miércoles, 30 de noviembre de 2005

¿Error?

Una colección muy conocida de 100 libros de Editorial Salvat, editada en 1969; aún hoy se encuentran ejemplares en las casas de usados. Libro "25": Ayax, Antígona, Edipo Rey; de Sófocles. Prólogo de José María Pemán. De ese prólogo:
Sófocles (...). Nacido en los últimos años del siglo quinto antes de Cristo, murió nonagenario hacia el año 406.

Resquemor

La verdad es que mucho no entiendo de esto de la donación de órganos y de la flamante ley de "donante presunto". Pero no descarto que sea otra de las ideotas del Mini-estro... perdón, del Ministro de Salud que tenemos.
Digamos simplemente que la idea no viene apadrinada por alguien que me genere mucha confianza. Más allá de lo controvertido que es el tema de la donación de órganos en sí (por los requerimientos: ¿es verdad que se requiere muerte cerebral pero no del corazón? ¿Cuándo muere alguien verdaderamente?; por la carga emocional del tema: un lector que haya salvado su vida por una donación, o la de un familiar, o al contrario perdido la chance de salvarla por no haber podido obtener un donante, sin duda que estará juzgando muy frías mis palabras).
Lo que me sorprendió una vez fue leer cuando un periodista llamado Seewald entrevista a Ratzinger (hay un libro llamado "Dios y el mundo", de reciente edición, que recoge esa entrevista) y le pregunta si él, cardenal entonces, donaría sus órganos, a lo que el futuro Benedicto XVI responde que sí.

martes, 29 de noviembre de 2005

Brotes

Rosa de gajo es muy difícil. Eso aprendí. Pero al final, una salió. Mi jardinería es muy pobre: pozo, planto, tapo y riego. Y eso para un malvón alcanza. Pero para una rosa...

Sin embargo fue como un partido ganado a pura garra. Regamos y regamos hasta que salió. Por supuesto, la dirección técnica de mi suegro, encargado de elaborar el gajo, fue la clave.

¡No va que por estos días mi hermano se destapa con que va a tener un hijo! Andaban buscando y sorteando inconvenientes, pero al fin llegó. Como la rosa.

Damos gracias a Dios por esta bendición y pedimos que crezca sano adentro hasta que le toque salir.
Por acá tendrá a un primo mayor esperando...

lunes, 28 de noviembre de 2005

Adviento con el Papa

Hoy que las tenemos, gracias a los medios de comunicación, que por otro lado tantos problemas nos causan, tenemos que aprovechar las palabras del Papa. Será una comparación muy trillada, pero si un cristiano de los primeros siglos supiera que en el futuro los cristianos tendrían la palabra del mismo Papa en casi cualquier lugar del mundo, hubieran sentido una felicidad inmensa.

Día a día leemos noticias y noticias, estamos al tanto de lo que hace el presidente o tal ministro. Por otra parte, el tipo de noticias y el modo en que se ven y se comprenden es muy mundano. Por eso es una bendición tener la posibilidad de consultar diariamente periódicos o agencias de noticias católicas, con otra forma de ver las cosas y con las palabras de nuestro Papa y pastores.

Y como esta entrada ya esta muy vulgar, vamos a lo que vine. Adviento: qué dijo el Papa. Cosas muy simples, pero muy importantes. Sigo la línea del artículo de Zenit (27.11): “Adviento, tiempo para volver a esperar en la renovación del mundo: asegura el Papa”.
(...) cada vez que la comunidad cristiana se prepara para hacer memoria del nacimiento del Redentor, experimenta en sí un escalofrío de alegría, que se comunica, en cierta medida, a toda la sociedad.
“¡Escalofrío de alegría!”. ¡Sin igual! Me gustaría conocer el original, pero no dudo que sea literal la traducción, por ser tan “originales” las palabras.
En Adviento --aclaró--, el pueblo cristiano revive un doble movimiento del espíritu: por una parte, levanta la mirada hacia la meta final de su peregrinación en la historia, que es el regreso glorioso del Señor Jesús; por otra, recordando con emoción su nacimiento en Belén, se agacha ante el Nacimiento.
Contagiado por lecturas “castellaninas”, es una alegría escuchar hablar de la segunda venida, tema tan poco de moda.
(...) los cristianos tienen que despertar en su corazón la esperanza de poder, con la ayuda de Dios, renovar el mundo.
Toda una utopía hasta para algunos que nos consideramos cristianos. Pero no lo seremos tanto si es que pensamos que no podemos desear y pedir a Dios eso, si es que pensamos que eso es imposible. Como decía Santa Teresa de Ávila:

(...) es harto daño no creer que Dios es poderoso para hacer obras que no entienden nuestros entendimientos.
De las Moradas sextas, capítulo tres; alguna vez lo traje aquí.

domingo, 27 de noviembre de 2005

Adviento (semana primera)

Primera semana de Adviento. Pero mañana es lunes y nadie va a hablar de eso. Varias horas al día en temas tan efímeros como "urgentes". Así que durante las horas en familia y ante los pacientes lectores, comentaré mis planes (que ojalá sean los de Dios). Primero, confesión de Adviento. Segundo (me apuntan) colaborar con el pesebre casero a realizar con Francisco. Y otras cosas. Pero hablamos más adelante. Porque me caigo de sueño. Ai nos vemos...

sábado, 26 de noviembre de 2005

Yo quiero ser...

¡Quién pudiera! Yo quisiera. Ser como aquellos...
los que, como la acacia y el alerce
viven despacio en un crecer de invierno
sin más quehacer ni lucro que un eterno
a sí mismos hacerse
O como esos otros...
los de palabra parca, más bien dura
cuyo silencio, cauto a la caterva
esconde pudorosa la reserva
de una inmensa ternura
Pero hay algo que yo más aún quisiera...
Yo quisiera ser un sembrador
de fe y de gozo...
Nada más que eso;
yo no soy sermonero ni filósofo...
¿Y qué puedo enseñar si no sé nada
de lo único que adoro?
...
Tomados de Noche de Año Nuevo (las dos primeras) y de Dios (la tercera), de "El libro de las oraciones", que se me va yendo.
Nota: el tercer fragmento lo conocí en "Fotos del Apocalipsis".

jueves, 24 de noviembre de 2005

Hipótesis e ilustración

(...) en virtud de aquel "humorismo angélico" (...) también la sátira puede ser una forma de la caridad, si se dirije a los humanos con la sonrisa que tal vez los ángeles esbozan ante la locura de los hombres.

Prólogo indispensable del "Adán Buenosayres", de Leopoldo Marechal.

Hoy vi a un señor como de 60 años, con los ojos cristalinos, unos ojos que contenían toda la paciencia del mundo y toda la bondad. En realidad era su rostro completo el que expresaba todo esto, pero sus ojos no tenían comparación, eran tan compasivos que casi me hicieron llorar, porque se compadecían de mí; de miserias y angustias que hoy pasé, de dudas y penas que hoy me estremecieron profundamente. Y pensé, así quiero tener yo los ojos cuando sea grande; y él, sin reírse, se rió de mí, pues voy exactamente por el camino opuesto de aquél que me llevaría a morir en paz así, con unos ojos así.

Tomado de un blog.

miércoles, 23 de noviembre de 2005

Como soy un poco triste...

Como soy un poco triste
siento la necesidad
de hacer uno que otro chiste
basado en la realidad...

De Coplas al modo salteño, en el "Libro de las Oraciones" de Leonardo Castellani.

martes, 22 de noviembre de 2005

Convalecencia

Merece una entrada. Volvieron los jacarandaes a florecer.
Entre otras cosas.
Poco que decir. Mientras me curo del hígado les contaré que descubrí lo que podría ser la palabra esdrújula más corta: área.
E y a se separan por ser ambas vocales fuertes. Luego área tiene tres sílabas, y por acentuarse en la antepenúltima, lleva tilde.
No tan cortas pero similares y muy interesantes: aéreo, áureo.
¿Qué? Sólo del hígado mal, sí, ¿por?

domingo, 20 de noviembre de 2005

Ciudad (divagues)

Nací en Buenos Aires, aunque ahora no vivo ahí. Es algo insalubre la ciudad, pero el lugar donde nacimos lo queremos sea como sea.

Mi ciudad tiene el encanto de los escritores bohemios en los bares del centro, tiene el misterio del subte que aparece y desaparece bajo tierra, tiene muchas cosas más. Tiene algo de inhumano, pero el hombre es capaz de humanizar hasta la ciudad.

Él hizo la ciudad. La ciudad es "libre" y puede decidir lo que hace. El ciudadano no puede modificarla. Sabe que así libre (o, digamos, así en la posibilidad de su libre albedrío) es autora de los más bajos actos. Pero la ama igual. Y le da la libertad para que algún día vuelva a él, al hombre.

Claro, para eso deberá negarse a ella misma.
(En el día de Cristo Rey)

viernes, 18 de noviembre de 2005

Costumbres vivas

Hoy. Siglo XXI. Ciudad de Buenos Aires. Millones de habitantes en poco espacio. Televisión, Internet, radio, cidí, dividí, mi, tu, fu. ¿Me creería usted si le digo que aún hay gente (en esta ciudad, sí) que charla en las veredas por las noches de verano?
Pues las hay. Las he visto. Fue hace unos días, en los barrios del sur, allá donde las calles vuelven a cambiar de nombre*.
Y debe haber otros barrios donde también suceda, pero la citada es prueba suficiente.
Y acá, en mis pagos de los surroundings, hay casas (creanme, me siento orgulloso) que dejan la puerta abierta durante el día. Y se puede ver la puerta "cancel". Como invitando, como dispuestos a recibir.
* ¿Es significativo que las calles cambien de nombre en Rivadavia y en Caseros? ¿Y que La Plata no cambie de nombre en Caseros? ¡Epa! Trabajo para algún historiador...

miércoles, 16 de noviembre de 2005

Pseudoversos sobre incidentes nocturnos

En general, por un rato largo las sigo,
y las mato cuando me animo.

Pero esta vez... la vi de lejos,
pasaba lo más oronda y rapidito
a plena luz y hacia el lugar que yo más quiero
(porque allí entonces estaban ellos).

Señalé el libro y salí a su encuentro;
sabía que tenía poco tiempo.

Saqué alguna prehistórica fuerza
de hombre defendiendo a su familia
de las furias de la naturaleza.
Y con el tradicional “chancletazo”
di final a su vida
en el umbral de la pieza.

Y que me perdonen los ecologistas...
(este asunto tiene muchas aristas).

Cruzando textos

Por “Mar adentro” leo el mensaje de Benedicto XVI al Presidente de la Cámara de Diputados italiana:

En su mensaje dice el Papa:

Quisiera una vez más confirmar que la Iglesia, en Italia y en todo país, al igual que en las diferentes instituciones internacionales, no pretende reivindicar para sí ningún privilegio, sino sólo tener la posibilidad de cumplir la propia misión en el respeto de la legítima laicidad del Estado.

Al referirse el Pontífice a la riqueza de la cohesión interna de Italia, escribe:

Esta unión presupone un centro, un núcleo que dé significado y valor, en torno al cual puedan converger las diferentes posiciones ideológicas y políticas. Este centro sólo puede ser la persona humana, con los valores inherentes a su dignidad individual y social, que la Iglesia, por mandato de Cristo, desea servir ardientemente.

Que no es lo mismo que decir (como Sartori; según leo por "Ens"):

“(...) El problema de fondo es que una sociedad democrática es necesariamente una sociedad laica, porque se funda sobre la voluntad del pueblo y luego sobre ciertos valores que también son promovidos por la Iglesia. La sociedad islámica, en cambio, es teocrática porque está fundada sobre el principio de la voluntad de Dios. Por eso la integración es difícil: si manda la voluntad de Dios no manda la voluntad del pueblo, y viceversa”.

Sucede que son dos contextos y objetivos distintos. En el primer texto se expone (entre otras cosas) que hay un bien para el hombre, que la sociedad debe luchar por él y que eso es lo que la Iglesia también quiere e intenta hacer. En el segundo texto se quiere dar preponderancia a la voluntad del pueblo... “y luego (...) ciertos valores”. O sea que, para empezar, si el pueblo quiere hacer macanas, se harán macanas.

Además, decir “y luego sobre ciertos valores... que también son promovidos por la Iglesia” puede parecer correcto. Pero podría insinuar la afirmación de la llamada “ética laica”, ya que no dice de dónde surgen esos valores. Y hasta podría parecer que el Papa coincide, cuando propone “el respeto a la legítima laicidad del estado”. Pero no es así.*

Benedicto XVI no está olvidando de dónde surgen los valores mencionados, no está olvidando a Dios como fuente de la dignidad del ser humano. Imagino que, entre tantas otras cosas, el Papa lleva arraigada la confianza en el hombre, y en su capacidad de llegar a la verdad por la razón (esa de la que nos hablaba Juan Pablo II en “Fides et ratio”). Por eso habla así a los políticos.
* Hay además una diferencia entre acepciones de palabras como laico, laicista, etc. Hace poco he leído sobre eso pero no recuerdo dónde.

martes, 15 de noviembre de 2005

Algo acerca de las promesas

(En el mundo comercial, se utilizan frases o slogans que a veces contienen palabras importantes. En el caso que vi hoy es la expresión "cumplir promesas". Y hay que decir que es llamativo escuchar hablar de "promesas" como tal. Estamos acostumbrados a escuchar "acuerdos", "compromisos", "alianzas"; palabras no menos importantes, por cierto)*.

Si una promesa es para siempre, sólo la habré cumplido si nunca la dejé de cumplir. Si alguna vez no la cumplí, el “juicio final” será que no cumplí la promesa.

En inglés dicen: “keep a promise”. “Guardar una promesa”, traducen algunos. “Mantenerla”, se me ocurre, usando ese keep.

Así visto, en castellano estaríamos poniendo énfasis en el final, en el cumplimiento de la promesa, mientras que en inglés se estaría destacando el transcurso, la característica del "promesante" en camino hacia el cumplimiento final.

Pero claro, las promesas para toda la vida son promesas que se cumplen continuamente, porque se vive siendo fiel a las mismas (frente a posibilidades de no serlo). Se vive cumpliendo las promesas. Y de esa forma, ambas expresiones (en castellano y en inglés) son semejantes. ¡Bah!, yo digo.

Sé que algo (o mucho) se me debe estar escapando por atrás de todo esto. Pero vaya lo que fue, por ahora, para empezar.

Posdata: por ejemplo, hay promesas que se deben cumplir continuamente y hay promesas que se cumplen en un determinado momento (prometo ser buena persona, primer tipo; prometo ir hoy a tal lugar, segundo tipo). Quizás otra diferencia no sea el "tiempo de vigencia" de la promesa sino las oportunidades en que se prueba la fidelidad a la promesa. Está también la forma de enunciarlas, afirmativa o negativamente. Etcétera. No prometo seguir con este tema.

* Todo surgió al leer el slogan de una firma que vende maquinas para depósitos: “[Máquinas X], because you have promises to keep”.

A falta de punto final, un paréntesis

Si no tuviera que pedir permiso, ahora frenaría. Por hoy ya está. Me subiría al bólido, desandaría la calle lateral, cruzaría la vía (la vía vieja, que aún esta viva; esa por donde los trenes pasan lento, como los vecinos caminando) y seguiría a su vera por un trecho. Lo del médico protestante, la casa de ejercicios... (frente a la policía hay que “aflojar el tranco”, eso lo aprendí leyendo Don Segundo Sombra)... después los cementerios, el de trenes y el de hombres. Luego los talleres. Cruzaría la vía nueva y llegaría a mi barrio.
Pero hay que seguir otro poco acá. Aprovechando para hacer política. El proletariado moderno no maneja todos sus tiempos a piacere.

sábado, 12 de noviembre de 2005

Una pregunta

Ya van dos veces que me encuentro la expresión. Una vez fue José Luna* (con el señor Cantabelli):

JOSÉ LUNA: (...) Los ojos de Lucía Febrero se abren al mundo como dos preguntas verdes. Y su corazón también es una pregunta.
FILOMENA: ¿Verde?
JOSÉ LUNA: (Turbado). Sin color, Filomena. Pero más terrible que las otras. Esa es una pregunta que hace llorar.
LEONE: (A García, por José Luna). ¡García, está delirando!
GARCÍA: ¡Es la lujuria que se le metió en los ríñones!
JOSÉ LUNA: (A Filomena, patético). ¡Filomena, no me digas que no has entendido!
FILOMENA: No entiendo nada, José.
JOSÉ LUNA: (A Cantabelli). Y usted, ¿lo en­tendió?
CANTABELLI: Naturalmente. Lucía Febrero es una pregunta viva; lo ha sido eternamente.
JOSÉ LUNA: ¡Gracias, Cantabelli! Usted es un hombre. ¿Y si nos tuteáramos?
CANTABELLI: José, todavía no.
JOSÉ LUNA: (A todos). ¡Oigan! El señor Canta­belli ha dado en la tecla: Lucía Febrero es una pregunta urgente.

Y la otra vez fue Castellani, en el poema Mari-Ángeles**, que termina:

Pero aún cuando no exageres
la verdad es que no eres
con veinticinco alfileres
nada más que una pulguita
y eres ya una mujercita
y una pregunta infinita
como todas la mujeres.

Cosa intrigante eso de la mujer como una pregunta...
* "La batalla de José Luna", Leopoldo Marechal.
** "El libro de las oraciones".

viernes, 11 de noviembre de 2005

Desengaño de París

París no es para todos los hombres el paraíso de la tierra; no lo creáis así, aun cuando lo repitan sin cansarse aquellos que en París han vivido y saboreado los encantos de una vida activa, donde los placeres del espíritu disputan las horas, que aquí son cortas, a los placeres del sensualismo que trasmite y absorbe las impresiones del ser humano.
No; el paraíso de cada hombre está en la tierra natal; y si ella le falta, y si ella está lejos, ese paraíso lo encuentra en los recuerdos de esta tierra querida y tan sólo en aquellas horas de profunda reconcentración en que el espíritu viaja, atraviesa los mares, recuenta los tiempos, los hombres y las cosas, y por el sentimiento del amor más puro vive en una idealidad que no es dable describir; pero que se siente, que existe para cada hombre, y que sólo puede nacer del amor a la tierra patria. Yo he sentido esas horas.
Hilario Ascasubi. De la introducción "Al lector" en "Santos Vega o los Mellizos de la Flor. Rasgos dramáticos de la vida del gaucho en las campañas y praderas de la República Argentina (1778-1808)". París, Imprenta Paul Dupont, 1872. (Biblioteca Digital Argentina).

jueves, 10 de noviembre de 2005

Buscando la forma cristiana

La Doctrina Social de la Iglesia habla de la “propiedad privada en función social”. ¡Y debe ser difícil de instrumentar, lo admito! En principio, “la caridad no se obliga”, me dicen algunos que se alzan cerca. Claro que el hombre no es de llevarse siempre muy bien con el hombre, pienso. Y si no hay nada que le recuerde su obligación...

Pero hay algo que definir respecto a la “obligación”. Ayudar a los demás “porque hay que ayudar” es una cosa inútil y mala para el que lo hace. Es cuestión de rescatar el buen sentido de la obligación. Aquella persona que sabe que ayudar es bueno, pero se conoce débil y tentado a no hacerlo, toma a la obligación como una ayuda en su libertad. “Sé que es bueno ayudar, por eso me someto a la obligación de hacerlo”, que es obligación para mis impulsos malos, mas no obligación para mi voluntad libre (¿se puede decir así?).

En ese aspecto, la caridad “sí se obliga”. Por algo Dios dejó “mandamientos”. (Ver luego qué interesante este artículo de “Video meliora...”, al que llegue por “Compostela”, en donde muestra como el hombre perdió el sentido de la obligación).

¿Y sin Dios? ¡Ah! Sin Dios es otro tema. Y otro post. (Algo de eso dejó estos días “Mar adentro”). Empecemos por donde empecé: “La Doctrina Social de la Iglesia dice...”. Aunque anticipemos que “sin Dios” sería lo mismo que “sin escuchar a Dios”. Sin Dios la ética es “laica” (no muy feliz término) y como tal podría llegar muy lejos (en cuanto a la razón descubriendo la verdad), pero creo que podría llegar un punto en que la ética laica no encontrara razones para obligarme respecto a mi prójimo. Y entonces no me sentiría obligado. Y entonces, en la primera de cambio, todo se derrumbaría.

Por lo tanto, si en el aspecto individual la caridad necesita de alguien que nos guíe mediante “obligaciones”, ¿cuánto más no se necesitarán esas guías en una sociedad?

Ese “en función social” de la Doctrina Social de la Iglesia debe tener alguna forma de instrumentarse. Recuerdo algún ejemplo de un profesor. Si tuviera yo varias propiedades y una de ellas no la uso ni la exploto, debería dar la posibilidad de que alguien la use o explote... (era algo así).

Esto no es “quitar al que más tiene para dar al que menos tiene”, como un señor opinaba hoy en “La Nación”. Esa es una frase muy agresiva (¿soy muy delicado?). Digamos que es más propia de un Robin Hood. Encima el título del artículo decía que el presidente debe “democratizar la riqueza”. ¡Pobre riqueza! ¡’Ta bien que es engañera! ¡Pero no hay derecho a desearle eso!

Si pensamos en leyes que “obliguen”, vamos a entrar en otro terreno difícil (al menos para mí). Pero pienso, ¿es preciso pensar en leyes de “expropiación”? ¿No hay otras formas de implementar la función social de la propiedad privada?
El cambio debe venir del hombre, de cada uno, lo sé. Pero algo se puede hacer socialmente. Siguiendo la línea del ejemplo de mi profesor, ¿no se podría establecer que quien tiene muchos bienes sin usar, permita a otros utilizarlo, aunque sea sin ceder la propiedad? Es lo mínimo, creo. (Me estoy reiterando, lo sé. Es que conozco poco y además no quiero entrar en detalles).

Va a sonar muy trillado en su forma de decir, pero necesitamos gente creativa (gobernantes, políticos) que se preocupen por el pobre sin llegar a los extremos marxistas y liberales. ¡Es difícil! Es difícil que, indignados ante la injusticia, no queramos a veces “ajustar cuentas” drásticamente. Como es también a veces muy difícil reconocer que siempre tenemos obligación con el necesitado.

Ahí les va el cierre optimista. Quizás esa famosa teoría del péndulo refleje lo que está pasando en Argentina (¡uh, viejo, que gastado eso!). Quizás oscilamos mucho de izquierda a derecha y ahora las oscilaciones son menores, quizás tengamos versiones menos extremistas de lo mismo que hubo antes (¿les cierra?). Siguiendo este camino quizás lleguemos a un punto intermedio (hmm...).

¡Pst, ya sé, con eso no alcanzaría! De nada serviría, e incluso quizás nunca suceda, si no es el hombre el que se mueve. Y le convendría un movimiento “ascendente”.

Posdata: los lectores sabrán que no descubrí la pólvora así que les pido perdón por hablar en voz alta de estos temas (y por alguna que otra teoría que me salió medio zoncita). Mi profesor de Doctrina Social de la Iglesia me perdonará por no recordar nada.

martes, 8 de noviembre de 2005

Panza Verde

Después de escuchar “Panza Verde” en voz de “Los Chachaleros”, salí a averiguar qué era eso. He leído un poquito de todo.

Parece ser muy común que a los entrerrianos se les diga “panza verde” y algunos dicen que es por tomar mucho mate. Pero quizás no es por eso. Hay quien cuenta que “esta famosa versión de llamar "panza verde" a los entrerrianos, no es por el mate sino por que en la época de la guerrilla, como la indumentaria de los soldados era blanca les quedaba la panza verde al tirarse al pasto”.

Algo como eso defienden otros: "(...) Francisco Pancho Ramírez no traicionaba porque era hombre de honor y no creció a la sombra de nadie, ¿ si no fuera hombre de honor, habría muerto por su mujer ? por algo los llaman "Panza verde" por correr por abajo de los alambrados".

En otro lado precisan: "Es sabido que Entre Ríos es una de las provincias argentinas que marchan a la vanguardia en el consumo de yerba mate. Cada habitante consume por año entre 7 y 8 kilogramos de yerba, costumbre que les ha valido a los nativos el apodo de "panza verde" -aunque hay otras versiones que lo atribuyen a las pecheras blancas de los soldados de Pancho Ramírez, que tomaban el color de los pastos, cuando aquellos se arrastraban".

Al parecer hay panzas verde (¿o panzaverdes?) en otros lugares, como en México. También he leído que se llamaba así a los nativos de Antigua, después de que esta ciudad fue abandonada por la actual Guatemala, y sus habitantes debieron subsistir de la palta (avocado, guacamole). He visto que en inglés han traducido green belly o green tummy.

En México algunos siguen una dieta especial para cachorros, de ahí lo siguiente: “La panza verde es la panza sin blanquear, que solamente ha sido lavada en el rastro y no ha sido sometida a la acción abrasiva de la cal ni al proceso de raspado. De la panza verde solamente emplearás la primera y la última sección de las cuatro que componen el estómago de los rumiantes. Esta panza no va a formar parte de tu dieta en esta etapa sino hasta la siguiente”. No sólo rumiantes, hay también moscas de panza verde.

Pero según pude al fin averiguar, la zamba que compusieron Jaime Dávalos y el Cuchi Leguizamón parece referirse a un cacique llamado Panza Verde, del cual no tengo mas datos.

Cavan oscuros los bombos
el sueño de Panza Verde,
por un tiempo trasnochado,
Chaco adentro de la muerte.

Panza Verde muere solo,
bajo las quenchas del huete,
lo están velando la noche
y el filo de los machetes.

Hacia la luna ramosa
los polvaderales crecen,
mientras el baile jadea
debajo’ los urundeles.

La tierra no la velaron
como a una raíz caliente,
ochan los perros arriba
el aire por Panza Verde.

Su sombra le esta robando
la música de los cerros,
y para borrar sus pasos
silbando bagualas vuelve.

Hacia la luna ramosa...

lunes, 7 de noviembre de 2005

Carta de mi envío

Hubo un problema con los sistemas informáticos del courier y no funcionaban los usuales reportes vía Internet. Llamando para consultar, una señorita me pidió disculpas por los inconvenientes y me ofreció el servicio alternativo (y gratuito) de “friendly tracking”. Este es un servicio que brindan las empresas de correo y paquetería en reemplazo del frío informe de tracking tradicional (ese que te va informando a cada hora donde está tu carta o paquete). Accedí a la oferta, a lo cual la representante me solicitó el número de envío para, breves instantes después, empezar el relato:
Querido remitente:

Cuando te dejé, el 4 de noviembre a las diecisiete horas y cincuenta y un minutos, sabía que me esperaba un largo viaje. Con unos conocidos del barrio hice el camino hasta las oficinas del courier. Ahí conocí a mis compañeros de viaje y dos minutos antes de las once partimos todos rumbo a Miami. El avión bien. Al día siguiente, el sol de Florida nos regalaba su calor en Miami Gateway. Me despedí de mis amigos y conocí a los macanudos envíos con los que viajaría desde la noche. Partimos a las veintiuna y treinta rumbo a Panamá, que era escala. A las dos de la mañana con cinco minutos pasamos como un suspiro por Panamá City y llegamos para ver lo primeros albores, a las seis y veintisiete, en Maiquetía, Venezuela, país de destino. Me despedí de muchos de mis amigos, aunque con la mayoría nos fuimos para Caracas, a las oficinas del courier. Llegamos catorce y treinta y cuatro. Pasamos ahí la tarde y una buena noche. Hoy nos dijimos adiós, pues nos asignaron courier de entrega cuatro minutos antes de las ocho de la mañana. Te escribiré desde mi destino final. Saludos,

Tu envío.

domingo, 6 de noviembre de 2005

Los vasos

Después de la fiesta se lavan los vasos. Cada uno de ellos pierde así su personalidad y se sumerge en el anonimato, hasta la próxima fiesta en que quién sabe, quizás el mismo u otro comensal lo haga suyo y le dé vida por unas horas.
Domingo que va cerrando...

viernes, 4 de noviembre de 2005

Aclaraciones sobre las Bienaventuranzas

La duda era acerca de cuál era la terra dei viventi, no acerca de las Bienventuranzas.

Pero el texto de ayer me sembró una duda. Por eso fui a "Las Parábolas de Jesucristo" de Castellani. Y hay que ver que el texto de "Stat Veritas" y su referencia a las promesas, donde dice que son todas el cielo, quizás no es tan correcto.
Los que dicen que todas las venturanzas se refieren a una sola cosa ("un diamante con ocho facetas", A. Jones, Verbum Dómini) es decir, a los justos, y a su premio en la otra vida, se las toman cómodo; así no hay dificultad, pero eso no es exégesis. Si Cristo quiso decir "los justos tendrán que sufrir pero obtendrán un gran premio en la otra vida, y aun a veces en esta", eso era un lugar común entre los hebreos desde Job; y Cristo podría haberse ahorrado el recitado. Evidentemente las ocho bendiciones se refieren a virtudes diferentes (aunque todas ellas deban juntarse en el justo) y a recompensas en (por los menos incoadas) esta vida; menos la última.
En 12 BIS - BIENAVENTURANZAS.

jueves, 3 de noviembre de 2005

Segundo cumpleaños

Hay veces en que mirás más profundo. No es sólo dejar de moverte y contemplar una sonrisa, un gesto, una mirada. Sino que más aún, mientras vos estás sentado él sigue jugando y entonces te preguntás... ¿de dónde vino el que hoy está aquí entre nosotros?

Alguna vez creo que se lo dije. Me miraba. “Dios te trajo”, le dije. “Te trajo al mundo porque te quiere, y te quiere con Él”.

Y nosotros te queremos. Te llamamos, le pedimos a Dios que vengas.

Recién empezás. Queda mucho por delante, si Dios así lo quiere. Miralo siempre como un camino, como un viaje.

¡Feliz cumpleaños!

En la tierra de los vivientes (cola)

Yo creo que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. (Salmos 27, 13)
La tierra de los vivientes. No sé porqué, en mi ignorancia, con el background de ser el día de los Fieles Difuntos, al leer el Salmo 27 imaginé la “tierra de los vivientes” como la vida eterna. Pero se me fue esa idea al leer la expresión en Ezequiel 26, 20, o Ezequiel 32, 23, también en Isaías 53, 8 (y la referencia a Jesucristo arrancado de la tierra de los vivientes) y en Jeremías 11, 19. Donde me confirmaron ya definitivamente en mi error fue en la versión “Reina-Valera 1995” de “Bible gateway”. En nota el pie explican que otra posible traducción de “en la tierra de los vivientes” es “a lo largo de esta vida”. En varios otros Salmos también se la nombra.
Era casi obvio, no sé porque mi imaginación. Es probable que haya interpretado que David, en el salmo, esperaba obtener el consuelo en la otra vida. Quizás mi error nació de haber alguna vez conocido algo como esto...
En una disputa, un T. de J. [Testigo de Jehová] para probar que la vida feliz y eterna de la "gran multitud" la gozará en la tierra, citó Mateo 5:4, que dice: `Bienaventurados los mansos porque ellos poseerán la tierra". Pero, ¿no notaba que en cada una de las 8 bienaventuranzas, Dios promete el cielo, llamado con distintos nombres? (reino de los cielos -tierra de los vivientes, prometida, símbolo del cielo - consuelo - saciedad - misericordia - visión de Dios - Hijos de Dios - Reino de los Cielos). Además dice que los mansos poseerán la tierra porque los mansos se ganan el corazón de todos.
Esto es de la página “Stat Veritas”, de autores "lefevristas" (si no me equivoco y aunque a ellos no les guste el título). Antes que nada les recomiendo que consulten a alguien que sepa, porque "lo que es" yo... O sea, ¿es esto así? No sé. Para empezar, aún no encuentro una traducción de la Biblia en donde una de las Bienaventuranzas incluya la expresión “la tierra de los vivientes”.

miércoles, 2 de noviembre de 2005

Nella terra dei viventi

No recuerdo haber oído a nadie rezar el Salmo 27 como, en aquella grabación del disco "Abba Pater", a Juan Pablo II. Hace un tiempo lo recordaba; mi hermano me lo había hecho escuchar. Aún resuenan sus palabras: Il Signore è mia luce e mia salvezza, di chi avrò timore?

Hoy se lee ese Salmo, y me detuve en otros versículos (4, 13 y 14) que copio de la versión en castellano de “Evangelio del día”:
4 Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la Casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y contemplar su Templo.

13 Yo creo que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes.
14 Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor.
Aunque no sé si hay un idioma con tanta polenta como el italiano para rezar un salmo como éste.
Nella terra dei viventi.
(En el día de los fieles difuntos; lo cual podría disparar una próxima entrada, si quedara presentable, acerca de la terra dei viventi).