lunes, 27 de marzo de 2017

La europea más central (hoy y ayer)

Ya dijimos alguna vez que antes era más fácil estudiarse las capitales. Antes, cuando la URSS ni Yugoslavia ni Checoslovaquia habían estallado en mil países. Ahora estuve estudiando con F. y para hacerlo más llevadero hice algunas verificaciones.

Se consideran los 46 estados europeos (Almanaque Mundial 2013): Albania, Alemania, Andorra, Austria, Belarús, Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Islandia, Italia, Kosovo, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Macedonia, Malta, Moldavia, Mónaco, Montenegro, Noruega, Países bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rep. Checa, Rumania, Rusia, San Marino, Serbia, Suecia, Suiza, Ucrania, Vaticano.

Todas las cosas aquí enunciadas no fueron comprobadas por ninguna autoridad competente. No use esto para sus tareas escolares o póngale adelante un “creo que”, “leí en una página rara que”, etc.

Las capitales europeas más distantes entre sí son: Reykjavic y Nicosia (distancia por ferry y terrestre: 6269 km).
Las más cercanas: Roma y Ciudad del Vaticano (descubrimiento de F., distancia: 0 km).
Sin considerar esas dos, las más cercanas son: Viena y Bratislava (distancia: 67 km).

Y ahora lo más sustancioso. Se trata de encontrar la capital más central.

Es decir una especie de baricentro de capitales europeas (o la capital más cercana a dicho baricentro), teniendo en cuenta distancias terrestres (y por ferry donde hiciera falta) por el recorrido más corto (no necesariamente el más rápido).

Para eso se debe tomar cada capital y calcular su distancia al resto de ellas. Luego se suman dichas distancias y la capital que suma la menor cantidad de kilómetros es la más céntrica. Como no íbamos a hacerlo para todas empezamos con una observación.


Pensamos que Praga tendría grandes chances y calculamos para ella. Pero sospechamos de Viena y al calcular vimos que lo mejoraba. No así Berna, que se iba muy al oeste. Pero si Viena era ahora la más central, nada podía decirme que no fuera Bratislava realmente la que ostentara el título. Sin embargo no fue así. Por una muy pequeña diferencia, claro, como era de esperar, pero Viena mantenía su título.

Chequeamos luego Liubliana y Zagreb, porque no habíamos probado desplazando hacia el sur. Pero no fueron más céntricas. Chequear Vaduz como algo más cercano que Berna hacia el oeste probablemente fue innecesario. Igualmente innecesario haya sido quizás hacerlo para Budapest, aunque hubo una sorpresa: la húngara resultó mejor posicionada que Praga. Esto sin duda se debe a la multiplicidad de capitales existentes ahora en la Península Balcánica.

La capital más central de Europa es entonces Viena, capital de Austria.

Pero ahora algo que quizás sea más interesante aún para los viejitos como yo. ¿Qué pasa si volvemos a nuestra época? Si existieran Checoslovaquia, Yugoslavia y la URSS desaparecerían del cálculo 13 capitales y, ¡oh sorpresa! Mis intuiciones no eran tan malas al haber empezado por Praga, ¡porque es ella la que era la central!


Claro que la que entraría segunda, pero es una diferencia despreciable en estas magnitudes, transformándolo en un empate, es la ciudad de Vaduz, capital del Principado de Liechtenstein.

Eso es todo amigos.

domingo, 19 de marzo de 2017

Jazz huachaca

Soy de la época en que se estrenaban los Unplugged de MTV. Cuando hicieron los de artistas latinos estuvo una vez un grupo chileno llamado Los Tres. En el final del set de canciones anunciaron que tocarían temas de un tradicional compositor de su tierra llamado Roberto Parra Sandoval. La última canción, cierre del unplugged, fue "Quién es la que viene allí". Me pareció genial y la tengo siempre en mi "bílbor" en los primeros puestos (y le dedicamos una entrada hace mucho tiempo).

Recién ahora caigo que esa canción no es típico folklore chileno. Las canciones con que Los Tres empezaron el set de Parra sonaban de tierra adentro y hoy veo que serían cuecas. Pero esta, también en estos días me di cuenta, tiene que ser otra cosa. Lo supe exactamente ayer, cuando encontré un disco de Roberto Parra llamado "Los tiempos de la negra Ester".

Un comentarista me dio la pista: “Sencillo y tremendamente innovador. Un arte de mezclar las influencias: rock 'n' roll, bolero, la cueca, los vals y dándole personalidad al punteo de la guitarra se convierte solo en jazz. Notable lo que se hizo acá”. Y aunque “Quién es la que viene allí” no se encuentra en ese disco, se trata sin duda del mismo estilo. Ese estilo que creó Parra lo dieron en llamar “jazz huachaca”.

Dice Wikipedia: “Guachaca o wuachaka, es un modismo chileno peyorativo que se asocia a personas vulgares, ordinarias o de mala clase. (…) Asociada a la música que el folclorista Roberto Parra venia forjando desde los bajos fondos urbanos de Santiago, Valparaíso y San Antonio, inspirado en el jazz de Django Reinhardt, Nicanor Parra, hermano de Roberto, bautizó el estilo de música como "jazz guachaca", que era una mezcla de cueca, tango, bolero, corrido, fox-trot y jazz. Una de las obras más importantes y representativas de este estilo es la música de La negra Ester, obra musical creada por Roberto Parra en 1971, y llevada al teatro en 1988 (…) Roberto Parra se vio fuertemente influenciado por la música popular de los años 1940 tales como el Quintette du Hot Club de France, Benny Goodman y Louis Armstrong para la creación del jazz huachaca”.

sábado, 4 de marzo de 2017

The reason

Wikipedia nos dice, como descubriendo algo oculto, que el famoso tema de Tracy Chapman llamado “Give me one reason” es un simple blues (“a classic twelve-bar blues”). No lo digo así porque yo lo supiera, lo digo porque efectivamente algo pasa con eso. Algo pasa que hace que se mencione el hecho como una revelación. Es lo que sucede muchas veces cuando un tema es muy bueno y muy simple. Pero si lo quieren decir mejor y justo para este caso, escuchemos lo que dice el guitarrista Lee Ritenour.

La historia empieza cuando Ritenour hace el disco “6 string theory”, un disco en donde participan muchos músicos y estilos. “Give me one reason” es la cuarta canción del disco y Ritenour cede su lugar allí para que Joe Bonamassa presente su arreglo de la canción. Es un genial blues, ahora a la vista, que no solo toca y canta Bonamassa sino que lo acompaña otro genial guitarrista como es Robert Cray (y encima asociados con Vinnie Colaiuta en la batería, Tal Winkelfeld en el bajo y Larry Goldings en los teclados).

La cuestión es que en el video en que Ritenour presenta este tema, él hace una genial explicación de lo que dijimos en el primer párrafo: “The funny thing is that Tracy’s original versión… You know, she sings it quite fast. And she’s got her incredible sort of style and her vibrato. And she has that sort of foxy thing about her, right? And is so Tracy that for many… you sort of forget it’s a basic blues tune”.

¡Eso es! Es un blues pero hay que aclararlo, como hizo Wikipedia, porque Tracy Chapman lo hace algo especial. Lo hace algo “tan Tracy”, como dice Ritenour.