Yo pensé que “¡Guarda el hilo!” era una expresión cordobesa, por aquello del gato “Pateando sapos”, que cantaban Los cuatro de Córdoba y decía: “Guarda el hilo, negro, no te me largués…”. Pero a los cuarenta años me vengo a enterar que también la usó en la música Spinetta, cuando en la “Cantata de puentes amarillos” dice: “Guarda el hilo, nena; guarden bien tus manos esta libertad”.
Se difunde por ahí la explicación que hace una página ecuatoriana (que extrañamente, dado su origen, habla de asados): “Viene de una época en que los albañiles inundaban los barrios con sus plomadas, cucharas, andamios, baldes, pastones[sic] y asados (…) Antes el hilo se usaba para delinear contornos, enderezar paredes y marcar límites”. ¿Será así como dicen?
Parece ser normal hoy en día compararla con la frase “¡Ojo al piojo!”. Y no lo digo yo, lo dice hasta el citado diario ecuatoriano. O un foro de Yahoo!, en donde alguien pregunta: “¿Es lo mismo?”. Y otro, muy gracioso, le responde: “Guarda el hilo lo dijo el sastrecillo valiente a la costurerita que dio el mal paso, para que el gato no agarrara la madeja. Ojo al piojo lo dijo el Barbero de Sevilla, cuando notó que las liendres pululaban en la barba de Juan Carlos de Borbón y Parma y al lado estaba la Duquesa de Alba esperando turno y los piojos saltaban a su enrulada cabellera”. ¡Fantástico!
“¡Guarda el Cristo!”, dice también la página ecuatoriana. “(De) queruza con la merluza”, se lee en el citado foro. En ese mismo foro alguien dice que su padre decía: “¡Guarda la tosca!” Cosa que parece estar emparentada con esta genial frase descubierta en “El tribuno”: “Despacito por las piedras, cuidado con las ‘refaladas’, peligra la brida y se afloja la cabezada”. Y cerramos con otros versos de Spinetta de la Cantata que quizás apunten a lo mismo: “Ojo el ramo, nena, las flores se caen, tienes que parar”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario