sábado, 27 de enero de 2007

Status: viator

Juan Pablo II se avergonzaría de mí (era él, creo, el que rechazaba la idea de “tiempo libre”; porque todo el tiempo nuestro debe ser tiempo “libre”, tanto el tiempo de trabajo como el de descanso). Se avergonzaría de mí porque al dejar el trabajo hoy, último día antes de las vacaciones, me fui cantando el negro spiritual ¡Oh, freedom!.
No more typing, no more mailing, no more meetings over me (coro: over me!). Al menos por un par de semanas.
Y pasado mañana ese ritual inigualable: salir a la calle en remera a las cinco o seis de la mañana y disfrutar de la fresca del verano mientras se carga el auto. Mientras ya hay algo de luz pero la gente aún no salió a la calle. Y escuchar los ruidos de los preparativos en el silencio del barrio. Luego la ruta, unos mates...
¡Ah! Me olvidaba de poner el cartelito: “Cerrado por unos días. Dueño de viaje. Nos vemos a la vuelta”.

miércoles, 24 de enero de 2007

Especial escena sanmartiniana


No se acostumbra ver imágenes de San Martín como esta. La tomé nada menos que de la revista de una Asociación Sanmartiniana (quiero decir con esto que no me llegó por medio de un revisionista histórico “especialista en desengaños”, de esos que “en nombre de la verdad” se van hacia un extremo lleno de escepticismo o en pos de un malentendido “realismo”; cuando no tienen, además, cierta carga de rencor).
Una imagen así, presentada por los mismos sanmartinianos, es sin duda una ocasión para la reflexión. Si tenemos en cuenta además otras cosas, como el valor del sufrimento, podemos sacar provechosas conclusiones. Títulos varios posibles para tópicos varios posibles: "El libertador y el hombre" (cliché, lo sé, pero mejor que “El hombre detrás del libertador”, que es un título cliché y falso, como si un libertador dejara de ser hombre para ser libertador), "El sufrimiento detrás de las gestas heróicas" (un poco obvio, pero podría ser), etcétera.
Post scriptum: al cierre de esta edición, al mostrarle a mi esposa la imagen en cuestión, me dice no ser novedosa para ella, y haberla ya visto en algún lugar. Me tomé el trabajo entonces de profundizar un poco y fruto de ese trabajo les dejo el enlace a una página que habla del pintor de esta imagen sanmartiniana, Fidel Roig Matóns.

domingo, 21 de enero de 2007

Alarma

Volvía ya de noche por las cinco cuadras. Detrás de las persianas se veía siempre la luz azulada. Pareciera que casi todo el mundo, cuando llega la noche, se planta delante de la caja boba.
¡Opio de los pueblos! ¿Cómo quieren que avance la civilización? ¿Cómo quieren que mejore este país?
Algo de alivio. Casi llegando a casa, el club de barrio tenía las puertas abiertas.
Post scriptum: es muy difícil domesticar a la televisión, que se aprovecha de todas nuestras debilidades.

jueves, 18 de enero de 2007

De ella, en la noche

(De mucho gusto sigo teniendo necesidad de hablar con esta gente que me deja esperando con la Amadeus. El hallazgo de hoy: Jean Pierre Rampal en flauta para un concierto de Joan-Baptista Pla).
Hoy me acuerdo de ella (que está acá al lado), de la primera vez que salimos juntos en Buenos Aires, de cómo la dejé esperando tanto tiempo en aquel cine, de cómo me esperó. Sentí de vuelta la novedad de nuestro amor, hecho del gusto por hacer juntos cosas simples.
Paradojicamete, la canción que se me pegó hace ya varias horas habla de un “plantón”, un plantón que hace una mujer. Dice además que hay mujeres que te aferran y otras que te dejan contando estrellas en la noche; ella es de las primeras, y no falla. ¡Gracias!
While a cluster of night jars sang some songs out of tune... [*]
[*] “Mientras un racimo de night jars cantaba algunas canciones desafinadas”. La frase la tomo de la mentada canción. Y es muy curioso porque en este preciso momento que escribo la entrada está pasando sus primeras horas en casa el jilguero de mis padres (segundo pájaro en la casa) e improvisa algunos sonidos nocturnos.

lunes, 15 de enero de 2007

Guitarras (toscana y neuquina)

Mi conocimiento de la "guitarra clásica" se limitaba al Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo (del cual tengo una grabación de la Orquesta de Cámara de Eslovaquia junto con Aláirás Bélyegzó en guitarra; un CD distribuido en su momento por Musimundo).
Pero hoy conocí algo más. Amantes de la guitarra, apúntense este dato: Concierto Nº 1 para Guitarra y Orquesta en Re Menor, op. 99, de Mario Castelnuovo Tedesco (ver brevísima reseña).
Son esas cosas que llegan por azar (así le dicen). Tanto que lo escuché durante una espera telefónica. Quien me dejó esperando puso como música de fondo la radio Amadeus, de música clásica, y ahí tuve una de esas esperas que uno no quiere que terminen (rara especie de espera, esa que no desespera). Cuando me atendieron debí forzar cierta molestia, para hacer valer el reclamo, pero lo cierto es que la música me había calmado como dicen que lo hace con las fieras.
Nota:
Amantes de la guitarra, apúntense este otro dato. Damian Cazeneuve, guitarrista argentino, neuquino, fue el que interpretó esa pieza. Mi próxima misión en las disquerías: encontrar la grabación que Amadeus puso en el aire.

domingo, 14 de enero de 2007

Faites tout ce qu’il vous dira

Hoy leemos el pasaje de las bodas de Caná. Y hay unas palabras inolvidables de la Virgen. Son las palabras que han inspirado al beato Guillermo José Chaminade, fundador de los Marianistas. Aunque el sacerdote tuvo su encuentro con la Virgen del Pilar, de Zaragoza, él era de origen francés. Es así que estas palabras las habrá leído por primera vez de este modo:

Faites tout ce qu’il vous dira.

“Hagan todo lo que Él les diga”, dijo María. Que esas palabras sean también las que nos inspiren a nosotros en este nuevo año que empieza.

miércoles, 10 de enero de 2007

Más política y yo

... Pero no son las dudas las que debemos llevar los cristianos a la política, sino las seguridades. Tomo así la advertencia de Javier, creo. Y claro que hay lugar para las seguridades cuando la política es más que impuestos y leyes de tráfico, como me ha ayudado a ver Enrique.
Hace poco leí un artículo de Horacio Bojorge (primera vez para mí) en el cuál el autor se encarga de poner en duda la supuesta debilidad política de los católicos. Y muestra como se puede influir en la política aún sin estar ocupando los puestos de poder. Repasando la historia de la humanidad, iluminando con libros de la Biblia como el de Daniel, el autor llega a decir:

(...) los católicos, aún no estando en el poder, aún siendo especialistas en perderlo como parecen serlo, han tenido y siguen teniendo una fuerza de supervivencia, que es, de alguna manera, una fuerza de orden político. Un vigor que, si no pertenece al orden del poder político, sí al orden de la resistencia política, lo cual es, de alguna manera, una cierta forma de poder.

Luego aclara que nuestra debilidad es la debilidad frente a las fuerzas demoníacas, una debilidad en la que debemos dejar que la fuerza de Cristo se manifieste.

(...) Se trata pues de una debilidad de la carne en la que brilla la fuerza del espíritu. Nuestro combate y nuestras armas son, como lo decía San Pablo, espirituales. Si llegamos a comprender esto nos desembarazamos de un falso sentimiento de debilidad, pero a la vez nos hacemos capaces de comprender cuál sería nuestra debilidad verdadera: nuestra falta de fe.

lunes, 8 de enero de 2007

Política y yo

Para hacer política hay que estar seguro de las propias ideas. Aunque no sean muy buenas, aunque sean precarias (y sin saberlo, porque en caso contrario ya no sería convicción sino engaño).

Yo no hago política, porque estoy seguro de muy pocas cosas. Sin embargo, en mi opinión, esas pocas cosas son las cosas importantes. Son aquellas cosas de las que se puede estar seguro. El resto es política.

Yo no soy bueno para hacer política. Porque en política la duda es debilidad. Y como dice esta frase que encontré hace unos días en boca de un personaje de La bahía de silencio:

En materia de política y de ideas, no hay derecho a ser débil. Con la debilidad elevada al rango de virtud se gana el Reino de los Cielos, pero no se conquista el poder.

Yo no hago política, pero tampoco la desprecio. Más aún, envidio a aquellos que se lanzan a dirigir al mundo de acuerdo a sus ideas.

Por ellos mis oraciones. (Y las de ustedes por mí. Muchas gracias).

jueves, 4 de enero de 2007

Pena de muerte

Si yo estoy o no “de acuerdo con la pena de muerte” es una disyuntiva totalmente irrelevante. Una opinión así (por sí o por no) no tiene razón de ser, ni siquiera merecería la categoría de opinión.
Que uno o más pontífices y teólogos hayan pensado y piensen que no debería practicarse más la pena de muerte, eso sí es más importante. Y la verdad es que me convencen con sus razones.
Pero veo que lo que está escrito en el catecismo es:

La preservación del bien común de la sociedad exige colocar al agresor en estado de no poder causar perjuicio. Por este motivo la enseñanza tradicional de la Iglesia ha reconocido el justo fundamento del derecho y deber de la legítima autoridad pública para aplicar penas proporcionadas a la gravedad del delito, sin excluir, en casos de extrema gravedad, el recurso a la pena de muerte. Por motivos análogos quienes poseen la autoridad tienen el derecho de rechazar por medio de las armas a los agresores de la sociedad que tienen a su cargo. (2266)

Si quieren saberlo, no le encuentro razón de existir a la pena de muerte. Pero la verdad es que la Iglesia dice lo que dice en el catecismo. Y como tengo mucha fe en mi ignorancia y en las enseñanzas de la Iglesia, siempre traté de entender porqué es como es la doctrina al respecto.
Y como no quiero engaños en este camino de aprendizaje, leo con preocupación la nota de Zenit titulada: La Santa Sede reitera su rechazo de la pena de muerte. Allí dice lo siguiente:

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 1 enero 2007 (ZENIT.org).- La Iglesia católica es contraria a la pena de muerte, aún cuando el condenado sea culpable de graves delitos.

Así se ha encargado de recordarlo a la prensa, el sábado pasado, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, S.J.
(...)

“La postura de la Iglesia católica –contraria a la pena de muerte- ha sido subrayada varias veces. Matar al culpable no es el camino para reconstruir la justicia y reconciliar a la sociedad. Incluso existe el riesgo de que, al contrario, se alimente el espíritu de venganza y se siembre nueva violencia”, añade.
(...)

Acá hay un error, o bien gato encerrado. Evidentemente hay palabras muy sutiles. Porque una cosa es el Catecismo y otra sería “la postura de la Iglesia Católica”, expresión que reclama una definición más clara.

martes, 2 de enero de 2007

Juventud en "blog"

Volví con Mallea y les regalo este párrafo bien digno de ejercicio de metablog, cosa apropiada para los comienzos de un nuevo año.

Juventud es voz que está por decirse; temprano tumulto agolpado ante demasiado estrecha puerta; voz que no tiene voz. De ahí que lo que está más cerca de la juventud sea el pronunciarse, que lo que la juventud reclama más vivamente es pronunciarse. Las juventudes que por una causa u otra no pueden decir su palabra, pronunciarse de un modo u otro, se frustran más tarde, y no en la realidad exterior, sino por dentro.

Eduardo Mallea, La bahía de silencio, XXIV.

lunes, 1 de enero de 2007

El hombre común

Otro magnífico regalo, obra de mi esposa, ha sido “El hombre común”, la colección de artículos y ensayos de Chesterton editada en Argentina por Lohlé-Lumen. Ya en el segundo párrafo me doy cuenta de que este libro me gustará:

La tesis es ésta: que la emancipación moderna en realidad ha sido una nueva persecución del Hombre Común. Si ha emancipado a alguien, de manera especial y por estrechos caminos, ha sido al Hombre Excepcional. Ha brindado una especie de libertad excéntrica a ciertos hobbies de los hombres de fortuna o, en ocasiones, a algunas de las locuras más humanas de la gente culta. Lo único que ha prohibido es el sentido común, como lo hubiera entendido la gente común. De esta manera, si comenzamos por los siglos XVII y XVIII, descubrimos que el hombre en realidad ha obtenido mayor libertad para fundar una secta. Pero el Hombre Común de ninguna manera quiere fundar una secta. Es mucho más probable que quiera, por ejemplo, fundar una familia. Y es exactamente allí donde es muy posible que los emancipadores modernos comiencen a frustrarlo: en nombre del progreso, en nombre del Infanticidio.

Y esto me hace pensar que si hay tantos devotos de la vida moderna y fanáticos admiradores de lo que se conoce como progreso es porque estamos cada vez más llenos de “hombres excepcionales”, o de hombres que creen ser excepcionales. Como aquellos de quienes el mismo Chesterton nos hablaba aquí hace unos meses.
(En el día primero del año 2007, día de Santa María, Madre de Dios)