rudo de la vida del campesino pobre mexicano de hace unos años, es mucho mejor esto que una película sangrienta.

Los relatos de Juan Rulfo de “El llano en llamas” son descarnados. Compasión y risa se alternan en uno cuando los lee. Es como un “Chavo del ocho” pero más real, más trágico, sin dejar de ser a veces cómico. No sé si la intención del autor es ser cómico (¿tragicómico?) o es una impresión mía. O si son así los mexicanos.

A veces me acuerdo del pueblo de Don Camilo de Guareschi. O de esos pueblos catalanes de la Costa Brava de los que contaba Josep Pla. En la sencillez y lo rudimentario de la gente. En la vida simple. Será por eso de “pinta tu aldea…”. Tienen algo en común, es solo eso. Pero no lo principal, solo algo. Porque son bien distintos. Más crudos. Estos son… ¿mexicanos?

No se pueden citar frases. La gracia está en leer un cuento completo, con sus muchas palabras y expresiones sencillas que hacen que el total sea algo a veces entrañable, a veces tristísimo. Y acompañando esas tragedias van unas descripciones muy intensas.

Está, por ejemplo, esa descripción del viento de “Luvina”:
-Ya mirará usted ese viento que sopla sobre Luvina. Es pardo. Dicen que porque arrastra arena de volcán; pero lo cierto es que es un aire negro. Ya lo verá usted. Se planta en Luvina prendiéndose de las cosas como si las mordiera. Y sobran días en que se lleva el techo de las casas como si se llevara un sombrero de petate, dejando los paredones lisos, descobijados. Luego rasca como si tuviera uñas: uno lo oye mañana y tarde, hora tras hora, sin descanso, raspando las paredes, arrancando tecatas de tierra, escarbando con su pala picuda por debajo de las puertas, hasta sentirlo bullir dentro de uno como si se pusiera a remover los goznes de nuestros mismos huesos. Ya lo verá usted.
Qué terrible esa Luvina:
“...Sí, llueve poco. Tan poco o casi nada, tanto que la tierra, además de estar reseca y achicada como cuero viejo, se ha llenado de rajaduras y de esa cosa que allí llama ‘pasojos de agua’, que no son sino terrones endurecidos como piedras filosas que se clavan en los pies de uno al caminar, como si allí hasta a la tierra le hubieran crecido espinas. Como si así fuera.”
En “El llano en llamas”:
Ahora era un tal Olachea, con gente aguantadora y entrona; con alteños traídos desde Teocaltiche, revueltos con indios tepehuanes: unos indios mechudos, acostumbrados a no comer en muchos días y que a veces se estaban horas enteras espiándolo a uno con el ojo fijo y sin parpadear, esperando a que uno asomara la cabeza para dejar ir, derechito a uno, una de esas balas largas de «30-30» que quebraban el espinazo como si se rompiera una rama podrida.
Pocos pasajes apacibles. Como este comienzo de “En la madrugada” que me gusta tanto. Es como un amanecer pintado:
San Gabriel sale de la niebla húmedo de rocío. Las nubes de la noche durmieron sobre el pueblo buscando el calor de la gente. Ahora está por salir el sol y la niebla se levanta despacio, enrollando su sábana, dejando hebras blancas encima de los tejados. Un vapor gris, apenas visible, sube de los árboles y de la tierra mojada atraído por las nubes; pero se desvanece en seguida. Y detrás de él aparece el humo negro de las cocinas, oloroso a encino quemado, cubriendo el cielo de cenizas.
Allá lejos los cerros están todavía en sombras.
Una golondrina cruzó las calles y luego sonó el primer toque del alba.
Las luces se apagaron. Entonces una mancha como de tierra envolvió al pueblo, que siguió roncando un poco más, adormecido en el calor del amanecer.
Y en el mismo cuento, este personaje:
Por el camino de Jiquilpan, bordeado de camichines, el viejo Esteban viene montado en el lomo de una vaca, arreando el ganado de la ordeña. Se ha subido allí para que no le brinquen a la cara los chapulines. Se espanta los zancudos con su sombrero y de vez en cuando intenta chiflar, con su boca sin dientes, a las vacas, para que no se queden rezagadas. Ellas caminan rumiando, salpicándose con el rocío de la hierba. La mañana está aclarando. Oye las campanadas del alba en San Gabriel y se baja de la vaca, arrodillándose en el suelo y haciendo la señal de la cruz con los brazos extendidos.

domingo, 31 de mayo de 2015

¿Qué dios intentó venir a tomar para sí una nación…?

No es que se propone al mundo el Dios de un pueblo de medio oriente.
Y es notorio el camino de descubrimiento de Dios que ha hecho ese pueblo. Como no hay otro.
Pero la verdad es que no fue el pueblo el que eligió a Dios, sino Dios quien eligió al pueblo.
Como dice el Deuteronomio, y leemos hoy en la primera lectura (4, 32-40.39-40):

Pregúntale al tiempo pasado, a los días que te han precedido desde que el Señor creó al hombre sobre la tierra, si de un extremo al otro del cielo sucedió alguna vez algo tan admirable o se oyó una cosa semejante. ¿Qué pueblo oyó la voz de Dios que hablaba desde el fuego, como la oíste tú, y pudo sobrevivir? ¿O qué dios intentó venir a tomar para sí una nación de en medio de otra, con milagros, signos y prodigios, combatiendo con mano poderosa y brazo fuerte, y realizando tremendas hazañas, como el Señor, tu Dios, lo hizo por ustedes en Egipto, delante de tus mismos ojos? Reconoce hoy y medita en tu corazón que el Señor es Dios - allá arriba, en el cielo y aquí abajo, en la tierra - y no hay otro. Observa los preceptos y los mandamientos que hoy te prescribo. Así serás feliz, tú y tus hijos después de ti, y vivirás mucho tiempo en la tierra que el Señor, tu Dios, te da para siempre”.

(En la solemnidad de la Santísima Trinidad)

miércoles, 27 de mayo de 2015

Alter Mundi - XV. Tolhuin


Isla Grande de Tierra del Fuego. Cabecera oriental del Lago Fagnano. A mediados de los años sesenta residían allí los últimos descendientes puros de la etnia selknam u ona, que llamaban al lago con el nombre de Khami (Agua grande). Por esos años fallece Lola Kiepja, quien recibió el título de “la última ona” (aunque otros dicen que ese título lo ostenta Angela Loij, fallecida en 1974). La etnóloga francesa Anne Chapman registro cantos selknam en voz de Lola Kiepja en unos discos editados en Francia que hoy en día se pueden escuchar en YouTube: Canción de cuna, canto para prevenir la lluvia y la nieve, canto usado en curaciones chamánicas, etc. También en los sesenta se crea en la zona la hostería Kaiken, parador turístico en el tramo de la Ruta 3 que va de Río Grande a Ushuaia. Y ya por los setenta el lugar estaba poblado por muchas familias de gente que trabajaba en los aserraderos de la zona.

Un día de primavera del año 1972, un habitante de una zona cercana vio como una comitiva de importantes autos se detenía al costado del camino. De los autos bajaron señores de uniforme, señoras también muy bien vestidas y de repente empezó una guerra de bolas de nieve[*]. Un periodista que acompañaba a la comitiva explicó al curioso que se trataba nada menos que del presidente Lanusse, sus ministros y esposas, que venían de celebrar la reciente fundación del pueblo de Tolhuin.

- ¿¡De qué!? - exclamó intrigado el señor.
- Tolhuin, el nuevo pueblo, y tercero de Argentina en Tierra del Fuego.
- ¿Tolwin? Tol… ¡Tol-wen! ¿Tol-wen?
- Exacto, tol-wen, que en español es “corazón”, ¿no?
- Eh… bien, sí, son dos vocablos, “como corazón” se podría decir, quizás… pero… ¿Dónde está ese pueblo? No lo he visto nunca.
- Es que todavía no está construido, amigo.
- ¿…?
- Se acaba de fundar por ley. Ya viven muchas familias aquí y es preciso que esté organizada una comunidad.

El trazado lo habían concebido los arquitectos Pagés y Dondo, residentes en Ushuaia, diseñándolo en manzanas redondas, con todas las viviendas compartiendo un fondo común. El lugar exacto, planeado en un principio en la cabecera del lago, fue modificado, por las duras condiciones climáticas de ese invierno, y llevado al pie del cerro Michí. En seguida de fundado comenzaron los trabajos y ya en 1991 había en Tolhuin 445 habitantes. El crecimiento poblacional fue exponencial, dice Wikipedia, con 3.004 habitantes en el censo de 2010.

Yo escuché por primera vez sobre Tolhuin de boca de mi esposa, cuando me contó la historia de una señora que se fue allá con los chicos, como a vivir una nueva vida, trabajando en el hospital. Y al parecer siempre fue un lugar para ir a hacerse una nueva vida. Como la historia de “los topos”, una señora cordobesa y sus hijos, que llegaron sin siquiera vivienda y tuvieron que vivir varios meses en los refugios bajo tierra (que se habían hecho cerca de la pista de aterrizaje en la Guerra de Malvinas). O el enfermero que vivió en carpa en el bosque.

Todos estos sucesos se leen en un blog de una sola entrada (que sería el texto de un libro) llamado “Historias de Tolhuin”, de autor Roberto Chenú. Allí se puede leer también sobre cosas de lo más diversas como un galeón español hundido en medio en el mismísimo lago, las primeras radios de la zona, habitantes indígenas, pioneros, misioneros salesianos o inmigrantes más recientes.

Tolhuin vive hoy de la actividad forestal, en trabajos primarios y secundarios sobre la madera de lenga, de la explotación de la turba y de la cada vez más promocionada actividad turística.

[*] El suceso del presidente y su comitiva bajando a hacer juegos con la nieve no lo inventé yo, figuraba en una página cuyo link está caído y era: http://www.portal-patagonico.com.ar/paginas/2007/10/137/a_35_anos_de_la_fundacion_de_tolhuin/. Lanusse venía efectivamente de la celebración de la fundación de Tolhuin.

lunes, 18 de mayo de 2015

¡Guarda el hilo!

Yo pensé que “¡Guarda el hilo!” era una expresión cordobesa, por aquello del gato “Pateando sapos”, que cantaban Los cuatro de Córdoba y decía: “Guarda el hilo, negro, no te me largués…”. Pero a los cuarenta años me vengo a enterar que también la usó en la música Spinetta, cuando en la “Cantata de puentes amarillos” dice: “Guarda el hilo, nena; guarden bien tus manos esta libertad”.

Se difunde por ahí la explicación que hace una página ecuatoriana (que extrañamente, dado su origen, habla de asados): “Viene de una época en que los albañiles inundaban los barrios con sus plomadas, cucharas, andamios, baldes, pastones[sic] y asados (…) Antes el hilo se usaba para delinear contornos, enderezar paredes y marcar límites”. ¿Será así como dicen?

Parece ser normal hoy en día compararla con la frase “¡Ojo al piojo!”. Y no lo digo yo, lo dice hasta el citado diario ecuatoriano. O un foro de Yahoo!, en donde alguien pregunta: “¿Es lo mismo?”. Y otro, muy gracioso, le responde: “Guarda el hilo lo dijo el sastrecillo valiente a la costurerita que dio el mal paso, para que el gato no agarrara la madeja. Ojo al piojo lo dijo el Barbero de Sevilla, cuando notó que las liendres pululaban en la barba de Juan Carlos de Borbón y Parma y al lado estaba la Duquesa de Alba esperando turno y los piojos saltaban a su enrulada cabellera”. ¡Fantástico!

“¡Guarda el Cristo!”, dice también la página ecuatoriana. “(De) queruza con la merluza”, se lee en el citado foro. En ese mismo foro alguien dice que su padre decía: “¡Guarda la tosca!” Cosa que parece estar emparentada con esta genial frase descubierta en “El tribuno”: “Despacito por las piedras, cuidado con las ‘refaladas’, peligra la brida y se afloja la cabezada”. Y cerramos con otros versos de Spinetta de la Cantata que quizás apunten a lo mismo: “Ojo el ramo, nena, las flores se caen, tienes que parar”.

martes, 5 de mayo de 2015

Silencio de rock y El corazón de las tinieblas

(Gran silencio de blog - Nunca tanto - Siempre hay una primera vez, claro - ¡Bah, basta de basura introspectiva!)

Hablando de primeras veces, fue la primera vez que escuché al “archimegaclásico” grupo de rock Rush. Y tuve una experiencia de abducción, que me sustrajo del mundo y me llevó a mi pasado rockero, pero con el hallazgo de letras buenísimas, escritas por un baterista montado en una nave espacial de mil tambores y platillos. Me declaré fan y hasta me compré unos discos (que son unas cositas redondas que cuando giran en el dispositivo adecuado hacen sonar música; no sé si los más jóvenes los conocen).

Mayo es un mes que me cae simpático. Hay toneladas de cumpleaños familiares (que no quiere decir toneladas de festejos, pero sí alguna que otra reunión especial).

Ahora estoy viajando por un río africano, en medio de la selva y el comercio de marfil del siglo pasado (o el anterior). Es decir en “El corazón de las tinieblas”, como le puso Joseph Conrad al lugar y a su pequeña novela.

Leí que a Conrad le criticaban el lenguaje demasiado elaborado (salvando las distancias, lo mismo que a Rush). Basta eso para que me hagan admirarlo. Y buscarlo. Y tratar de llegar a sus riquezas a través, y a pesar, de las dificultades de los traductores.

Dice el presentador de mi edición de “El corazón de las tinieblas” que Conrad pierde su hechizo fuera del mar y la selva. Pero yo la única novela de Conrad que hasta el momento había podido leer era “El agente secreto”, situada precisamente en otro ambiente. Y nunca había podido con Lord Jim o con esta obra mencionada. Pero bien, ahora sí, le llegó el momento. Ahora ya estoy nervioso, transpirando, disfrutando por momentos del paisaje, las sensaciones.

Tengo miedo de encontrarme con ese tal Kurtz...

viernes, 3 de abril de 2015

Alter mundi - XIV. Ittoqqortoormiit


Salí hacia el este buscando el lugar habitado más oriental de América. Cuando iba a abordar un avión en las costas brasileñas rumbo al archipiélago Fernando de Noronha volví a consultar los mapas y me di cuenta de un error importantísimo. Allá arriba estaba Groenlandia. Y como territorio americano, su costa este es más oriental que cualquier territorio de Brasil (incluyendo las Islas Trinidad y Martín Vaz que, por otro lado, no son habitadas sino ocupadas por un pequeño destacamento naval).

Así que cancelé el viaje y estuve unos días en la ciudad de Natal reprogramando todo. Me detuve en los planos y datos de esa despoblada costa oriental groenlandesa. Estuve viendo que “de la mitad para arriba” es todo clasificado como Parque Nacional y no tiene población permanente. Luego descubrí que próximo al límite sur de ese parque se encuentra el fiordo más grande del mundo, el Scoresby Sund (o Kangertittivaq, en groenlandés). Y que cerca de la desembocadura de este fiordo, ya fuera del Parque, en aproximadamente 22 grados de longitud oeste (y 70 y medio de latitud norte), está el que consideré el pueblo más oriental de América: Ittoqqortoormiit.

Este nombre tan peculiar, que derrocha dobles consonantes, como si hubiera sido escrito tiritando en pleno clima polar groenlandés, tiene en realidad un significado cálido, o al menos así me suena a mí. Porque en el idioma de ese lugar quiere decir “casa grande” (según Wikipedia) o “el lugar con las casas grandes” (según Air Iceland). Y el nombre “casa grande” me resulta cálido porque me hace recordar inmediatamente al paraje homónimo de Córdoba, Argentina, en donde nos conocimos con mi esposa.

No encontré al momento pruebas escritas que confirmen o den algo de sustento al título que acabo de darle a este pueblo ("el más oriental de América"). Pero las referencias son claras: de ahí hacia el sur la costa se curva notablemente al oeste; y de ahí al norte está el Northeast Greenland National Park que, si bien tiene en su extremo norte al cabo Nordostrundingen (el lugar geográfico más oriental de América), no tiene sino algunas dispersas bases militares, científicas o de guardias del parque.

Ittoqqortoormiit, de 537 habitantes (dato de 2005 según Wikipedia), es además uno de los pueblos más alejados de Groenlandia, solo accesible por helicóptero y por barco (y esto último es imposible nueve meses al año, por los bloques de hielo). Mi viaje podría ser vía Rejkyavic, desde donde Air Iceland despega semanalmente hacia el Constable Point Airport, una pista que se halla a 40 km al noroeste de Ittoqqortoormiit. Allí reside permanentemente un Eurocopter AS350 de Air Greenland con el cual finalmente se puede llegar a destino.

Una vez allí podré conocer el pueblo y sus habitantes. Ittoqqortoormiit fue fundada en 1925 con colonos daneses trasladados desde otra ciudad groenlandesa ubicada más al sur (en parte buscando reclamar o defender el territorio de intereses noruegos). Y aunque es un consenso entre los historiadores que hacia el año 200 Groenlandia quedó deshabitada de anteriores culturas inuit (esquimales), la población groenlandesa es mezcla de ellos y europeos.

En Ittoqqortoormiit se vive hoy en día de la caza (osos polares) y de la pesca (ballena), siendo esta última siempre limitada por el congelamiento extremo de las aguas. En el tiempo libre, por lo que supe, y en primavera, cuando el hielo está todavía firme y el sol bien arriba, la gente sale a andar en trineos tirados por perros o motos de nieve.

Y el turismo ha avanzado en los últimos tiempos: pequeñas expediciones en barco y alquiler de kayaks son algunas de las actividades. Y hay fuentes termales. La más caliente de Groenlandia (con aguas a 62 grados), se encuentra allí cerca en el Cabo Tobin, que en Groenlandés se llama Uunartoq y quiere decir “ese en el que uno se quema”.

¿No dije yo que Ittoqqortoormiit puede ser cálido?

(Escrito hoy, Viernes Santo de 2015)

miércoles, 25 de marzo de 2015

The Necromancer

¿A quién no le gustaría ir por sus calles imaginando que es parte de una historia como las de El Señor de los Anillos, o entrar en zonas suburbanas al modo de Adán Buenosayres y sus amigos en la expedición de Saavedra? Si es niño lo puede hacer caminando. Si es algo más grande escribe una historia, o compone una canción.

Los integrantes del conjunto canadiense Rush serían los tres hombres de Willowdale (Toronto) en esta historia. Algún exégeta anónimo, sin mayor autoridad reconocida en la materia, dice que el Nigromante podría representar a las discográficas y el príncipe By-Tor, más simbólicamente, a su música, la propia del grupo, libre de las exigencias de la industria, que los salva.

Si hubiera leído a Tolkien de chico, esta canción hubiera sido una de las favoritas de mi adolescencia de hard rock.

The Necromancer
(Rush)

[I. Into the Darkness]

'As grey traces of dawn tinge the eastern sky,
the three travelers, men of Willowdale,
emerge from the forest shadow.
Fording the River Dawn, they turn south, journeying
into the dark and forbidding lands of the Necromancer
Even now the intensity of his dread power can be felt,
weakening the body and saddening the heart
Ultimately they will become empty, mindless spectres...
stripped of will and soul, only
their thirst for freedom gives them hunger for vengeance...'

Silence shrouds the forest
As the birds announce the dawn
Three trav'llers ford the river
And southward journey on
The road is lined with peril
The air is charged with fear
The shadow of his nearness
Weighs like iron tears

[II. Under the Shadow]

'Shreds of black cloud loom in overcast skies.
The Necromancer keeps watch with his magic prism eyes.
He views all his lands and is already aware of the three helpless invaders
trapped in his lair...'

Brooding in the tower
Watching o'er his land
Holding ev'ry creature
Helplessly they stand
Gaze into his prisms
Knowing they are near
Lead them to the dungeons
Spectres numb with fear
They bow defeated

[III. Return of the Prince]

'Enter the Champion
Prince By-Tor appears to battle for freedom from chains of long years
The spell has been broken... the Dark Lands are bright.
The Wraith of the Necromancer soars
away in the night.'

Stealthily attacking
By-Tor slays his foe
The men are free to run now
From labyrinths below
The Wraith of Necromancer
Shadows through the sky
Another land to darken
With evil prism eye


lunes, 9 de marzo de 2015

Dos libros

Abelardo tiene un libro gordo, nuevo, de Alfaguara, que está muy lindo sostener mientras se lee. En cambio Karol tiene un tomito chiquito. De buena calidad, por cierto, porque es de la B.A.C. y es de tapa dura, pero viejito.

Abelardo habla de sus cosas y es fácil e interesante seguir a un hombre que piensa, crea o no en Dios y tenga las ideas políticas que tenga. Pero Karol hace teología. Y el tema es superior. Y si el cansancio lo hace arduo, basta ir gustando algunos renglones por día.

Por momentos parecen estar lejos. Karol con nuestro Dios, persona y amor, y Abelardo a quién le cuesta ese Dios de su amiga imaginaria, por tener “demasiadas características humanas”. Pero por otros momentos parecen estar cerca. Como cuando Karol dice que “Ser una cosa creada quiere decir ser ‘dado’ (…) [no solo el mundo sino] incuso ellos mismos [Adán y Eva] eran un don mutuo”. Y Abelardo que dice: “El que no consigue ver un prójimo en el otro abjura de su propia condición humana”.

domingo, 8 de marzo de 2015

El mundo es chiquito y el corazón es inmenso

Sin embargo el tiempo se había detenido por él; el pasado se había [¿?] llegando hasta la clínica y allí se quedaba en suspenso. Su pasado era el mismo de hacía media hora; desde que ella se había acostado en la camilla no habían sucedido cosas, todo era un largo, insoportable, presente vacío sin porvenir, sin futuro, se había sentado con él frente a una mesita llena de revista viejas, fumando, esperando. Su futuro y el futuro del planeta y el futuro de la galaxia se habían sentado a fumar y a esperar.
Ayer todavía tenía futuro. Esta mañana misma lo tenía. Desde muchos días atrás hasta este momento, todos eran proyectos, planes, resoluciones, hipótesis. Todos sus pensamientos estaban absorbidos por este momento, y este momento era una enorme nada”.

Este texto es de Abelardo Castillo, escritor argentino (Diarios, 1954-1991). Me dio esa viva sensación que tuve otras veces, cuando lo escribieron otros, de lo que pasa cuando una pena importante hace que el resto del mundo no exista, que desaparezcan los planes, que todo lo que antes parecía principal pierda ahora importancia, o parezca vanidad, o cosa sin sentido.

¡El padecimiento interior es tan grande, se siente tanto la pena y tan poco al mundo!... Lo digo así porque para mí es eso lo que decía García Lorca cuando decía: "el mundo es chiquito y el corazón es inmenso". Vamos a ver; no sé si trata de eso la La Soleá de Lorca, pero me parece tan posible.

jueves, 26 de febrero de 2015

El gran Corazón

Librería de usados. Entre revistas y novelas de canje, las antenitas de vinilo detectaron la presencia de un ejemplar firmado por Karol Wojtyla, llamado “Signo de contradicción”. Se trataba nada menos que de los ejercicios espirituales de cuaresma predicados al papa Pablo VI y la curia romana en 1976 por el entonces todavía cardenal y arzobispo de Cracovia. Un pequeño volumen de tapa dura de la B.A.C. con una humillante etiqueta de $12 sobre el forro de la tapa. Al modo en que ahora la gente sensible sale a rescatar ballenas encalladas o pingüinos empetrolados, así lo tome y lo saqué urgente de la estantería diciendo sin dudar a mi esposa: “Llevá este también”. Recién lo empiezo a leer y espero que, por estar hecho para la cuaresma, me venga bien en ésta del 2015. Por lo pronto ya puedo disfrutar de cosas como la siguiente:
“En este proceso de la creación (…) se llega al momento de la creación del hombre. Aquel que, como Ipsum Esse subsistens*, es la plenitud del Ser personal, da un paso más en el camino trazado por el principio Bonum est diffusivum sui**, y creando a los seres humanos ‘a su imagen’ -es decir, dotados de trascendencia y de carácter espiritual- ofrece a estos seres, a los hombres, su Alianza. El Dios de la creación se hace Dios de la Alianza. Y esto se realiza según la misma lógica que preside desde el principio toda la obra de la creación. Es una ‘lógica de amor’, que puede tal vez ser identificada con aquella de la que hablaba Pascal: ‘Le coeur a ses raisons’. Precisamente ‘le coeur’: ¡el corazón! ¡En toda la descripción del Génesis se siente latir el corazón! No tenemos ante nosotros a un gran Constructor del mundo, a un Demiurgo: estamos ante el gran Corazón”.
(Karol Wojtyla, Signo de contradicción)
Buscando el pasaje, que no está completo en Internet, se encuentra el texto de un libro de autor José Orlandis (La Iglesia Católica en la segunda mitad del siglo XX), en donde el autor dice que este pensamiento se encuentra desarrollado también en la “Redemptor hominis”.

* Ipsum Esse subsistens: El Ser subsistente por sí mismo
** Bonum est diffusivum sui: El bien se difunde por sí mismo

viernes, 13 de febrero de 2015

Ciprés y radal


América, paralelo 42 de latitud sur. La naturaleza no reconoce fronteras políticas, pero el hombre es el que manda, así que si de un lado es Chile y del otro Argentina diremos, como dicen los libros, que del lado argentino hay una intrusión de la selva valdiviana chilena.
 
Según nos contó una señora, allí el ciprés y el radal van juntos. El radal le fertiliza el suelo al ciprés con sus hojas ya que, a diferencia del pino, que desprende la pinocha, el ciprés no lo hace. En la primera foto (de autoría propia) se ve una hoja de radal. Y arriba, sin hojas, unas ramitas de ciprés. Y es que, a pesar de la ayuda, los cipreses se secan por lo que llaman “el mal del ciprés”. Ahí tienen un ejemplo en la segunda foto (también mía). Paradito, pero seco. (Como es más alto que el Piltriquitrón, se le enganchó una nube).

domingo, 25 de enero de 2015

"Con la música a otra parte"; al mejor lugar

Gracias a que uno en Facebook es gente de mundo (conoce mucha gente que no conoce), se enriquece con las experiencias de los demás. En días pasados pude ver dos videos en que dos directores de orquesta explican, uno, cómo escuchar música (Daniel Baremboim), otro, qué es dirigir (Riccardo Muti). Pero una nota común en ambos es lo que puede haber en la música para tener una experiencia de Dios.
 
Baremboim no lo dice directamente, es cierto, pero Diego de Jesús nos descubre una interesante analogía con la Lectio divina. Y Ricardo Mutti lo dice cuando llega a sus límites, el límite de lo expresable, el final de su camino (gracias aquí a Antonella Facello). Todo esto me llega muy oportunamente, ya que estoy acompañando a Francisco Luis Bernárdez en su viaje a Dios a través del canto del ruiseñor, cuya voz es “un destello de la eterna”.
 
A continuación un fragmento de “El ruiseñor”, de Bernárdez, con negritas en las palabras donde la autora Ana María Rodríguez Francia da algunas claves de lectura espiritual:

Pero el silencio iba creciendo, pues esperaba el nacimiento de la música.
(…)

Primero fue como una queja, como un sollozo de cristal, como un gemido.
Luego un sonido entrecortado por el murmullo tembloroso de los pinos.
Más tarde un hilo melodioso, luego una pausa y un rumor, después el trino.
Y al fin el canto, el canto, el canto del ruiseñor en el silencio conmovido.
Un canto limpio y armonioso, cuyo fervor era el del aire sensitivo.
Y cuyas notas inflamadas resplandecían como gotas de rocío.
Más inventivo que el fuego, su movimiento era el del alma y el del río.
Se deslizaba por el tiempo, pero en la paz del corazón estaba fijo.
El canto ardía en el silencio con el misterio de un lucero lejanísimo.
Impenetrable y luminoso como un purísimo diamante pero vivo.

Cerrada estaba todavía para mi frente silenciosa la Belleza.
Y de repente, por el canto del ruiseñor, tuve noción de su grandeza.
El gran amor que lo encendía se desbordaba de su voz con inocencia.
Y algo del bien que yo ignoraba caía en gotas de emoción en mi conciencia.
Entonces vi con toda el alma que aquella voz era un destello de la eterna.
Que la pasión que la inflamaba me daba el ser para que yo comprendiera.
Que aquel amor era la fuente del manso río de mis ojos y mis venas.
Y la raíz que alimentaba la voz del mar y la canción de las estrellas.

viernes, 23 de enero de 2015

Parole

Alguna vez, hace ya tiempo, me molestaban las palabras o expresiones en otro idioma en los libros. Con el paso de los años la cosa me empezó a gustar. Y pasó a ser una agradable intriga encontrar palabras o citas en los libros. Y si entendía alguna, placer mayor.
 
Con el que no vengo muy bien es con el italiano. Acabo de terminar una novelita cuyo autor, un culto alemán, ha plagado de palabras y frases de l’armoniosa lingua. He aquí un resumen de las que más me llamaron la atención:
  • Cornetti al burro (¿Medialunas de/con manteca?)
  • Forzatore, ilusionista e prestidigitatore (No encuentro “forzatore”)
  • Ha sciolto lo scilinguagnolo (Scilinguagnolo: il frenulo della lingua; locuzione: “Avere lo sc. sciolto”: essere di parola pronta e vivace)
  • Questo linguista di belle speranze (¿Este prometedor joven lingüista?)
  • Parla bennisimo (Habla muy bien)
  • Non so scrivere (No sé escribir)
  • Ah, non scherziamo! (¡Ah, no bromeamos!)
  • Farti un impacco (Hacerte una aplicación medicinal, bolsa de hielo o cosas así; creo)
  • Domani molti pesciolini! (¡Mañana muchos peces!; Le gritan un buen deseo a los pescadores)
  • Tutta la rete piena! (¡Toda la red llena!; idem)
  • Anche se non vuole! (¡Aun cuando no quiera!)
  • Un tratto di malinconia (Un “trazo” de melancolía, algo de melancolía que se observaba en el rostro de alguien)
 (Todas en “Mario y el mago”, de Thomas Mann)

jueves, 22 de enero de 2015

No veo cómo podrían morir los libros

¿Qué pregunta futurista de poca ciencia es esa de si con el avance de la tecnología desaparecerá el libro? Un libro no es solo lo que dice el libro. No es solo algo que se podría transmitir en otro medio. Un libro es también un objeto. Un libro tiene tapas, hojas, tipografía, textura, olor, marcas, manchas y quién sabe cuántas cosas más. Los amantes de los libros saben que nada puede remplazar a un libro.
 
Y yendo más allá, desde un punto de vista algo escatológico (queda bien decir esa palabra), dudo que el byte sobreviva al papel (u otra forma de escritura). He visto películas sobre futuros “holocaustos” en que la civilización vuelve a un estado anterior (se pierden las instalaciones eléctricas, por ejemplo) pero nunca una en que el hombre perdiera su capacidad de hacer trazos con la mano sobre una superficie.

sábado, 17 de enero de 2015

Strassen

Lietzenburgerstrasse. Pinzregentenstrasse. Ungererstrasse. Quizás los nombres de las calles sea lo que primero me guste del alemán en toda mi vida.
La primera de las que mencioné es de Berlín, y la conocí cuando Sílvia Pérez Cruz musicalizó un poema en catalán que lleva en el título el nombre esa calle. Las otras dos son del Munich de Thomas Mann en “La muerte en Venecia”.
 
“Lástima que la vida sea tan corta y esté tan sobrecargada de obligaciones y tareas de actualidad, aparentemente importantes e indispensables”, me dijo justamente hace unos días Hermann Hesse, si no uno podría profundizar más en estas cosas.

jueves, 15 de enero de 2015

3 citas

“Dice Plotino, comentando esa odisea del alma: ‘Si es dado mirar las bellezas terrenales, no es útil correr tras ellas, sino aprender que son imágenes, vestigios y sombras (de la Hermosura Primera). Si corriéramos tras las imágenes por tomarlas como realidad, seríamos como aquel hombre (Narciso) que, deseando alcanzar su imagen retratada en el agua, se hundió en ella y pereció’”
(Leopoldo Marechal, Descenso y ascenso del alma por la belleza)
 
Todo fenómeno sobre la tierra es un símbolo, y todo símbolo es una puerta abierta, por la que el alma, si está preparada, puede entrar en la intimidad del mundo, donde el tú y el yo, el día y la noche, son uno. Ante cada hombre, alguna vez en su vida, aparece la puerta abierta en el camino; en cada hombre aletea en una ocasión la idea de que todos los objetos visibles son símbolos y de qué, tras cada símbolo, habitan el espíritu y la vida eterna. Pocos pasan, es cierto, por esa puerta y renuncian a las bellas apariencias a cambio de la presentida realidad de lo íntimo”.
(Hermann Hesse, Iris)
 
“(…) Las criaturas nos proponen una meditación amorosa y no un amor. ¿Una meditación amorosa de qué? De las imágenes y símbolos a que fielmente se reducen todas las criaturas, si las miramos en sus caras inteligibles. ¿Y cuál es el objeto de tal meditación? El de ir conociendo lo invisible por lo visible; el de ir atisbando el rostro de la Divinidad a través de las imágenes y símbolos que la revelan y esconden a la vez; el de remontarse a la contemplación de la Unidad creadora y eterna, por la escala de lo múltiple, creado y perecedero.
 
(…) La Creación nos propone la verdad en enigmas, como la Esfinge que mató Edipo cerca de Tebas. ¿Otro mito? me dirás. Y aleccionador en su fábula, como todos los mitos, porque la Creación es también una esfinge. Ahora bien, la Esfinge, monstruo poliforme, detiene a los viajeros y les plantea un enigma: si los viajeros no lo resuelven, la Esfinge, según el mito, los despedaza y los devora.
 
Tal hace la Creación: despedaza y devora luego los andantes que no resuelven su enigma: los despedaza en la multiplicidad de sus amores; y los devora, porque amar es incorporarse a la forma de lo que se ama. Pero el héroe tebano mató a la Esfinge. ¿Cómo? Resolviendo su enigma. ¿Será necesario imitar a Edipo? ‘A fuerza de amar las cosas creadas ­ dijo Agustín -, el hombre se hace esclavo de las cosas, y esa esclavitud le impide juzgarlas’".
(Leopoldo Marechal, ídem)

domingo, 4 de enero de 2015

2014

Este listado de enlaces es la versión especial del disco "2014" para el blog "Aquí estamos".

1. Vamos a levantarnos para ver las flores del jardín (Edgardo Cardozo) | Edgardo Cardozo
2. Dos colores: blanco y negro (Jorge Drexler) | Jorge Drexler (¿con Anita Tijoux?)
3. Ziggy Stardust (David Bowie/vers. Seu Jorge) | Seu Jorge
4. El seclanteño (Ariel Petrocelli) | Suna Rocha y Pedro Aznar
5. Doña Pasión (Georgina Hassan) | Georgina Hassan (con Rally Barrionuevo)
6. Sabor a mí (Álvaro Carrillo) | Monsieur Periné
7. Life on mars? (David Bowie/vers. Seu Jorge) | Perotá Chingó
8. A primera vista (Chico César/vers. Pedro Guerra/adap. Pedro Aznar) | Georgina Hassan
9. As I roved out (Trad.) | Planxty (vocals Andy Irvine)
10. I get along without you very well (except sometimes) (Thompson/Carmichael) | Sílvia Pérez Cruz y Raül Fernández Miró
11. All I want is you (Barry Louis Polisar) | Barry Louis Polisar
12. Amarraditos (Margarita Durán/Pedro Belisario Pérez) | Espumas y terciopelo
13. Chicharra (Marta Gómez) | Marta Gómez y Luna Monti
14. The night the pugilist learned how to dance (Sting) | Sting
15. Ramblin’ rover (Andy M. Stewart) | Silly Wizard
16. Alunados (Jorge Fandermole) | Jorge Fandermole
17. Alma não tem cor (André Abujamra) | Perotá Chingó
18. Compañero (Elegía a Ramón Sijé) (Miguel Hernández/Enrique Morente) | Sílvia Pérez Cruz
19. La melancolía (Marta Gómez) | Marta Gómez
20. Vidala de la copla (Chango Rodríguez) | Raly Barrionuevo
21. Arbolé, arbolé (Federico García Lorca/Marta Gómez) | Marta Gómez